abril 30, 2010

Kafka on the Shore

Era tanto lo que había escuchado y leído sobre Haruki Murakami que realmente sentía curiosidad por leerlo. Hace un par de meses, cuando Santiago vino de visita a la Ciudad de México, salió su nombre en la conversación mientras comentábamos acerca de libros, y Santiago me sugirió iniciar con Kafka on the Shore para ver que me parecía. Puse el libro en cuestión en la pila de pendientes y hace algunos días finalmente lo acabé.

Tenía mis reservas sobre el trabajo de Murakami debido a que suelo verlo mencionado cada vez que alguien discute autores sobrevalorados, como Bolaño o Saramago, y dado que comparto la opinión de que esos dos autores son buenos, a secas, y no grandiosos o extraordinarios, como muchos parecen pensar, temía hallarme ante otro caso similar. Afortunadamente no fue así, o al menos no del todo, porque hubiese detestado haber pasado tantas horas leyendo un libro tan grande (algo más de 650 páginas) para terminar odiándolo.

El protagonista de Kafka on the Shore es un adolescente de 15 años, quien adopta el nombre de Kafka para reemplazar su nombre real una vez que decide huir de casa. Kafka Tamura ha decidido huir de su casa ante la perspectiva de enfrentar un futuro tan horrible que no desea comentarlo con nadie. Lleva varios años preparándose para este momento, ejercitándose diariamente y adoptando una conducta que le permita pasar desapercibido en la escuela, sin amigos y sin llamar demasiado la atención de sus profesores.

De manera paralela conocemos al Sr. Tanaka, un hombre de más de sesenta años quien parece estar afectado de sus facultades mentales pero posee una habilidad para comunicarse con los gatos, lo que le permite hacerse de ingresos adicionales a su pensión del estado ofreciéndose a buscar gatos extraviados.

Las historias de Kafka y Tanaka se van contando paralelamente y se van intercalando entre ambas una serie de reportes sobre un incidente acaecido en las montañas en 1944, durante la segunda guerra mundial, en el cual varios niños de una escuela cayeron súbitamente inconscientes sin razón aparente, permaneciendo así durante varias horas antes de recuperar la conciencia y sin recuerdo alguno de lo sucedido. Ese hecho tiene relación con el Sr. Tanaka, pero conforme avanza la historia termina por caer en el olvido mientras Murakami se concentra en la convergente historia de sus protagonistas.

La novela tiene cierto tinte surrealista pero se mantiene mayormente anclada en la realidad, excepto hacia el final de la novela, cuando la trama empieza a perder coherencia y a sentirse forzada. En un principio se nota la clara intención de Murakami de estructurar su historia de acuerdo a un patrón clásico, colocando al joven Kafka en una posición como la de Edipo, lo que constituye la principal razón para su huída de casa. Resulta fascinante la forma en que Murakami explora la búsqueda de Kafka de su lugar en el mundo, una búsqueda interna de la clase de persona que será y del lugar que ocupará en el mundo, trasladando todas las cuestiones trascendentales del drama griego a un entorno contemporáneo.

Sin embargo, diera la impresión de que Murakami está más preocupado por confundir al lector y mantenerlo ocupado tratando de descifrar la intención de la novela que en contar una historia o explorar ciertos temas. Mi mayor problema con esa decisión es que siento que por momentos la novela pisa peligrosamente los terrenos del llamado realismo mágico, pretendiendo que la historia se mueva entre el mundo real y otro plano, uno de corte metafísico donde elementos fantásticos y/o oníricos impacten sobre la historia constantemente.

El resultado es una colección de grandes pasajes y extraordinarias escenas que no terminan de integrar un todo por la constante necedad del autor de recordarle a sus lectores que tan culto e inteligente es. Esos destellos de soberbia creativa rompen el ritmo de la historia, entrecortando una historia que en un principio atrapa al lector pero luego le invita a tomar una multitud de salidas e intermedios injustificados.

Sería incorrecto de mi parte decir que encuentro a Murakami tan pretencioso o decepcionante como los autores mencionados más arriba, pero debo decir que este primer encuentro con su obra me dejó un agridulce sabor una vez concluida la lectura. Supongo que será necesario leer alguna otra de sus novelas antes de decidir si vale la pena seguirlo intentando o no, pero por lo pronto debo decir que Kafka in the Shore estuvo cerca de ser una gran novela pero su autor se rehusó a dejar que así fuera. Recomendada pero con muchas reservas.

abril 29, 2010

Alfred Hitchcock: 30 Años sin el Maestro del Suspenso

El día de hoy se cumplen treinta años del fallecimiento de uno de los directores más importantes dentro de la historia del cine mundial. Alfred Hitchcock es considerado por muchos como uno de los padres del cine contemporáneo y su figura y algunos de sus trabajos forman desde hace mucho tiempo parte de la cultura popular occidental. Su trabajo tuvo una fuerte influencia sobre generaciones de realizadores y es difícil pensar que sería de la industria del entretenimiento si su obra no hubiese existido.

