julio 25, 2008

Hancock

En medio de lo que puede ser el verano con más superhéroes desde que Hollywood adoptase al mundo del comic como su socio favorito, apareció una película de superhéroes que no salió de comic alguno: Hancock. Producida por los veteranos Akiva Goldsman y Michael Mann en conjunción con Will Smith, Hancock cuenta la historia de un héroe bastante inusual. Desaseado, irresponsable, egoísta, y sin ningún respeto por los demás o por la propiedad ajena, John Hancock es el héroe que la ciudad de Los Angeles nunca quiso.

El guión es obra de Vy Vincent Ngo y Vince Gilligan. A Ngo no lo ubico de ninguna parte, en tanto que Gilligan era uno de los escritores de The X-Files y The Lone Gunmen, y según entiendo él se encargó de revisar y re-escribir el guión de Ngo que tenía más de diez años circulando en Hollywood. La dirección corre a cargo de Peter Berg, quien ganara notoriedad con Friday Night Lights, la película que originó la popular serie de TV del mismo nombre y cuyo trabajo más reciente es el thriller político/militar The Kingdom.

Luego de que Hancock salva la vida de Ray Embrey, un publirrelacionista, este decide que la mejor manera de devolver el favor es ayudar a Hancock a limpiar su imagen, aún a pesar de las protestas de su esposa Mary, quien aparentemente cree que Hancock es un caso perdido y tratar de ayudarlo puede acabar con la reputación y carrera de Ray.

Will Smith encarna al personaje titular y lo hace de una manera más que competente, mostrando el abandono y desesperanza de un ser solitario que se siente aislado dentro del mundo. Hancock siente el deseo de ayudar, pero la falta de apreciación por lo que hace provoca que lo haga de una manera descuidada y hasta cierto punto desganada, lo que provoca toda clase de incidentes que no hacen más que dañar aún más su de por si manchada reputación. Jason Bateman interpreta al bienintencionado Ray, quien sueña con poder crear una organización humanitaria donde las grandes corporaciones participen de manera desinteresada para ayudar a los más necesitados, en tanto que la guapísima Charlize Theron se hace cargo del papel de Mary, la desconfiada esposa de Ray.

El plan de Ray para cambiar la imagen de Hancock ante la opinión pública es bastante simple: aceptar todos los cargos criminales que existen en su contra por destrucción de propiedad privada, daños a terceros y conducta impropia en la vía pública e ingresar en la prisión. Una vez que los índices de criminalidad suban, la policía no tendrá más remedio que solicitar su ayuda y el alcalde tendrá que otorgarle un perdón. Hancock acepta y va a prisión, donde su conducta anti-social no mejora en lo más mínimo, ganándose la enemistad de la mayoría de los reos, quienes no hacen nada en su contra porque su temor hacia él es mucho más grande que su resentimiento. Las semanas pasan sin que haya algún cambio en su actitud, aunque la visita del hijo de Ray parece mejorar el humor de Hancock.

Finalmente el esperado llamado llega y Hancock se apresta a hacer su mejor esfuerzo por ayudar sin destruir nada de manera innecesaria, y como parte de su cambio de imagen se afeita y acepta utilizar un uniforme diseñado por el propio Ray. El crimen para el cual solicitan su ayuda es un robo a un banco donde los asaltantes han amarrado explosivos a un gran número de rehenes y sostienen un enfrentamiento armado con la policía, dejando a una oficial herida y aislada de cualquier ayuda posible. Hancock saca de la zona de riesgo a la oficial herida y se dispone a lidiar con los asaltantes, a quienes consigue neutralizar sin tener que destruir nada. Al salir del banco es recibido entre vítores de la muchedumbre y felicitaciones de la policía, algo a lo que no está acostumbrado.

Hasta ahí la película se desarrolla bastante bien, tratándose de una historia bien contada y con sólidas actuaciones. Yo tenía el temor de que se tratase de una comedia en tono de parodia al género, pero no es así. De hecho asume con seriedad el tema que explora acerca del poder y la responsabilidad, lidiando además con cuestiones como la naturaleza del héroe y los efectos de tener a alguien con superpoderes en una ciudad real. Lamentablemente el tercer acto, que es aproximadamente la última media hora de la película, da al traste con todo, utilizando cuanto cliché existe en el género de la manera más burda y predecible, convirtiendo una prometedora premisa en una olvidable película de acción. De nada sirve el carismático protagonista ni el interesante elenco de soporte, pues la historia simplemente pierde toda dirección.

Ignoro si haya sido cosa de los guionistas, del director, o de todos los involucrados, pero se trata de un increíble acto de auto-sabotaje. Primero intentan explicar el origen del personaje, pero de una manera sosa e incompleta; después convierten la historia en una especie de comedia romántica de enredos con superpoderes y deciden convertir a los personajes en caricaturas de si mismos, donde Hancock termina siendo el Marty McFly de los superhéroes de la peor forma posible. El final de la cinta es una cursilería de las más tontas y predecibles, y el cierre de la película es una secuencia que combina dos tomas que son ya características del género, una de Daredevil y la otra de Spider-man.

En resumen, Hancock puede representar hora y media de entretenimiento escapista de decente manufactura, pero la falta de consistencia en la última parte puede producir una sensación de decepción y oportunidades desperdiciadas en la mayoría de los espectadores. Solo para fans incondicionales de Will Smith.

julio 18, 2008

El Otro Drácula: Nosferatu

Friedrich Wilhelm Murnau, normalmente conocido como F.W. Murnau, es considerado como uno de los más grandes cineastas alemanes de todos los tiempos y es una de las figuras emblemáticas del movimiento expresionista de los 1920s. En 1922 el realizador alemán decidió adaptar al cine Dracula, la novela de Bram Stoker, pese a no haber conseguido los derechos para hacerlo. Durante la producción, Florence Stoker, la viuda del autor, demandó por infringimiento de copyright a Prana-Film, la compañía productora, y al propio Murnau. Esto llevó a cambiar el título de la película, de Dracula, a Nosferatu, añadiendo el subtítulo eine Symphonie des Grauens (una Sinfonía de Horror), así como a modificar también los nombres de los personajes, más notoriamente el del Conde Drácula, quien pasó a ser llamado Graf Orlock (Graf es un título nobiliario germano, aunque no sé si sea el equivalente a un Conde).

