Una de mis mayores quejas acerca de la primera temporada de Masters of Horror fue la liberal manera de aplicar el título de Maestro a directores que tal vez no lo mereciesen o aún estuvieran en la primera etapa de sus carreras, haciendo prematuro semejante apelativo. Al ver el nombre de Rob Schmidt en los créditos de entrada de Right to Die (Derecho a Morir), noveno episodio de la segunda temporada, pensé que la tendencia parecía seguir por el mismo rumbo.
Rob Schmidt solo tiene una película de horror en su filmografía y a decir verdad ni siquiera es una buena. Wrong Turn (Camino hacia el Terror) del 2003 es una película que ofrece algunos sobresaltos bien manejados pero poco más que eso en términos de historia o atmósfera, así que me dispuse a ver el episodio con expectativas realmente bajas, lo que resultó bien, pues me llevé una grata sorpresa.
Right to Die cuenta la historia de Cliff y Abby Addison (Martin Donovan y Julia Anderson), un matrimonio que sufre un desagradable accidente en la carretera. Cliff recibe algunos golpes y raspones, pero Abby resulta espeluznantemente quemada en el incendio resultante del combustible derramado. En el hospital le informan a Cliff que la única esperanza de su esposa consiste en obtener un donante de piel para realizar un complejo procedimiento que le permita sobrevivir, aunque persiste la posibilidad de que sus habilidades motoras se vean afectadas, incluyendo la capacidad para hablar. Cliff decide entonces que prefiere que a su esposa se le permita morir en paz en lugar de condenarla a una vida encerrada dentro de su propio cuerpo.
Entra en escena la madre de Abby, quien confronta a Cliff para reclamarle por su intención de dejar morir a su hija, informándole que buscará legalmente impedir que Abby sea desconectada de su soporte vital. Entonces empiezan a intercalarse con la historia una serie de flashbacks mediante los que nos enteramos de que el matrimonio de Abby y Cliff atravesaba por una difícil situación luego de que ella descubriera que él tenía una amante.
Atormentado por su situación, Cliff imagina que Abby se le aparece en su bañera, y cuando está a punto de sostener relaciones con ella su piel empieza a carbonizarse. Horrorizado, Cliff descubre que tiene una quemada en forma de mano en la espalda y una fuerte irritación en los genitales. Ira, su mejor amigo y abogado, lo convence de que se trata de lesiones psicosomáticas ocasionadas por el stress y le asegura que todo saldrá bien. Sin embargo, todo cambia cuando Cliff se entera de que Abby estuvo muerta durante varios minutos antes de ser revivida, justo a la hora que él recibió su "visita".
Los flashbacks siguen apareciendo a intervalos regulares y se va revelando la verdad acerca de Cliff y su amante. Las repetidas apariciones de Abby buscando retribución de aquellos a quienes considera sus enemigos convencen a Cliff de que si Abby muere él estará condenado a vivir con ella para siempre, así que, para sorpresa de todos, especialmente de su suegra, cambia de parecer e informa al hospital y a los medios que desea que se haga todo lo posible para mantener viva a Abby a cualquier costo.
Poco a poco lo que parecía una simple historia de fantasmas empieza a subir de tono, añadiendo los suficientes tintes de sexo y gore como para hacer sentir orgulloso al mismísimo Clive Barker, cuyo nombre me viene a la cabeza porque hay un par de escenas que encuentro reminiscentes de Hellraiser. Supongo que por el título del episodio pensé que la historia tendría alguna declaración política a favor de la eutanasia, pero ese no es el caso. El conflicto entre Cliff y su suegra es simplemente un elemento argumental que sirve para dar más fondo a la historia, pero decir que el tema es tratado de manera superficial es ya una exageración.
Visualmente hablando Right to Die supera a Wrong Turn tanto por la calidad del maquillaje como por el impacto logrado a través de los efectos especiales, lo que resulta peculiarmente interesante si tomamos en cuenta el reducido presupuesto con que cuenta un proyecto televisivo en comparación a una película, incluso tratándose de cintas de bajo presupuesto.
El resultado final es una entretenida historia que por lo pronto me da esperanzas de que la segunda temporada de Masters of Horror no sea tan mala como había escuchado. Habrá que checar el resto de los episodios para ver como califican en conjunto. No estoy seguro de que rumbo seguirá la carrera de Schmidt, quien luego de este episodio solo ha dirigido un thriller policiaco y un episodio de Fear Itself, serie que reemplazase a Masters of Horror. Si Right to Die es un indicativo de su capacidad para trabajar con los elementos clásicos del horror, creo que podríamos agregarlo a la lista de probables futuros Maestros del género.
