Hace un par de años empezaron a circular rumores acerca de una adaptación al cine de Solomon Kane, un personaje creado por Robert E. Howard, escritor norteamericano que a pesar de haberse suicidado a los treinta años de edad tuvo tiempo suficiente para legar al mundo una variedad de historias de fantasía y horror que a la fecha siguen siendo referentes dentro de la cultura pop y la literatura fantástica, con personajes tan ricos y distintivos como Conan, Red Sonja, Kull, o el propio Solomon Kane. A lo largo de los años he leído muchas de las historias de Howard, pero debo confesar que la gran mayoría de ellas han sido de otros personajes, por lo que mi familiaridad con el personaje de Solomon Kane es más bien superficial y va un poco más allá de las generalidades de su origen y de el mundo en que se desarrollan sus aventuras. Dicho lo anterior, acudí a ver la adaptación cinematográfica escrita y dirigida por Michael J. Bassett sin prejuicios o falsas expectativas, y he de reconocer que resultó una experiencia bastante agradable.
Solomon Kane (James Purefoy) era un mercenario inglés que participó en varias guerras, combates y saqueos durante varios años antes de enfrentar cara a cara las consecuencias de sus actos. Tras asaltar un castillo en Medio Oriente, Kane enfrenta a una aparición sobrenatural que le informa que su alma pertenece al Diablo y es hora de entregarla. Kane se rehusa a dejarse matar y renunciar a su alma, por lo que pelea y escapa. Durante años se refugia en un monasterio en el norte de Inglaterra, renunciando a su pasado violento y haciendo todo lo posible por enmendar sus maneras y así aspirar a la salvación de su alma. Sin embargo, la oscuridad que lo acecha parece amenazar la paz de su santuario, razón por la que los monjes le exigen abandonarlo.
Exiliado y sin hogar, Kane empieza a caminar rumbo al sur sin estar seguro de que hacer. En el camino es atacado y asaltado, solo para ser recogido por un predicador puritano (Pete Postlethwaite) y su familia, quienes viajan hacia el suroeste con intenciones de embarcarse al Nuevo Mundo. Kane decide aceptar su hospitalidad y acompañarlos al menos hasta la costa, pues aún no está seguro de cual será su siguiente paso. Mientras tanto, la región que atraviesan sufre de los embates de una horda de rapaces guerreros, quienes esclavizan y secuestran a gente de todas las aldeas, dejando tras de si un rastro de destrucción y muerte. Cuando Kane y los peregrinos puritanos son atacados, Kane se ve forzado a olvidar sus votos de jamás volver a usar la violencia para intentar rescatar a Meredith, la hija del predicador, sin saber que esa búsqueda lo llevará de regreso a su primer hogar para lidiar con los más oscuros secretos de su pasado.
La película resulta un efectivo viaje a una era oscura y llena de supersticiones, recreando la campiña inglesa del siglo XVIII y dotándola de tintes pesadillescos. La actuación de James Purefoy es bastante sólida, y de concretarse los planes de director y productores de realizar una trilogía de este personaje bien podría ésta convertirse en el vehículo que finalmente lo eleve al nivel de estrella que desde hace años parece eludirlo. El apoyo que recibe de parte de actores veteranos, como el mencionado Postlethwaite o el legendario Max von Sydow, quien interpreta a su padre, también son importantes para darle solidez y credibilidad a esta co-producción independiente realizada por entero en Europa, misma que extrañamente no ha encontrado distribuidor en los Estados Unidos.
Solomon Kane (Cazador de Demonios) es una entretenida película de aventuras y debiera ser del agrado de todos los aficionados al género de fantasía y aventuras o, más propiamente dicho, al de espada y hechicería. Tal vez el único pero que se le puede hallar a esta producción sea que por momentos la historia no parezca moverse con la dinámica y ritmo ideales, pero eso se debe mayormente a la necesidad de lidiar con los requerimientos de toda película que cuenta el origen de un personaje. Sin duda las bases están puestas para construir una sólida y entretenida franquicia. Recomendada para los aficionados al género.
Solomon Kane (James Purefoy) era un mercenario inglés que participó en varias guerras, combates y saqueos durante varios años antes de enfrentar cara a cara las consecuencias de sus actos. Tras asaltar un castillo en Medio Oriente, Kane enfrenta a una aparición sobrenatural que le informa que su alma pertenece al Diablo y es hora de entregarla. Kane se rehusa a dejarse matar y renunciar a su alma, por lo que pelea y escapa. Durante años se refugia en un monasterio en el norte de Inglaterra, renunciando a su pasado violento y haciendo todo lo posible por enmendar sus maneras y así aspirar a la salvación de su alma. Sin embargo, la oscuridad que lo acecha parece amenazar la paz de su santuario, razón por la que los monjes le exigen abandonarlo.
Exiliado y sin hogar, Kane empieza a caminar rumbo al sur sin estar seguro de que hacer. En el camino es atacado y asaltado, solo para ser recogido por un predicador puritano (Pete Postlethwaite) y su familia, quienes viajan hacia el suroeste con intenciones de embarcarse al Nuevo Mundo. Kane decide aceptar su hospitalidad y acompañarlos al menos hasta la costa, pues aún no está seguro de cual será su siguiente paso. Mientras tanto, la región que atraviesan sufre de los embates de una horda de rapaces guerreros, quienes esclavizan y secuestran a gente de todas las aldeas, dejando tras de si un rastro de destrucción y muerte. Cuando Kane y los peregrinos puritanos son atacados, Kane se ve forzado a olvidar sus votos de jamás volver a usar la violencia para intentar rescatar a Meredith, la hija del predicador, sin saber que esa búsqueda lo llevará de regreso a su primer hogar para lidiar con los más oscuros secretos de su pasado.
La película resulta un efectivo viaje a una era oscura y llena de supersticiones, recreando la campiña inglesa del siglo XVIII y dotándola de tintes pesadillescos. La actuación de James Purefoy es bastante sólida, y de concretarse los planes de director y productores de realizar una trilogía de este personaje bien podría ésta convertirse en el vehículo que finalmente lo eleve al nivel de estrella que desde hace años parece eludirlo. El apoyo que recibe de parte de actores veteranos, como el mencionado Postlethwaite o el legendario Max von Sydow, quien interpreta a su padre, también son importantes para darle solidez y credibilidad a esta co-producción independiente realizada por entero en Europa, misma que extrañamente no ha encontrado distribuidor en los Estados Unidos.
Solomon Kane (Cazador de Demonios) es una entretenida película de aventuras y debiera ser del agrado de todos los aficionados al género de fantasía y aventuras o, más propiamente dicho, al de espada y hechicería. Tal vez el único pero que se le puede hallar a esta producción sea que por momentos la historia no parezca moverse con la dinámica y ritmo ideales, pero eso se debe mayormente a la necesidad de lidiar con los requerimientos de toda película que cuenta el origen de un personaje. Sin duda las bases están puestas para construir una sólida y entretenida franquicia. Recomendada para los aficionados al género.
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