Este es un comentario adicional al que puse en mi reseña inicial, y aquí incluyo algunas de las razones por las que no me gustó la película con ejemplos concretos de lo que siento que está mal, razón por la cual este texto contiene spoilers.
La película tiene sus momentos divertidos, pero ellos son debidos a un acertado trabajo de caracterización de parte del director y la mayor parte del cast. Muchos de esos momentos funcionan porque los personajes se sienten tan familiares como los del cómic, de modo que los cuarenta y tantos años de tradición de los personajes no le pesan a la versión fílmica. El problema es que el guión sólo funciona a medias porque ya que tiene a los personajes bien definidos no los lleva a ninguna parte.
Una queja constante en relación a las adaptaciones de cómics es que no se respete el material de origen. Esa es una queja que nunca he compartido, ya que el cine y los cómics son medios diferentes, y algunos elementos que funcionan en uno resultan inservibles en el otro. Por esa razón se les llama adaptaciones. El alterar el origen de un personaje, o cambiar a los personajes secundarios es algo que sólo me molesta si el cambio se hizo sin razón aparente, y sin ayudar a contar mejor la historia.
El cambiar el origen de un héroe es algunas veces necesario, como en el caso de Spider-Man. En otros casos parece obedecer a la necesidad de tener congruencia con alguna versión más reciente del cómic en cuestión. Este último parece ser el caso de Fantastic Four. En el cómic clásico conocemos al profesor universitario Reed Richards, quien construye un cohete para ayudar a su país a ganar la carrera espacial a los soviéticos. Esto resulta obviamente anacrónico. Existen dos versiones más recientes del cómic y el origen usado en la película parece ser más cercano a cualquiera de ambos. Pero es ahí donde, para mí, empiezan los problemas.
Victor Von Doom es un genio, y siempre ha tenido, al menos en su cabeza, un némesis, una única persona capaz de acercarse a competir con él: Reed Richards. La película muestra esta rivalidad recurriendo a un cliché: una chica. Cuando el grupo viaja al espacio Doom va con ellos, pero en cuanto hay peligro él se pone a salvo abandonando a los demás a su suerte. ¿No era esta una oportunidad para ilustrar los efectos del egoísmo de Doom en todas sus facetas? En su intento de protegerse a si mismo deja pasar, sin saberlo, una oportunidad.
¿Cómo reaccionaría al darse cuenta de que los demás obtuvieron poderes increíbles? Con envidia, claro. Los consideraría usurpadores, poseedores de una grandeza que debiera haber sido suya. ¿No sería eso más interesante que darle poderes también? Y eso hubiera dado pie a tratar al personaje como lo que es, un genio, quien no necesita de poderes para ser un rival formidable ya que cuenta con dos armas muy efectivas: ingenio y recursos, tanto materiales como económicos.
¿Cómo reaccionaría al darse cuenta de que los demás obtuvieron poderes increíbles? Con envidia, claro. Los consideraría usurpadores, poseedores de una grandeza que debiera haber sido suya. ¿No sería eso más interesante que darle poderes también? Y eso hubiera dado pie a tratar al personaje como lo que es, un genio, quien no necesita de poderes para ser un rival formidable ya que cuenta con dos armas muy efectivas: ingenio y recursos, tanto materiales como económicos.
Y el problema es que después de que los personajes descubren sus poderes, no pasa nada. Nos queda claro desde un principio que Doom desea poder, pero cuando lo tiene lo único que desea es acabar con los otros cuatro, quienes por cierto, son tratados como héroes aún sin haber hecho nada para merecerlo. La secuencia del puente pierde todo su valor si consideramos que todas las personas que estuvieron en peligro fue de manera directa o indirecta por culpa de La Mole. ¿Si los terroristas de Al Qaeda participaran en las labores de rescate después de un atentado, serían héroes? ¿O qué tal un arsonista que ayudase a los bomberos a apagar un fuego que él mismo inicio?
A fin de cuentas parece que la historia gira alrededor de dos genios no tan brillantes peleando por una mujer que uno de ellos ni siquiera ama. Y el final es simplemente ridículo. Si dos personas cualquiera se pelearan en la vía pública por una rivalidad de sus tiempos de escuela, destruyendo en el proceso automóviles y propiedad privada, además de entorpecer el tránsito y poner en peligro a otras personas, ¿el ganador de la pelea recibiría una fiesta de agradecimiento de parte de los afectados? No lo creo.
Lo único que espero es que en las proyectadas secuelas se ponga más atención a la historia, pues ya no tendrán el pretexto de tener que lidiar con el origen.
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