Paco Ignacio Taibo II decidió emular un acto del más famoso de los detectives al traer de vuelta a Héctor Belascoarán Shayne tras el trágico desenlace de No Habrá Final Feliz. En una nota del autor incluida al principio del libro, éste admite que, a diferencia de lo que ocurrió con Sir Arthur Conan Doyle y Sherlock Holmes, donde el flemático detective volvió a causa del clamor popular, el regreso del singular detective chilango de origen hispano-irlandés se debió más bien a un capricho personal.
En la misma nota aclara que para fines cronológicos la historia contada en Algunas Nubes antecede a la de No Habrá Final Feliz, por lo que técnicamente no está alterando el desenlace de aquella otra novela. Publicada en 1985, Algunas Nubes es una novela corta, a grado tal que todas las ediciones recientes la presentan en el mismo volumen que No Habrá Final Feliz, y en ella se hace patente el crecimiento de Taibo II como escritor en los casi diez años transcurridos desde la primera aventura de Belascoarán.
Cuando empieza la novela nos encontramos con Belascoarán tumbado en una playa solitaria, muy lejos de la ciudad de México y todas las complicaciones que le hacen la vida de cuadritos pero a la vez le dan sazón a la existencia del detective. Hasta esa remota y paradisiaca playa llega su hermana para pedirle que regrese a la ciudad para echarle una mano a una vieja amiga. Tras meditarlo un poco y a regañadientes, Héctor decide que no puede seguir escondiéndose del mundo y accede a volver con ella.
El caso es un tanto inusual. Una antigua compañera de escuela de su hermana se volvió médico, se casó con otro doctor y se fue a vivir con él a los estados Unidos para estudiar una maestría. un par de semanas atrás hallaron muerto en su casa al padre del marido, un comerciante dueño de algunas mueblerías que dejó atrás a sus tres hijos. El mayor de éstos fue también asesinado apenas unos días después que el padre, dejando al tercer hermano, aparente testigo del crimen, en estado catatónico.
Forzados a regresar a México para hacerse cargo de los funerales, la pareja descubre que el padre muerto dejó una herencia de varios millones de pesos, además de varios negocios e inversiones en distintas ciudades del país. Pretendiendo desentenderse del asunto, que apesta a turbio, deciden regresar a los EEUU, pero son primero amenazados en su casa y después el marido es asesinado. La chica se ve forzada a regresar a México y contratar un abogado, pero antes de que pueda decir que es lo que hará es golpeada y violada por tres sujetos que le advierten que el dinero no es suyo, que tome lo que ya transfirieron a su cuenta bancaria y se olvide del resto. Héctor acepta el caso, a sabiendas de que se enfrenta a un caso de lavado de dinero que tiene toda la pinta de ser lo suficientemente oscuro y retorcido como para involucrar a varios personajes de la política y las corporaciones policiacas de la Ciudad de México.
Algunas Nubes es un retrato extraordinario del sistema policial mexicano, con todas las corruptelas y tráfico de favores que se sabe existen. Sin embargo, cual Quijote embistiendo contra los molinos, Héctor decide desafiar al sistema y tratar de llegar al fondo del asunto, aún a sabiendas de que aún si llega a descubrir quienes son los responsables de los crímenes y cual es el origen del dinero, nada cambiará.
Tal vez lo que más me llamó la atención de este libro fue la forma en que Taibo II añade aún más toques de la cultura popular mexicana al mundo de Belascoarán. Además de describir las mafias que se forman en diferentes círculos de la vida de este país, empezando por las instituciones educativas, consigue dejar en claro porque resulta imposible intentar crear una historia tradicional de policías y ladrones situada en la ciudad de México: porque ambos son lo mismo, compañeros, socios, compadres y amigos de borracheras, donde a veces ni siquiera la indumentaria basta para distinguirlos a unos de otros.
También destacaría la inclusión de la otra figura tradicional mexicana en las historias del bien contra el mal, esos equivalentes mexicanos al superhéroe norteamericano, los luchadores, representados en la figura de dos veteranos del cuadrilátero que Héctor recluta como apoyo para que le ayuden a cuidar a su cliente, e incluso dándoles la oportunidad de salvar el día como solo ellos pueden hacerlo, en el último momento y de manera contundente, acabando con los villanos en una relampagueante secuencia de acción perfectamente coreografiada.
