Algunas veces es necesario cuestionar la elección de películas que hacen algunos actores, pues al ver el resultado uno se pregunta si en realidad leyeron el guión, o si algo pasó durante la producción y la película resultó algo diferente de lo que ellos esperaban. Ese es el caso con Killer Elite (traducida en México como Nacidos para Matar), película de intriga y acción que presume de un elenco bastante atractivo, con Jason Statham, Clive Owen y Robert DeNiro encabezándolo.
Basada en el libro The Feather Men, de Sir Ranulph Fiennes, la película es el debut como director de largometrajes de Gary McKendry y, tristemente, se nota. El libro de Fiennes está basado en hechos reales (o al menos eso es lo que señala el autor) acontecidos durante sus años de servicio con el Special Air Service (SAS) británico, que son las tropas de élite de ese país.
Danny Bryce (Statham), es un asesino a sueldo que trabaja al lado de su mentor y amigo, Hunter (DeNiro). Durante un trabajo en México en 1980, Danny es distraído al encontrar a un niño en el lugar del golpe. El momento de duda en que decide no matar al único testigo casi le cuesta la vida, y decide renunciar y retirarse a vivir a Australia, donde creció.
Un año más tarde recibe un paquete con fotos y un boleto de avión. Usando éste último, Danny viaja a Omán, donde se encuentra con El Agente (Adewale Akinnuoye-Agbaje), intermediario que se encarga de repartir contratos entre asesinos profesionales, quien le informa que Hunter es cautivo de un jeque árabe luego de que aceptase un contrato de 6 millones de dólares e intentase huir con el dinero sin realizar el trabajo para el cual se le contrató.
El jeque está dispuesto a liberar a Hunter y entregarles el dinero, siempre y cuando Danny realice el trabajo en cuestión. El objetivo es eliminar a tres ex-miembros del SAS, quienes en diferentes momentos asesinaron a los tres hijos mayores del jeque, quien actualmente vive en el exilio con el menor de sus hijos y espera poder ver a éste regresar a su tierra una vez que demuestre que ha hecho justicia a sus otros hijos.
Danny acepta el trato y busca a sus antiguos asociados, Davies (Dominic Purcell) y Meier (Aden Young) para que lo asistan, ofreciéndoles quedarse con todo el dinero. Lamentablemente para ellos, al encargarse de su primer objetivo atraen la atención de Spike Logan (Owen), otro ex-miembro del SAS y quien actualmente se encarga de las operaciones paramilitares de una sociedad secreta de ex-oficiales y funcionarios británicos, quien hará todo lo posible por detenerlos.
La película no es mala en el estricto sentido de la palabra, pero la inexperiencia del director se hace muy notoria al ver la cantidad de clichés con que realizó el montaje. No he leído el libro en que está basada, pero si se trata de la historia de Fiennes tal y como es contada, es necesario señalar que no se trata precisamente de algo emocionante o sobresaliente en modo alguno.
Lo único que impide que la película sea realmente mala son las actuaciones de Statham y Owen, que son por quienes me preguntaba lo de la elección de películas. Ambos hacen uso de su talento y carisma para permitir que la película fluya con el mínimo interés de parte de una audiencia que probablemente no se interesaría en lo más mínimo en estos personajes de no ser por los actores involucrados. El elenco secundario no está a la altura, y termina siendo otro factor para que la película no termine de cuajar.
En el caso de DeNiro encuentro peculiarmente deprimente que lo encuentre más digerible aquí, que simplemente hace acto de presencia y se rehúsa a actuar, que en casi cualquier película que haya hecho en la última década, en la que se ha caracterizado por sobreactuar y tomar casi cualquier papel que le ofrezcan
Resumiendo, Killer Elite es una película que deja mucho que desear pero que puede resultar medianamente entretenida para los aficionados al género y/o para los seguidores de alguno de los protagonistas.
Recomendada con muchas reservas.
Basada en el libro The Feather Men, de Sir Ranulph Fiennes, la película es el debut como director de largometrajes de Gary McKendry y, tristemente, se nota. El libro de Fiennes está basado en hechos reales (o al menos eso es lo que señala el autor) acontecidos durante sus años de servicio con el Special Air Service (SAS) británico, que son las tropas de élite de ese país.
Danny Bryce (Statham), es un asesino a sueldo que trabaja al lado de su mentor y amigo, Hunter (DeNiro). Durante un trabajo en México en 1980, Danny es distraído al encontrar a un niño en el lugar del golpe. El momento de duda en que decide no matar al único testigo casi le cuesta la vida, y decide renunciar y retirarse a vivir a Australia, donde creció.
Un año más tarde recibe un paquete con fotos y un boleto de avión. Usando éste último, Danny viaja a Omán, donde se encuentra con El Agente (Adewale Akinnuoye-Agbaje), intermediario que se encarga de repartir contratos entre asesinos profesionales, quien le informa que Hunter es cautivo de un jeque árabe luego de que aceptase un contrato de 6 millones de dólares e intentase huir con el dinero sin realizar el trabajo para el cual se le contrató.
El jeque está dispuesto a liberar a Hunter y entregarles el dinero, siempre y cuando Danny realice el trabajo en cuestión. El objetivo es eliminar a tres ex-miembros del SAS, quienes en diferentes momentos asesinaron a los tres hijos mayores del jeque, quien actualmente vive en el exilio con el menor de sus hijos y espera poder ver a éste regresar a su tierra una vez que demuestre que ha hecho justicia a sus otros hijos.
Danny acepta el trato y busca a sus antiguos asociados, Davies (Dominic Purcell) y Meier (Aden Young) para que lo asistan, ofreciéndoles quedarse con todo el dinero. Lamentablemente para ellos, al encargarse de su primer objetivo atraen la atención de Spike Logan (Owen), otro ex-miembro del SAS y quien actualmente se encarga de las operaciones paramilitares de una sociedad secreta de ex-oficiales y funcionarios británicos, quien hará todo lo posible por detenerlos.
La película no es mala en el estricto sentido de la palabra, pero la inexperiencia del director se hace muy notoria al ver la cantidad de clichés con que realizó el montaje. No he leído el libro en que está basada, pero si se trata de la historia de Fiennes tal y como es contada, es necesario señalar que no se trata precisamente de algo emocionante o sobresaliente en modo alguno.
Lo único que impide que la película sea realmente mala son las actuaciones de Statham y Owen, que son por quienes me preguntaba lo de la elección de películas. Ambos hacen uso de su talento y carisma para permitir que la película fluya con el mínimo interés de parte de una audiencia que probablemente no se interesaría en lo más mínimo en estos personajes de no ser por los actores involucrados. El elenco secundario no está a la altura, y termina siendo otro factor para que la película no termine de cuajar.
En el caso de DeNiro encuentro peculiarmente deprimente que lo encuentre más digerible aquí, que simplemente hace acto de presencia y se rehúsa a actuar, que en casi cualquier película que haya hecho en la última década, en la que se ha caracterizado por sobreactuar y tomar casi cualquier papel que le ofrezcan
Resumiendo, Killer Elite es una película que deja mucho que desear pero que puede resultar medianamente entretenida para los aficionados al género y/o para los seguidores de alguno de los protagonistas.
Recomendada con muchas reservas.
Yo sigo sin poder ver esta cinta. Soy gran admirador de las películas de Jason Statham y de Robert De Niro y este tipo de pelís suelen ser de mi agrado. Espero poder verla pronto para expresar mi opinión :). Buen post.
ResponderBorrarSaludos de www.rlnmovies.blogspot.com