El nombre Nosferatu fue también tomado de la novela de Stoker, donde es el nombre que los aldeanos rumanos usan para referirse a Dracula. Se desconoce el origen de la palabra, aunque se ha especulado que Stoker la tomó de la autora británica Emily Gerard, quien la usó en un texto refiriéndose a ella como la palabra rumana para "vampiro". Stoker le da a la palabra la connotación de no-muerto (undead, en inglés) dentro de su novela, pero no existen bases etimológicas para ninguna de las dos acepciones. En griego existe la palabra nosophoros, que significa "portador de enfermedad", que puede tener cierto sentido, sobre todo por la forma en que Murnau explota la imagen del vampiro y la asocia a La Plaga.

Tal vez lo más característico de la versión del vampiro creada por Murnau sea su apariencia animal y desgastada, como una rata o algún otro animal carroñero, pálido y cin largas uñas y orejas, lo que crea un fuerte contraste con la imagen que Tod Browning creara en 1931 con su versión interpretada por Bela Lugosi, aquella de un distinguido caballero tan seductor como mortífero, imagen que sería perpetuada más tarde por Christopher Lee. Murnau y Prana perdieron la demanda y el juez ordenó la destrucción de todas las copias existentes de la película. Esto llevó a Prana a declararse en bancarrota, pero su primera y única película sobrevivió gracias a que ya se habían distribuido copias a diferentes partes del mundo, las cuales fueron reproducidas y copiadas en repetidas ocasiones hasta que una vez expirado el copyright y muerta Florence Stoker pudieron ser exhibidas publicamente.

El vampiro fue interpretado por un reconocido y veterano actor de teatro, Maximilian "Max" Schreck, aunque parece ser que su historial como actor dramático era desconocido en el resto del mundo, pues se crearon toda clase de mitos y leyendas urbanas a su alrededor. Para algunos, Schreck no existía, y en realidad su nombre era solo el pseudónimo utilizado por algún actor famoso de la época que no quería asociar su nombre al de un vampiro de ficción. Otros fueron aún más allá, asegurando que se trataba de un vampiro real, contratado por Murnau para dar mayor realismo a su película. Tal vez parte de estas historias fueron alentadas por el nombre del actor, pues Schreck en alemán significa susto o espanto. Esas historias sirvieron como inspiración para Shadow of the Vampire, una cinta de Elias E. Merhige que trata sobre la filmación de Nosferatu partiendo de la idea de que Schreck realmente era un vampiro.

De resaltar también es que en esta película es donde por primera vez se utiliza la luz del sol como un elemento mortal para los vampiros, pues se trata de un tema no mencionado en ningún libro o historia anterior a ella, y desde entonces se ha convertido en una parte integral del mito occidental contemporáneo. La película de Murnau forma parte del dominio público desde hace algunos años y puede ser hallada con relativa facilidad. Puede ser vista en Google Video y el Archivo de Internet tiene la película disponible para descargar en versiones de baja resolución o con calidad de DVD. Kino Films lanzó recientemente una "edición definitiva" en DVD de dos discos, que imagino no debiera ser difícil de encontrar en tiendas en línea o en donde quiera que se puedan encargar DVDs importados.

Werner Herzog, tal vez el cineasta alemán más reconocido y respetado en la actualidad, consideraba que Nosferatu era la más grande película jamás producida en Alemania, por lo que siempre manifestó su deseo de realizar su propia versión de la historia, misma que finalmente pudo filmar y estrenar en 1979, haciendo uso de los nombres originales de la novela de Stoker, con la única peculiaridad de intercambiar las partes de Mina y Lucy, convirtiendo a esta última en la esposa de Jonathan Harker. La versión de Herzog es un dedicado y fiel homenaje a la cinta de Murnau, pero además expande la historia, haciéndola más compleja, además de enfatizar la condición del personaje como un ser melancólico y solitario, un condenado más que un depredador.

Herzog filmó la película pensando en que habría dos versiones de la misma, una para Alemania y otra para el resto del mundo, así que las escenas con diálogos se filmaron dos veces, con los mismos actores actuando su parte, evitando así la necesidad de doblar sus voces o subtitular la cinta en los países de habla inglesa. En Alemania la película se estrenó bajo el título de Nosferatu: Phantom der Nacht (Nosferatu: el Fantasma de la Noche), mientras que internacionalmente apareció como Nosferatu The Vampyre (Nosferatu El Vampiro). El talentoso y versatil Klaus Kinski fue el encargado de interpretar al personaje principal, con Bruno Ganz e Isabelle Adjani encarnando a Jonathan y Lucy Harker, respectivamente. El resultado es una auténtica maravilla.

En cuanto a la antes mencionada Shadow of the Vampire, la película tiene el grave problema de sufrir de una crisis de identidad. Por momentos parece un drama, el cual se hubiese visto beneficiado si la película fuese una dramatización de la filmación de Nosferatu, centrando la atención en la obsesiva y dominante personalidad de su director y omitiendo por completo la noción de presentar a Schreck como una auténtica criatura de la noche; pero por otro lado está cargada de una gran dosis de humor negro y momentos fársicos que pueden convertirla en una pretenciosa comedia o en una refinada sátira no solo del cine de vampiros o de la industria fílmica alemana de los 1920s, si no del mismo sistema de estrellas y egos que persiste en la industria fílmica de casi todo el mundo.

Sea como sea, lo más destacado de la película son las actuaciones, con Willem Dafoe recreando a Schreck/Orlok y John Malkovich encarnando al obsesivo Murnau. Udo Kier interpreta al productor de la película, quien además era el director artístico y diseñador de vestuario de la misma, en tanto que Catherine McCormack hace el papel de Greta Schröder, la actriz principal de la cinta de Murnau, y Cary Elwes el de su cinematógrafo. Dafoe se ganó una merecida nominación al Oscar por su fascinante interpretación del vampiro, y si no otra cosa, su trabajo debiera ser razón suficiente para echarle un vistazo a esta película.

Antes de finalizar y dado que una vez más me he extendido demasiado, debiera mencionar que existe otra película de Nosferatu, aunque no incluye a ningún vampiro de las características de Orlok. Se trata de Nosferatu in Venice (Nosferatu en Venecia), estrenada en 1988 en Italia pero con tan poco éxito que alrededor del mundo se distribuyó, con unas pocas excepciones, directamente en video. El productor italiano Augusto Caminito tenía la intención de crear una legítima secuela a la cinta de Herzog, y para ello contrató los servicios de Klaus Kinski.

