Catching Fire es el segundo volumen de The Hunger Games, la exitosa serie de libros juveniles de Suzanne Collins que está actualmente siendo adaptada al cine con resultados muy lucrativos. El libro parte prácticamente de donde finalizó el anterior, así que es momento de advertir que casi cualquier comentario que realice en relación a la trama del libro es un potencial spoiler respecto al desenlace tanto del primer libro como de la película que lo adapta.
Nunca incluyo spoilers de ningún libro o película que comento, pero en este caso la naturaleza del material implica que la sola mención de los elementos básicos de la trama sea una revelación de lo que ocurrió al final del libro anterior. Así que, si piensan leer o ver The Hunger Games (Los Juegos del Hambre) y todavía no lo hacen, es momento de dejar de leer esta reseña. Si ya leyeron o vieron esa primera entrega, les garantizo que mis comentarios no incluyen spoilers de esta segunda parte.
Tras sobrevivir a los Juegos del Hambre, Katniss y Peeta regresan al Distrito 12, pero a vivir en condiciones muy distintas a aquellas en que lo hacían antes de convertirse en tributos. A las afueras del pueblo hay un vecindario exclusivo, conocido como Victor's Village (Villa de los Vencedores), donde hay una docena de lujosas residencias y cuyo único habitante, hasta ahora, era Haymitch. No necesitan trabajar ni buscar alimentos, por lo que tienen todo el día para dedicarse a lo que deseen.
Peeta pasa la mayor parte de sus días pintando, y constantemente visita a su familia en el pueblo. Katniss se llevó a vivir con ella a su madre y a su hermana, pero se aburre muchísimo. Dado que Gale ha entrado a trabajar en la mina, solamente se ven los domingos, día en que salen a cazar juntos, tal como solían hacer todos los días.
El resto de la semana Katniss abandona sola el pueblo y va a cazar y recolectar comida, que todos los días al volver lleva a caza de Gale. Su relación con la madre de éste ha evolucionado hasta convertirse en amistad, aún si no es tan fácil definir que clase de relación tiene con Gale. Tras lo que vivió en los Juegos al lado de Peeta, Katniss no ha sido capaz de sortear los sentimientos que tiene hacia ambos.
Lamentablemente su paz será efímera, pues sus actos al final de los Juegos han sembrado la semilla del descontento entre los distritos, y la amenaza de una nueva rebelión se cierne sobre el Capitolio. El Presidente Snow amenaza a Katniss y le sugiere utilizar la gira de los vencedores por los distritos para apaciguar la situación, pero nada funciona, desatando la ira de Snow y el Capitolio.
¿Podrán Katniss y Peeta sobrevivir una segunda visita a la Arena de los Juegos?
Temáticamente el libro expande sobre lo construido en la primera entrega de la serie. La austera prosa de Collins ayuda a mantener un ritmo de lectura bastante ágil, y aún así se da tiempo para trabajar en redondear a sus personajes. Obviamente al tratarse de la parte central de una trilogía se trata de un libro que no funciona como ente separado. Supongo que fue una buena decisión leerlo inmediatamente al terminar el primero, pues de haber dejado pasar un tiempo es posible que me hubiese molestado esa naturaleza de capítulo intermedio sin una resolución definitiva y con el cliffhanger del final.
Para bien o para mal, creo que es necesario considerar la trilogía como si se tratase de una sola novela, pues de otro modo me parece que la autora nos quedaría a deber bastante con cada entrega. Si leyeron el primer libro, independientemente de haber visto o no la película, y les gustó, es un hecho que disfrutarán de esta segunda entrega y desearán empezar de inmediato con la tercera. De otro modo, no hay razón para leer este libro.
Lectura bastante recomendada, aunque con las reservas arriba mencionadas.
Nunca incluyo spoilers de ningún libro o película que comento, pero en este caso la naturaleza del material implica que la sola mención de los elementos básicos de la trama sea una revelación de lo que ocurrió al final del libro anterior. Así que, si piensan leer o ver The Hunger Games (Los Juegos del Hambre) y todavía no lo hacen, es momento de dejar de leer esta reseña. Si ya leyeron o vieron esa primera entrega, les garantizo que mis comentarios no incluyen spoilers de esta segunda parte.
Tras sobrevivir a los Juegos del Hambre, Katniss y Peeta regresan al Distrito 12, pero a vivir en condiciones muy distintas a aquellas en que lo hacían antes de convertirse en tributos. A las afueras del pueblo hay un vecindario exclusivo, conocido como Victor's Village (Villa de los Vencedores), donde hay una docena de lujosas residencias y cuyo único habitante, hasta ahora, era Haymitch. No necesitan trabajar ni buscar alimentos, por lo que tienen todo el día para dedicarse a lo que deseen.
Peeta pasa la mayor parte de sus días pintando, y constantemente visita a su familia en el pueblo. Katniss se llevó a vivir con ella a su madre y a su hermana, pero se aburre muchísimo. Dado que Gale ha entrado a trabajar en la mina, solamente se ven los domingos, día en que salen a cazar juntos, tal como solían hacer todos los días.
El resto de la semana Katniss abandona sola el pueblo y va a cazar y recolectar comida, que todos los días al volver lleva a caza de Gale. Su relación con la madre de éste ha evolucionado hasta convertirse en amistad, aún si no es tan fácil definir que clase de relación tiene con Gale. Tras lo que vivió en los Juegos al lado de Peeta, Katniss no ha sido capaz de sortear los sentimientos que tiene hacia ambos.
Lamentablemente su paz será efímera, pues sus actos al final de los Juegos han sembrado la semilla del descontento entre los distritos, y la amenaza de una nueva rebelión se cierne sobre el Capitolio. El Presidente Snow amenaza a Katniss y le sugiere utilizar la gira de los vencedores por los distritos para apaciguar la situación, pero nada funciona, desatando la ira de Snow y el Capitolio.
¿Podrán Katniss y Peeta sobrevivir una segunda visita a la Arena de los Juegos?
Temáticamente el libro expande sobre lo construido en la primera entrega de la serie. La austera prosa de Collins ayuda a mantener un ritmo de lectura bastante ágil, y aún así se da tiempo para trabajar en redondear a sus personajes. Obviamente al tratarse de la parte central de una trilogía se trata de un libro que no funciona como ente separado. Supongo que fue una buena decisión leerlo inmediatamente al terminar el primero, pues de haber dejado pasar un tiempo es posible que me hubiese molestado esa naturaleza de capítulo intermedio sin una resolución definitiva y con el cliffhanger del final.
Para bien o para mal, creo que es necesario considerar la trilogía como si se tratase de una sola novela, pues de otro modo me parece que la autora nos quedaría a deber bastante con cada entrega. Si leyeron el primer libro, independientemente de haber visto o no la película, y les gustó, es un hecho que disfrutarán de esta segunda entrega y desearán empezar de inmediato con la tercera. De otro modo, no hay razón para leer este libro.
Lectura bastante recomendada, aunque con las reservas arriba mencionadas.
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