Hitchcock es constante motivo de homenajes, imitaciones y parodias, y resulta curioso pensar que para muchos, yo incluido, nuestro primer contacto con él y su obra se dio por una serie de TV con la que no tenía nada que ver. Alfred Hitchcock Presents era una serie antológica que contaba historias de suspenso en un formato de veinticinco minutos, y cada una de ellas era presentada por el talentoso realizador británico. La serie se transmitió de 1955 a 1965, y durante los últimos cuatro años se cambió el formato a episodios de cincuenta minutos y el nombre a The Alfred Hitchcock Hour. Hitchcock dirigió sólamente 18 episodios de los 320 que componen la serie, y solo uno de ellos fue en el formato de 50 minutos.

En 1985 la NBC decidió revivir la serie luego de crear una película para TV donde combinaban historias cortas de suspenso de corte muy similar al de la serie original con material recoloreado de las intervenciones de Hitchcock. Se recreó el formato para revivir la serie y ésta fue producida por dos temporadas por la NBC y luego por USA Network por dos más. Esta nueva versión fue muy popular en México durante la segunda mitad de la década de los 1980s y difícilmente se puede hallar a alguien que no sea capaz de asociar la caricatura que muestro a la izquierda con la imagen del genial realizador británico, o más aún, el tema musical de la serie, que era la Marcha Fúnebre para una Marioneta, de Gounod. Por cierto, pocos saben que la imagen mencionada es creación del propio Hitchcock, quien empezase su carrera en el cine dibujando tarjetas de texto y títulos para películas mudas durante los 1920s.

Mucho podría escribir sobre la carrera y obra de este genial realizador, pero creo que para ello debe haber muchos sitios especializados con más información de la que yo podría apretujar aquí. Por eso haré algo que se presta más a este espacio y a mi capacidad para llenarlo. Comentar sus películas. Tomando su aniversario luctuoso como pretexto, durante los próximos meses me haré a la tarea de ver y comentar al menos una película suya cada semana. En los últimos años he conseguido muchas de sus obras en DVD, algunas que ya he visto y muchas otras que no, así que material tengo de sobra para varios meses.

¿Tienen ustedes alguna película favorita de Hitchcock?

abril 27, 2010

The Imaginarium of Dr. Parnassus

Terry Gilliam es otro de esos directores que tienen tantos admiradores como detractores, pues su muy peculiar estilo para contar historias puede resultar frustrante para quienes no tienen la paciencia o tolerancia adecuadas. Su filmografía está llena de películas disparejas, desde ambiciosas decepciones hasta maravillosas fantasías, pasando por varios proyectos frustrados y uno que otro arrepentimiento, pero lo que tienen en común todas sus películas es el indiscriminado despliegue de imaginación. Independientemente de si sus películas resultan ser lo que Gilliam había planeado o no, prácticamente todas y cada una de ellas tienen al menos un momento o una escena que se queda marcada en la mente del espectador.

The Imaginarium of Doctor Parnassus (El Imaginario Mundo del Doctor Parnassus) cumple con lo anterior. El personaje titular (Christopher Plummer) es un antiguo monje que a través de los siglos ha realizado tratos y apuestas con el Diablo, aquí llamado Mr Nick (Tom Waits), habiéndose convertido en inmortal a raíz de una de ellas. En el Londres presente Parnassus es el líder de una pequeña tropa de actores que viajan en un destartalado vagón y montan un espectáculo en los barrios bajos ante audiencias mayormente compuestas de borrachos y desposeídos. Ahora, se acerca el tiempo de pagar una deuda al Diablo cuyas consecuencias aparentemente Parnassus no había considerado, pues cuando su hija Valentina (Lily Cole) cumpla dieciséis años en unos cuantos días tendrá que entregársela.

Mientras la reducida tropa -completada por Anton (Andrew Garfield), malabarista, prestidigitador y maestro de ceremonias; y Percy (Verne Troyer) asistente y confidente de Parnassus- atraviesa un puente, descubren a alguien colgando bajo éste. Instigados por Valentina rescatan al colgado antes de que se ahogue y lo suben al vagón. Cuando el desconocido (Heath Ledger, al menos la mayor parte del tiempo) despierta a la mañana siguiente, pretende sufrir amnesia, aunque resulta evidente que está más preocupado por ocultar su pasado que por recordarlo.

Resulta llamarse Tony y termina por unirse a la tropa. Cuando se entera del problema de Parnassus se ofrece a ayudarlo a ganar una última apuesta al Diablo, con la cual podría salvar a Valentina. Siguiendo su consejo, la tropa altera la forma en que ofrece el espectáculo y decide presentarlo ante audiencias adineradas en los barrios más agradables de la ciudad, y con mucho éxito. Al menos hasta que el pasado de Tony regresa para ajustar cuentas y poner en peligro la estabilidad de la tropa y el destino de Valentina.

