Philip K. Dick es desde hace mucho tiempo el autor de ciencia ficción con más trabajos adaptados al cine. La verdad es algo que me sorprende un poco, pues a mi parecer Robert A. Henlein tiene un gran volumen de obra que sería más compatible con los esquemas e ideologías hollywoodenses. En todo caso, las adaptaciones de las historias de Dick suelen ser más "inspiradas por" que "basadas en", y ese es el caso de The Adjustment Bureau (Los Agentes del Destino).
El responsable de llevar el cuento de 1954, The Adjustment Team, del polémico autor californiano a la pantalla grande es George Nolfi, quien con esta película hizo su debut como director. Nolfi había escrito los guiones para Timeline (Rescate en el Tiempo), Ocean's Twelve (Ahora son Doce), The Sentinel (El Centinela) y The Bourne Ultimatum.
David Norris (Matt Damon) es un joven político neoyorquino que está buscando un lugar en el Senado de los Estados Unidos. Carismático y de origen humilde, Norris ha hecho una exitosa campaña que lo tiene al borde de ganar la elección, pero un error de último momento que provoca un escándalo mediático hace que su popularidad se desmorone en la víspera de las elecciones. Mientras empieza a trabajar en su discurso de concesión, David conoce a Ellise (Emily Blunt), una atractiva mujer que está intentando burlar a la seguridad del hotel.
Existe una química instantánea entre ambos, quienes se besan sin pensarlo, pero son interrumpidos por los guardias de seguridad. Ellise sale corriendo sin que tengan oportunidad de intercambiar información de contacto, dejando a David frustrado ante la situación. Sin embargo, su encuentro lo inspira a dar esa misma noche un sentido y honesto discurso que lo vuelve a poner en la lista de contendientes para las próximas elecciones.
Días después se reencuentra con Ellise en el autobús rumbo a su trabajo, y en esta ocasión se asegura de obtener su número telefónico. Para estas alturas notamos que un grupo de hombres en trajes y sombreros conservadores siguen de cerca todas las actividades de David y parecían convencidos de que necesitaban hacerlo perder ese autobús. Cuando David llega a su trabajo descubre que todos en el edificio están congelados y que varios hombres están haciendo algo con sus compañeros de trabajo utilizando equipo de aspecto extraño.
David intenta huir, pero no hay forma de escapar de los hombres en sombrero. Estos le explican que pertenecen a una agencia con "órdenes de arriba", encargada de supervisar que las vidas de la gente transcurran de acuerdo al plan.
Aparentemente el hombre que debía encargarse de que David perdiera el autobús y llegase diez minutos tarde al trabajo falló, por lo cual le piden siga con su vida como si nunca hubiese visto nada anormal.
Le advierten que en caso de que revele su existencia o lo que vio, un "equipo de ajuste" se encargará de resetearle el cerebro, borrando todo cuanto haya en su cabeza. Sin embargo, lo que más estresa a David es la revelación de que no tolerarán, bajo ninguna circunstancia, que vuelva a ver a Ellise.
Así pasan tres años más y David se encuentra nuevamente en campaña rumbo al senado. Más centrado y maduro, en esta ocasión lleva un margen de ventaja tan grande que solo una catástrofe le impediría convertirse en senador. Hasta que una mañana encuentra a Ellise y consigue hablar con ella. Los agentes del Buró de Ajustes intentan sabotear sus itinerarios a fin de separarlos, pero la determinación de David es demasiado grande como para permitir que lo detengan. Los agentes deciden pasar el caso a sus superiores y estos envían a Thompson (Terence Stamp), un agente más rudo y experimentado, para que sea el quien se encargue de convencer a David de que todo lo que hacen es por el bien mayor.
Si bien la historia no deja prácticamente nada del cuento original de Dick (en Estados Unidos está en el dominio público y pueden leerlo aquí -en inglés- en una versión escaneada), las ideas centrales de la historia son exploradas de una manera similar. La experiencia como guionista de Nolfi lo lleva a darle su espacio a los personajes, permitiendo que la historia crezca alrededor de ellos sin forzar sus ideas en ningún momento, lo que permite que la película fluya ágilmente.
A mi parecer la historia pudo haber explorado sus ideas de una manera más profunda y atrevida en vez de contentarse con ajustarse al molde de una historia romántica, pero ésta está tan bien construida y ejecutada que realmente no me puedo quejar demasiado. Alguna vez ya lo dijo Peter Parker: "las mejores historias, en el fondo, siempre son acerca de una chica".
Por ese lado creo que el casting fue un gran acierto. Damon y Blunt son buenos intérpretes y normalmente se puede contar con ellos para sacar adelante casi cualquier proyecto, pero en este caso lo sobresaliente es la notoria química que existe entre ambos, misma que se traslada a la audiencia de inmediato y permite al espectador preocuparse por el destino de la joven pareja de protagonistas. Habrá a quien no le agrade la última parte de la película, y quizás de manera más específica el final, pero a mi me parece que este coincide con el planteamiento de la película y cierra la historia de una manera congruente y coherente, aún si a muchos les parece blandengue o tibia.
