agosto 24, 2010

Salt

El australiano Philip Noyce es un director con una carrera llena de altibajos pero que ha mantenido un nivel sólido en la calidad de sus películas, destacando entre ellas Dead Calm (Terror a Bordo), Patriot Games (Juegos de Patriotas), y Clear and Present Danger (Peligro Inminente). Entre sus películas no tan sólidas podría mencionar Sliver (Una Invasión a la Intimidad) o The Saint (El Santo). Afortunadamente para todos, Salt (Agente Salt), su más reciente película, tiende a caer entre las del primer grupo.

Evelyn Salt (Angelina Jolie) es una agente de la división de contraespionaje del FBI, exitosa y respetada en su trabajo y felizmente casada con un biólogo de origen alemán. Cuando un presunto espía ruso que está desertando la señala como un agente doble, su vida da un giro del que no habrá vuelta atrás. Acusada de ser en realidad un agente durmiente esperando su activación para asesinar al presidente ruso durante una visita de estado, Salt es puesta bajo custodia preventiva mientras se aclara su situación.

Sin embargo, preocupada por su esposo (August Diehl) y lo que pudiese ocurrirle a causa de su situación, sobre todo tras intentar contactarlo sin conseguirlo, Salt decide utilizar su entrenamiento para escapar del edificio de alta seguridad en que se encuentra, evadiendo a sus ex-compañeros con la esperanza de poder localizar a su marido y asegurarse de que éste encuentra a salvo.

El encargado de localizarla y contenerla mientras se aclara su situación es el agente Peabody (Chiwetel Ejiofor), quien tiene además que lidiar con la falta de cooperación de Ted Winter (Liev Schrieber), el jefe inmediato y amigo de Salt. Lo que sigue es hora y media de suspenso y una historia llena de giros argumentales que tienen al espectador preguntándose en todo momento quien es realmente Evelyn Salt.

La película resulta bastante entretenida, sobre todo si gustan del suspenso y las historias de espionaje. Noyce demuestra gran capacidad para dirigir actores al tiempo que mantiene un ritmo narrativo ágil y dinámico, pero se queda lejos de poder crear una historia digna de recordar.

Supongo que el mayor problema de la película es que la historia no tiene nada de original, provocando que uno de inmediato la asocie con The Bourne Identity (Identidad Secreta) o incluso con un viejo thriller que siempre me ha gustado mucho, No Way Out (Sin Salida). El hacer uso del tema de los espías rusos infiltrados dentro del FBI lleva la historia de regreso a los años de la Guerra Fría, lo que contrasta enormemente con la idea de que la película sucede en el futuro cercano -en algún momento una pantalla de televisión muestra las noticias y se puede ver la fecha 2011-, limitando las posibilidades narrativas.

Supongo que la principal razón para que la película no se convierta en un vacuo ejercicio de recreación de un sub-genero olvidado y prácticamente obsoleto es la calidad de los interpretes que participan en ella. Angelina Jolie ha demostrado en varias ocasiones que puede trabajar con igual soltura en cintas de acción que en dramas, lo que le permite dar credibilidad a su personaje en sus diferentes facetas. Ejiofor y Schrieber son a mi juicio dos de los mejores actores de reparto trabajando actualmente en Hollywood y siempre he considerado que es una pena y un desperdicio que no trabajen más a menudo en roles estelares.

Salt es una película entretenida pero sin mayores pretensiones, aún a pesar de los esfuerzos por dejar la puerta abierta a una posible secuela o a convertirse descaradamente en una franquicia. Recomendada para los fans del género o para los nostálgicos de la ficción de la Guerra Fría.

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