Sin embargo, la volátil y conflictiva personalidad del autor (de quien se rumora que en alguna ocasión Herzog tuvo que obligar a regresar a un set a punta de pistola, no en Nosferatu, pero si en alguna otra de sus colaboraciones) provocó toda clase de retrasos y el despido o renuncia de varios directores. Kinski se negó a raparse y someterse a las largas sesiones de maquillaje que su personaje requería, así que en esta película, donde es llamado simplemente Nosferatu, se le puede ver luciendo su rubia y despeinada cabellera. Caminito decidió terminar la película el mismo, aunque Kinski afirma en su autobiografía que él mismo tuvo que dirigir varias escenas. Nunca he visto esta película, y la verdad no estoy seguro de querer hacerlo, pero ahí está, como parte de la lista y solo porque me pareció una interesante curiosidad. Comparten créditos con Kinski en ella los veteranos Christopher Plummer y Donald Pleasence, quienes en su momento han interpretado al Profesor Van Helsing y al Doctor Seward, respectivamente.

julio 17, 2008

Le Scaphandre et Le Papillion

De la persistente lista de pendientes...

La Escafandra y La Mariposa (¿De donde sacó la distribuidora mexicana la traducción como "El Llanto de la Mariposa"? ¿Alguien sabe si así se llama el libro en español?) es la más reciente película de Julian Schnabel, director cuyo pasado artístico como pintor parece pesar fuertemente en él a la hora de seleccionar proyectos, pues sus dos cintas anteriores comparten el tema de explorar a gente creativa, además de estar basadas en historias reales: Basquiat, sobre un joven artista de grafitti en la escena neoyorquina de principios de los 1980s, y Before Night Falls (Antes de Que Anochezca), sobre un poeta enfermo de SIDA. Lo que me lleva a la realización de que las tres películas son también acerca de personas que murieron bajo trágicas circunstancias.

La cinta está basada en el libro del mismo nombre de Jean-Dominique Bauby, quien fuera editor de la famosa revista de modas ELLE en su edición francesa hasta 1995, cuando a los cuarenta y tres años de edad sufrió un infarto que lo puso en coma durante tres semanas. A consecuencia del infarto Bauby quedó en una condición conocida como Síndrome de Encierro, con todo su cuerpo paralizado con la excepción de su ojo izquierdo. Con la ayuda de terapeutas especializados, Bauby aprendió a comunicarse parpadeando una letra a la vez. Aún cuando en un principio se sentía desolado y con deseos de morir, Jean-Do, como lo llamaban sus amigos, encontró la fuerza interior para vivir y decidió dictar sus memorias. Una letra a la vez.

Schnabel y su cinematógrafo, el experimentado Janusz Kaminski, hallaron el modo de utilizar una cámara desde el punto de vista de Bauby para ayudarlos a contar su historia de la manera más personal posible. Alternando esas tomas con otras filmadas de manera tradicional, Schnabel cuenta la historia desde el día en que Bauby recobró la conciencia y hasta que termina de dictar su libro, el cual es publicado con gran éxito poco más de dos años después de su infarto. Normalmente siento desconfianza de las películas basadas en la vida real, especialmente si se trata de tragedias personales o de historias publicitadas con frases como "un triunfo del espíritu humano" o "la película más inspiradora del año", pero los avances que había visto y la positiva reacción que provocó alrededor del mundo me causaban curiosidad, así que supongo que por esta vez debo sentirme feliz de ser más curioso que receloso o prejuicioso.

Mathieu Amalric interpreta el papel de Jean-Do y proporciona también la voz que nos cuenta su historia en primera persona, y su trabajo es impecable, desde los recuerdos donde vemos a un joven y vital Bauby llevando una despreocupada vida de excesos y diversión, hasta las secuencias donde lo vemos postrado en cama, como muerto, con su ojo izquierdo como el único indicativo de que aún hay vida dentro de esa carcaza humana. El elenco es complementado por Marie-Josée Croze, quien interpreta a Henriette, la terapeuta que desarrollo el método de comunicación que Bauby usaría para dictar su libro; Olatz López-Garamendia, como Marie, su religiosa fisioterapeuta; Emmanuelle Seigner, Cecille, la madre de sus hijos pero con quien nunca se casó; Anne Consigny como Claude, la asistente enviada por su editora para transcribir su libro, y los veteranos actores Jean Pierre Cassel (si, el padre de Vincent) y Max von Sydow, quien encarna al padre de Jean-Do.

La película termina siendo algo completamente diferente a lo que suele verse en películas con temas similares, sobre todo porque Schnabel tiene el buen juicio de permitir que la historia sea contada siempre desde la perspectiva de Bauby. Su sarcasmo y humor negro se filtran con sutileza, y hay muchos momentos donde la historia arranca risas de la audiencia. La inteligente forma de intercalar su situación con escenas sacadas de su memoria o con fantasías tomadas de su imaginación ayuda a evitar que la historia se vuelva estática o aburrida. Seguramente habrá quienes se quejen de que Schnabel sea demasiado pretencioso, pero hay que reconocer que su trabajo resulta tan atractivo como interesante. Muy recomendada.

julio 11, 2008

Hocus Pocus

Kurt Vonnegut es desde hace algún tiempo uno de mis escritores de ficción favoritos sin importar el género. Slaughterhouse 5 (Matadero 5), quizás su trabajo más conocido, es quizás una de mis novelas favoritas y probablemente uno de los mejores libros de ciencia ficción jamás escritos. Aunque debo aclarar que ciencia ficción es un término que pese a todo lo que implica y abarca pudiese no ser suficiente para describir ninguna de las obras de Vonnegut.

Vonnegut falleció el año pasado a consecuencia de lesiones cerebrales sufridas por una caída en su departamento en Manhattan, pero dejó como legado más de una docena de novelas y varias colecciones de cuentos y ensayos. Hocus Pocus es su penúltima novela, publicada en 1990, y en ella mezcla géneros y estilos como solo él podía hacerlo.

Esta novela está escrita con una extraña estructura narrativa que la convierten en una de los libros más originales e interesantes que he leído jamás. El protagonista principal de la historia, quien sirve a su vez como narrador de la misma, es Eugene Debs Hartke, un veterano de la guerra de Vietnam que volvió de ella para trabajar en un colegio para alumnos con dificultades de aprendizaje y quien está contando su historia desde prisión mientras espera su juicio. Curiosamente, la prisión desde donde escribe es precisamente el colegio donde enseñaba, convertido en prisión para satisfacer la demanda de espacio en las cárceles de Norteamérica. La historia está puesta en el futuro -al menos al momento de su publicación-, en el 2001, en unos Estados Unidos que atraviesan por la que parece será su última crisis, sufriendo por la escasez de alimentos y combustibles y con una economía que colapsó luego de que los japoneses decidieran abandonar el país y las corporaciones que habían adquirido en él durante las décadas anteriores.