La historia parece engañosamente simple pero resulta extremadamente compleja y por momentos incluso un tanto confusa, lo cual no es extraño en las películas de Terry Gilliam, quien suele no poner freno a su imaginación y siempre da preferencia a explorar sus ideas por encima del desarrollo de personajes o la integridad de la historia. El resultado es un alucinante viaje por la imaginación del talentoso escritor y director británico, que además le permite regresar a los temas y estilo de algunas de sus mejores películas de corte fantástico, como Brazil o The Adventures of Baron Munchaussen, y dejando de lado su trabajo... eh, más "realista".

Personalmente me ganó al mostrar a los monjes a los cuales pertenecía Parnassus, una orden dedicada a contar la historia del origen del Universo a fin de que este pueda seguir existiendo y convencidos de que en todo momento, alguien, en algún lugar, está contando una historia y contribuyendo a preservar la existencia.

Algo que me llamó la atención fue que el estudio no utilizara el morbo para promover la película, pues se trata de la última en que participó Heath Ledger. Me sorprende que no se hiciese mayor énfasis en el tema sobre todo considerando que una campaña de morbo y simpatía hace un año fue suficiente para conseguirle un (a mi juicio inmerecido) Oscar póstumo al actor australiano. Y ya que menciono el tema, creo que Gilliam se sacó un diez al hallar el modo de terminar la película y dentro de los tiempos originales al sustituir a Ledger con tres actores distintos, siendo los elegidos Johnny Depp, Jude Law y Colin Farrell, quienes interpretan a Tony dentro del imaginarium.

Como sea, creo que The Imaginarium of Doctor Parnassus es una película que puede ser del agrado de quienes hayan disfrutado las películas ochenteras de Gilliam, como las mencionadas arriba o Time Bandits. Si nunca han visto una película de Terry Gilliam, tal vez no sea el mejor punto de entrada, pero lo único que les puedo garantizar es que será una experiencia diferente.

abril 23, 2010

Flow my Tears, The Policeman Said

Philip K. Dick es uno de los autores norteamericanos más respetados dentro de la ciencia ficción norteamericana y, a últimos años, dentro de la literatura en general. Sus historias son entretenidas y complejas, lo suficientemente atractivas como para haber servido como base para varias películas (aún cuando estas rara vez respetan la trama o el tono de las historias originales) con un éxito bastante aceptable.

Su trabajo está plagado de una fina pero profunda paranoia, misma que es templada por una lucidez extraordinaria, sobre todo considerando su fuerte afición por las drogas experimentales. La mayoría del trabajo de ciencia ficción de Dick sucede en el futuro cercano, mismo para nosotros ya es el pasado pero no por ello deja de ser vigente. La oscura y deprimente visión que Dick tenía del desarrollo de la sociedad humana, peculiarmente en entornos urbanos, es tan cercana a nuestra vida cotidiana que sus historias adquieren irremediablemente un cierto tinte siniestro y perturbador, tal como en el caso de Flow My Tears, The Policeman Said (Fluyan mis Lágrimas, dijo el Policía).

Jason Taverner, el protagonista de la novela, es un exitoso cantante y conductor de TV. Orgulloso y altanero, Taverner lo tiene todo. Es un "seis" (término que más adelante se explica es empleado para designar a humanos mejorados genéticamente), tiene una atractiva pareja (también una "seis"), más de treinta millones de fans que siguen su programa semana a semana y una exitosa carrera discográfica. Pero todo ello desaparece de la noche a la mañana - literalmente.

Una noche, después de su programa, Jason es atacado por una ex-amante despechada con un extraño parásito. Llevado a un hospital para ser atendido, esperanzado de que aún estén a tiempo de salvarlo. A la mañana siguiente despierta en una impersonal habitación de un hotel barato. Confundido, intenta averiguar su paradero y situación, pero tras hacer varias llamadas telefónicas se encuentra con que nadie, ni siquiera su agente, parece conocerlo.

Algunas consultas rápidas le permiten saber que no existen registros de su existencia en ninguna dependencia policíaca y/o gubernamental, algo tremendamente difícil en el mundo en que vive, un mundo donde el gobierno es un estado policíaco que mantiene una constante vigilancia sobre una población a la que se mantiene dócil con vacuo entretenimiento y drogas recreativas. El descubrimiento de que en su pueblo natal no existe registro alguno de su nacimiento confronta a Jason Taverner con una verdad abrumadora: ha dejado de existir.

Armado con sus aptitudes y carácter sobrehumanos (características que permiten a los "seis" sobresalir en cualquier actividad) y con una buena cantidad de efectivo que se encontraba en su persona, Taverner contacta a una joven que se dedica a hacer falsificaciones de buena calidad a fin de poder moverse libremente pese a los retenes policíacos. Sin embargo, no puede evitar un encuentro con la policía, quienes lo dejan ir solo para percatarse después de que fue por un error y deciden detenerlo nuevamente. Así conoce al General de Policía Felix Buckman, quien está convencido de que Taverner debe ser parte de una gigantesca conspiración anti-gubernamental, pues no existe otra explicación para que haya podido borrarse de todas las bases de datos del planeta.

