marzo 30, 2011

Reseña: Sucker Punch

Alguna vez Jean-Luc Goddard dijo que lo único que hace falta para hacer una película son una chica y una pistola. No lo discuto, pero creo que un poco de sentido común del director y/o guionista pueden hacer toda la diferencia en lo que se refiere al resultado. Y si no, basta con echarle un vistazo a Sucker Punch para convencerse de que simplemente no es tan fácil.

Zack Snyder tiene apenas un puñado de películas en su filmografía, pero le han bastado para hacerse una reputación como alguien que sabe trabajar con efectos visuales y aprovecharlos al máximo para dotar a sus películas de secuencias visualmente espectaculares. A mi juicio su mejor película hasta ahora es la primera que dirigió, un atinado y excitante remake de Dawn of the Dead (El Amanecer de los Muertos). Esa película fue seguida de dos adaptaciones de comic, 300 y Watchmen, cuyos logros visuales no pueden ser discutidos pero cuyo contenido narrativo si pongo en tela de juicio.

Luego hizo una cinta animada, Ga'Hoole: Legend of the Guardians (La Leyenda de los Guardianes) -que no he visto- y se anunció que será el responsable del relanzamiento de la franquicia de Superman para el próximo año. Sucker Punch es su quinto largometraje pero representa su debut como guionista, y después de ver los resultados, uno se pregunta si algún estudio le permitirá intentarlo nuevamente.

Baby Doll (Emily Browning) es una joven de veinte años, quien tras la muerte de su madre se verá obligada a lidiar con su padrastro (Gerard Plunkett), quien no siente la mínima estima por ella o por su hermana menor. Tras una violenta confrontación que termina con la muerte de su hermana, su padrastro consigue recluirla en una institución mental, donde además hace arreglos con un camillero para que se le realice una lobotomía a la brevedad posible. Baby Doll escapa de la única forma que le es posible: dentro de su cabeza.

Para ella, el lugar al que la han llevado tras quedar huérfana es un burdel, administrado por Blue (Oscar Isaac) -quien en realidad es el camillero, y donde Madame Gorski (Carla Gugino) -quien en realidad es la psiquiatra responsable de la clínica-, las prepara para montar el espectáculo de variedad con que reciben a sus clientes.

Pronto hace amistad con un grupo de pacientes: Blondie (Vanessa Hudgens), Amber (Jamie Chung), y las hermanas Rocket (Jena Malone) y Sweet Pea (Abbie Cornish), con quienes comparte su plan para escapar antes de que se cumpla el plazo en que será entregada al Gran Apostador (Jon Hamm), es decir, al médico responsable de realizar la lobotomía.

Pero entonces descubrimos que Baby Doll tiene fantasías dentro de su fantasía -¡Hey! ¡A lo mejor es como Inception!-, donde se ve a si misma y a sus nuevas aliadas como guerreras intentando reunir los objetos que necesitan para llevar a cabo su plan. Lo que parecía anunciar una estructura de búsqueda y conquista se convierte en un cliché básico de videojuego: completa la misión, recoge el premio, avanza al siguiente nivel. El problema con estas fantasías de videojuego es que son típicas fantasías de adolescente masculino, y tomando en cuenta el aparente discurso sobre la fortaleza de uno, choca con la idea de que venga de la mente de una atormentada joven en busca de escapismo.


Los visuales de la película, al menos dentro de las fantasías dentro de una fantasía de Baby Doll, son espectaculares, pero son secuencias que se sienten completamente huecas y sin sentido, además de que a mi juicio pierden fuerza conforme pasamos a la siguiente, resultando las dos primeras las más logradas y espectaculares. La publicidad de la película habla de los peligros de perder el contacto con la realidad y permitir que se entremezcle con la fantasía, y por momentos parece ser que fue el propio Snyder quien perdió el piso y toda noción de lo que estaba haciendo, olvidándose de contar una historia y sumergiéndose en el mundo de empoderamiento adolescente que creo para su protagonista.

Entré al cine con la idea de que iba a disfrutar de una generosa dotación de golosina visual, por lo que mis expectativas eran más bien bajas. Algunas de las secuencias de fantasía resultan espectaculares, pero las encontré cortas y sin mucho desarrollo. Cinco atractivas jóvenes en atrevidos y sexies atuendos, participando en actos de extrema y fantástica violencia gráfica y la película nunca pudo hacer click conmigo. Afortunadamente he podido constatar que no fui el único que se sintió así, por lo cual puedo culpar a Snyder sin ningún remordimiento.

Fui al cine atraído por el eye candy que me prometieron, y aún cuando hubo algunos bocadillos deliciosos, al final descubrí con desencanto que la gran mayoría era aspartamé con saborizantes génericos. Si no les molesta pasar más de hora y media revisando el demo reel de Snyder y sus colaboradores, y si sus expectativas son lo suficientemente bajas, puede ser que puedan disfrutar al menos una parte considerable de la película. Si quieren entretenimiento con un mínimo de historia y desarrollo de personajes, apuesto a que en alguna parte de la cartelera pueden hallar algo más.

Vagamente recomendada y con muchísimas reservas.

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