Eugene cuenta su historia de una manera no lineal, saltando de un tiempo a otro, desde su infancia y las enseñanzas recibidas de su abuelo socialista -su nombre es un homenaje a Eugene V. Debs, un famoso político y activista laboral que fue cinco veces candidato a la presidencia de los EU por el Partido Socialista- hasta su paso por la Academia militar de West Point, su eventual servicio en Vietnam y su regreso de la guerra a un país donde no sentía pertenecer. Gracias a un conocido del ejército Eugene consigue el puesto de profesor, mismo del que es despedido cuando algunas de sus ideas son grabadas por la hija de un conservador influyente.

Eugene
consigue trabajo el mismo día de su despido en una prisión separada del colegio únicamente por un lago. En la prisión Eugene entabla una extraña relación que no puede describirse precisamente como amistad con el alcaide, un japonés sobreviviente de la bomba de Hiroshima, quien representa a la corporación que desde hace unos años maneja las prisiones norteamericanas.

Luego de una masiva fuga de reos de la prisión, estos toman la comunidad escolar al otro lado del lago. La posición de respeto que Eugene adquirió dentro de la prisión durante el tiempo que trabajó ahí le permite circular libremente por la comunidad ocupada, pues los reos lo consideran neutral en su conflicto en contra de las autoridades y la sociedad. Una vez que los reos son sometidos, la escuela es convertida en prisión para ayudar a albergar el sobrecupo de la antigua prisión, la cual sufrió además severos daños durante la fuga. Eugene es nombrado alcaide de la misma, al menos temporalmente y hasta que es puesto preso y convertido en interno de la misma prisión.

Al principio del libro hay una nota del editor (Vonnegut mismo), explicando que lo que sigue es un manuscrito hallado en la biblioteca donde fue escrito. De acuerdo con la nota, Hartke decidió escribir su libro en pedazos de papel sueltos y de diferentes tamaños, desde papel de envoltura hasta servilletas y tarjetas. todos los cuales están numerados de manera secuencial. Como resultado de ésto el libro está compuesto de secciones de diferente tamaño, desde una línea hasta varias páginas.

Esto sirve como pretexto para poder incluir comentarios sarcásticos y o currentes observaciones sobre los sucesos recién narrados, además de la inclusión de anécdotas y comentarios varios sobre los temas que está tratando. Estos segmentos ilustran las ideas de Eugene sobre la historia, la guerra y el estado de la sociedad actual, haciendo especial enfasis en los prejuicios respecto a raza y clase.

El título del libro es un encantamiento, un hechizo que podría ser equivalente al "Abra Cadabra" que es más popular en los países de habla hispana y hace referencia a la serie de inexplicables coincidencias y sucesos que dictan el destino de Hartke, quien se refiere a ello como "tiempo y suerte", la combinación de elementos que determina el resultado de todas las cosas, pues todo depende de eventos pasados y a su vez lleva a un probable evento futuro. Las constantes referencias a eventos mencionados anteriormente en el libro sirve para enfatizar la invisible relación y dependencia que existe entre todas las cosas. Hartke se pregunta en varias ocasiones cuanto tiempo más podrá seguir siendo ateo si las conicidencias se siguen sucediendo en su vida como si fuesen dictadas por un poder superior.

Cabe apuntar que la gran mayoria del trabajo de Vonnegut -al menos sus novelas- tiene protagonistas que comparten con él muchos elementos: veteranos de guerra que han desempeñado toda clase de trabajos y ocupaciones y quienes tienen toda clase de preocupaciones sociales. Al principio del libro aparece una cita del mencionado Eugene V. Debs que podría resumir buena parte de la postura ideológica de Hartke y quizá hasta cierto punto del propio Vonnegut:
"...while there is a lower class, I am in it, and while there is a criminal element I am of it, and while there is a soul in prison, I am not free."
que vendría siendo:
“Mientras exista una clase inferior perteneceré a ella; mientras exista un elemento criminal estaré hecho de él; y mientras permanezca un alma en prisión no seré libre”.
Hocus Pocus representa una extraordinaria lectura, recomendada para toda clase de gente sin importar el género literario de su preferencia, y para mi no hizo más que acrecentar mi respeto y admiración por su autor. Ignoro que tan fácil sea localizar una copia de este libro en español. El mio es una edición de bolsillo en inglés que encontré usada a muy buen precio hace varios meses en una librería de viejo. El blog de la revista Descontexto ofrece un fragmento tomado del principio del libro, y en Cuanto Libro ofrecen una... eh, alternativa para conseguirlo.

Antes de cerrar este texto, quisiera compartir un par de citas del libro que me parecieron bastante apropiadas y que pueden servir como moraleja a cualquier libro que trate sobre la humanidad:
  • "Just because some of us can read and write and do a little math, that doesn't mean we deserve to conquer the universe".
  • "Another flaw in human character is that everybody wants to build and nobody wants to do maintenance. And the worst flaw is that we're just plain dumb! Admit it!"
  • "El hecho de que algunos de nosotros podamos leer y escribir y sepamos un poco de matemáticas no quiere decir que merezcamos conquistar el Universo".
  • "Otro defecto de la naturaleza humana es que todo mundo quiere construir y nadie desea hacer mantenimiento. ¡Y el peor de sus defectos es que somos simplemente estúpidos! ¡Admítanlo!"

julio 09, 2008

Vampiros: El Conde Drácula

Imagino que todo mundo -figurativamente hablando, claro- tiene una idea muy clara de quien es el Conde Drácula. Aparecido originalmente en la novela Dracula de Bram Stoker publicada en 1897, Drácula es el principal referente para los vampiros en la cultura popular occidental. Algunas de las ideas relacionadas con los poderes y atributos de un vampiro fueron establecidas en la novela de Stoker, aunque muchas otras normalmente asociadas con el personaje fueron añadidas en las décadas siguientes, principalmente para el cine, y no tenían relación alguna con el personaje de la novela.

Drácula es uno de los personajes llevados al cine en más ocasiones, segundo únicamente a Sherlock Holmes. De acuerdo con el Internet Movie Database se han producido más de 180 películas con el personaje y se hacen menciones o referencias a él en más de 600.

