Debo admitir que nunca había visto una película de Jonathan Mostow, pues nunca me atrajo la idea detrás de Terminator 3: Rise of the Machines, y nunca pudo convencerme ninguno de los avances de U-571. Las razones para haber decidido que si quería ver The Surrogates son variadas, y van desde un interesante elenco encabezado por Bruce Willis y Radha Mitchell hasta una premisa de ciencia ficción que explora uno de mis temas favoritos, ¿qué significa realmente ser humano?, apoyada además por una campaña de carteles publicitarios particularmente atractivos.
The Surrogates (Identidad Substituta) está ambientada en el año 2017 y nos presenta un mundo donde los seres humanos viven completamente aislados unos de otros, encerrados en sus casas conectados en centros de realidad virtual desde donde controlan cuerpos robóticos conocidos como "surrogates" (sustitutos) que realizan todas sus actividades tanto laborales como recreativas y/o sociales. El resultado es una sociedad que parece sacada de una revista de modas o sociales, pues todo el mundo luce como supermodelos. La idea de que todo mundo pueda vivir sin necesidad de cuidar su aspecto o su salud, sin ninguna preocupación o miedo alguno, y en una sociedad libre de crímenes, hace que el mundo parezca casi perfecto. Casi.
Cuando un joven universitario es aesinado a través de la destrucción de su surrogate, todo cambia, y el hecho de que el joven fuese el hijo del Dr. Lionel Canter (James Cromwell), creador de la tecnología empleada en los robots sustitutos, lo hace aún peor. La investigación del crimen cae en manos del agente del FBI Tom Greer (Willis) y su compañera Jennifer Peters (Mitchell), quienes pronto determinan que el asesino es un tal Miles Strickland, un hombre asociado a un radical grupo de tecnófobos conocidos como Dreads, quienes viven en reservaciones donde está prohibido el acceso a los surrogates. Los Dreads son lideresados por un individuo conocido simplemente como El Profeta (Ving Rhames), quien parece tener su propia agenda. Greer persigue a Strickland hasta el interior de la reservación y está a punto de recuperar el arma asesina cuando los Dreads lo alcanzan y destruyen su surrogate. Habiendo escapado apenas de un ataque del arma en cuestión, Greer es hospitalizado y se le informa que está suspendido y no recibirá un nuevo surrogate hasta que concluya una investigación de lo sucedido. Sin embargo, él decide continuar por su cuenta con la investigación aún con el riesgo que implica no usar un surrogate.
Pronto descubre que Strickland fue hallado muerto en la reservación pero nadie dice nada acerca del arma, por lo que decide concentrarse en investigar la procedencia de la misma. Pronto descubre que se trata de un proyecto militar cuya producción fue cancelada al descubrir que causaba la muerte del humano operando al surrogate contra quien era usada, y que el único lugar donde pudo haber quedado algún prototipo funcional es VSI, la empresa que fabrica los surrogates.
Convencido de que se ha topado con una enorme conspiración, Greer decide confrontar al Dr. Canter, y al hacerlo descubre la verdad sobre el origen de los surrogates, los planes que Canter tenía para ellos y las razones de su salida de VSI. También descubre el plan de Canter para regresar a la humanidad a un status pre-surrogates (sin importar el costo humano), así como el papel que los Dreads y El Profeta tienen en dichos planes, lo que acelera un climax donde millones de vidas están en juego. Y todo mientras Greer intenta salvar su matrimonio, pues su esposa (Rosamund Pike) se ha refugiado permanentemente detrás de su surrogate desde que ambos perdieran un hijo en un accidente de tráfico unos años atrás.
Creo que el principal problema de la película es que termina por convertirse en una colección de ideas interesantes que lamentablemente no son debidamente explotadas, dejando la sensación de que la historia es excesivamente vacua y predecible. En la historia y situaciones exploradas se pueden percibir ecos de muchas otras obras de ciencia ficción, todas ellas mejor logradas que The Surrogates. The Matrix, Blade Runner, o I, Robot son solo los primeros ejemplos que me vienen a la cabeza. El resultado es una película medianamente entretenida que debiera ser del agrado de quienes buscan un rato de entretenimiento sin demasiadas exigencias. Los fans de Bruce Willis también debieran salir del cine satisfechos, pues el veterano actor hace un trabajo que resulta de lo más rescatable de otra película que cae en la categoría de oportunidad desperdiciada.
Por cierto, The Surrogates está basada en un comic publicado entre 2005 y 2006 por la editorial independiente Top Shelf. No he podido hacerme con una copia del mismo, aunque por lo que he leído parece ser que el comic ofrece una experiencia más satisfactoria que la película, ambientado unas décadas más en el futuro y haciendo mayor énfasis en el drama policiaco y la crítica social. Los autores son Robert Venditti, un editor asistente en Top Shelf que debutó como escritor precisamente con esta miniserie; y Brett Weldele, un talentoso artista a quien conozco por su trabajo en Shot Callerz, de Oni Press, o Couscous Express, de AiT. Existe también una edición publicada en España en un solo tomo por Ediciones Glénat, así que espero pronto poder conseguir una copia de cualquiera de las dos versiones para comentarla por aquí.
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