Jean-Jacques annaud es un director que suele dar un toque personal a sus películas, contando historias introspectivas donde el desarrollo interior de los personajes es esencial para la manera en que cuenta las historias. A lo largo de los años he disfrutado varias de sus películas, como Quest for Fire (La Guerra del Fuego) The Name of the Rose (El Nombre de la Rosa), The Bear (El Oso), Enemy at the Gates (Enemigo al Acecho) o Two Brothers (Dos Hermanos).
Claro que ha habido tropezones, como Seven Years in Tibet (Siete Años en el Tibet) o incluso L'Amant (El Amante), pero en términos generales me parece que se trata de un director bastante sólido y capaz, aún si en ocasiones se agradecería que usase un ritmo más ágil para contar sus historias. Menciono lo anterior, porque creo que nada me pudo haber preparado para lo que iba a ver con Black Gold (El Príncipe del Desierto).
Black Gold cuenta una versión totalmente ficticia del surgimiento de la península árabe como uno de los principales productores de petróleo, y lo hace de una manera pretenciosa y llena de errores, intentando emular el estilo épico de producciones de antaño, empezando con Lawrence of Arabia, pero fracasando miserablemente.
La película comienza mostrando el fin de un conflicto entre los reinos ficticios de Hobeika y Salmaah. Nesib (Antonio Banderas), el Emir de Hobeika, pone los términos de paz. Amar (Mark Strong), el Sultán de Salmaah, le entregará la custodia de sus dos hijos como garantía de que no habrá más conflictos, y ambos acuerdan dejar la enorme franja de desierto que separa sus ciudades como Tierra de Nadie, sobre la que ninguno de los dos puede reclamar derecho alguno.
Así transcurren varios años de paz y los dos hijos de Amar crecen para convertirse en hombres. El mayor de ellos, Saleeh, tiene el espíritu de un guerrero, en tanto que Auda (Tahar Rahim) adora los libros y es tímido y retraído. Ambos extrañan su hogar, pero saben que todavía no es tiempo de volver a él. Un día llegan visitantes norteamericanos a Hobeika. Uno de ellos se identifica como representante de una petrolera texana y propone a Nesib un negocio que lo hará rico y permitirá sacar a Hobeika de la miseria, pues hay petróleo cerca de su ciudad.
Lamentablemente el petróleo se encuentra en la franja de desierto que tanto él como Amar juraron no tocar. Esto provocará que revivan las viejas rencillas entre ambos reinos y que la guerra vuelva a convertirse en una amenaza en la región, con los hijos de ambos atrapados en medio del conflicto y convertidos en herramientas a explotar en la lucha de sus padres por someter a su enemigo. Ah, claro, sin olvidar que la hija de Nesib está perdidamente enamorada de Auda.
No sé que lo que me sorprendió más de la película, si el inexistente desarrollo de personajes y la constante presencia de un cliché tras otro acerca de la percepción occidental de la vida en el mundo árabe, o descubrir que la película fue financiada completamente con dinero de la península.
Banderas interpreta al típico jeque árabe para el que todo representa una oportunidad de obtener ganancias, y Strong al líder fundamentalista musulmán. El pobre intento de crear un lazo entre ambos a partir del romance de sus hijos me hizo revalorar el trabajo de las telenovelas mexicanas -aunque no demasiado, aclaro- y pasé la mayor parte del tiempo -más de dos horas- intentando descifrar que pretendía la película o hacia donde iba el argumento.
Me parece que contar una historia acerca de las guerras del petróleo en aquella región, y buscar retratar en ellas las costumbres y tradiciones del mundo árabe es una idea bastante atractiva. Lamentablemente pareciera que filmaron la película antes de decidir que historia querían contar, resultando en líneas argumentales que son abandonadas sin reparo o sustituidas por algún otro arco argumental vagamente relacionado.
Black Gold debe ser la peor película que he visto este año y seguramente ocupa un lugar destacado entre las cosas más aburridas que he visto en mi vida, por lo que no puedo recomendarla bajo ninguna circunstancia. Imagino que Annaud debe haber tenido deudas por pagar o simplemente nunca pudo entender lo que querían sus productores y trabajó en piloto automático, pues también tiene crédito como co-guionista de la película.
Evítenla como la peste.
Claro que ha habido tropezones, como Seven Years in Tibet (Siete Años en el Tibet) o incluso L'Amant (El Amante), pero en términos generales me parece que se trata de un director bastante sólido y capaz, aún si en ocasiones se agradecería que usase un ritmo más ágil para contar sus historias. Menciono lo anterior, porque creo que nada me pudo haber preparado para lo que iba a ver con Black Gold (El Príncipe del Desierto).
