Hace un par de años, cuando se estrenó en nuestro país el remake de Clash of the Titans (Furia de Titanes) que dirigiese Louis Leterrier, comenté en mi reseña que la película me había parecido, más que mala, decepcionante. La versión de 1982 dista mucho de ser perfecta, pero sigue siendo una buena historia contada de una manera bastante capaz con las herramientas existentes en aquel entonces y concentrándose en el desarrollo de personajes como una parte importante de la película., elementos que aparentemente fueron ignorados por los productores, director y guionista del remake.
Supongo que lo que más me molestó fue ver que se había reunido a un buen elenco y se había realizado un buen trabajo en cuanto al diseño de producción, pero solo para ignorar lo que debiera haber sido lo más importante, la historia.
¿Cómo puedes hacer una película sobre seres mitológicos, y no tener siquiera un poquito de magia en tu trabajo?
Hace un par de semanas se estrenó la secuela a ese remake. Cuando se anunció el título, Wrath of the Titans, me divirtió la idea. Wrath of the Titans se traduciría literalmente como Ira de Titanes, aunque bien podría adaptarse a Furia de Titanes. El problema es que ese título se utilizó en español para Clash of the Titans, que debiera haberse traducido como Choque de Titanes. La distribuidora prefirió no complicarse y nombrarla simplemente Furia de Titanes 2.
La historia en Wrath of the Titans transcurre aproximadamente diez años después de su antecesora. Perseo (Sam Worthington), el semi-dios hijo de Zeus (Liam Neeson) quien ganó gloria y fama al eliminar al Kraken, intenta llevar una vida tranquila como pescador y criando a su hijo, Helius. Io, su esposa, lo hizo prometer que su hijo tendría una vida pacífica.
Claro que si ese fuera el caso la película sería aún más aburrida, así que pronto hallamos a Zeus visitándolo para explicarle que el fin de la Era de los Dioses está cerca y para solicitar su ayuda. Perseo se rehúsa a acompañarlo, argumentando que lo único que le importa es su hijo.
Hades (Ralph Fiennes) y Ares (Edgar Ramirez) han traicionado al resto de los dioses del Olimpo y pretenden usar el poder de Zeus para revitalizar a Cronos, el Titán, quien pretende destruir el mundo en cuanto pueda liberarse de sus ataduras en las entrañas del Monte Tártaro.
Poseidón (Danny Huston) escapa e informa a Perseo de lo que está ocurriendo y le pide que encuentre a su hijo e intente detener a Cronos.
Perseo encuentra a Agenor (Toby Kebbell), el hijo bastardo de Poseidón, quien junto con la reina Andrómeda (Rosamund Pike) y un puñado de guerreros, lo ayudan a buscar a Hefesto (Bill Nighy) para que este les indique el camino para entrar en el Monte Tártaro y rescatar a Zeus.
Tomando en cuenta el notable elenco que he mencionado en los párrafos anteriores, me parece vergonzoso que se halla filmado una película con un guión tan malo, particularmente en lo que se refiere a los parlamentos. Creo que en algún momento la mayoría de los actores notaron que al director no le importaba y dejaron de preocuparse por el resultado, y simplemente dejaron que la acción los llevase.
Lo que nos lleva a otro problema de la película. Es aburrida. Tratándose de una historia de acción y aventuras estoy dispuesto a perdonar la falta de caracterización o una narrativa poco sólida, pero nunca el hecho de que me aburra. Jonathan Liebesman es un director bastante gris cuya filmografía (Darkness Falls, The Texas Chainsaw Massacre: The Begining y Battle Los Angeles) es poco presumible, pero realmente me sorprendió lo mal que dirige esta película.
Hay una gran cantidad de líneas robadas de la trilogía original de Star Wars y momentos que parecen calcados de escenas de The Lord of the Rings y otras películas de fantasía, pero incluso al copiar lo hace mal. Nunca queda claro si está dirigiendo una película de aventuras o una comedia con toques de drama. Simple y sencillamente se trata de un absurdo pastiche de géneros que me hace apreciar un poco más la película de la que deriva.
Me es imposible recomendar esta película con la conciencia tranquila, pues no merece ser considerada como nada más que un último recurso en caso de que necesiten matar poco más de dos horas de su tiempo. Advertidos quedan.
Supongo que lo que más me molestó fue ver que se había reunido a un buen elenco y se había realizado un buen trabajo en cuanto al diseño de producción, pero solo para ignorar lo que debiera haber sido lo más importante, la historia.
¿Cómo puedes hacer una película sobre seres mitológicos, y no tener siquiera un poquito de magia en tu trabajo?
Hace un par de semanas se estrenó la secuela a ese remake. Cuando se anunció el título, Wrath of the Titans, me divirtió la idea. Wrath of the Titans se traduciría literalmente como Ira de Titanes, aunque bien podría adaptarse a Furia de Titanes. El problema es que ese título se utilizó en español para Clash of the Titans, que debiera haberse traducido como Choque de Titanes. La distribuidora prefirió no complicarse y nombrarla simplemente Furia de Titanes 2.
