De cualquier modo, cuando años más tarde fuese entrevistado por Francois Truffaut, el propio Hitchcock comentó que para fines prácticos y al menos en lo que a él concernía, debiera ser considerada como su primera película, pues era en ella donde había empezado a tomar las decisiones narrativas que marcarían su estilo en los años por venir.
The Lodger (El Inquilino) está basada en la novela de Marie Belloc Lowndes del mismo título, y cuenta la historia de un hombre sospechoso de ser un peligroso asesino serial conocido como The Avenger (El Vengador), quien parece elegir como sus víctimas exclusivamente a muchachas de cabello rubio en las calles de Londres. Los crímenes del notorio asesino suman ya siete y los residentes de la ciudad viven con una mezcla de morbo y temor.

En ese clima de tensión llega a casa de los Bunting un nuevo inquilino, un hombre joven y bien parecido (Ivor Novello) cuyo peculiar comportamiento lo convierte rápidamente en el blanco de las suspicacias de la Sra. Bunting, quien no tarda en compartirlas con su marido. ¿Será posible que su nuevo inquilino sea en realidad el asesino que tiene a la ciudad en zozobra?

Hitchcock manifiesta aquí algunas tendencias temáticas que se volverían marcas de la casa: triángulos amorosos, fetichismo, presuntos culpables que buscan por todos los medios probar su inocencia, desviar la atención del espectador a partir de tramas secundarias y/o paralelas, etc.

En general me parece una buena película y a pesar del ritmo semilento la encuentro muy recomendable, más aún si tienen algún interés técnico o personal en el trabajo narrativo, pues algunos recursos mostrados en el montaje de la filmación son realmente dignos de ser analizados detenidamente.
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