
Al volver a los Estados Unidos, Vachss pasó algún tiempo recuperándose física y emocionalmente de la experiencia y después se concentró en estudiar. Trabajó como director de un centro comunitario en Chicago y dirigió un programa de rehabilitación social en Massachussets antes de convertirse en director de una prisión de máxima seguridad para jóvenes violentos. Empezó a escribir a mediados de los 1970s pero su carrera como escritor realmente despegó más de una década después. Ha escrito más de veinte novelas, algunas colecciones de cuentos y varios ensayos. Su trabajo más conocido es la serie de Burke, compuesta por dieciocho novelas de ficción criminal. Blossom es parte de esa serie.

Habiendo sido un niño abusado por su familia primero y por el sistema estatal de orfanatos, reformatorios y prisiones, Burke manifiesta un especial interés en casos donde necesite perseguir a criminales sexuales, pedófilos y abusadores infantiles sin importarle las consecuencias o preocuparse por armar casos para un fiscal. Para él la ley y la justicia son dos cosas completamente diferentes y deben manejarse por separado.
En Blossom, Burke es sacado de su entorno habitual al ser contactado por un antiguo compañero de prisión, quien solicita su ayuda para limpiar el nombre de un sobrino acusado de haber asesinado parejas estacionadas en las colinas circundantes de un puequeño pueblo en Indiana.
Profundamente comprometido con su "familia de elección" (amigos y compañeros), Burke accede a ayudar a su "hermano", Virgil, a deslindar a Lloyd, su sobrino, de cualquier responsabilidad criminal. Y eso hace. Pero una vez involucrado con el caso, Burke decide quedarse y tratar de hallar al verdadero asesino, convencido de que se trata de la misma clase de monstruo que a quienes acostumbra cazar en la ciudad.

El título de la novela viene del nombre de una mesera en la cafetería local, quien al igual que Burke, es una persona demasiado compleja y secretiva y quien tiene sus propias razones personales para esperar ver que el caso sea resuelto y el asesino atrapado. Unidos por su pasado y por su objetivo, la pareja desarrolla una impulsiva pero profunda relación sexual y sentimental, sin preocuparse por el futuro.
El estilo de Vachss es oscuro y reminiscente de los mejores ejemplos de la novela negra, pero su aguda sesibilidad para retratar las sociedades contemporáneas con todos sus defectos y problemas le da a su trabajo un tono diferente al de otras obras dentro del género detectivesco o criminal. La contraposición del duro e implacable Burke con la profunda humanidad subyacente en los casos en que trabaja hace que el libro resulte en una experiencia única tanto para aficionados al género como para quienes nunca han leído ficción criminal. Sin dua es una lectura recomendada para todo mundo.

Me parece evidente que Vachss utiliza la ficción como un medio para lidiar con las frustraciones que seguramente encuentra en el mundo real al lidiar con esta clase de bestias de apariencia humana, aprovechando para hacerles por escrito todo aquello que no se puede permitir realizar de manera cotidiana. Honestamente lo entiendo y lo apoyo al cien por ciento.
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