La trama se vuelve un poco más compleja, nada inusual en las novelas de Dick, pero nunca tanto como para ser imposible de seguir. Como suele pasar en muchas de sus novelas, Dick parte de cierta premisa y poco a poco la va dejando en segundo plano para concentrarse en sus protagonistas y en los temas que quiere explorar con ellos. De ese modo, Flow my Tears... termina por convertirse en una parábola sobre la soledad y la falta de afecto, explorando la condición humana desde una perspectiva bastante peculiar, pues analiza los papeles que la sociedad nos otorga y el peso que éstos tienen en nuestro desarrollo (o falta del mismo) como personas.

Dick abre la novela con un conflicto acerca de la pérdida de identidad y empieza a discutir los valores humanos, la importancia del amor y la fortaleza del individuo como parte de la sociedad; pero termina por realizar una valoración profundamente humanista de la importancia de las relaciones personales y la forma en que éstas alteran el mundo en que nos movemos, creando lazos que hacen que las diferencias entre la realidad objetiva y las realidades subjetivas resulten prácticamente indistinguibles.

Felix Buckman, el policía a que hace referencia el título, puede llorar al final del día por todo aquello que ha perdido, pero su historia resulta ser un llamado de atención para que aprendamos a valorar y nos aferremos a aquello que todavía tenemos. Flow my Tears, the Policeman Said no es una de las mejores novelas de Dick, pero como la gran mayoría de ellas representa un viaje al interior de uno de los escritores más interesantes del siglo pasado y consigue que el lector se plantee una re-valoración de su percepción del mundo y la sociedad. Altamente recomendada.

abril 20, 2010

Where the Wild Things Are

Spike Jonze nunca ha sido un director que trabaje de acuerdo a las reglas de los grandes estudios. Desde hace más de diez años cuando tomase al mundo por sorpresa con la excelente Being John Malkovich (¿Quieres ser John Malkovich?), Jonze siempre ha hecho las cosas a su modo. Tal vez esa sea la razón para que su trabajo en cine sea tan escaso, pues Where the Wild Things Are es apenas su tercer largometraje, el primero desde Adaptation (El Ladrón de Orquídeas), cinta del 2002.

Cuando se anunció que su regreso al cine sería adaptando una historia infantil de Maurice Sendak debo admitir que no tenía idea de lo que eso significaba. La cultura de la literatura infantil en México tiene poco o nada que ver con la de los países angloparlantes. Generalmente las historias clásicas de la literatura infantil de otros países llegan a México en algún otro medio y después es cuando se llega a dar que aparezcan los libros, aunque incluso eso es extraño. ¿Alguien ha encontrado ediciones nacionales de la saga del mundo de Oz, de Frank L. Baum, o de Peter Pan, de J.M. Barrie?

Dicho lo anterior, lo dejé pasar. Cuando meses después empezaron a filtrarse imágenes de los monstruos que The Jim Henson Company estaba creando para la película, me nació curiosidad por el asunto. Tanta que decidí buscar el libro para saber exactamente que eran esas criaturas y qué clase de libro infantil era el que había atraído la atención de Spike Jonze. ¿La respuesta? Uno muy breve. Pueden leerlo en línea, en español, siguiendo este enlace. Ahí se encuentran también las ilustraciones realizadas por el mismo Sendak para la historia.

El protagonista de Where the Wild Things Are(Donde Viven los Monstruos) es Max, un hiperactivo y sensible niño cuyos padres están divorciados y quien se siente ignorado y menospreciado por su hermana y su madre. Tras un altercado con su madre, Max huye de su casa y se esconde entre los árboles de un parque cercano. Sigue caminando hasta descubrir un bote y sube a éste. Tras navegar por un día entero en mar abierto Max llega a una isla, y cuando empieza a explorarla descubre que está habitada por enormes criaturas. Ha llegado a donde viven los monstruos. Tras impresionarlos con sus historias Max consigue que los montruos lo nombren como su rey y promete que bajo su mando todos hallarán el modo de vivir felices. Pero eso es algo que no es tan fácil poder cumplir.

Para ser una historia infantil, Jonze consigue hacerla lo suficientemente oscura como para resultar incluso más atractiva para los adultos, haciendo que la aventura de Max funcione en varios niveles narrativos y simbólicos de una manera fluida y simple. Ignoro si la condición de haber crecido en una familia de padres divorciados me haga apreciar la historia de una manera más personal y que por ello me haya gustado tanto la película o si se trate de algo más universal, pero estoy sorprendido de que Jonze haya logrado hacer una película tan personal aún a pesar del interés del estudio por desarrollar el concepto de un modo más amigable para niños pequeños.