Altamente recomendada.
El responsable de llevar el cuento de 1954, The Adjustment Team, del polémico autor californiano a la pantalla grande es George Nolfi, quien con esta película hizo su debut como director. Nolfi había escrito los guiones para Timeline (Rescate en el Tiempo), Ocean's Twelve (Ahora son Doce), The Sentinel (El Centinela) y The Bourne Ultimatum.
David Norris (Matt Damon) es un joven político neoyorquino que está buscando un lugar en el Senado de los Estados Unidos. Carismático y de origen humilde, Norris ha hecho una exitosa campaña que lo tiene al borde de ganar la elección, pero un error de último momento que provoca un escándalo mediático hace que su popularidad se desmorone en la víspera de las elecciones. Mientras empieza a trabajar en su discurso de concesión, David conoce a Ellise (Emily Blunt), una atractiva mujer que está intentando burlar a la seguridad del hotel.
Existe una química instantánea entre ambos, quienes se besan sin pensarlo, pero son interrumpidos por los guardias de seguridad. Ellise sale corriendo sin que tengan oportunidad de intercambiar información de contacto, dejando a David frustrado ante la situación. Sin embargo, su encuentro lo inspira a dar esa misma noche un sentido y honesto discurso que lo vuelve a poner en la lista de contendientes para las próximas elecciones.
Días después se reencuentra con Ellise en el autobús rumbo a su trabajo, y en esta ocasión se asegura de obtener su número telefónico. Para estas alturas notamos que un grupo de hombres en trajes y sombreros conservadores siguen de cerca todas las actividades de David y parecían convencidos de que necesitaban hacerlo perder ese autobús. Cuando David llega a su trabajo descubre que todos en el edificio están congelados y que varios hombres están haciendo algo con sus compañeros de trabajo utilizando equipo de aspecto extraño.
David intenta huir, pero no hay forma de escapar de los hombres en sombrero. Estos le explican que pertenecen a una agencia con "órdenes de arriba", encargada de supervisar que las vidas de la gente transcurran de acuerdo al plan.
Aparentemente el hombre que debía encargarse de que David perdiera el autobús y llegase diez minutos tarde al trabajo falló, por lo cual le piden siga con su vida como si nunca hubiese visto nada anormal.
Le advierten que en caso de que revele su existencia o lo que vio, un "equipo de ajuste" se encargará de resetearle el cerebro, borrando todo cuanto haya en su cabeza. Sin embargo, lo que más estresa a David es la revelación de que no tolerarán, bajo ninguna circunstancia, que vuelva a ver a Ellise.
Así pasan tres años más y David se encuentra nuevamente en campaña rumbo al senado. Más centrado y maduro, en esta ocasión lleva un margen de ventaja tan grande que solo una catástrofe le impediría convertirse en senador. Hasta que una mañana encuentra a Ellise y consigue hablar con ella. Los agentes del Buró de Ajustes intentan sabotear sus itinerarios a fin de separarlos, pero la determinación de David es demasiado grande como para permitir que lo detengan. Los agentes deciden pasar el caso a sus superiores y estos envían a Thompson (Terence Stamp), un agente más rudo y experimentado, para que sea el quien se encargue de convencer a David de que todo lo que hacen es por el bien mayor.
Si bien la historia no deja prácticamente nada del cuento original de Dick (en Estados Unidos está en el dominio público y pueden leerlo aquí -en inglés- en una versión escaneada), las ideas centrales de la historia son exploradas de una manera similar. La experiencia como guionista de Nolfi lo lleva a darle su espacio a los personajes, permitiendo que la historia crezca alrededor de ellos sin forzar sus ideas en ningún momento, lo que permite que la película fluya ágilmente.
A mi parecer la historia pudo haber explorado sus ideas de una manera más profunda y atrevida en vez de contentarse con ajustarse al molde de una historia romántica, pero ésta está tan bien construida y ejecutada que realmente no me puedo quejar demasiado. Alguna vez ya lo dijo Peter Parker: "las mejores historias, en el fondo, siempre son acerca de una chica".
Por ese lado creo que el casting fue un gran acierto. Damon y Blunt son buenos intérpretes y normalmente se puede contar con ellos para sacar adelante casi cualquier proyecto, pero en este caso lo sobresaliente es la notoria química que existe entre ambos, misma que se traslada a la audiencia de inmediato y permite al espectador preocuparse por el destino de la joven pareja de protagonistas. Habrá a quien no le agrade la última parte de la película, y quizás de manera más específica el final, pero a mi me parece que este coincide con el planteamiento de la película y cierra la historia de una manera congruente y coherente, aún si a muchos les parece blandengue o tibia.
Altamente recomendada.
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