La primera películas basada en la novela enfrentó problemas de derechos, pues los productores no contaban con la autorización para realizar una adaptación y la viuda de Stoker intentó evitar su estreno. Producción alemana de 1922 y dirigida por F.W. Murnau, la película tuvo que cambiar su nombre por Nosferatu y el de su protagonista por el de Graf Orlok.

La cinta sobrevivió gracias a que ya se habían enviado copias al continente americano y con los años ganó reconocimiento como un clásico del género, sino también como un ejemplo de lo mejor del expresionismo alemán.

Años más tarde, en 1931, se estrenó la primera versión cinematográfica en llevar el mismo título de la novela. Protagonizada por Bela Lugosi, esa película se basó en una exitosa obra de teatro en la que el mismo actor llevaba la parte principal y que creó la imagen esteotípica del vampiro, la de un hombre alto, pálido, pulcramente peinado y vestido de manera elegante, con todo y una larga capa negra que reafirmaba su posición de aristócrata.

Durante las siguientes décadas Drácula fue el protagonista de toda clase de películas, mayormente de bajo presupuesto o B-Movies. De entre los actores que interpretaron al personaje en ese periodo habría que destacar a Christopher Lee, quien diera no-vida al personaje en varias películas producidas por el estudio británico Hammer Films.

Lamentablemente las cintas de la Hammer eran producciones modestas a las que les hacía falta mayor promoción y durante mucho tiempo estuvieron relegadas a un estatus de culto.

Con co-estrellas talentosas, como Peter Cushing interpretando al Profesor Van Helsing, némesis del conde, las historias en todas y cada una de esas películas es bastante simple y hasta cierto punto predecible, pero sacan provecho de la presencia escénica de Lee, que hace del personaje una imponente presencia física, que combinada con una excelente ambientación resulta en piezas consideradas de culto hasta nuestros días.

Se podría decir que a finales de los años 70 se dio un resurgimiento del personaje, pues aparecieron, además de una serie de TV, una película realizada especialmente para la televisión y varias producciones de bajo presupuesto, tres películas de alto perfil que lograron devolver al personaje la notoriedad y popularidad de que había gozado años atrás.

La película de TV es Count Dracula, una producción británica de la BBC estrenada en diciembre de 1977 y con Louis Jordan en el papel del Conde, y es excelente aunque poco conocida,

En cuanto a las producciones de cine, todas ellas de 1979, la primera fue una divertida comedia titulada Love at First Bite (Amor a la Primera Mordida) protagonizada por George Hamilton, la segunda un remake del clásico de Murnau, Nosferatu, conocida bajo su título internacional en inglés como Nosferatu The Vampyre, escrita y dirigida por Werner Herzog y protagonizada por Klaus Kinsky e Isabelle Adjani. La tercera, titulada simplemente Dracula, es una producción británica, dirigida por John Badham y la cual contaba con las actuaciones de Frank Langella como el Conde y Sir Lawrence Olivier como Van Helsing.

En lo personal, creo que Nosferatu The Vampyre y el Dracula de 1979 son quizás las dos versiones de la historia mejor logradas, al menos en lo que a cine se refiere, pues a pesar de que ambas difieren de forma considerable de la novela, mantienen los suficientes elementos como para hacer reconocible el material de origen y agregan detalles que ayudan a enriquecer su mitología.

En el caso de la cinta británica, habría que apuntar que la actuación de Langella se basó en una imponente presencia escénica, pero a diferencia de la interpretación de Lee, no recurre a demostraciones físicas de fuerza, pues la pose y mirada del Conde bastaban para dominar a quienes estuviesen a su alrededor, y el privilegio de tener a Sir Lawrence como contraparte ayudó enormemente al éxito de la película.

En cuanto al Nosferatu de Herzog, es una obra de arte de principio a fin, desde la música y ambientación hasta las excelentes actuaciones, pero creo que es una cinta que comentaré más a fondo en otra ocasión junto con las otras dos versiones fílmicas del Conde Orlok.

En cuanto a la novela de Stoker, debo haberla leído por primera vez hacia finales de los años ochenta, cuando era un adolescente, y debo confesar que por diversas razones fue una experiencia un tanto extraña.

Conocía al personaje porque para ese entonces ya había visto al menos las dos versiones de Nosferatu y los Dracula de Lugosi y Langella, además de algunas de las películas de Lee y varias versiones de televisión. Tenía una idea preconcebida del personaje y de su mitología, y de los vampiros en general, y honestamente era una versión muy diferente a la que aparecía en la novela.

Además, nunca había leído una novela epistolar, sin un narrador externo o donde la historia no es contada en primera persona por alguno de sus protagonistas, sino que se construye a partir de una sucesión de cartas, telegramas y entradas en diarios, escritas por diferentes personajes de la historia.

Cuando empecé a leer el libro me sentí un poco decepcionado, pero conforme avanzaba en la lectura me fui sintiendo poco a poco atrapado y fascinado por esa manera de contar la historia y por la riqueza que le daba a los personajes.

Pocos años después llegó la versión cinematográfica de Francis Ford Coppola, que pese a ser una interpretación visualmente gloriosa de la historia, con un diseño de producción impresionante y a estar realizada por un director experimentado, o a contar con la extraordinaria actuación de Gary Oldman en el papel principal y de Anthony Hopkins y Wynona Rider en los secundarios, no pudo capturar de forma adecuada todo lo que representa la novela. Supongo que parte del error fue dar un papel dramático a Keanu Reeves, pero en todo caso no se puede culpar  a un actor secundario por las fallas de la cinta.

Creo que se trataba de un Coppola ya cansado de Hollywood y más preocupado por mostrar a cuadro sus ostentosos valores de producción que por contar una historia de la mejor manera posible. En todo caso es una buena película, aunque a mi juicio no puede compararse con las dos que mencioné anteriormente.

Sin embargo, poder disfrutar de ese exquisito diseño de producción y su score musical hacen que se gane un lugar especial en mi particular lista de adaptaciones draculescas. Por cierto, como nota al margen, muchos años después descubrí que el artista de storyboards de la película fue el excelente diseñador y alguna vez artista de cómics Jim Steranko. Las ilustraciones que he podido ver de su trabajo para esta producción son extraordinarias.

Dado que me estoy extendiendo demasiado supongo que es hora de hacer una pausa, dejando para la próxima el comentario de algunas versiones derivadas del personaje, tanto en libros como en la pantalla. O tal vez lo dedique a hablar de Nosferatu en sus diferentes versiones. Dos posts apenas y ya voy a empezar a improvisar. Y luego me preguntan porque no me hago planes más definidos.