En algún momento existió el riesgo de que la película no se estrenase, pues WB, tras ver el corte inicial de la misma, estaba considerando la posibilidad de filmarla nuevamente desde cero desechando todo lo realizado. Jonze logró convencer al estudio de darle más tiempo para realizar algunos cambios menores y finalmente entregó una versión que cumplía con lo que solicitaban en Warner sin tener que sacrificar su personal visión de la historia. Cabe destacar que hace más de veinticinco años que se discutía la idea de llevar Where the Wild Things Are al cine, pero ningún proyecto logró concretarse, y fue el propio Maurice Sendak quien contactó a Jonze para pedirle que considerase la posibilidad de hacerse cargo de la adaptación. Jonze y Dave Eggers, su co-guionista, mantuvieron contacto constante con Sendak durante todo el proceso de adaptación.

Resumiendo, Where the Wild Things Are es una película infantil más recomendada para niños de veinte otreinta y tantos que para los menores de ocho o nueve años que cuenta además con un muy buen soundtrack, compuesto mayormente de temas creados e interpretados por Karen Orzolek, cantante y líder de los Yeah, Yeah, Yeahs mejor conocida simplemente como Karen O y quien fuese novia de Jonze en la época de la producción de la película.

abril 19, 2010

Shadow of the Bat, este sábado en Bada Bing Comics

Este sábado se proyectará Batman: Shadow of the Bat en Bada Bing Comics. Se trata de un fan film dirigido por mi buen amigo Carlos "Joey" Moisés.


Hace unos años tuve oportunidad de colaborar con Joey en la producción de dos cortometrajes. Desde entonces a ahora él se ha preparado con cursos y talleres, además de que ha seguido produciendo material por su cuenta, mejorando constantemente. Por ello me atrevo a recomendar su trabajo, especialmente si son aficionados del Hombre Murciélago. La cita es este sábado 24 de abril a las 7 PM en Estocolmo #18 Col. Juárez, en la Zona Rosa, a una cuadra del Ángel de la Independencia.

Por allá nos vemos.

abril 16, 2010

Alice in Wonderland

Tim Burton es famoso por su peculiar estilo para contar historias, y aún a pesar que hace varios años que no presenta un proyecto realmente bueno (musicales aparte, ¿tal vez desde Big Fish?), sus propuestas no dejan de ser, cuando menos, interesantes. Cuando se anunció hace un par de años que dirigiría una nueva versión del clásico de Lewis Carroll, la idea me pareció de lo más atractiva, pues la combinación del surrealismo fantástico de Carroll con la peculiar visión de Burton me parecía ideal.

Cuando se anunció el elenco de la película no hubo muchas sorpresas. ¿Johnny Depp y Helena Bonham-Carter en una película de Burton? ¿Quién lo hubiese imaginado? Lo que me sorprendió realmente pero de una manera bastante agradable fue el elenco de voces para dar vida a los personajes generados por computadora. Alan Rickman, Stephen Fry, Timothy Spall, Michael Sheen, Matt Lucas, Christopher Lee, y el "retirado para todos excepto para Burton" Michael Gough, entre otros, deben conformar uno de los elencos de voz más impresionantes que se hayan reunido para un solo proyecto.

La película no es una adaptación de Alice Adventures in Wonderland. Ni siquiera me atrevería a afirmar que funcione como secuela de alguna versión previamente hecha para el cine, aún cuando podría entenderse como secuela / reinterpretación de ese libro así como de Through the Looking Glass (A Través del Espejo). La historia comienza con Alice como niña contándole a su padre acerca de los extraños sueños que ha tenido últimamente, en los cuales se vecayendo por un agujero y llegando a un extraño mundo lleno de criaturas aún más extrañas. Años más tarde, en vísperas de comprometerse en matrimonio, Alice (Mia Wasikowska, quien por momentos pareceuna versión más joven de Gwineth Paltrow) ve nuevamente al conejo blanco de sus sueños de infancia y lo sigue. La historia parece repetirse, aunque luego se hace evidente que todas las criaturas de Underland recuerdan la visita previa de Alice.

La historia toma algunos elementos de los dos libros mencionados y los entremezcla con material original de una manera bastante interesante. Me llamó mucho la atención la forma en que la historia se transforma de un sueño infantil a una alucinación adulta, en ambos casos como un medio de escapismo, primero en busca de algo, y después huyendo de algo.

La película ha sido duramente criticada de manera un tanto injusta, pues una de las principales quejas de muchos es que en vez de conformarse con adaptar alguno de los dos libros o mezclar ambos, Tim Burton y Linda Wolverton, la guionista, añadieron material propio. El principal problema con los libros de Lewis Carroll es que bien podrían ser considerados como "infilmables", pues en realidad tienen muy poco de historia y son más bien una secuencia de situaciones hiladas apenas por un argumento mínimo y simple.

Cada vez que las aventuras de Alice han sido adaptadas se ha tenido que juguetear un poco con los elementos de la historia para hacerla funcionar y es muy probable que ahí hayan cometido un error Burton y Wolverton, pues intentaron darle sentido a algo que no debiera tenerlo. Al lanzar la historia al futuro crean un espacio que les permite darle un pasado a algunos de los personajes, en especial al Sombrerero y a la Reina Roja, pero terminan por ajustar la historia al formato ya conocido en la fantasía de la búsqueda de un héroe, misma que cierra con una batalla poco original y demerita un poco los esfuerzos realizados durante tres cuartos de la película.

