Supongo que de una manera u otra todo mundo está más o menos familiarizado con la premisa básica de Star Trek o Viaje a las Estrellas. En el futuro, la humanidad ha formado un solo gobierno planetario y la Tierra forma parte de una Federación Intergaláctica, manteniendo relaciones diplomáticas y comerciales con varias especies alienígenas. El USS Enterprise es una nave propiedad de la Federación cuya misión consiste en viajar por las regiones no exploradas del Universo, intentando descubrir nuevos mundos y especies para seguir expandiendo la Federación.
Obviamente la fórmula tiene sus limitaciones y la serie llegó a tener sus momentos "El Mundo de la Semana". La verdad no estoy muy seguro de la trama de las películas (sólo he visto la primera de ellas), pero imagino que en conjunto y sumadas a las otras series aparecidas como derivadas a lo largo de las últimas cuatro décadas deben formar un complejo esquema narrativo difícil de entender para el público en general. Si combinamos eso con la actual tendencia/moda hollywoodense de "recrear" franquicias, era cuestión de tiempo que apareciera una precuela, un re-boot, o un remake, y el elegido para encabezar este esfuerzo fue J.J. Abrams, creador de las series de TV Felicity, Alias, Lost y Fringe y director de Mission: Impossible III.
En el texto anterior mencioné que no soy fan de Star Trek en ninguna de sus formas y he descubierto que eso puede ayudar al tratarse de blockbusters veraniegos, pues las expectativas son mínimas y el conocimiento del canon "autorizado" que pudiese hacerme recelar o rezongar acerca de los cambios hechos por los guionistas y el director no existe. Funcionó para Transformers -que no es buena, pero la encontré aceptablemente entretenida-, supongo que funcionará para GI Joe, y ahora funcionó para Star Trek.
La trama de la película se vuelve bastante simple conforme avanza la historia. Para explicarlo en pocas palabras, pongámoslo así. El USS Kelvin investiga una anomalía cerca de un sol, solo para descubrir que se trata de una especie de tormenta de la cual surge una gigantesca nave romulana que los ataca antes de solicitar la comparecencia del capitán para negociar los términos de la rendición. El primer oficial del Kelvin, George Kirk, se convierte en Capitán en funciones, ordenando la evacuación de las naves y sacrificando su vida para permitir escapar a la mayor parte de su tripulación, incluída su esposa y su recién nacido hijo. Un par de décadas más tarde, el rebelde hijo de Kirk es convencido de ingresar a la Academia Estelar para intentar emular la vocación de su padre.
Tras tres años en la Academia y previo a su graduación, Kirk se encuentra a bordo del Enterprise como parte de su tripulación de bautizo en una misión de rescate que resulta ser una trampa ideada por Nero, líder de los romulanos, quien ahora rebela que pretende destruir a todos los mundos pertenecientes a la Federación a fin de evitar que esta llegue a contactar con Romulus, su planeta natal, en el futuro. Y es precisamente del futuro de donde proviene Nero y su gigantesca nave, viajando en busca de venganza y persiguiendo a quien él considera responsable de la destrucción de su mundo.
Lo que Abrams y sus guionistas, Roberto Orci y Alex Kurtzman, consiguen con este recurso de usar viajeros en el tiempo es desligar por completo a su película de toda la continuidad canónica de las series y películas anteriores, permitiéndoles cambiar, alterar o conservar eventos a discreción sin necesidad alguna de justificarse o tener que dar explicaciones por supuestas inconsistencias o contradicciones. El resultado es una experiencia que, al menos para aquellos con cierto nivel de desconocimiento del material de origen, resulta fresca y entretenida. Pocos tecnicismos, poca profundidad temática, y una buena dosis de acción, aventura y humor, ingredientes justos para un exitoso blockbuster veraniego.
Si les gusta la ciencia ficción ligera con tintes humorísticos moderados, como pudiese ser Star Wars, Firefly/Serenity, o Farscape, Star Trek está hecha justo para ustedes. Del mismo modo, si lo que desean es disfrutar de poco más de dos horas de entretenimiento escapista, ésta es una buena opción. Ya habrá mucho tiempo para secuelas donde se profundice en el desarrollo dramático de los personajes y se exploren temas más relevantes, por lo pronto Star Trek cuenta con un re-inicio fresco y divertido.
Obviamente la fórmula tiene sus limitaciones y la serie llegó a tener sus momentos "El Mundo de la Semana". La verdad no estoy muy seguro de la trama de las películas (sólo he visto la primera de ellas), pero imagino que en conjunto y sumadas a las otras series aparecidas como derivadas a lo largo de las últimas cuatro décadas deben formar un complejo esquema narrativo difícil de entender para el público en general. Si combinamos eso con la actual tendencia/moda hollywoodense de "recrear" franquicias, era cuestión de tiempo que apareciera una precuela, un re-boot, o un remake, y el elegido para encabezar este esfuerzo fue J.J. Abrams, creador de las series de TV Felicity, Alias, Lost y Fringe y director de Mission: Impossible III.