Hasta la próxima.

julio 08, 2008

Thomas M. Disch

El viernes pasado el autor Thomas M. Disch se suicidó en su departamento en la ciudad de Nueva York a los 68 años de edad.

Anteriormente comenté aquí su novela basada en la serie de televisión The Prisoner y comenté que había leído con anterioridad otros de sus trabajos. Ya en una ocasión expliqué porque me molestaba en escribir obituarios o comentar sobre el deceso de escritores, artistas o cineastas así que no creo tener que hacerlo nuevamente.

La obra de Disch está impregnada de una fuerte dosis de humor negro y sarcasmo, y tal vez eso sea lo que más me atraía de su trabajo. Sin embargo, había en sus libros también una innegable carga de optimismo, especialmente notorio en su trabajo de poesía o en aquel dirigido a un público infantil.

Descanse en paz.

88 Minutos

Al Pacino es uno de los actores más respetados dentro de la industria cinematográfica hollywoodense, y aún cuando en muchos de sus trabajos en años recientes se le ha criticado por su exacerbante tendencia a sobreactuar o a usar un lenguaje corporal demasiado exagerado, hay que reconocer que sigue siendo uno de los mejores actores en el cine norteamericano. Tal vez esa sea la razón por la que su nombre sigue siendo suficiente para garantizar un mínimo de ingreso en taquilla para cualquier película en que aparece.

88 Minutes es un thriller policiaco de tintes psicológicos. Pacino interpreta al Dr. Jack Gramm, psiquiatra forense y profesor universitario en la ciudad de Seattle. Gramm es una figura controversial pues aún cuando es respetado por su trabajo como colaborador de la policía de la ciudad, su altanería y díficil forma de ser hacen que sea al menos tan detestado como admirado. El caso que terminó de cimentar su reputación y lo convirtió en una celebridad local se dio diez años atrás, cuando su testimonio ayudó a enviar a prisión a Jon Forster (Neal McDonough), un asesino serial. Después del juicio y a lo largo de los años, Forster ha acusado a Gramm de haber manipulado al jurado e influido a uno de los testigos para lograr condenarlo a la pena de muerte.

Ahora, en la víspera de la ejecución de Forster, han empezado a aparecer víctimas de homicidios con el mismo modus operandi que caracterizó los crímenes por los que Forster fue condenado. La policía sospecha que se trata de un copycat, un imitador que tal vez esté tratando de comprar tiempo a Forster. Gramm recibe una llamada donde una voz alterada artificialmente le informa que le quedan 88 minutos de vida. A partir de ahí la película se convierte en un frenético esfuerzo de parte de Gramm por hallar el origen de la llamada o atrapar al copycat antes de que su tiempo llegue a su fin. Asistiendolo en su esfuerzo están su asistente Shelly (Amy Brenneman), el agente especial del FBI y amigo suyo Frank Parks (William Forsythe) y una de sus estudiantes, Kim Cummings (Alicia Witt). Otros dos estudiantes, interpretados por Benjamin McKenzie y Leelee Sobieski, se convierten en elementos de sospecha para Gramm.

Lamentablemente el guión no está a la altura de las actuaciones. La historia intenta sembrar pistas falsas cada dos minutos, y antes de empezar a generar intriga o suspenso con cada una de ellas se da un giro inesperado e innecesario que termina por distraer más que sorprender. Tal vez la mejor forma de describir 88 minutos sea diciendo que se trata de un thriller psicológico que pretende ser más inteligente de lo que en realidad es. Los intentos de dar giros inesperados en la trama, sobre todo en la última parte de la película, empiezan a volverse predecibles y repetitivos, y lo único que impide que la película sea un absoluto desastre es la interpretación de Pacino, quien realiza una actuación fuerte y cargada de intensidad pero manteniendo a raya los excesos que en otras ocasiones le han ganado críticas en contra. Jon Avnet, el director, tiene una prolífica carrera como productor, pero esta es apenas su cuarta película, y la primera desde 1997. La película se rodó en 2005 y se terminó ese mismo año, pero la productora decidió no estrenarla. El año pasado una distribuidora independiente la exhibió en algunas ciudades de EU y Canadá, pero fue hasta este año que finalmente fue estrenada de manera internacional.

Aparentemente esto se debió a que existían diferencias entre el estudio y el director acerca del corte final de la cinta, y luego de ver el resultado, no puedo evitar preguntarme quien tenía la razón y que versión fue la que se estrenó.

Finalmente 88 Minutes resulta una película medianamente entretenida pero mayormete olvidable. A menos, claro, que sean fans de Al Pacino, cuya actuación en esta película es una de las mejores -junto con su trabajo en The Merchant of Venice- que nos ha dado en muchos años.

julio 07, 2008

Vampiros

Normalmente no acostumbro realizar posts temáticos en este blog por diversas razones, desde lo engorroso y monótono que pudiese resultar, hasta por el nivel de compromiso que pudiese representar el publicarlos de manera constante y continua. Sin embargo, voy a hacer una excepción. Algunos de los textos que tenía pendientes y/o atrasados tienen algo en común: vampiros. Así que durante las próximas semanas intercalaré estos textos con los posts que acostumbro poner sobre cine, libros y demás. No sé cuantos textos vayan a resultar ni hasta cuando los vaya a ir poniendo, pero supongo que dos a la semana debieran bastarme de aquí a fin de mes. Así que primero una breve introducción al porque de este tema.

Los vampiros siempre han sido causa de fascinación para la humanidad. No sé si se deba a la idea de la inmortalidad, al atractivo de llevar una "vida" en las sombras, ocultos del resto de la humanidad, o a la idea de rebelión que nunca ha sido mejor representada que con estas criaturas que no responden a nada ni a nadie, viviendo por instinto sin cuidado alguno de autoridades religiosas o terrenales.

Mi primer contacto con la ficción de vampiros debe haber sido a través de la televisión, y tomando en cuenta que de pequeño yo no tenía en mis manos el decidir que canal era sintonizado, muy probablemente haya sido en alguna película donde Germán Robles interpretara al Conde Lavud, esas donde Abel Salazar interpretaba al reticiente héroe convertido en cazavampiros. El hecho de que la imagen más temprana que recuerdo de un vampiro sea la del Sr. Robles con los brazos levantados, la capa desplegada y enseñando los colmillos es la principal razón para creer que fue mi primer vampiro. De no ser así es muy probable que haya visto antes alguna película más vieja y de origen sajón (Dracula o Nosferatu) en cuyo caso debiera haber sido en Canal 11. Sea como sea, es un hecho que mi primer contacto con los vampiros fue a través de una película.