Visualmente hablando la película es un festín. Resulta increíble ver algo tan colorido y a la vez oscuro como resulta el mundo al que cae Alice. Los diseños de los personajes, muchos de ellos realizados por el mismo Burton son impresionantes y evocan a la perfección la sensación de caos y locura que Carroll describía en sus historias. El problema al tener visuales tan fuertes y una historia no del todo satisfactoria, es que se convierteen una oportunidad fácil para atacar a Burton acusándolo de estar más preocupado por realizar ejercicios estilísticos que por crear películas con más sustancia.

Personalmente disfruté la película, pues es un producto cien por ciento Burton, aunque el final si me molestó un poco. Uno sale del cine con una sonrisa, pero no una maníacamente desmedida como la del Gato Cheshire, lo que deja ese agridulce sabor que suelen tener las cosas que coquetearon con la grandeza pero nunca lograron atraparla. ¿Burton light? Tal vez, pero hasta ello resulta muy superior a otro ejercicio de estilo sin sustancia que ha recaudado dinero a raudales por todo el mundo: Avatar.

Eso si, recomiendo evitar a como de lugar la versión en 3D, pues al no haberse filmado en ese formato, la conversión no resulta pareja, provocando secuencias confusas. Además, el efecto 3D termina por matar la textura de los escenarios, lo cual es un verdadero crimen. Recomendada con reservas.

abril 14, 2010

The Restaurant at the End of the Universe

Esta es la segunda parte de The Hitch Hiker's Guide to the Galaxy, cuya primera parte comenté hace un par de meses. En aquella ocasión mencioné que la historia se originó inicialmente como un serial radiofónico que terminó engendrando primero una serie de tv y después la serie de novelas, y es precisamente con este libro que se completa la adaptación de la historia aparecida en el serial radiofónico.

El libro empieza momentos después del final de la primera novela, cuando los protagonistas acaban de abandonar el planeta Magrathea y se disponen a buscar un sitio para comer. Los Vogons los siguen de cerca con intenciones de destruir la nave, matar a Zaphod Beeblebrox, y eliminar todo vestigio de la existencia de la Tierra, lo que incluye a los dos únicos supervivientes del destruido planeta, Arthur Dent y Tricia "Trillian" McMillan.

Poco a poco se revelan más pistas de la secreta misión de Zaphod (tan secreta que ni él mismo sabe en que consiste), y como consecuencia el grupo se ve separado. Ford Prefect, Arthur y Trillian se quedan encerrados en la nave tomando té mientras que Zaphod y el neurótico y paranoico androide Marvin desaparecen. Ambos se encuentran en las oficinas sede de la Guía cuando el edificio es atacado y arrancado de tajo por mercenarios espaciales. Estos transportan el edificio entero a otro planeta, donde piensan someter a Zaphod a una experiencia que destruirá su mente. Zaphod consigue escapar y reunirse con los demás en la nave, pero aparentemente se ha olvidado de Marvin.

Para evadirse nuevamente, Zaphod le pide a la nave que los lleve al Restaurante más cercano, mismo que resulta ser Milliways, el Restaurante en el Fin del Universo, ubicado en el mismo punto donde se encuentran, pero millones de años en el futuro. El grupo cena mientras disfruta del espectáculo del Fin del Universo y se reune con Marvin. Ford y Zaphod deciden robarse una nave para salir de ahí, pero una potencial catástrofe separa nuevamente al grupo, con Arthur y Ford atrapados en el pasado en una versión primitiva de la Tierra, y Trillian yZaphodcompletando la misteriosa misión de éste último.

La novela mantiene el mismo estilo y tono de la primera y la verdad es que sería difícil intentar leerla por separado, pues la continuidad entre ambas es tal que bien podría considerárseles como dos partes del mismo libro, razón por la que no puedo recomendarla por separado bajo ninguna circunstancia.

Douglas Adams tiene un fino sentido del humor, coqueteando insistentemente con la sátira pero sin rendirse por completo a ella. Habiendo completado este arco argumental -que es la parte central de la historia utilizada en la película- siento curiosidad por saber hacia donde dirige la historia en las restantes novelas de la serie, mismas a las que seguramente dedicaré tiempo tiempo de lectura en los próximos meses.
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abril 12, 2010

Coming Soon

Hace ya varios años que el cine de horror vive una constante influencia del cine oriental. Primero fueron películas japonesas las que causaron sensación y empezaron a generar toda clase de remakes y copias, luego las chinas, las coreanas, y poco a poco se fueron sumando cintas originarias de otros países asiáticos. Como toda tendencia o moda poco a poco la saturación del material alcanzó un punto insostenible y el material empezó a volverse repetitivo y limitado, sin que por ello se haya detenido la importación de esa clase de material.