En el texto anterior mencioné que no soy fan de Star Trek en ninguna de sus formas y he descubierto que eso puede ayudar al tratarse de blockbusters veraniegos, pues las expectativas son mínimas y el conocimiento del canon "autorizado" que pudiese hacerme recelar o rezongar acerca de los cambios hechos por los guionistas y el director no existe. Funcionó para Transformers -que no es buena, pero la encontré aceptablemente entretenida-, supongo que funcionará para GI Joe, y ahora funcionó para Star Trek.
La trama de la película se vuelve bastante simple conforme avanza la historia. Para explicarlo en pocas palabras, pongámoslo así. El USS Kelvin investiga una anomalía cerca de un sol, solo para descubrir que se trata de una especie de tormenta de la cual surge una gigantesca nave romulana que los ataca antes de solicitar la comparecencia del capitán para negociar los términos de la rendición. El primer oficial del Kelvin, George Kirk, se convierte en Capitán en funciones, ordenando la evacuación de las naves y sacrificando su vida para permitir escapar a la mayor parte de su tripulación, incluída su esposa y su recién nacido hijo. Un par de décadas más tarde, el rebelde hijo de Kirk es convencido de ingresar a la Academia Estelar para intentar emular la vocación de su padre.
Tras tres años en la Academia y previo a su graduación, Kirk se encuentra a bordo del Enterprise como parte de su tripulación de bautizo en una misión de rescate que resulta ser una trampa ideada por Nero, líder de los romulanos, quien ahora rebela que pretende destruir a todos los mundos pertenecientes a la Federación a fin de evitar que esta llegue a contactar con Romulus, su planeta natal, en el futuro. Y es precisamente del futuro de donde proviene Nero y su gigantesca nave, viajando en busca de venganza y persiguiendo a quien él considera responsable de la destrucción de su mundo.
Lo que Abrams y sus guionistas, Roberto Orci y Alex Kurtzman, consiguen con este recurso de usar viajeros en el tiempo es desligar por completo a su película de toda la continuidad canónica de las series y películas anteriores, permitiéndoles cambiar, alterar o conservar eventos a discreción sin necesidad alguna de justificarse o tener que dar explicaciones por supuestas inconsistencias o contradicciones. El resultado es una experiencia que, al menos para aquellos con cierto nivel de desconocimiento del material de origen, resulta fresca y entretenida. Pocos tecnicismos, poca profundidad temática, y una buena dosis de acción, aventura y humor, ingredientes justos para un exitoso blockbuster veraniego.
Si les gusta la ciencia ficción ligera con tintes humorísticos moderados, como pudiese ser Star Wars, Firefly/Serenity, o Farscape, Star Trek está hecha justo para ustedes. Del mismo modo, si lo que desean es disfrutar de poco más de dos horas de entretenimiento escapista, ésta es una buena opción. Ya habrá mucho tiempo para secuelas donde se profundice en el desarrollo dramático de los personajes y se exploren temas más relevantes, por lo pronto Star Trek cuenta con un re-inicio fresco y divertido.
Ummm, sólo por aclarar ( o meter la pata si resulta que me equivoco). Nero no es líder de los Romulanos y los Romulanos no pertenecen a la Federación.
ResponderBorrarNero era parte de la tripulación de una nave minera, que presencia la muerte de su planeta al convertirse en Supernova la estrella de su sistema estelar y le echa la culpa a Spock (que iba camino a salvar el planeta, pero llegó tarde).
Los Romulanos son un enemigo clásico de la Federación, al igual que los Klingons, sólo que en las películas (la 4ª), los Klingons forman una alianza con la federación y terminan como parte de ella, por eso Worf integra la tripulación del Enterprise de Picard.
No deja de llamar la atención que los Romulanos no hayan evacuado el planeta si resulta que la federación tuvo tiempo de investigar la materia roja, elaborar un plan para utilizarla y mandar a Spock en una nave rumbo al sistema planetario de Romulus.
Mira tu, nunca sospeché tanta Trekkez de tu parte...
ResponderBorrarCuando me refería a Nero como líder de los romulanos era como líder de los sobrevivientes que bvemos aquí. Me queda claro que un minero no tendría nada que ver con la alta jerarquía de su especie.
Asumí que los romulanos pertenecían a la Federación porque solo eso explicaría que ésta hubiese intentado salvar a su mundo, lo que no tiene mucho sentido si son enemigos, pero tal vez a esas alturas del futuro había alguna tregua o alianza.
Imagino que lo de la materia roja se debe a que ya conocían sus propiedades y posibles usos, y creo que se da a entender que el plan fue del propio Spock, así que hubiese podido ser un intento desesperado de último momento.
En fin, la película me divirtió y eso era todo lo que podía pedir. Además, ¿Qué mejor forma de seguir atormentando trekkies que recordándoles que solo pudieron lograr el éxito cinematográfico al adoptar un tono starwarsiano?