Anton Corbijn se ha hecho de fama a lo largo de las dos últimas décadas como director de videos musicales, viendo su nombre asociado al trabajo de grupos como Metallica, U2, Depeche Mode o los Red Hot Chili Peppers. Con esos antecedentes en su curriculum tal vez no había mejor manera de hacer su debut cinematográfico que con una película sobre la vida de otro ícono del rock, Ian Curtis, el legendario cantante y compositor de Joy Division. Control está parcialmente basada en el libro autobiográfico de la viuda de Ian, Deborah Curtis, titulado Touching from a Distance, y toma su nombre de una canción de la banda, She's Lost Control.
Corbijn era fan de la banda desde sus inicios y cuando se mudó a Inglaterra tuvo oportunidad de conocerlos. En ese entonces Corbijn empezaba su carrera como fotógrafo profesional, y muchas de las fotos que tomó de Ian y Joy Division para la revista New Musical Express ayudaron a catapultar su carrera como fotógrafo dentro del medio del rock internacional. Varios años después, en 1988, Corbijn dirigió el video para el relanzamiento de Atmosphere (el cual pueden ver al final de este texto).
La cinta abarca la historia de Ian desde 1973, cuando conoce a Deborah Woodruff, quien esntonces salía con un amigo suyo a espaldas de quien empieza a cortejarla y con quien se casaría un par de años más tarde, contando con apenas 19 años de edad. Presenciar un concierto de los Sex Pistols marcó la vida de Ian, quien decide unirse a Warsaw, una banda formada por algunos amigos suyos y cambian su nombre por el de Joy Division. El resto, es historia.
Corbijn centra la película en tratar de descubrir a Ian como persona, analizando algunas de sus obsesiones y miedos, al tiempo que trata de recrear la atmósfera de la época y la escena post-punk británica. Su relación con Annik Honoré y el impacto de esta en su matrimonio, el cual con los años llegó a representar para Ian una trampa de la que no sabía como salir, y las respuestas de Deborah ante los cambios en su marido forman un fondo emocional que permite que la película sea algo más que un documental biográfico, y forma una parte integral de la historia, convirtiéndose en el inicio de la depresión que eventualmente llevaría al joven cantante y letrista al suicidio.
Filmada a color pero convertida a blanco y negro, la película logra reflejar la sensación de depresión y desesperanza que marcó la vida de Ian, desde recrear Macclesfield, Manchester, lugar que el consideraba oscuro y deprimente, hasta mostrar el ambiente musical de la época y la enorme presión que representó para él el repentino y contundente éxito del grupo. El soundtrack de la película es extraordinario. Además de incluir muchas de las canciones más representativas de Joy Division, contiene música de David Bowie, Iggy Pop, Roxy Music y los Sex Pistols.
Las actuaciones son bastante sobresalientes. Sam Riley interpreta a Curtis, y si bien físicamente no es tan parecido, consigue emular a la perfección los manerismos y lenguaje corporal del cantante. El resto del grupo es interpretado por Joe Anderson (Peter Hook), James Anthony Pearson (Bernard Sumner) y Harry Treadaway (Stephen Morris), quienes tienen un gran parecido físico con los músicos a quienes interpretan.
Me parece necesario puntualizar que los cuatro actores aprendieron a tocar y que todas las canciones que Joy Division toca en vivo durante la película fueron interpretadas por ellos. Riley fue vocalista de una banda llamada 10,000 Things, con quienes logró un moderado éxito en Leeds, Inglaterra, pero es el único miembro del elenco que tenía algo de experiencia musical.
La experiencia de Corbijn dirigiendo videos musicales le juega tanto a favor como en contra. Tiene un talento natural para emparejar música con imágenes, lo que provoca que algunos segmentos de la película parezcan especialmente diseñados para ser parte de la edición en DVD de un Greatest Hits de Joy Division o algo similar. Sin embargo, la mayoría de las veces resulta en secuencias memorables, como Love Will Tear Us Apart ambientando el desmoronamiento del matrimonio de Ian y Debbie, o Atmosphere para cerrar la película.