Black Gold cuenta una versión totalmente ficticia del surgimiento de la península árabe como uno de los principales productores de petróleo, y lo hace de una manera pretenciosa y llena de errores, intentando emular el estilo épico de producciones de antaño, empezando con Lawrence of Arabia, pero fracasando miserablemente.
La película comienza mostrando el fin de un conflicto entre los reinos ficticios de Hobeika y Salmaah. Nesib (Antonio Banderas), el Emir de Hobeika, pone los términos de paz. Amar (Mark Strong), el Sultán de Salmaah, le entregará la custodia de sus dos hijos como garantía de que no habrá más conflictos, y ambos acuerdan dejar la enorme franja de desierto que separa sus ciudades como Tierra de Nadie, sobre la que ninguno de los dos puede reclamar derecho alguno.
Así transcurren varios años de paz y los dos hijos de Amar crecen para convertirse en hombres. El mayor de ellos, Saleeh, tiene el espíritu de un guerrero, en tanto que Auda (Tahar Rahim) adora los libros y es tímido y retraído. Ambos extrañan su hogar, pero saben que todavía no es tiempo de volver a él. Un día llegan visitantes norteamericanos a Hobeika. Uno de ellos se identifica como representante de una petrolera texana y propone a Nesib un negocio que lo hará rico y permitirá sacar a Hobeika de la miseria, pues hay petróleo cerca de su ciudad.
Lamentablemente el petróleo se encuentra en la franja de desierto que tanto él como Amar juraron no tocar. Esto provocará que revivan las viejas rencillas entre ambos reinos y que la guerra vuelva a convertirse en una amenaza en la región, con los hijos de ambos atrapados en medio del conflicto y convertidos en herramientas a explotar en la lucha de sus padres por someter a su enemigo. Ah, claro, sin olvidar que la hija de Nesib está perdidamente enamorada de Auda.
No sé que lo que me sorprendió más de la película, si el inexistente desarrollo de personajes y la constante presencia de un cliché tras otro acerca de la percepción occidental de la vida en el mundo árabe, o descubrir que la película fue financiada completamente con dinero de la península.
Banderas interpreta al típico jeque árabe para el que todo representa una oportunidad de obtener ganancias, y Strong al líder fundamentalista musulmán. El pobre intento de crear un lazo entre ambos a partir del romance de sus hijos me hizo revalorar el trabajo de las telenovelas mexicanas -aunque no demasiado, aclaro- y pasé la mayor parte del tiempo -más de dos horas- intentando descifrar que pretendía la película o hacia donde iba el argumento.
Me parece que contar una historia acerca de las guerras del petróleo en aquella región, y buscar retratar en ellas las costumbres y tradiciones del mundo árabe es una idea bastante atractiva. Lamentablemente pareciera que filmaron la película antes de decidir que historia querían contar, resultando en líneas argumentales que son abandonadas sin reparo o sustituidas por algún otro arco argumental vagamente relacionado.
Black Gold debe ser la peor película que he visto este año y seguramente ocupa un lugar destacado entre las cosas más aburridas que he visto en mi vida, por lo que no puedo recomendarla bajo ninguna circunstancia. Imagino que Annaud debe haber tenido deudas por pagar o simplemente nunca pudo entender lo que querían sus productores y trabajó en piloto automático, pues también tiene crédito como co-guionista de la película.
Evítenla como la peste.
Pffff, què bueno que leì tu reseña antes de mi pròxima visita al cine, porque ya me estaba tentando esta peli.
ResponderBorrarSaludos Enfermos.
Jajaja
ResponderBorrarMe alegra al fin haber podido emitir una advertencia a tiempo...
¡Saludos!
Uyyy..por cómo hablas de ella, creo que hice bien en no gastar un boleto en esta película. Aún así, soy de los que piensan que no hay mejor opinión que la propia, así que la veré almenos en su formato casero. Saludos!
ResponderBorrarwww.rlnmovies.blogspot.com
Totalmente de acuerdo, nada pueda remplazar el criterio personal. Yo suelo checar algunas opiniones más con la idea de sortear que ver en el cine y que ver en casa que por otra razón.
ResponderBorrarAfortunadamente fui al cine invitado, así que no me costó.
¡Saludos!
Pues a mi me ha gustado bastante. Sin desmerecer la opinión de nadie, recomiendo que antes de decidir ir o no a verla, se guíen por su propia experiencia y no seguir a pies juntillas la opinión de otros.
ResponderBorrarSalud.
