noviembre 11, 2009

His Dark Materials I: The Golden Compass

Hace un par de años apareció en cines una película infantil de fantasía titulada The Golden Compass (La Brújula Dorada), misma que se anunciaba como una adaptación de la primera parte de la trilogía His Dark Materials (La Materia Oscura), de Philip Pullman. Hasta que se hicieron los primeros anuncios acerca del director y el elenco para la adaptación, yo jamás había escuchado o leído nada acerca del autor o su exitosa serie.

A la fecha no he visto la película, pues aún cuando disfruté mucho una de las películas anteriores del director (Chris Weitz, About a Boy), no puedo olvidar que también escribió la secuela de The Nutty Professor o su activa participación en la franquicia de American Pie y más recientemente en la de Twilight, lo que lo pone en una situación alejada de ser una garantía de calidad. A pesar de tales reservas, de los libros había leído toda clase de críticas y comentarios positivos, así que cuando me topé con una copia del primer libro a un precio más que razonable decidí que bien valía la pena darle una oportunidad. Y me alegro de haberlo hecho.

La historia de The Golden Compass se desarrolla en un mundo similar al nuestro pero con notorias diferencias. La tecnología existente es una versión avanzada de lo que equivaldría a la segunda mitad del siglo XIX en nuestro mundo, lo que le da un cierto aire steampunk a la ambientación. A pesar de todas las similitudes con nuestro mundo, la diferencia más notoria es la existencia de dæmons, seres que representan una manifestación física del alma de cada ser humano, los cuales adoptan la forma de un animal que acompaña a su contraparte a todas partes. En el caso de los niños los dæmons pueden cambiar de forma a voluntad en un momento, adoptando una forma definitiva cuando su humano se acerca a la edad adulta.

La protagonista de la saga es Lyra Belacqua, una chica aparentemente huérfana de doce años de edad, quien es criada y educada por la facultad del Colegio Jordan, en Oxford, Inglaterra. Su única familia es su tío, Lord Asriel, quien ocasionalmente la visita pero se muestra mayormente frío con ella. Dado que en el Colegio, o en todo Oxford para el caso, no hay otros niños, sus compañeros de juego son los hijos de los mozos y criados, así como los niños de los pueblos cercanos o de los campamentos gitanos que visitan periódicamente la región. Lyra es de espíritu aventurero y suele explorar todo el terreno del Colegio y sus alrededores, metiéndose frecuentemente en problemas por ello. Durante una visita de su tío se esconde en un closet de un salón reservado para uso exclusivo de la facultad y gracias a ello se entera de una serie de conspiraciones alrededor de sucesos ocurridos en el norte, cerca del casquete polar. Su tío parece estar conduciendo investigaciones con una misteriosa sustancia conocida simplemente como Dust (Polvo), y su trabajo parece estar poniendo nerviosas a muchas personas en el gobierno y en la alta jerarquía de la Iglesia.

Tras realizar una apasionada exposición a los miembros del Colegio, Lord Asriel consigue los fondos necesarios para una nueva expedición al norte. Lyra intenta convencerlo de que lo deje acompañarlo, pero no lo consigue. Decepcionada, la niña se concentra en explorar otras áreas del Colegio, incluyendo, a sugerencia de su tío, la complicada mezcla de túneles y catacumbas que se encuentran bajo el antiguo Colegio.

Algunas semanas después de la partida de su tío empiezan a suceder algunos eventos que alterarán su entretenida pero apacible vida. Primero empiezan a desaparecer niños en el pueblo, incluyendo algunos gitanos del campamento recién llegado, y luego se da la visita al Colegio de un grupo de damas distinguidas, incluyendo un par de representantes de colegios femeninos. La sola idea de alejarse de Jordan para asistir a un Colegio rodeada de conservadoras y aburridas mujeres es suficiente para horrorizar a Lyra, al menos hasta que conoce a la Sra. Coulter.

La Sra Coulter es una mujer joven que poco o nada tiene que ver con las otras representantes de los Colegios. Se le ve vivaz y educada, pero al parecer ha viajado mucho, incluyendo al norte, lo que es casi una obsesión para Lyra. El rector del Colegio le informa que se ha discutido al respecto y se ha alcanzado la decisión de que lo mejor para ella es abandonar Jordan antes de que llegue su madurez física, pues seguramente el proceso de convertirse en adulto le será más fácil en un entorno diferente al del Colegio, rodeada únicamente de viejos profesores e intelectuales. Lyra se resiste, pero cuando le informan que puede convertirse en la asistente y protegida de la Sra. Coulter, acompañándola en sus viajes y sin necesidad de establecerse como residente en Colegio alguno. Lyra acepta emocionada, olvidándose incluso de que esa misma noche ha desaparecido Roger, su mejor amigo. Esa noche, antes de dormir, le hacen llegar un mensaje, donde el rector le pide hablar con ella en privado antres del alba y su eventual partida.

La actitud del viejo rector sorprende un poco a Lyra, pues además de mostrarse genuinamente afigido por su partida le da la impresión de que la permite obligado a ello. Le hace entrega de un curioso artefacto que parece un viejo reloj y le pide que lo guarde sin permitir que la Sra. Coulter se entere de que lo tiene en su posesión, asegurándole además que si ha de aprender a leerlo será por sus propios medios. Confundida, Lyra le promete cuidarlo y guardar el secreto. El aparato en cuestión es un aletiómetro, y posee la cualidad de poder informar siempre la verdad a aquellos que sepan como consultarlo.

Así, Lyra se embarca en la aventura de su vida, iniciando un viaje que la llevará a conocer Londres, a vivir entre gitanos, y a emprender una excursión a la tierra de sus sueños, el Norte. En el camino aprenderá detalles sobre su origen, incluyendo la verdad acerca de sus padres, el oscuro secreto detrás de la desaparición de niños por todo el país y la terrible razón para ello, y poco a poco se acercará a entender la importancia del Polvo y las razones por la que tantos intereses se mueven alrededor.

La aparición de osos guerreros en vistosas armaduras, clanes de brujas cuasi-inmortales que vuelan por los aires sin sentir frío alguno, y un vaquero norteramericano que alquila sus servicios como piloto de un globo aerostático, son solo algunos de los elementos que hacen de The Golden Compass una lectura envolvente y compleja que poco puede tener en común con la mal llamada literatura infantil. Ésta primera entrega de la serie es un libro complejo y bien desarrollado que puede sorprender a muchos, sobre todo si se creen la idea de que es una historia para niños.

La composición de la historia es tal que me atrevería a ponerla por encima de obras tan respetadas como las Crónicas de Narnia, de C.S. Lewis (las películas se cuecen aparte), o tan exitosas como Harry Potter (cuyas películas también son otro tema), de J.K. Rowling, quien ni siquiera en los últimos libros de la serie alcanzó el nivel de imaginación y maestría narrativa manifestado por el Sr. Pullman en The Golden Compass. Ahora solo me queda lanzarme a la búsqueda de las otras dos partes para poder seguir las aventuras de Lyra.

Lectura altamente recomendada para niños, jóvenes y adultos de todas las edades.

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