En general se trata de una muy buena película biográfica, sin caer en un exceso de información ni pretender ser un recuento fidedigno de los hechos. Si les gusta el rock o están interesados en la figura del mítico cantante de Joy Division no debieran dejar de ver Control. Si les interesa contraponerla con otra visión de la misma época y escena musical, creo que 24-Hour Party People resulta una experiencia completamente diferente a la vez que sirve como complemento perfecto.
Y aquí está el video de Atmosphere dirigido por Anton Corbijn.
Corbijn era fan de la banda desde sus inicios y cuando se mudó a Inglaterra tuvo oportunidad de conocerlos. En ese entonces Corbijn empezaba su carrera como fotógrafo profesional, y muchas de las fotos que tomó de Ian y Joy Division para la revista New Musical Express ayudaron a catapultar su carrera como fotógrafo dentro del medio del rock internacional. Varios años después, en 1988, Corbijn dirigió el video para el relanzamiento de Atmosphere (el cual pueden ver al final de este texto).
La cinta abarca la historia de Ian desde 1973, cuando conoce a Deborah Woodruff, quien esntonces salía con un amigo suyo a espaldas de quien empieza a cortejarla y con quien se casaría un par de años más tarde, contando con apenas 19 años de edad. Presenciar un concierto de los Sex Pistols marcó la vida de Ian, quien decide unirse a Warsaw, una banda formada por algunos amigos suyos y cambian su nombre por el de Joy Division. El resto, es historia.
Corbijn centra la película en tratar de descubrir a Ian como persona, analizando algunas de sus obsesiones y miedos, al tiempo que trata de recrear la atmósfera de la época y la escena post-punk británica. Su relación con Annik Honoré y el impacto de esta en su matrimonio, el cual con los años llegó a representar para Ian una trampa de la que no sabía como salir, y las respuestas de Deborah ante los cambios en su marido forman un fondo emocional que permite que la película sea algo más que un documental biográfico, y forma una parte integral de la historia, convirtiéndose en el inicio de la depresión que eventualmente llevaría al joven cantante y letrista al suicidio.
Filmada a color pero convertida a blanco y negro, la película logra reflejar la sensación de depresión y desesperanza que marcó la vida de Ian, desde recrear Macclesfield, Manchester, lugar que el consideraba oscuro y deprimente, hasta mostrar el ambiente musical de la época y la enorme presión que representó para él el repentino y contundente éxito del grupo. El soundtrack de la película es extraordinario. Además de incluir muchas de las canciones más representativas de Joy Division, contiene música de David Bowie, Iggy Pop, Roxy Music y los Sex Pistols.
Las actuaciones son bastante sobresalientes. Sam Riley interpreta a Curtis, y si bien físicamente no es tan parecido, consigue emular a la perfección los manerismos y lenguaje corporal del cantante. El resto del grupo es interpretado por Joe Anderson (Peter Hook), James Anthony Pearson (Bernard Sumner) y Harry Treadaway (Stephen Morris), quienes tienen un gran parecido físico con los músicos a quienes interpretan.
Me parece necesario puntualizar que los cuatro actores aprendieron a tocar y que todas las canciones que Joy Division toca en vivo durante la película fueron interpretadas por ellos. Riley fue vocalista de una banda llamada 10,000 Things, con quienes logró un moderado éxito en Leeds, Inglaterra, pero es el único miembro del elenco que tenía algo de experiencia musical.
La experiencia de Corbijn dirigiendo videos musicales le juega tanto a favor como en contra. Tiene un talento natural para emparejar música con imágenes, lo que provoca que algunos segmentos de la película parezcan especialmente diseñados para ser parte de la edición en DVD de un Greatest Hits de Joy Division o algo similar. Sin embargo, la mayoría de las veces resulta en secuencias memorables, como Love Will Tear Us Apart ambientando el desmoronamiento del matrimonio de Ian y Debbie, o Atmosphere para cerrar la película.
En general se trata de una muy buena película biográfica, sin caer en un exceso de información ni pretender ser un recuento fidedigno de los hechos. Si les gusta el rock o están interesados en la figura del mítico cantante de Joy Division no debieran dejar de ver Control. Si les interesa contraponerla con otra visión de la misma época y escena musical, creo que 24-Hour Party People resulta una experiencia completamente diferente a la vez que sirve como complemento perfecto.
Y aquí está el video de Atmosphere dirigido por Anton Corbijn.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario
¿Opiniones, quejas, comentarios?