
La cinta aún tiene pendiente su estreno en los Estados Unidos, pero en México, América Latina y varias otras partes del mundo se acerca ya a cumplir con su primera semana en cartelera, y con mucho éxito, lo que no la exenta de ser el centro de una polémica, pues parece no haber reacciones intermedias a la película, o te gusta, o la odias.
Más que una secuela de Iron Man 2, esta película se siente más como Avengers 1.3, pues la trama inicia algunos meses después de los eventos de Avengers, y la forma en que Tony Stark (Robert Downey Jr.) intenta lidiar con las secuelas psicológicas de lo ocurrido en Nueva York es parte central de la trama, llevando al héroe a una introspección en busca de si mismo.

Mientras tanto, los Estados Unidos buscan resolver la situación en escalada de un terrorista de Oriente Medio que se hace llamar El Mandarin (Ben Kingsley), y quien suele grabar videos para responsabilizarse de diverso atentados y lanzar amenazas en contra de los Estados Unidos y su presidente. La respuesta ante las tácticas mediáticas de tan colorido personaje es un movimiento de relaciones públicas, que consiste en pintar con los colores de la bandera norteamericana la armadura de Rhodey (Don Cheadle) y rebautizarlo como Iron Patriot.

Por otro lado, Maya Hansen (Rebeca Hall) es una investigadora con quien Tony tuvo un affair de una noche, tras la cual distraídamente contribuyó a resolver uno de los problemas de su investigación. Ahora Maya está trabajando con Killian, pero quiere consultar a Tony acerca de un inesperado desarrollo en su trabajo para AIM.
Poco a poco se desenreda una trama en que el trabajo de Maya, la verdad acerca de AIM y las actividades del Mandarin están estrechamente ligadas, y Tony y Pepper están en el centro de atención, convertidos en los blancos principales de una peligrosa amenaza. Cuando se ve aislado de su laboratorio y tecnología, Tony tendrá que probarse a si mismo que él es algo más que un millonario inventor enfundado en una armadura de alta tecnología.

Un punto importante a destacar es el cambio de enfoque en esta entrega, pues el centro de atención deja de ser el superhéroe, permitiendo que sea Tony Stark quien complete el arco de personaje iniciado en la primera película y demostrando de una vez por todas que el hombre es más importante que la máquina y que el héroe no es el guerrero en armadura, si no la persona debajo de toda esa tecnología, cerrando además una pregunta existencial planteada en Avengers y concluyendo de gran manera la primera trilogía del personaje.

Iron Man 3 es una gran manera de arrancar el verano cinematográfico, demostrando que todavía es posible en Hollywood realizar películas inteligentes y entretenidas sin necesidad de envolverse en falsas pretensiones. La segunda fase del Universo Marvel en cine está en marcha, y desde ahora anticipamos que será al menos tan exitosa como resultó la primera.
Película sumamente divertida y altamente recomendada para quienquiera que busque un par de horas de entretenimiento.
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