agosto 08, 2007

Die Hard 4.0

Die Hard 4.0 o Live Free or Die Hard, dependiendo del país en que se encuentren, es la cuarta entrega de la serie que revolucionó el cine de acción hace casi veinte años y representa el regreso de Bruce Willis a interpretar al personaje que lo consolidó como una estrella mundial, el detective de policia John McClane, a quien encarnó por última vez en 1995 en la tercera entrega de la serie, Die Hard with a Vengeance. En esta ocasión la película fue dirigida por Len Wiseman, quien trabajó con un guión de Adam Bomback.

Para Wiseman esta película puede representar un antes y después, ya que anteriormente solo había realizado las más bien mediocres cintas de vampiros/hombres lobo Underworld y Underworld: Evolution, que él mismo escribió. Obviamente no se trata de un trabajo que lo vaya a consolidar como artista y/o realizador, pero se trata de un perfecto blockbuster veraniego, infinitamente superior a sus dos cintas anteriores. Ojalá y esto le sirva para abrir sus horizontes una vez cierre su trilogía con la aún sin título precuela de Underworld.

Sin duda el trabajar con Bruce Willis tiene sus ventajas, pues una estrella de peso respaldando el proyecto representa tener un punto de apoyo para no ceder tan fácilmente ante las presiones del estudio y/o los productores para incluir u omitir algunos elementos en cada película, además de que hace más fácil el posicionar la cinta en términos de marketing, situación que evidentemente preocupaba al estudio al grado de buscar bajar la clasificación de la película por parte de la Motion Pictures Association of America. Se trata de la primera vez que una película de la serie Die Hard obtiene la clasificación PG-13, que equivaldría en México a "adolescentes y adultos" o "B", pues las tres anteriores recibieron "R" ("solo adultos") por el alto contenido de violencia y vocabulario "impropio". Imagino que el vocabulario fue importante para bajar la clasificación, pues hay momentos donde los diálogos no coinciden con el movimiento de labios de los actores. Habrá que esperar a la salida del DVD para ver si en efecto existe una versión sin censura.

Y si les preocupa que una clasificación más blanda signifique que no habrá suficiente acción, violencia y daño colateral, no tienen de que preocuparse, pues en ese aspecto la película no desmerece su legado. McClane se ve envuelto en persecuciones, balaceras y peleas a puño limpio tal como en los viejos tiempos, aunque con las ventajas de la tecnología actual y la posibilidad de sacarle el mayor provecho posible al presupuesto de la cinta. Incluso tiene a un acróbata especializado en parkour, ahora tan de moda en Hollywood. La película incluye toda clase de homenajes y referencias a sus antecesoras, y lo hace de un modo que resultan identificables para los fans de la serie sin que ello afecte la experiencia de los no iniciados en la saga de McClane. Lugares que se han convertido en infaltables dentro de estas películas aparecen puntualmente: ductos de ventilación, flechas de ascensor, oficinas con el suelo lleno de vidrios y muebles destrozados. Para los más fijados, incluso hay un agente Johnson.

Bruce Willis ha adquirido una gran experiencia como actor a lo largo de los años, lo que sumado al personaje que mejor conoce y entiende convierte a éste cinta es una de sus mejores interpretaciones. Timothy Olyphant como Thomas Gabriel es el villano de turno y cumple efectivamente en su papel. No se trata de un villano sin escrúpulos -lo que llamamos un "malo de malolandia", es decir, malo de nacimiento-, sino de un personaje inteligente y ambicioso, con defectos y perfectamente creíble, consiguiendo convertirse, para mi gusto, en el mejor antagonista para McClane desde que Alan Rickman diese vida a Hans Gruber. Justin Long interpreta a Matt Farrell, un hacker que representa el único cabo suelto en el plan de Gabriel y a quien McClane debía escoltar hasta Washington, convirtiéndose en una especie de sidekick/comic relief que funciona mejor de lo que nadie pudiera esperar.

Complementan el reparto Maggie Q como la novia y cómplice de Gabriel, mejor descrita por McClane como "una chica de aspecto oriental que disfruta pateando traseros", y Mary Elizabeth Wanstead como Lucy McClane, la hija de John. Mención aparte merece Kevin Smith, quien parece haber dejado de lado su carrera como director y guionista para lanzar una entretenida carrera como actor de reparto. Aquí Smith interpreta a Warlock, una leyenda entre los hackers.

La trama es bastante simple. Gabriel es un programador especialista en temas de seguridad que solía trabajar para el gobierno y quien fue despedido cuando intentaba hacer mejor su trabajo, así que como venganza ha decidido llevar al país a la prehistoria tecnológica al tiempo que se hace de algo de dinero. Para llevar a cabo su plan, Gabriel utiliza a varios hackers, a quienes después elimina para limpiar su rastro. Desafortunadamente para él, McClane recoge a Farrell antes de que los matones de Gabriel puedan encargarse de despacharlo. A partir de ahí McClane se dedica a hacer lo que mejor sabe: desquiciar a su oponente, y lo hace de gran manera. No me atrevería a decir que se trata de la mejor película de la serie, pero creo que sin duda se trata de la mejor desde la original. Obviamente no es la clase de película que le guste a todo mundo, pero es verano y se trata de una cinta de acción que ofrece una trama entretenida, un protagonista carismático, un villano interesante, buenas secuencias de pelea, espectaculares persecuciones, algunas chicas atractivas, un par de divertidos nerds, un poco de crítica al gobierno norteamericano y destrucción masiva de propiedad privada. ¿Qué más se puede pedir de un blockbuster de verano?

Respecto al título, en los Estados Unidos se estrenó como Live Free or Die Hard, que deriva del lema del estado de New Hampshire, "live free or die" ("vivir libre o morir"), el cual a su vez fue adoptado de un brindis realizado a principios del siglo XIX por el Gral. John Stark, un héroe de la guerra de independencia norteamericana originario del mencionado estado. Su brindis completo fue: "live free or die. Death is not the worst of evils.", o lo que es lo mismo, "vivir libres o morir. La muerte no es el peor de los males." El estudio consideró que se trataba de una anécdota de por si local para los Estados Unidos y que sería muy difícil que en cualquier otra parte del mundo alguien le encontrase algún significado, así que en la mayor parte del resto del mundo se utilizó como título Die Hard 4.0, el cual había sido uno de los títulos provisionales de la película mientras ésta se filmaba.

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