PD: Si para el autor de esta crítica esta pelicula le parece lo peor que ha visto en 2012, es que o bien es excesivamente selectivo o no ha visto demasiado cine este año.
Precisamente eso expresé en mi respuesta anterior: no hay nada como la opinión propia.
BorrarNo soy tan selectivo, pero hay algunas que si decido ahorrármelas desde que veo el poster o los primeros avances. Ésta no pensaba verla en el cine, pero tras un desayuno con algunos familiares quisieron ir al cine y era la única opción disponible.
¡Saludos!
Pues si te parece de lo más aburrido que has visto en tu vida, ¿a qué nivel pones las pelis de Godard? Puf, eso si que es un peñazo.
ResponderBorrarNo hombre, no, antes de decir que esta peli es una de las más aburridas que existen, hay infindad que la superan (como las de Malick, Garci, Lynch, alguna de Lars Von Trier y de Haneke, por poner algunos ejemplos).
Y eso de que la eviten como la peste... Cuando leo una crítica que usa términos tan drásticos paso directamente de la crítica (y del crítico). Denota que el susodicho ha visto poco cine.
Supongo que buscamos cosas diferentes en el cine, porque Goddard es uno de mis directores favoritos. La gran mayoría de los otros que mencionas tienden ahacer cine con un ritmo bastante más lento al que nos tiene acostumbrado Hollywood, pero de eso a considerarlo aburrido creo que hay mucha diferencia.
BorrarMencioné que me gustan otras películas de Annaud precisamente por lo mismo, para dar un punto de referencia, pues el ritmo narrativo y lo aburrido no necesariamente van de la mano. La mayoría de los realizadores que mencionas tienden a buscar crear atmósferas, aún si no siempre les funciona de la mejor manera.
Respecto a tu último comentario...¿qué puedo decir? A mi me pasa algo igual cuando veo comentarios de anónimos que no tienen el valor y el respeto para firmar apropiadamente. Suelo asociarlo con fans de Spielberg o Michael Bay.
Definitivamente sí que tenemos puntos de vistas diferentes, porque si para ti Godard es de tus directores preferidos mejor hablamos de otra cosa. Bueno, no, en algo coincidimos: a mi tampoco me gusta Michael Bay (Spielberg según qué peli).
BorrarPor otra parte, el argumento sobre no echar cuenta a los comentarios realizados por comentaristas anónimos, pues qué quieres que te diga... Siempre tienes la opción de filtrar los comentarios y no dejarlo abierto. Además, el blog es tuyo, cuando yo tenga uno lo firmaré con mi nombre. Pero vamos, si sólo te valen los comentarios de los que pongan su nombre (cosa que no termino de entender), te doy el mío sin problemas: Francisco Moreno(el DNI ya me parece excesivo ponerlo).
Y me he reido con la relación que estableces entre dejar un comentario anónimo y ser fan de Spielberg y Michael Bay. En fin...
A fin de cuentas lo que aquí tenemos es una simple diferencia de opinión y nada más.
BorrarCreo que te debo una disculpa, primero por mi falta de claridad, y segundo por tratarte como un trol. Mil perdones.
No es que no me importen los comentarios anónimos, simplemente que no les doy el mismo peso o importancia que a los que incluyen un nombre de usuario o nick, sobre todo porque rara vez aportan a la discusión.
Lo de los fans de Bay y Spielberg viene a colación de un fenómeno que me ha tocado en varios foros, donde podemos estar criticando, por ejemplo, la última de Transformers, y de repente aparecerá un usuario que firma como "SWitwicky23232" a intentar defenderla y termina por meter ruido a la conversación o insultar a los participantes. En el caso de Spielberg solía visitarnos un tal "ETphonesElliot" haciendo algo similar, y tu uso del nombre de Auda me lo recordó, pero no venía al caso y estaba fuera de contexto, por lo que una vez más me disculpo.
A fin de cuentas, la apreciación del cine o la tv (o libros, o cualquier otra forma de entretenimiento) es subjetiva y nadie tiene la verdad absoluta, por lo que sean bienvenidas las opiniones diferentes.
Respecto a lo evitarla como la peste, fue un comentario bastante más visceral de lo que acostumbro, y si bien mi opinión de la película no ha cambiado, muy probablemente esa descalificación no la incluiría en caso de reescribir el texto, o bien la haría de una manera menos burda o categórica.
¡Saludos!
Pues nada pelillos a la mar. Tal vez yo también me excedí en mi primer comentario.
BorrarLo de el nick de Auda, es porque simplemente es como se llama el protagonista de esta película que has reseñado.
Por lo demás, pa' gusto los colores (pero lo de Godard es mú fuerte... es broma).
Salud.