Hace un par de meses, cuando escribí mi primer texto sobre esta temporada, mencioné a los que a mi parecer eran los mejores cuatro equipos de cada Conferencia. Chicago, Seattle, Filadelfia y Nueva Orleans por la Nacional; Indianapolis, Nueva Inglaterra, Baltimore y San Diego por la Americana. Han pasado 11 semanas desde entonces y faltando 6 juegos para terminar la temporada regular parece un buen momento para echarle un vistazo al estado actual de las cosas. Empecemos con la Conferencia Nacional.
Chicago ha pasado problemas para equilibrar su desempeño, pero la decisión del coach de relegar a Rex Grossman al segundo equipo parecía haber sido para bien, pues poco a poco Brian Griese se iba mostrando más firme como titular. Pero sobrevino una lesión y con ello regresó Grossman a tomar el mando del ataque de los Osos. Griese podría volver a la acción este domingo, pero puede ser demasiado tarde para intentar colarse a los playoffs, pues independientemente del mayormente bajo nivel de competencia en la Conferencia, hay que hablar de lo bien que están jugando los equipos de su división, la Norte de la Nacional, en donde actualmente ocupan la última posición, de la cual muy difícilmente podrán salir.
Seattle ha batallado aún más que Chicago para alcanzar un nivel óptimo de desempeño, pues lucen irregulares e inseguros. Shaun Alexander ha sido víctima de múltiples lesiones y ya no encabeza el ataque dominante que los Seahawks tuviesen hace un par de años. La defensiva del equipo se ha visto demasiado vulnerable, sobre todo la secundaria cuando su línea y linebackers no logran presionar a los QBs contrarios. Creo que debido al bajo nivel de los otros equipos de la División Oeste es probable que logren colarse a los playoffs siempre y cuando sean capaces de mantenerse arriba de los Cardenales de Arizona, pues los lugares como comodínes parecerán disputarlos en el Norte y el Este. Aún si consiguen un lugar en la postemporada no están listos para luchar por el título de la Conferencia.
Filadelfia tiene un record de 5 ganados y 5 perdidos, pero es muy probable que sea el equipo más débil de la División Este. Aún cuando la experiencia de algunos jugadores clave y de su staff de coacheo pueden ser importantes en la recta final de la temporada es muy difícil que puedan conseguir colarse a los playoffs, mayormente porque no creo que puedan alcanzar a los Gigantes para pelear por la segunda posición de la división y con ella el posible puesto de comodín. Será determinante el estado de salud de Donovan McNabb para saber hasta donde puede el veterano QB tratar de encabezar el regreso de su equipo, el cual sin duda se vio muy afectado por los problemas familiares de su entrenador en jefe, Andy Reid.
Nueva Orleans parece haber hallado el camino de regreso a un nivel competitivo a partir de su semana de descanso y poco a poco se parecen más a lo que fueron el año pasado. Necesitan hacer ajustes, sobre todo a la defensiva, pero pelearán hasta el final por un lugar en la postemporada, aunque muy probablemente el desgaste físico y emocional que han sufrido hasta ahora y probablemente seguirán acumulando será demasiado como para pensar en ellos como serios contendientes al título de la Conferencia.
Después de lo visto en estas semanas resulta obvio decir que mis expectativas para la Conferencia Nacional estuvieron demasiado alejadas de lo mostrado por los equipos arriba mencionados en el terreno de juego. Ahora me parece seguro afirmar que los equipos contendientes para ganar el campeonato de la Conferencia Nacional y con ello el derecho a jugar el Superbowl XLII son los Vaqueros de Dallas y los Empacadores de Green Bay.
Los Vaqueros tienen una sólida defensiva, a la que siempre he criticado por su tamaño y peso, pero la que ha demostrado que además de peso y fuerza tienen la velocidad necesaria para enfrentar a casi cualquier esquema ofensivo. Su mayor problema será cada vez que enfrenten a un oponente que los mantenga demasiado tiempo en el terreno de juego, pues su fondo físico no es suficiente contra el transcurrir de los minutos. A la ofensiva tienen su arma más peligrosa no en el combo Romo/Owens/Witten, sino en Marion Barber, quien tiene todo para convertirse en uno de los mejores fullbacks de la liga y quien suele dar grandes actuaciones, sobre todo en la segunda mitad de los juegos, cuando las defensivas contrarias empiezan a dar muestras de cansancio.
Los Empacadores son un caso aparte. Más que su buen sistema de juego, lo que los destaca es el entusiasmo y actitud con que enfrentan cada juego y la ejecución eficiente de cada jugada. Sin duda se trata de un efecto de jugar tras un líder natural como Brett Favre, quien está teniendo uno de los mejores años de su larga carrera. Ahora, contando con el apoyo de un ataque terrestre consistente y una defensiva joven y eficaz que parece mejorar semana a semana, los Empacadores parecen ser, junto con los Vaqueros, los dos equipos más balanceados de la Conferencia Nacional. Su duelo de la semana 13 podría determinar en que estadio se jugará la final de la Conferencia, así que habrá que estar pendientes de ese resultado.