Al paso de los años he visto muchísimas películas y series de TV, además de haber leído una gran cantidad de novelas, historias cortas y comics. Claro está que nada de esto me convierte en un experto ni nada por el estilo, pues seguramente pueden hallar toda clase de sitios web especializados en el tema donde hallar mucha más información al respecto. Mi intención con los textos que dedicaré a estos fascinantes personajes es simplemente compartir algunas de las historias que más he disfrutado a lo largo de los años. Tal vez entre ellas haya alguna que no conozcan o pueda resultar de su interés hallar una vez haya yo expresado el porque de mi gusto hacia ella. Supongo que por ahora y a manera de introducción con esto debiera bastar. La próxima vez que toque el tema - que debiese ser en un par de días, luego de alguna otra entrada sin relación- será para tratar con lo que podríamos considerar la figura paterna del mito moderno del vampiro, el Conde Drácula.

Hasta entonces.

julio 04, 2008

The Incredible Hulk

Cuando hace algunos años se anunció que Ang Lee sería el encargado de llevar a Hulk al cine yo fui uno de los fans más excitados por la noticia. Se empezaba a marcar una tendencia de parte de Marvel Comics y los estudios con que trabajaba a contratar cineastas probados y con una reputación hecha lejos del cine de género para encargarse de manejar los proyectos asociados a sus personajes. La película recibió críticas divididas tanto entre cinéfilos como entre aficionados al comic -personalmente le encontré más cosas positivas que negativas, como consta en el comentario que escribí en su momento-, y aún cuando el resultado en taquilla y ventas en DVD fue bastante más que aceptable, el estudio decidió tomar una dirección diferente al llevar al personaje por segunda vez a la pantalla grande.

Así entra en escena Louis Leterrier, un director de origen francés normalmente identificado con películas de acción como Danny the Dog y The Transporter 2, además de haber sido director de segunda unidad en The Transporter. Para el guión se contrataron los servicios de Zak Penn, quien cuenta en su historial con toda clase de películas comerciales entretenidas pero perfectamente desechables como Last Action Hero o Inspector Gadget, y de auténticos tropezones como Elektra o X-Men: The Last Stand. Esto cambió ligeramente al elegir a Edward Norton para interpretar el papel de Bruce Banner, pues Norton pidió que en su contrato se incluyera la posibilidad de trabajar sobre el guión.

El resultado es una película que encaja dentro de la descripción de un blockbuster veraniego: Acción, efectos especiales al por mayor, y una historia entretenida pero poco profunda, donde se da más importancia al valor de entretenimiento que al uso del cine como vehículo narrativo. Aún cuando se aclara desde un principio que no es una secuela del Hulk de Ang Lee -la secuencia de créditos recuerda más a la serie de televisión de finales de los 1970s-, la historia se construye de modo que sea posible seguir desde donde se quedó Lee. Bruce Banner está escondido en Sudamérica mientras intenta hallar una cura para su condición en tanto que el ejército norteamericano sigue tratando de encontrarlo. El General "Thunderbolt" Ross menciona en una escena que Hulk se las ha arreglado para no ser visto en cinco años -la película de Ang Lee data del 2003- y en términos generales se da por entendido que todo mundo conoce el origen del "problema" de Banner y su relación con el General Ross y su hija Betty.

Las actuaciones en general son bastante sólidas, aunque uno se queda con la impresión de que se desperdició una importante oportunidad de desarrollar a los personajes al dar poco tiempo en pantalla tanto a Banner como a su antagonista, Emil Blonsky (Tim Roth), un soldado de fuerzas especiales que conforme avanza la película se va obsesionando con el poder del alter ego de Banner y con la idea de poder enfrentarlo y derrotarlo en combate uno contra uno, lo que lo lleva a aceptar los experimentos que eventualmente lo convertirán en La Abominación. William Hurt interpreta con la sobriedad que lo caracteriza al General Ross en tanto que Liv Tyler encarna a Betty, hija del general y compañera sentimental de Banner. En contra juega no solo el que se le de poco tiempo en pantalla a los actores, sino que los efectos visuales utilizados para crear a Hulk y a la Abominación dejan bastante que desear.

Cuando Hulk aparece en tinieblas y solo se alcanza a vislumbrar parte de su anatomía todo se ve bastante bien, al igual que cuando solo se alcanzan a ver partes de su cuerpo. Lamentablemente al verlo completamente iluminado y en escenas claras, su apariencia sigue siendo poco convincente. En lugar de la masiva y clara versión que utilizó Ang Lee para dotar a su monstruo de un lenguaje corporal y facial bastante complejo, Leterrier optó por crear una versión más oscura y atemorizante del monstruo, pero en el proceso perdió un poco de presencia más allá del primer impacto visual, pues entre más tiempo se le ve en pantalla más crece la sensación de estar viendo algo falso e irreal.

La película contiene toda clase de guiños a los fans del comic o de la mencionada versión televisiva. El personaje del Dr. Sterns, un científico que busca a ayudar a Banner a hallar la manera de controlar a su bestia interior, está tomado del comic y siembra además la posibilidad de una secuela, pero no mencionaré de que modo porque podría arruinar la sorpresa a quienes no están familiarizados con el personaje. Se menciona también a un Jim Wilson, quien en los comics es un huérfano que eventualmente se convierte en amigo de Hulk, además de que una etiqueta en un laboratorio militar muestra el nombre del Dr. Josef Reinstein como el creador del suero del supersoldado, tal y como era en la versión original en los comics del Captain America creados por Joe Simon y Jack Kirby. Hulk emite su frase más famosa en los comics, "¡Hulk Smash!" y podemos ver también, aunque brevemente, al Dr. Leonard Samson, otro personaje tomado de la mitología Marvel.