Algunas Nubes es otro claro ejemplo de porque Taibo II es comparado alrededor del mundo con los mejores exponentes de la novela negra y/o policíaca alrededor del mundo, y representa una lectura obligada para los aficionados al género y recomendada para todo aquel con algún interés en la cultura popular de este país.
En la misma nota aclara que para fines cronológicos la historia contada en Algunas Nubes antecede a la de No Habrá Final Feliz, por lo que técnicamente no está alterando el desenlace de aquella otra novela. Publicada en 1985, Algunas Nubes es una novela corta, a grado tal que todas las ediciones recientes la presentan en el mismo volumen que No Habrá Final Feliz, y en ella se hace patente el crecimiento de Taibo II como escritor en los casi diez años transcurridos desde la primera aventura de Belascoarán.
Cuando empieza la novela nos encontramos con Belascoarán tumbado en una playa solitaria, muy lejos de la ciudad de México y todas las complicaciones que le hacen la vida de cuadritos pero a la vez le dan sazón a la existencia del detective. Hasta esa remota y paradisiaca playa llega su hermana para pedirle que regrese a la ciudad para echarle una mano a una vieja amiga. Tras meditarlo un poco y a regañadientes, Héctor decide que no puede seguir escondiéndose del mundo y accede a volver con ella.
El caso es un tanto inusual. Una antigua compañera de escuela de su hermana se volvió médico, se casó con otro doctor y se fue a vivir con él a los estados Unidos para estudiar una maestría. un par de semanas atrás hallaron muerto en su casa al padre del marido, un comerciante dueño de algunas mueblerías que dejó atrás a sus tres hijos. El mayor de éstos fue también asesinado apenas unos días después que el padre, dejando al tercer hermano, aparente testigo del crimen, en estado catatónico.
Forzados a regresar a México para hacerse cargo de los funerales, la pareja descubre que el padre muerto dejó una herencia de varios millones de pesos, además de varios negocios e inversiones en distintas ciudades del país. Pretendiendo desentenderse del asunto, que apesta a turbio, deciden regresar a los EEUU, pero son primero amenazados en su casa y después el marido es asesinado. La chica se ve forzada a regresar a México y contratar un abogado, pero antes de que pueda decir que es lo que hará es golpeada y violada por tres sujetos que le advierten que el dinero no es suyo, que tome lo que ya transfirieron a su cuenta bancaria y se olvide del resto. Héctor acepta el caso, a sabiendas de que se enfrenta a un caso de lavado de dinero que tiene toda la pinta de ser lo suficientemente oscuro y retorcido como para involucrar a varios personajes de la política y las corporaciones policiacas de la Ciudad de México.
Algunas Nubes es un retrato extraordinario del sistema policial mexicano, con todas las corruptelas y tráfico de favores que se sabe existen. Sin embargo, cual Quijote embistiendo contra los molinos, Héctor decide desafiar al sistema y tratar de llegar al fondo del asunto, aún a sabiendas de que aún si llega a descubrir quienes son los responsables de los crímenes y cual es el origen del dinero, nada cambiará.
Tal vez lo que más me llamó la atención de este libro fue la forma en que Taibo II añade aún más toques de la cultura popular mexicana al mundo de Belascoarán. Además de describir las mafias que se forman en diferentes círculos de la vida de este país, empezando por las instituciones educativas, consigue dejar en claro porque resulta imposible intentar crear una historia tradicional de policías y ladrones situada en la ciudad de México: porque ambos son lo mismo, compañeros, socios, compadres y amigos de borracheras, donde a veces ni siquiera la indumentaria basta para distinguirlos a unos de otros.
También destacaría la inclusión de la otra figura tradicional mexicana en las historias del bien contra el mal, esos equivalentes mexicanos al superhéroe norteamericano, los luchadores, representados en la figura de dos veteranos del cuadrilátero que Héctor recluta como apoyo para que le ayuden a cuidar a su cliente, e incluso dándoles la oportunidad de salvar el día como solo ellos pueden hacerlo, en el último momento y de manera contundente, acabando con los villanos en una relampagueante secuencia de acción perfectamente coreografiada.
Algunas Nubes es otro claro ejemplo de porque Taibo II es comparado alrededor del mundo con los mejores exponentes de la novela negra y/o policíaca alrededor del mundo, y representa una lectura obligada para los aficionados al género y recomendada para todo aquel con algún interés en la cultura popular de este país.
Esta fue la primera novela de Taibo II que leí... :)
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