Los otros equipos con aspiraciones de alcanzar la postemporada pero que difícilmente podrían alcanzar el nivel de los dos anteriores son los Leones de Detroit, los Gigantes de Nueva York, los Vikingos de Minnesota, los Bucaneros de Tampa Bay y los Cardenales de Arizona.
Los Leones son una de las grandes sorpresas del año. Cuando su QB Jon Kitna dijo antes de iniciar la temporada que su equipo ganaría al menos 10 juegos nadie lo creyó, y sin embargo ahora se ve como una posibilidad difícil, si, pero definitivamente real. Con Mike Martz como coordinador ofensivo los Leones se han convertido en uno de los ataques más peligrosos, y su defensiva parece estar a la altura. Si consiguen reducir la cantidad de balones que pierden y mejoran la forma en que protegen a su QB, pueden convertirse en un equipo a tomar en cuenta en los playoffs, pero dudo que este año puedan hacer algo más allá de calificar. Los Gigantes de Nueva York son el opuesto exacto, pues han ido mejorando gracias al trabajo de su defensiva, una de las más duras a la hora de poner presión al QB y defender contra la carrera, aunque pueden tener problemas con ofensivas aéreas de buen nivel. Su ofensiva parece sólida, pero el juego errático e inconsistente de Eli Manning depende demasiado de lo que hagan sus receptores, lo que los obliga a correr el balón más de lo que quisieran. Su defensiva los mantendrá en la pelea, pero no creo que sea suficiente.
Arizona y Minnesota son dos equipos jóvenes que habrá que tomar en cuenta en los próximos años, pero por ahora habrá que considerarlos simplemente como los equipos que buscan complicar a los contendientes más serios. Ambos equipos tienen un explosivo ataque, aéreo en el caso de Arizona y terrestre en el de Minnesota, y los dos tienen buenas defensivas que les dan el balance necesario para pensar que alcanzarán la postemporada, pero necesitan madurar antes de pensar que están listos para dar el siguiente paso. Tampa Bay es todo lo contrario. Con un juego basado en el desempeño de sus jugadores más veteranos, como Jeff García o Joey Galloway y con una sólida defensiva como acostumbra armar el coach Jon Gruden, Tampa es un equipo que puede complicarle las cosas incluso a equipos aparentemente superiores como pueden ser los Empacadores o los Vaqueros.
En conclusión, creo que Dallas y Green Bay serán quienes disputen el boleto al Superbowl. Una cosa es segura al menos en lo que respecta a la Conferencia Nacional: lo mejor está aún por venir.
Chicago ha pasado problemas para equilibrar su desempeño, pero la decisión del coach de relegar a Rex Grossman al segundo equipo parecía haber sido para bien, pues poco a poco Brian Griese se iba mostrando más firme como titular. Pero sobrevino una lesión y con ello regresó Grossman a tomar el mando del ataque de los Osos. Griese podría volver a la acción este domingo, pero puede ser demasiado tarde para intentar colarse a los playoffs, pues independientemente del mayormente bajo nivel de competencia en la Conferencia, hay que hablar de lo bien que están jugando los equipos de su división, la Norte de la Nacional, en donde actualmente ocupan la última posición, de la cual muy difícilmente podrán salir.
Seattle ha batallado aún más que Chicago para alcanzar un nivel óptimo de desempeño, pues lucen irregulares e inseguros. Shaun Alexander ha sido víctima de múltiples lesiones y ya no encabeza el ataque dominante que los Seahawks tuviesen hace un par de años. La defensiva del equipo se ha visto demasiado vulnerable, sobre todo la secundaria cuando su línea y linebackers no logran presionar a los QBs contrarios. Creo que debido al bajo nivel de los otros equipos de la División Oeste es probable que logren colarse a los playoffs siempre y cuando sean capaces de mantenerse arriba de los Cardenales de Arizona, pues los lugares como comodínes parecerán disputarlos en el Norte y el Este. Aún si consiguen un lugar en la postemporada no están listos para luchar por el título de la Conferencia.
Filadelfia tiene un record de 5 ganados y 5 perdidos, pero es muy probable que sea el equipo más débil de la División Este. Aún cuando la experiencia de algunos jugadores clave y de su staff de coacheo pueden ser importantes en la recta final de la temporada es muy difícil que puedan conseguir colarse a los playoffs, mayormente porque no creo que puedan alcanzar a los Gigantes para pelear por la segunda posición de la división y con ella el posible puesto de comodín. Será determinante el estado de salud de Donovan McNabb para saber hasta donde puede el veterano QB tratar de encabezar el regreso de su equipo, el cual sin duda se vio muy afectado por los problemas familiares de su entrenador en jefe, Andy Reid.
