Releer libros es una práctica que nunca ha sido frecuente para mi. Durante mi infancia y adolescencia había favoritos que eran revisitados con cierta frecuencia, pero hace muchos años que no me tomaba un tiempo para volver a leer un libro que ya hubiese leído anteriormente, pues tengo una larga y creciente pila de pendientes y futuras lecturas que parecen tomar prioridad todo el tiempo. Aún así, me fue imposible resistir la tentación de leer nuevamente Anno Dracula luego de que hace unas semanas me encontrase una copia en inglés en una librería de viejo.

La historia tiene lugar en Londres en 1888. En este mundo, el enfrentamiento entre el Conde Drácula y el grupo dirigido por el Profesor Van Helsing tuvo un desenlace diferente al de la novela, pues en vez de prevenir que el Conde convirtiese a Mina Harker, forzándolo a huir y desatando la persecución por Europa que culminaría con la destrucción de Drácula antes de que éste alcanzase su castillo, Drácula resultó victorioso.
Esa noche murieron Jonathan Harker, Quincey Morris y el Profesor van Helsing, en tanto que Arthur Holmwood y el Dr. Jack Seward escaparon con vida. Drácula reafirmo su base de poder y poco a poco se fue infiltrando en la aristocracia inglesa, aumentando su círculo de influencia hasta llegar a la Reina Victoria, con quien se casó, convirtiéndose en Príncipe Consorte y Lord Protector de Inglaterra. Pronto el país se convierte en refugio para los vampiros que vivían escondiéndose por todo Europa, quienes acuden a formar una corte y esquema gubernamental alrededor de Drácula.

La policía no tiene pistas y sus pesquisas han resultado infructuosas, en tanto que la prensa está aprovechando al máximo el interés popular por la mítica figura del asesino, bautizado inicialmente por la prensa como "Cuchillo de Plata", pero adoptando después el sobrenombre con que apareció firmada una carta dirigida tanto a la policia como a la prensa: Jack el Destripador.
El solo hecho de mezclar a los que quizá son los dos personajes más famosos y enigmáticos de la Inglaterra Victoriana, uno real y uno ficticio, ya debiera ser hazaña suficiente y motivo sobrado para que el libro me gustara. Sin embargo, Newman lleva su creación un paso más allá al agregar más personajes tanto ficticios como reales a la mezcla, desde Sherlock Holmes, Carnacki y Fu Man-chu, hasta George Bernard Shaw, Oscar Wilde y el propio Bram Stoker. El resultado es uno de los mundos más fascinantes en la historia de la ficción fantástica.

El mundo creado por Newman es tan fascinante que termina por opacar un poco a la historia que está contando, aunque parece ser intencional, casi como si el autor tuviese deseos de presumir su creación, y la verdad es que de ser así, tiene todo el derecho de sentirse orgulloso y con ganas de presumirlo. A pesar de convertirse en algo secundario, la historia no puede descartarse como algo menor. Newman consigue que su novela presente un vivo retrato de la sociedad victoriana con todos sus manerismos y defectos, tocando temas como la desigualdad social, los prejuicios de clase, el feminismo, e incluso la ética y su relación con los avances científicos, enmarcando con todo ello una historia que resulta a partes iguales una crónica criminal -el lector conoce la identidad del asesino todo el tiempo- y un thriller de intriga política. Sin duda se trata de una obra extraordinaria que me atrevería a calificar de imprescindible para los aficionados a los géneros de aventura, horror, misterio y/o vampiros.

Lo único malo de esto es que ahora siento unas ganas tremendas de leer la secuela, The Bloody Red Baron (El Sangriento Baron Rojo), que solo tengo en "castellano", y de finalmente conseguir el volumen tres, The Judgement of Tears (El Juicio de Lágrimas) y cazar la historias disponibles en línea que preceden la creación del aún inédito cuarto volumen de la serie.
QUE LOS VAMPIROS SON LOS MAS....!!! JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA JA
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