Lo más reciente del horror que vino de oriente en llagar a nuestras pantallas es Coming Soon (Viene por Ti), cinta escrita y dirigida por Sopon Sukdapisit, guionista de Shutter (Están Entre Nosotros) y con la cual hace su debut como director. La cinta sigue las peripecias de Shen, un joven proyeccionista en un complejo cinematográfico de quien se nos revela tiene adicciones a la droga y las apuestas, lo que le acarrea toda clase de problemas en su vida personal.

Uno de los costos de sus adicciones fue su relación sentimental con Some, una atractiva joven que trabaja en el mismo lugar, lo que provoca momentos incómodos entre ambos. Pensando en solventar algunos de sus problemas económicos, Shen colabora con Yod, uno de sus supervisores en el trabajo y hermano de Some, para grabar con una videocámara "Vengeful Spirit", una película de terror próxima a estrenarse y la cual se espera sea el éxito de la temporada.

La película cuenta la historia de Chaba, una mujer que quedó desfigurada en un incendio en el cual murieron sus hijos y quien desde entonces secuestra niños para reemplazarlos. Cuando los padres de los niños la descubren, la ahorcan al momento, solo para descubrir que su espíritu es aún más violento y peligroso.

Ambos ingresan al complejo cinematográfico por la noche y mientras Yod se instala en la sala con la videocámara montada en un tripié, Shen se encarga de manejar el proyector. Shen se queda dormido durante la proyección y al despertar a la mañana siguiente se encuentra con que Yod ha desaparecido. Preocupado y confundido, Shen recoge la videocámara y revisa la grabación, solo para descubrir que al llegar a la escena del linchamiento de Chaba ocurrió algo que aterrorizó a Yod pero no quedó capturado en el video.

Lo más preocupante es que situaciones que ocurren dentro de la película empiezan a replicarse, llevando a Shen a preguntarse si la película puede tener algún secreto más siniestro que su historia. Shen intenta convencer a Some de que la película está maldita y que él está condenado, razón por la que ella accede a ayudarlo a averiguar la verdad en busca de una posible salvación.

La historia en si tiene poco de original, pues toma prestados muchos elementos de algunas películas del género exitosas en los últimos años, desde The Ring (El Aro) hasta la mencionada Shutter. La película tiene algunos giros interesantes que ayudan a que se mantenga a flote durante la mayor parte, aunque considero que el último tercio de la cinta es demasiado flojo y ello afecta el resultado final.

La impresión que me deja es que se trata de una buena idea pero pobremente ejecutada, lo que puede significar que tal vez Sukdapisit debiera concentrarse en su faceta de guionista y olvidarse de dirigir. Debo admitir que me divirtió particularmente el mensaje antipiratería que lleva implícito, dentro de la historia, pero que en general me dejo un tanto decepcionado. Si les gustan las películas de fantasmas y/o el cine de terror que se produce en Asia de algunos años hacia acá, lo más probable es que puedan disfrutar de la película, aunque recomiendo no acudir al cine con demasiadas expectativas.

abril 08, 2010

Good Behaviour

Donald Westlake se había convertido en un nombre familiar para mi por sus novelas de Parker, mismas que escribió orginalmente bajo el seudónimo de Richard Stark, y por lo que había investigado de él sabía que tenía también libros firmados como Donald Westlake y como Donald E. Westlake, además de algún otro seudónimo. Aparentemente esto obedecía a una petición de sus editores para poder mantener a los aficionados a su trabajo contentos leyendo novelas del mismo tono de las que habían disfrutado. Honestamente me parece una tontería, pues comercialmente hablando creo que tendría más sentido tratar de mezclar y sumar a sus lectores potenciales, pero supongo que elos sabían su negocio.

Hasta ahora solo había leído dos novelas de Westlake, ambas de la mencionada serie de Parker, el rudo y frío delincuente que ha sido llevado al cine más de una vez. En su momento comenté ambas, The Hunter/Payback, y The Jugger por aquí. Y aún cuando esperaba que, al estar firmada diferente, Good Behaviour fuese diferente, no esperaba que las diferencias en tono y hasta cierto punto en estilo fuesen a ser tan marcadas.

Good Behaviour es protagonizada por otro personaje recurrente de Westlake, John Dortmunder, un astuto criminal que bien pudiese considerarse como la contraparte cómica de Parker. Dortmunder tiene problemas con un robo, y al intentar huir de la policía por las azoteas del barrio donde se encuentra termina cayendo dentro de un convento. Éste es habitado por una orden de monjas que han hecho un voto de silencio, lo que complica un poco la comunicación con el ladrón profesional, quien no entiende la cordialidad que las monjas le demuestran.

Tras algunos problemas para utilizar el lenguaje de señas las monjas deciden que tal vez la mejor manera de entablar una conversación sea escribiendo notas. Así Dortmunder descubre la razón tras las esperanzadas miradas que algunas de las monjas no dejan de dedicarle. Una de sus hermanas fue secuestrada por su padre y ellas estaban rezando por una solución cuando Dortmunder, literalmente, les cayó del cielo.

