Era tanto lo que había escuchado y leído sobre Haruki Murakami que realmente sentía curiosidad por leerlo. Hace un par de meses, cuando Santiago vino de visita a la Ciudad de México, salió su nombre en la conversación mientras comentábamos acerca de libros, y Santiago me sugirió iniciar con Kafka on the Shore para ver que me parecía. Puse el libro en cuestión en la pila de pendientes y hace algunos días finalmente lo acabé.
Tenía mis reservas sobre el trabajo de Murakami debido a que suelo verlo mencionado cada vez que alguien discute autores sobrevalorados, como Bolaño o Saramago, y dado que comparto la opinión de que esos dos autores son buenos, a secas, y no grandiosos o extraordinarios, como muchos parecen pensar, temía hallarme ante otro caso similar. Afortunadamente no fue así, o al menos no del todo, porque hubiese detestado haber pasado tantas horas leyendo un libro tan grande (algo más de 650 páginas) para terminar odiándolo.
El protagonista de Kafka on the Shore es un adolescente de 15 años, quien adopta el nombre de Kafka para reemplazar su nombre real una vez que decide huir de casa. Kafka Tamura ha decidido huir de su casa ante la perspectiva de enfrentar un futuro tan horrible que no desea comentarlo con nadie. Lleva varios años preparándose para este momento, ejercitándose diariamente y adoptando una conducta que le permita pasar desapercibido en la escuela, sin amigos y sin llamar demasiado la atención de sus profesores.
De manera paralela conocemos al Sr. Tanaka, un hombre de más de sesenta años quien parece estar afectado de sus facultades mentales pero posee una habilidad para comunicarse con los gatos, lo que le permite hacerse de ingresos adicionales a su pensión del estado ofreciéndose a buscar gatos extraviados.
Las historias de Kafka y Tanaka se van contando paralelamente y se van intercalando entre ambas una serie de reportes sobre un incidente acaecido en las montañas en 1944, durante la segunda guerra mundial, en el cual varios niños de una escuela cayeron súbitamente inconscientes sin razón aparente, permaneciendo así durante varias horas antes de recuperar la conciencia y sin recuerdo alguno de lo sucedido. Ese hecho tiene relación con el Sr. Tanaka, pero conforme avanza la historia termina por caer en el olvido mientras Murakami se concentra en la convergente historia de sus protagonistas.
La novela tiene cierto tinte surrealista pero se mantiene mayormente anclada en la realidad, excepto hacia el final de la novela, cuando la trama empieza a perder coherencia y a sentirse forzada. En un principio se nota la clara intención de Murakami de estructurar su historia de acuerdo a un patrón clásico, colocando al joven Kafka en una posición como la de Edipo, lo que constituye la principal razón para su huída de casa. Resulta fascinante la forma en que Murakami explora la búsqueda de Kafka de su lugar en el mundo, una búsqueda interna de la clase de persona que será y del lugar que ocupará en el mundo, trasladando todas las cuestiones trascendentales del drama griego a un entorno contemporáneo.
Sin embargo, diera la impresión de que Murakami está más preocupado por confundir al lector y mantenerlo ocupado tratando de descifrar la intención de la novela que en contar una historia o explorar ciertos temas. Mi mayor problema con esa decisión es que siento que por momentos la novela pisa peligrosamente los terrenos del llamado realismo mágico, pretendiendo que la historia se mueva entre el mundo real y otro plano, uno de corte metafísico donde elementos fantásticos y/o oníricos impacten sobre la historia constantemente.
El resultado es una colección de grandes pasajes y extraordinarias escenas que no terminan de integrar un todo por la constante necedad del autor de recordarle a sus lectores que tan culto e inteligente es. Esos destellos de soberbia creativa rompen el ritmo de la historia, entrecortando una historia que en un principio atrapa al lector pero luego le invita a tomar una multitud de salidas e intermedios injustificados.
Sería incorrecto de mi parte decir que encuentro a Murakami tan pretencioso o decepcionante como los autores mencionados más arriba, pero debo decir que este primer encuentro con su obra me dejó un agridulce sabor una vez concluida la lectura. Supongo que será necesario leer alguna otra de sus novelas antes de decidir si vale la pena seguirlo intentando o no, pero por lo pronto debo decir que Kafka in the Shore estuvo cerca de ser una gran novela pero su autor se rehusó a dejar que así fuera. Recomendada pero con muchas reservas.
Tenía mis reservas sobre el trabajo de Murakami debido a que suelo verlo mencionado cada vez que alguien discute autores sobrevalorados, como Bolaño o Saramago, y dado que comparto la opinión de que esos dos autores son buenos, a secas, y no grandiosos o extraordinarios, como muchos parecen pensar, temía hallarme ante otro caso similar. Afortunadamente no fue así, o al menos no del todo, porque hubiese detestado haber pasado tantas horas leyendo un libro tan grande (algo más de 650 páginas) para terminar odiándolo.
