junio 15, 2005

Stress

En las últimas semanas se han dado una serie de situaciones que me han provocado un cierto nivel de stress -o al menos lo que pasa por stress en mí-. Quienes me conocen saben que no soy dado a manifestar o mostrar mis sentimientos o emociones de una manera abierta. También saben que es muy difícil hacerme enojar o perder la compostura. Sin embargo, a últimas fechas pareciera que traigo la mecha corta y estallo con demasiada facilidad. Eso si, me repongo rápidamente y un par de horas después, como si nada hubiera pasado, vuelvo a ser el mismo yo de siempre, frío e inexpresivo.

Una de las causas de esa reciente volatilidad puede deberse a que hace varias semanas me lastimé una rodilla mientras jugaba "tochito" con mis amigos. Lo realmente patético del asunto fue que la lesión se dió en una jugada sin mayor dificultad y al momento ni siquiera me di cuenta. Las dos semanas siguientes me vendé la rodilla y fui a jugar como si no me hubiera pasado nada y lo único que logré fue empeorar la condición de mi rodilla. Desde entonces tengo más de un mes sin poder jugar y la verdad ya estoy harto de pasar los domingos sin hacer nada.

Y creo que esa falta de desgaste físico y hacer circular adrenalina y liberar tensión es una de las razones para mi reciente mal humor. Si añadimos a ello una serie de situaciones frustrantes -algunas de ellas culpa mía, otras totalmente fuera de mi control-, mi estado de ánimo sólo puede ser definido como ansiedad. Ansiedad de volver a jugar, ansiedad de que se resuelvan los problemas que tienen un par de proyectos en suspenso. Ansiedad de poder tener tiempo para trabajar en todos los proyectos que tengo pendientes o inconclusos y para poder hacer todas esas cosas que mi actual horario de trabajo no me permite.

Otro factor que recientemente parece haber estado obrando en mi contra es mi aparentemente mal ubicado y poco justificado sentido de responsabilidad y lealtad. ¿Ejemplos? Hace un par de semanas se presentó en México Nine Inch Nails -concierto del que el buen Chamai Khan escribió sus impresiones en La Hoguera-. Yo tenía muchas ganas de asistir al concierto, pero siendo éste en un día hábil consideré que podría causar algunos conflictos el pedir permiso en el trabajo para ir. Lo mismo pasó un mes atrás con la visita de Audioslave. Y creo que si yo fuese un poco menos rígido con mi código de conducta, hubiese asistido a ambos eventos sin preocuparme por las consecuencias. Debo ser una de las pocas personas que tenía dinero para el boleto pero no asistió pese a desear hacerlo.

Por último podría parecer que la gente a mi alrededor estuviese haciendo su parte para empeorar las cosas. Pero sé que no es así y sería irresponsable de mi parte afirmar que lo es. Y no creo que sería correcto pelearme con nadie por tonterías como apuestas no pagadas, un celular excedente, quien decidirá que ver en la tele o quien tiene preferencia de uso sobre una computadora y cosas por el estilo. Simplemente es que en mi actual estado de ánimo me encuentro más susceptible a reaccionar de manera exagerada ante algunas de esas situaciones que de otro modo serían inconsecuentes, razón por la que me disculpo si he insultado o molestado a alguien sin razón alguna.

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