La historia en Wrath of the Titans transcurre aproximadamente diez años después de su antecesora. Perseo (Sam Worthington), el semi-dios hijo de Zeus (Liam Neeson) quien ganó gloria y fama al eliminar al Kraken, intenta llevar una vida tranquila como pescador y criando a su hijo, Helius. Io, su esposa, lo hizo prometer que su hijo tendría una vida pacífica.
Claro que si ese fuera el caso la película sería aún más aburrida, así que pronto hallamos a Zeus visitándolo para explicarle que el fin de la Era de los Dioses está cerca y para solicitar su ayuda. Perseo se rehúsa a acompañarlo, argumentando que lo único que le importa es su hijo.
Hades (Ralph Fiennes) y Ares (Edgar Ramirez) han traicionado al resto de los dioses del Olimpo y pretenden usar el poder de Zeus para revitalizar a Cronos, el Titán, quien pretende destruir el mundo en cuanto pueda liberarse de sus ataduras en las entrañas del Monte Tártaro.
Poseidón (Danny Huston) escapa e informa a Perseo de lo que está ocurriendo y le pide que encuentre a su hijo e intente detener a Cronos.
Perseo encuentra a Agenor (Toby Kebbell), el hijo bastardo de Poseidón, quien junto con la reina Andrómeda (Rosamund Pike) y un puñado de guerreros, lo ayudan a buscar a Hefesto (Bill Nighy) para que este les indique el camino para entrar en el Monte Tártaro y rescatar a Zeus.
Tomando en cuenta el notable elenco que he mencionado en los párrafos anteriores, me parece vergonzoso que se halla filmado una película con un guión tan malo, particularmente en lo que se refiere a los parlamentos. Creo que en algún momento la mayoría de los actores notaron que al director no le importaba y dejaron de preocuparse por el resultado, y simplemente dejaron que la acción los llevase.
Lo que nos lleva a otro problema de la película. Es aburrida. Tratándose de una historia de acción y aventuras estoy dispuesto a perdonar la falta de caracterización o una narrativa poco sólida, pero nunca el hecho de que me aburra. Jonathan Liebesman es un director bastante gris cuya filmografía (Darkness Falls, The Texas Chainsaw Massacre: The Begining y Battle Los Angeles) es poco presumible, pero realmente me sorprendió lo mal que dirige esta película.
Hay una gran cantidad de líneas robadas de la trilogía original de Star Wars y momentos que parecen calcados de escenas de The Lord of the Rings y otras películas de fantasía, pero incluso al copiar lo hace mal. Nunca queda claro si está dirigiendo una película de aventuras o una comedia con toques de drama. Simple y sencillamente se trata de un absurdo pastiche de géneros que me hace apreciar un poco más la película de la que deriva.
Me es imposible recomendar esta película con la conciencia tranquila, pues no merece ser considerada como nada más que un último recurso en caso de que necesiten matar poco más de dos horas de su tiempo. Advertidos quedan.
Curiosamente, a mi esta secuela si me gustó..o almenos no me sentí estafado como con la dirigida por Leterrier. Definitivamente no queda en mi lista de mejores películas del año, pero me entretuvo y con eso me basta para no arrepentirme de pagar el boleto en 3D. Saludos
ResponderBorrarwww.rlnmovies.blogspot.com
A fin de cuentas eso es lo menos que se puede pedir de una película, que te entretenga.
ResponderBorrarQué bueno que pudiste disfrutarla. Imagino que el no tener nada con que compararla, como era el caso con la de Leterrier, le ayuda.
¡Saludos!
Muy posiblemente jaja. Fui con tan pocas expectativas que de plano no esperaba nada...Por eso no me gusta hacerme de ideas de cualquier película hasta haberla visto. Me evito de frustraciones y arrepentimientos y la disfruto mejor. Buen post :)
ResponderBorrarPues me agradó la película porque la vi con muchos amigos, pero en serio, esa batalla contra Cronos se parecía tanto al video de introducción del Age of Mythology, que por lo menos hubieran tomado más elementos, o al menos más titanes, ¿no? La verdad, solo por la parte de "salir con los amigos" es que se disfruta, =J
ResponderBorrarEntiendo lo que dices pues a mi me pasó algo similar con la primera de Ghost Rider. Es de esos casos en que disfrutas la experiencia de ir al cine y no tanto la película.
ResponderBorrar¡Saludos!
Ya me lo decia mi sentido aracnido...
ResponderBorrarSI la primera fue lo que confirmo una cosa: Leterrier es un director ONE HIT WONDER (asi se dice no) al haber dirigido The Incredible Hulk, pues CotT fue horrenda, de esos casos donde dices: "No manches! Yo la habria dirigido mejor!"
Aparte de que no me gustan mucho este tipo de peliculas donde usan material mitologico para convertirlo en un blockbuster decerebrado, nomas no me quize arriesgar. Que bueno que me lo habeis confirmado.
MAy the force be with you..
Je... yo no pensaba ir a verla, pero mi compañero de grabación en el podcast de Desde la Baticueva está obsesionado con ver prácticamente todo lo que estrenan, y la única forma en que yo la vería era acompañado por amigos, así que después de grabar arrastramos a mi hermano y otro amigo y la fuimos a ver.
ResponderBorrarObviamente resultó mala, pero creo que fue incluso peor de lo que esperábamos.
¡Saludos!