Rob Zombie inició hace unos años su carrera como director de cine con una cinta de terror que podríamos considerar dentro de los subgéneros slasher y/o gore titulada The House of 1000 Corpses (La Casa de los 1000 Cuerpos, 2003), a la que siguió un par de años después una especie de secuela llamada The Devil's Rejects (Violencia Satánica, 2005). La primera destaca por el impactante manejo del contenido visual, mismo aspecto que destacaba en los videos musicales que Zombie había dirigido anteriormente, en tanto que en la segunda se nota un crecimiento en el aspecto narrativo y de creación de atmósferas en su trabajo.
Ahora, con el estreno de Halloween, un remake del clásico de John Carpenter de hace casi 30 años, Zombie demuestra que su proceso de aprendizaje sigue por buen camino. Sin duda la original sigue siendo el mejor slasher film jamás realizado, lo que provocó críticas a Zombie desde que anunció su intención de dirigir esta nueva versión por considerar que no era necesaria, pero una vez visto el resultado es evidente la reverencia que Rob siente por la original, lo cual se convierte en un arma de dos filos, pues al tiempo que construye sobre el canon de aquella con un vistazo a la infancia de Michael Myers, limita la forma en que recuenta los hechos de la noche de Halloween en que Michael decide regresar a casa.
Las actuaciones son bastante buenas y es evidente que Zombie realizó un gran trabajo de casting, desde utilizar a Tyler Mane para lograr un Michael físicamente imponente, hasta la selección de actores más experimentados y respetados como Malcolm McDowell, William Forsythe y Danny Trejo para los papeles secundarios más visibles. Visualmente es más violenta que la original, aunque evita caer en los excesos de sus trabajos anteriores. El diálogo se siente más actual aunque la abundancia de maldiciones y malas palabras llega a ser bastante exagerada. Más que una cinta de horror, Halloween debe ser considerada como una cinta de suspenso, y precisamente en ese aspecto es donde esta versión resulta opacada por la original, no porque esté mal realizada, si no porque no ofrece nada nuevo y porque la versión de Carpenter era impecable. Supongo que para quienes no han visto la original la versión de Zombie resultará una agradable sorpresa y espero represente un aliciente para buscar la original.
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1408 está basada en un cuento de Stephen King, lo cual es posible que muchos hubiesen podido adivinar sabiendo que la historia es protagonizada por un escritor cuya vida da un giro tras un encuentro con lo supernatural. Y quiero que conste que no menciono lo anterior como una crítica gratuita, pues en realidad quiero hacer énfasis en que 1408 contiene muchos de los elementos que han hecho famoso a King y que han sido convertidos en clichés por sus muchos seguidores, imitadores y rivales.
Mikael Hafström dirige una interesante adaptación del cuento del mismo nombre, cuyo protagonista es Mike Enslin, un escritor que se gana la vida visitando lugares con fama de embrujados o tenebrosos y escribiendo sobre ellos, desmitificando su status de embrujados. Todo cambia cuando decide hospedarse en la habitación 1408 del Hotel Dolphin, en Manhattan, Nueva York, una habitación que el hotel mantiene cerrada debido a la gran cantidad de muertes que se han dado en ella a través de los años. La película hace uso de todos los clichés posibles (fantasmas, deja vu, paredes escurriendo, alucinaciones, etc, además de curiosidades de trivia como por ejemplo, la habitación está en el piso 14, pero al no haber piso 13 en realidad se trata del 13° piso, y el número es 1408, 1+4+0+8=13), pero lo hace de una manera eficiente y efectiva, manteniendo el suspenso y construyendo la sensación de claustrofobia y horror que el personaje de Enslin va desarrollando conforme avanzan los minutos.
La actuación de John Cusack en el papel principal resulta determinante para que la película funcione, pues consigue reflejar los cambios de humor del personaje mientras pasa por las diferentes etapas de angustia, horror y desesperación que la historia requiere, al tiempo que explota su carisma para conseguir que la audiencia simpatice con su personaje a pesar de que se comporta como un cretino. Samuel L. Jackson tiene una breve pero efectiva participación como el gerente del Dolphin, y fuera de ellos dos la película prácticamente no requiere de más actores. Contada de una manera ágil e inteligente, 1408 fue una muy agradable sorpresa, cuyo único posible defecto sea el pobre uso de efectos computarizados cerca del final. Aún así, es una de las películas más entretenidad que he visto en los últimos meses.
Por cierto, en unas semanas debiera estrenarse también la adaptación de Frank Darabont de The Mist. ¿Será posible ver dos buenas adaptaciones de historias de Stephen King el mismo año? Habrá que esperar con los dedos cruzados.
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