El protagonista de Kafka on the Shore es un adolescente de 15 años, quien adopta el nombre de Kafka para reemplazar su nombre real una vez que decide huir de casa. Kafka Tamura ha decidido huir de su casa ante la perspectiva de enfrentar un futuro tan horrible que no desea comentarlo con nadie. Lleva varios años preparándose para este momento, ejercitándose diariamente y adoptando una conducta que le permita pasar desapercibido en la escuela, sin amigos y sin llamar demasiado la atención de sus profesores.
De manera paralela conocemos al Sr. Tanaka, un hombre de más de sesenta años quien parece estar afectado de sus facultades mentales pero posee una habilidad para comunicarse con los gatos, lo que le permite hacerse de ingresos adicionales a su pensión del estado ofreciéndose a buscar gatos extraviados.
Las historias de Kafka y Tanaka se van contando paralelamente y se van intercalando entre ambas una serie de reportes sobre un incidente acaecido en las montañas en 1944, durante la segunda guerra mundial, en el cual varios niños de una escuela cayeron súbitamente inconscientes sin razón aparente, permaneciendo así durante varias horas antes de recuperar la conciencia y sin recuerdo alguno de lo sucedido. Ese hecho tiene relación con el Sr. Tanaka, pero conforme avanza la historia termina por caer en el olvido mientras Murakami se concentra en la convergente historia de sus protagonistas.
La novela tiene cierto tinte surrealista pero se mantiene mayormente anclada en la realidad, excepto hacia el final de la novela, cuando la trama empieza a perder coherencia y a sentirse forzada. En un principio se nota la clara intención de Murakami de estructurar su historia de acuerdo a un patrón clásico, colocando al joven Kafka en una posición como la de Edipo, lo que constituye la principal razón para su huída de casa. Resulta fascinante la forma en que Murakami explora la búsqueda de Kafka de su lugar en el mundo, una búsqueda interna de la clase de persona que será y del lugar que ocupará en el mundo, trasladando todas las cuestiones trascendentales del drama griego a un entorno contemporáneo.
Sin embargo, diera la impresión de que Murakami está más preocupado por confundir al lector y mantenerlo ocupado tratando de descifrar la intención de la novela que en contar una historia o explorar ciertos temas. Mi mayor problema con esa decisión es que siento que por momentos la novela pisa peligrosamente los terrenos del llamado realismo mágico, pretendiendo que la historia se mueva entre el mundo real y otro plano, uno de corte metafísico donde elementos fantásticos y/o oníricos impacten sobre la historia constantemente.
El resultado es una colección de grandes pasajes y extraordinarias escenas que no terminan de integrar un todo por la constante necedad del autor de recordarle a sus lectores que tan culto e inteligente es. Esos destellos de soberbia creativa rompen el ritmo de la historia, entrecortando una historia que en un principio atrapa al lector pero luego le invita a tomar una multitud de salidas e intermedios injustificados.
Sería incorrecto de mi parte decir que encuentro a Murakami tan pretencioso o decepcionante como los autores mencionados más arriba, pero debo decir que este primer encuentro con su obra me dejó un agridulce sabor una vez concluida la lectura. Supongo que será necesario leer alguna otra de sus novelas antes de decidir si vale la pena seguirlo intentando o no, pero por lo pronto debo decir que Kafka in the Shore estuvo cerca de ser una gran novela pero su autor se rehusó a dejar que así fuera. Recomendada pero con muchas reservas.
No niego que Murakami sea bueno. Con brillantes tintes y hermosas ideas.
ResponderBorrarPero... no es para mí. No me identifica. :)
Más o menos es como me siento. Hay partes de esta novela que realmente me encantaron, pero hay otras que me hacían desear botarla y dejarla inconclusa.
ResponderBorrarLe daré unos meses de descanso antes de intentar alguna otra de sus novelas...
¡Un abrazo, Pato!
Yo leí After Dark y me gustó quería leer este pero después de leer el post y los comentarios no sé qué hacer
ResponderBorrarSupongo que lo ideal sería que la leyeras y llegarás a tus propias conclusiones. Murakami tiene un montón de seguidores y es fácil entender por qué, pero personalmente tendré que checar otro libro antes de decidir si puedo contarme entre ellos o lo agrego a la lista de autores con que empecé este texto...
ResponderBorrarBeto, yo siento que Murakami es un escritor que navega en la frontera del realismo mágico, pero es su manera de navegar que me fascina.
ResponderBorrarQue lástima que te haya dejado ese sentimiento agridulce, pero agradezco que hayas hecho caso a mi recomendación.
Chili:
ResponderBorrarSupongo que el problema es precisamente que nunca me ha gustado el realismo mágico.
Encuentro insoportable a Isabel Allende y en el mejor de los casos tolerable a García Márquez, quien también ha escrito pasajes memorables pero cuyas novelas completas también me dejan con esa sensación de "casi" haberme gustado.
Pero eso no cambia el hecho de que Kafka on the Shore haya tenido sus momentos, así que agradezco la recomendación.