En cuanto a la serie de TV, mencione antes la secuencia de títulos, durante la cual se muestra el accidente que provocó la transformación de Banner en Hulk. Esa secuencia replica casi de manera exacta el laboratorio y el equipo que se mostraba en la serie, incluyendo la máquina con que Banner es irradiado originalmente. Además, en una televisión se puede ver a Bill Bixby, quien interpretara en esa serie a David Banner, y Lou Ferrigno, quien hacía la parte de Hulk, aparece como un guardia de seguridad y también presta su voz al gigante verde. Se menciona a un personaje llamado Jack McGee, lo que es una alusión al reportero que perseguía a Banner en con la idea de publicar su historia y revelar la verdad sobre su doble identidad. También se homenajea la serie cuando Banner se transforma por primera vez en la película, se le ve usando como alias "David B." y puede escucharse el tema musical que aparecía al final de cada episodio durante una escena en que se le ve caminar por las calles.

Resumiendo, The Incredible Hulk es una película muy entretenida que debiera satisfacer a la gran mayoría de los fans del comic o del género de acción en general. Lamentablemente no ofrece mucho en términos de desarrollo de personajes y uno se queda esperando que la próxima vez puedan lograr un balance entre esta visión del personaje y la que nos ofreciese hace unos años Ang Lee.

julio 02, 2008

Pizzas piratas...

Hace algunos días al regresar a casa después del trabajo, me topé con un puñado de volantes de una pizzería cercana. Esto no es inusual pues en los alrededores de la colonia donde vivo existen una gran cantidad de negocios similares, pero justo cuando pensaba ignorarlos vi el nombre del negocio y tuve que tomar un volante aunque fuese solo para inmortalizarlo en la web. Aquí el detalle del volante que llamó mi atención:

Si viven en el sur-oriente de la Ciudad de México es posible que estén dentro del área de cobertura. Personalmente no las he probado así que no puedo respaldar la calidad de estas pizzas, aunque tal vez cupiera la posibilidad de que se hayan robado también las recetas de alguién más. Lástima que se robaron la idea para el nombre y al buen Wil E. como mascota, pero no tuvieron la creatividad necesaria para poner a sus especialidades nombres más ad hoc con la imagen que... eh... "diseñaron" para su empresa. ¿Qué tal el correcaminos como repartidor? ¿O nombres tomados de otras animaciones de la WB?

Extrañamente, o tal vez no tanto, las pizzas no aparecen en el Catálogo de Productos ACME que mencioné en La Hoguera hace unas semanas...

julio 01, 2008

Reconocimiento

Resulta que el pasado viernes recibí un inesperado comentario en la más reciente entrada de este blog.

Era de Luis Gantús, a quien aquellos familiarizados con el medio comiquero mexicano -o lo que queda de el- sin duda pueden identificar como el responsable de la que fuera la más importante convención de cómics en la ciudad de México durante la década pasada: la Conque.

El motivo de su comentario era para informarme que me había seleccionado como merecedor al Premio al Esfuerzo Personal. Este premio tiene sus reglas, que son las siguientes:
  1. Al recibir el Premio, se ha de escribir un post mostrando el premio y se ha de citar el nombre del blog o web que te lo regala y enlazarlo al post de ese blog o web que te nombra ganador.
  2. Elegir un mínimo de 7 blogs (pueden ser más) que creas que brillan por su temática y/o su diseño. Escribir sus nombres y los enlaces a ellos. Avisarles de que han sido premiados con el “Premio al esfuerzo personal”. Para que lo recojan.
  3. Opcional. Exhibir el Premio con orgullo en tu blog haciendo enlace al post que tú escribes sobre él.
Así que aquí va, antes que otra cosa, mi discurso de agradecimiento.

Antes que nada debo agradecer a Blogger, por este espacio; a las distribuidoras de películas, editoriales y cadenas de televisión por su desinteresada asistencia para proveerme de temas sobre los cuales escribir; a los tres lectores regulares de estas líneas y a las decenas de incautos que caen aquí por accidente o porque alguien les da mal alguna dirección (gracias, Luis). A mi madre -que aunque lo duden, tengo-, por todo su apoyo (aunque no me lea); a los Hermanos Marx, por demostrar que el sinsentido también tiene sentido...

¡A la vida, por permitirme estar aquí!

¡Al Monstruo de Espaghetti Volador por haber creado este imperfecto mundo y darme un lugar en el!

A... a... se me están acabando las opciones pero ¡Qué más da!. Todo mundo sabe que todo se lo debo a mi manager...

Después de ese breve emotivus lapsus -donde estuve a punto de citar a Sally Fields pero recordé que me habìa nominado Gantús-, mis nominados, sin ningún orden particular, son:
  • Esteban Pedreros. Ocio Crónico es un blog dedicado a hablar de diversos temas relacionados con la cultura popular contemporánea. Comics, series de TV, celebridades, política y otros temas de actualidad vistos desde la perspectiva de un futuro abogado chileno.
  • Patricio Betteo. Uno de los ilustradores más talentosos que tengo el privilegio de conocer. Monero, fotógrafo y a veces poeta, "El Pato" llena su blog con reflexiones escritas y/o visuales de toda clase de temas.
  • BEF. Bernardo Fernández, mejor conocido como BEF, es un escritor e ilustrador a quien le apasiona su trabajo. Su blog es uno de los más inteligentes y entretenidos en la blogósfera de habla hispana, combinando ilustraciones, recomendaciones de lectura y reflexiones de temas de actualidad.
  • Tere Chacón. Apasionada de los Beatles, Tere reparte el espacio de su blog entre su adoración hacia el cuarteto de Liverpool y toda clase de comentarios y reflexiones sobre temas privados y/o de actualidad.
  • Rodrigo Alvarez J. Uno de mis mejores amigos es además uno de los blogueros más divertidos. Cine, televisión, juguetes, comics y demás aspectos de la cultura pop del siglo pasado y lo que va de este son objeto de las más divertidas remembranzas y reflexiones. No postea tan a menudo como quisieramos, pero sus kilométricos Rollos Sagrados compensan sus extendidas ausencias.
  • Sonia Sánchez. También conocida en el bajo mundo blogueril como Camila Jovobitch, Sonia es esposa del talentoso ilustrador y monero Bachan. Su blog, Sin Tapujos, trata mayormente sobre temas personales o de actualidad, pero vistos con una perspectiva bastante peculiar. Si no les basta con lo que encuentren ahí, pueden leer también su blog dedicado a las finanzas personales, Blog y Lana.
  • Rest in Peace. Para cerrar con la lista les dejo el blog de mi hermano. A veces no trata de nada, a veces toma temas recurrentes, o en ocasiones simplemente se dedica a despotricar de cualquier cosa que no le parezca, sobre todo tratándose de futbol.
Pues ahí están, mis siete nominados al Premio al Esfuerzo Personal. Nos leemos luego.