A cambio de no entregarlo a las autoridades, las monjas esperan que Dortmunder utilice sus habilidades para rescatar a la chica en cuestión y así poder devolverla al convento. Al no ver otra alternativa para evitar pasar el resto de sus días en prisión, Dortmunder acepta analizar el caso antes de comprometerse a nada.

El caso es mucho más complicado de lo que Dortmunder se hubiera imaginado, pues la hermana Mary Grace, a quien debe rescatar, es hija de un acaudalado hombre de negocios, quien la ha recluído en el piso más alto de una torre llena de oficinas y tiendas, además de un banco que también es de su propiedad. La única razón por la que Dortmunder no olvida todo el asunto e ignora su trato con las monjas es la presión de su novia, May, quien insiste en que en esta ocasión ha contraído una obligación moral demasiado importante como para ignorarla.

Tras un golpe de suerte Dortmunder idea una posible solución y recluta a un grupo de sus colaboradores frecuentes para que lo asistan. Obviamente necesita incentivarlos de algún modo así que planea un ambicioso golpe a varios de los establecimientos en la torre mientras están ahí, añadiendo la misión de rescate al trabajo como si no tuviese demasiada importancia. Pero ni siquiera el crónic pesimismo de Dortmunder puede anticipar la clase de complicaciones a las que se va a enfrentar.

La novela es extremadamente entretenida y tiene algunos pasajes muy entretenidos. Como aficionado al género Heist me intriga enterarme que existen catorce novelas protagonizadas por Dortmunder y que varias de ellas han sido llevadas al cine, con actores tan variados como Robert Redford, George C. Scott, Christophe Lambert y Martin Lawrence encarnando al ladrón. Good Behaviour es una novela que debiera resultar del agrado de cualquiera al tratarse de un libro ligero pero no simple, escrito con un estilo ágil y plagado de un fino sentido del humor, que además ha servido para confirmarme que vale la pena cazar no solo las novelas de Parker, si no también cualquier otro trabajo de Westlake.

Altamente recomendada.

abril 06, 2010

Semana Santa

La semana pasada me tomé unos días de descanso en la blogósfera, no tanto porque me haya ido de vacaciones -que no lo hice- ni tampoco porque me preocupase que no fuera a haber nadie leyendo, si no simplemente para salirme un poco de la rutina y adelantar un poco con algunos asuntos que traigo pendientes. Esta semana retomaré la publicación normal de actualizaciones, pero quiero aprovechar este breve paréntesis en mis reseñas de libros y películas para darle salida a otro texto sobre mi filosofía personal en torno a la religión.

No puedo evitarlo, pues en esta época siempre es fácil toparse con algún pseudo-cristiano que no solo no tiene idea de los preceptos de su propia religión o de los orígenes de sus costumbres -que no es lo mismo que tradiciones- y no contento con ello insiste en juzgar a otros e intentar imponer su visión de lo que está bien y lo que debiera ser el comportamiento de los demás. Por eso mi Chuy (Chewie) favorito es el que se aquí a la derecha.

Me sigue sorprendiendo lo fácil que es ponerlos en evidencia con cuestiones tan simples como cuestionar la vigilia o preguntarles sobre el origen y el significado de la cuaresma, pues rara vez se encuentra uno con un creyente que sepa de que se trata, de donde viene su nombre o que es lo que se persigue celebrándola. Y luego no quieren que uno utilice creyente como sinónimo de crédulo y/o ignorante.

En casa se acostumbra comer pescado en estas fechas pero sin restricciones hacia ningún otro alimento, y generalmente me aseguro de al menos uno de los días "de guardar" tener una comida llena de carnes rojas, nada más por pura reafirmación de principios. Me gustan muchos platillos de pescado y/o mariscos, pero no tanto como para comer solo eso y durante varios días seguidos.

Me parece tonto eso de tener un ayuno simbólico a base de comer pescado, sobre todo tomando en cuenta que éste representaba la base de la dieta en el lugar y época en que supuestamente se desarrollaron los hechos conmemorados en estas fechas.

Creo que si realmente hubiese alguna clase de compromiso religioso los cristianos harían algo con más tinte de sacrificio personal que cambiar el menú del día. Al menos los musulmanes se fajan los pantalones para hacer algo como el Ramadan, carajo. Eso es compromiso con su religión (aunque, pensándolo detenidamente, tampoco me parece que ello sea necesariamente bueno).

En fin. Este texto solo era para ventilar un poco algunos de los disgustos que los fanáticos me hicieron pasar en los últimos días (inevitable, supongo, viviendo en Iztapalapa), y para recordar a mis lectores que las opiniones vertidas en este blog provienen de alguien generalmente identificado como ateo y/o hereje. Por cierto, por un amigo me enteré en estos días de la raíz etimológica de hereje. La palabra viene del latín hereticus, que significa opción y a su vez deriva del griego hairetikos, que literalmente significa capaz de elegir. Bajo esa perspectiva, considérenme orgulloso de ser hereje.