Hace unos días mencioné esta película en relación a los héroes de acción en el cine porque me dejó la impresión de ser una especie de puesta al día de sagas como Rambo o Commando: un ex-militar que busca llevar una vida pacífica lejos del mundo, tratando de dejar atrás su violento pasado, pero obligado por fuerzas externas a involucrarse en otro conflicto. Suena familiar, ¿no? Incluso el slogan con el que promocionaron la película es un cliché: "Ayer fue por honor. Hoy es por justicia"
Mark Wahlberg interpreta a Bob Lee Swagger, un scout francotirador de las fuerzas especiales norteamericanas, quien decidió retirarse del servicio luego de que sus superiores lo abandonaran a su suerte en una misión encubierta que salió mal. Desde entonces vive solo en las montañas con un perro como única compañía, hasta que un alto oficial militar lo busca para pedirle consejo en un asunto de seguridad, pues quieren que los ayude a prevenir un atentado en contra del presidente. Renuente a volver a trabajar para el gobierno, Swagger finalmente cede a sus instintos patrióticos y accede a ayudarles, con todo y lo ridículo del planteamiento del problema. "Si un francotirador tan bueno como tu quisiese matar al presidente en un acto público, ¿cómo lo haría?"
En realidad se trata de una trampa y Swagger se convierte en un hombre perseguido. Como mencioné antes, las similitudes con cintas como Commando o Rambo son muchas, empezando por el hecho de que demanda del espectador una absoluta suspensión de la incredulidad. El guión por momentos es demasiado rebuscado y tiene algunos hoyos narrativos gigantescos. A su favor cuenta con un actor protagónico mucho más carismático y talentoso que Stallone o Schwarzenegger juntos y con un capaz director que obtiene mejores resultados cuando se concentra en dirigir secuencias de acción espectaculares o películas visualmente atractivas que cuando intenta construir elaborados thrillers cerebrales o historias épicas "reales".
Antoine Fuqua demostró su capacidad para dirigir cintas de acción desde su primera película, The Replacement Killers (Asesinos Sustitutos) y parecía encaminarse a tener una gran carrera tras la sobresaliente Training Day (Día de Entrenamiento), pero con Tears of the Sun (Lágrimas del Sol) empezó a evidenciar algunas limitaciones que quedaron francamente al descubierto en la mediocre King Arthur (El Rey Arturo). Una de las cosas que más se notan en algunos de sus trabajos es la búsqueda por imprimir algún comentario político, pero lamentablemente suele hacerlo de una manera demasiado tibia o tentativa y se convierten en un bagaje innecesario para sus películas. En Shooter también tiene ese problema, pero lo hace en escenas bastante breves o inconsecuentes, razón por la cual esos comentarios pueden ser ignorados sin ningún problema.
Uno esperaría otra clase de película de Mark Wahlberg tras su reciente nominación al Oscar, pero la verdad es que la única razón por la que la película no se hunde es precisamente la participación de Wahlberg. Originalmente Fuqua había ofrecido el protagónico a Keanu Reaves y un papel como antagonista a Eminem, pero ambos declinaron, lo que sin duda resultó benéfico para la película. Wahlberg interpreta a un antihéroe con el cual resulta mucho más fácil identificarse que con cualquiera de los héroes de acción ochenteros (salvo por Bruce Willis - John McClane), e incluso me parece que lo consigue de una manera más eficaz que Matt Damon con su interpretación de Jason Bourne. Wahlberg puede sin problemas relajarse como actor y permitir que su interpretación sea mayormente física con mejores resultados que la mayoría de los actores de su edad, y su carisma compensa adecuadamente su participación en cintas de poco alcance como es Shooter.
El resto del elenco cumple con sus partes sin altibajos. Danny Glover se ve cada vez más viejo y tal vez sea hora de que empiece a pensar en seleccionar otra clase de papeles; Kate Mara cumple viéndose atractiva, o vulnerable y desvalida, según sea necesario. Elias Koteas repite una vez más como matón a sueldo/guardaespaldas, papel que tiene dominado a la perfección, aunque sería agradable verlo hacer algo diferente de vez en cuando. Fuqua tiene el acierto de incluir todo lo que un hombre puede esperar de una película: persecusiones, tiroteos, suspenso exagerado, y una atractiva chica que aparece la mayor parte del tiempo vistiendo una ajustada camiseta. Más adrenalina y testosterona y se correría el riesgo de necesitar pasar por un control anti-dopping.
Resumiendo, Shooter es una entretenida cinta de acción que cumple con entretener a la audiencia, aunque sus veladas insinuaciones poíticas pudiesen molestar a algunos espectadores. Personalmente la pondría como una entrada en la categoría de Macho Movies, género de mi invención que sirve como contraparte a las chick flicks.
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