Nueva Orleans parece haber hallado el camino de regreso a un nivel competitivo a partir de su semana de descanso y poco a poco se parecen más a lo que fueron el año pasado. Necesitan hacer ajustes, sobre todo a la defensiva, pero pelearán hasta el final por un lugar en la postemporada, aunque muy probablemente el desgaste físico y emocional que han sufrido hasta ahora y probablemente seguirán acumulando será demasiado como para pensar en ellos como serios contendientes al título de la Conferencia.
Después de lo visto en estas semanas resulta obvio decir que mis expectativas para la Conferencia Nacional estuvieron demasiado alejadas de lo mostrado por los equipos arriba mencionados en el terreno de juego. Ahora me parece seguro afirmar que los equipos contendientes para ganar el campeonato de la Conferencia Nacional y con ello el derecho a jugar el Superbowl XLII son los Vaqueros de Dallas y los Empacadores de Green Bay.
Los Vaqueros tienen una sólida defensiva, a la que siempre he criticado por su tamaño y peso, pero la que ha demostrado que además de peso y fuerza tienen la velocidad necesaria para enfrentar a casi cualquier esquema ofensivo. Su mayor problema será cada vez que enfrenten a un oponente que los mantenga demasiado tiempo en el terreno de juego, pues su fondo físico no es suficiente contra el transcurrir de los minutos. A la ofensiva tienen su arma más peligrosa no en el combo Romo/Owens/Witten, sino en Marion Barber, quien tiene todo para convertirse en uno de los mejores fullbacks de la liga y quien suele dar grandes actuaciones, sobre todo en la segunda mitad de los juegos, cuando las defensivas contrarias empiezan a dar muestras de cansancio.
Los Empacadores son un caso aparte. Más que su buen sistema de juego, lo que los destaca es el entusiasmo y actitud con que enfrentan cada juego y la ejecución eficiente de cada jugada. Sin duda se trata de un efecto de jugar tras un líder natural como Brett Favre, quien está teniendo uno de los mejores años de su larga carrera. Ahora, contando con el apoyo de un ataque terrestre consistente y una defensiva joven y eficaz que parece mejorar semana a semana, los Empacadores parecen ser, junto con los Vaqueros, los dos equipos más balanceados de la Conferencia Nacional. Su duelo de la semana 13 podría determinar en que estadio se jugará la final de la Conferencia, así que habrá que estar pendientes de ese resultado.
Los otros equipos con aspiraciones de alcanzar la postemporada pero que difícilmente podrían alcanzar el nivel de los dos anteriores son los Leones de Detroit, los Gigantes de Nueva York, los Vikingos de Minnesota, los Bucaneros de Tampa Bay y los Cardenales de Arizona.
Los Leones son una de las grandes sorpresas del año. Cuando su QB Jon Kitna dijo antes de iniciar la temporada que su equipo ganaría al menos 10 juegos nadie lo creyó, y sin embargo ahora se ve como una posibilidad difícil, si, pero definitivamente real. Con Mike Martz como coordinador ofensivo los Leones se han convertido en uno de los ataques más peligrosos, y su defensiva parece estar a la altura. Si consiguen reducir la cantidad de balones que pierden y mejoran la forma en que protegen a su QB, pueden convertirse en un equipo a tomar en cuenta en los playoffs, pero dudo que este año puedan hacer algo más allá de calificar. Los Gigantes de Nueva York son el opuesto exacto, pues han ido mejorando gracias al trabajo de su defensiva, una de las más duras a la hora de poner presión al QB y defender contra la carrera, aunque pueden tener problemas con ofensivas aéreas de buen nivel. Su ofensiva parece sólida, pero el juego errático e inconsistente de Eli Manning depende demasiado de lo que hagan sus receptores, lo que los obliga a correr el balón más de lo que quisieran. Su defensiva los mantendrá en la pelea, pero no creo que sea suficiente.
Arizona y Minnesota son dos equipos jóvenes que habrá que tomar en cuenta en los próximos años, pero por ahora habrá que considerarlos simplemente como los equipos que buscan complicar a los contendientes más serios. Ambos equipos tienen un explosivo ataque, aéreo en el caso de Arizona y terrestre en el de Minnesota, y los dos tienen buenas defensivas que les dan el balance necesario para pensar que alcanzarán la postemporada, pero necesitan madurar antes de pensar que están listos para dar el siguiente paso. Tampa Bay es todo lo contrario. Con un juego basado en el desempeño de sus jugadores más veteranos, como Jeff García o Joey Galloway y con una sólida defensiva como acostumbra armar el coach Jon Gruden, Tampa es un equipo que puede complicarle las cosas incluso a equipos aparentemente superiores como pueden ser los Empacadores o los Vaqueros.
En conclusión, creo que Dallas y Green Bay serán quienes disputen el boleto al Superbowl. Una cosa es segura al menos en lo que respecta a la Conferencia Nacional: lo mejor está aún por venir.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Opiniones, quejas, comentarios?