Rob Schmidt solo tiene una película de horror en su filmografía y a decir verdad ni siquiera es una buena. Wrong Turn (Camino hacia el Terror) del 2003 es una película que ofrece algunos sobresaltos bien manejados pero poco más que eso en términos de historia o atmósfera, así que me dispuse a ver el episodio con expectativas realmente bajas, lo que resultó bien, pues me llevé una grata sorpresa.
Right to Die cuenta la historia de Cliff y Abby Addison (Martin Donovan y Julia Anderson), un matrimonio que sufre un desagradable accidente en la carretera. Cliff recibe algunos golpes y raspones, pero Abby resulta espeluznantemente quemada en el incendio resultante del combustible derramado. En el hospital le informan a Cliff que la única esperanza de su esposa consiste en obtener un donante de piel para realizar un complejo procedimiento que le permita sobrevivir, aunque persiste la posibilidad de que sus habilidades motoras se vean afectadas, incluyendo la capacidad para hablar. Cliff decide entonces que prefiere que a su esposa se le permita morir en paz en lugar de condenarla a una vida encerrada dentro de su propio cuerpo.
Entra en escena la madre de Abby, quien confronta a Cliff para reclamarle por su intención de dejar morir a su hija, informándole que buscará legalmente impedir que Abby sea desconectada de su soporte vital. Entonces empiezan a intercalarse con la historia una serie de flashbacks mediante los que nos enteramos de que el matrimonio de Abby y Cliff atravesaba por una difícil situación luego de que ella descubriera que él tenía una amante.
Atormentado por su situación, Cliff imagina que Abby se le aparece en su bañera, y cuando está a punto de sostener relaciones con ella su piel empieza a carbonizarse. Horrorizado, Cliff descubre que tiene una quemada en forma de mano en la espalda y una fuerte irritación en los genitales. Ira, su mejor amigo y abogado, lo convence de que se trata de lesiones psicosomáticas ocasionadas por el stress y le asegura que todo saldrá bien. Sin embargo, todo cambia cuando Cliff se entera de que Abby estuvo muerta durante varios minutos antes de ser revivida, justo a la hora que él recibió su "visita".
Los flashbacks siguen apareciendo a intervalos regulares y se va revelando la verdad acerca de Cliff y su amante. Las repetidas apariciones de Abby buscando retribución de aquellos a quienes considera sus enemigos convencen a Cliff de que si Abby muere él estará condenado a vivir con ella para siempre, así que, para sorpresa de todos, especialmente de su suegra, cambia de parecer e informa al hospital y a los medios que desea que se haga todo lo posible para mantener viva a Abby a cualquier costo.
Poco a poco lo que parecía una simple historia de fantasmas empieza a subir de tono, añadiendo los suficientes tintes de sexo y gore como para hacer sentir orgulloso al mismísimo Clive Barker, cuyo nombre me viene a la cabeza porque hay un par de escenas que encuentro reminiscentes de Hellraiser. Supongo que por el título del episodio pensé que la historia tendría alguna declaración política a favor de la eutanasia, pero ese no es el caso. El conflicto entre Cliff y su suegra es simplemente un elemento argumental que sirve para dar más fondo a la historia, pero decir que el tema es tratado de manera superficial es ya una exageración.
Visualmente hablando Right to Die supera a Wrong Turn tanto por la calidad del maquillaje como por el impacto logrado a través de los efectos especiales, lo que resulta peculiarmente interesante si tomamos en cuenta el reducido presupuesto con que cuenta un proyecto televisivo en comparación a una película, incluso tratándose de cintas de bajo presupuesto.
El resultado final es una entretenida historia que por lo pronto me da esperanzas de que la segunda temporada de Masters of Horror no sea tan mala como había escuchado. Habrá que checar el resto de los episodios para ver como califican en conjunto. No estoy seguro de que rumbo seguirá la carrera de Schmidt, quien luego de este episodio solo ha dirigido un thriller policiaco y un episodio de Fear Itself, serie que reemplazase a Masters of Horror. Si Right to Die es un indicativo de su capacidad para trabajar con los elementos clásicos del horror, creo que podríamos agregarlo a la lista de probables futuros Maestros del género.
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