marzo 30, 2010

LOL (Laughing Out Loud)

Hace algún tiempo que descubrí  que cada vez que el cine parece estar inusualmente lleno, la solución es revisar bien la cartelera en busca de películas europeas y/o asiáticas, pues en ellas rara vez se agotan los boletos. Muchas veces lo que puede parecer un último recurso resulta en una satisfactoria sorpresa, o en el peor de los casos representa al menos una oportunidad para romper un poco con la creciente monotonía que prevalece en el cine hollywoodense contemporáneo.

Ese es el caso de LOL (Laughing Out Loud), una película sobre adolescentes y la brecha generacional que por momentos parece una comedia costumbrista. Lola (Christa Theret), apodada LOL (como el slang utilizado en internet para referirse a la risa) por sus amigos, es una joven de dieciseis años que está pasando por esa complicada etapa de la adolescencia donde lidiar con la escuela, los amigos, el amor y los padres parece algo imposible de superar. El primer día de clases Lola discute con Arthur (Felix Moati), su novio, y termina con él, lo que resulta en insospechadas complicaciones pues Maël (Jérémy Kapone), el mejor amigo de Arthur, es también el mejor amigo de Lola.

Mientras Lola empieza poco a poco a enamorarse de Maël, pero la amistad entre éste y Arthur hace que su relación se desarrolle mayormente en secreto y fuera de la escuela. La tensión entre el trío de adolescentes es templada debido a las múltiples amistades que comparten, pero las notas de Lola sufren por su falta de atención en clase ante tantas distracciones. Las cosas en casa no son fáciles aún sin añadir su bajo rendimiento académico, pues Anne (Sophie Marceau), su madre, no hace mucho divorciada, parece tener un amorío... con su ex. Y si Lola tiene problemas para lidiar con su vida, su madre no se queda atrás, pues necesita hallar el punto de equilibrio entre sus necesidades como mujer independiente y sus obligaciones como madre.

El tema principal de la película parece ser la brecha generacional, pues además de explorar la relación entre Lola y Anne, contraponiendo sus conflictos a la cercana relación que siempre han llevado y con la presencia de la madre de Anne para dar mayor perspectiva al asunto, también muestra la tensa relación entre Maël, más interesado en vivir la vida de la manera más simple posible y en escribir y tocar canciones que en estudiar y pensar en su futuro, y su padre, aparentemente un cuadrado empleado de oficina preocupado porque su hijo deje de soñar y asuma las responsabilidades que él considera debieran ser su prioridad.

Supongo que el único problema real que tiene la película es que al final se siente un tanto superficial, pues a pesar de que tiene momentos muy buenos donde invita a reflexionar sobre la naturaleza de las relaciones humanas e incluso llega a funcionar como un comentario social sobre los papeles que se esperan de hombres y mujeres en distintas situaciones sociales, el desarrollo de personajes o la complejidad de sus relaciones nunca llega a ser el suficiente como para que se le pueda considerar relevante. El resultado final es una disfrutable película que resulta ideal para verse en compañía de su pareja.

Encuentro curioso que a pesar de que actúan varias chicas lindas en la película, sigo encontrando mucho más atractiva a Sophie Marceau. Ha de ser signo de la edad.

2 comentarios:

  1. Veo que lo de ver películas asiáticas y europeas para escapar es algo universal. Lástima que la oferta no es tan amplia, al menos, no en Buenos Aires.

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  2. Tampoco en México hay tanta oferta o variedad. Todas las películas francesas que he visto en lo que va del año son producciones del 2008, así que te puedes ir haciendo una idea...

    ¡Saludos!

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