Si existía una película basada en comics que resultase especialmente complicada, era Thor. No solo se trataba de un proyecto con toda la problemática que representa llevar a la pantalla las aventuras de un personaje con casi cincuenta años de historias impresas, si no también con la percepción -errónea, pero muy común- de que se trata exactamente del mismo personaje que aparece en la mitología nórdica.
A lo largo de los años había habido varias tentativas de llevar al personaje a la pantalla, pero estas no se solidificaron hasta que Marvel hizo patente su intención de trasladar a la pantalla el Universo de los Avengers. En un principio se suponía que Matthew Vaughn (Stardust, Kick-Ass, X-Men First Class) sería el encargado de dirigir Thor, pero conforme el proyecto se iba desarrollando se decidió cambiar de rumbo, hasta que se anunció que la película habría de ser dirigida por Kenneth Branagh.
Branagh es un director mayormente conocido por sus adaptaciones de obras de Shakespeare. El resultado de tan inusual selección ha sido una maravilla digna de contemplar. Thor (Chris Hemworth) es el primogénito de Odín (Anthony Hopkins), Rey de Asgard y señor de los Nueve Reinos. Educado para ser campeón entre los nobles guerreros de Asgard, Thor es una persona altanera e impulsiva, siempre dispuesto a resolver cualquier disputa en combate y con poco tacto para resolver problemas por cualquier otra vía.
Una incursión de los gigantes de hielo de Jottunheim al corazón de Asgard durante una ceremonia desata la ira del orgulloso guerrero, quien considera que semejante atrevimiento es un acto de guerra y merece una respuesta acorde a esa naturaleza. Odín se opone a ir a la guerra y, para irritación de us impulsivo hijo, terminantemente le ordena dejar el asunto en paz y respetar la tregua existente desde hace muchos años entre Asgard y Jottunheim.
Contraviniendo las instrucciones específicas de su padre, Thor decide ir junto con su hermano, Loki (Tom Hiddleston), y sus mejores amigos, Lady Sif (Jamie Alexander), Volstagg (Ray Stevenson), Hogun (Tadanobu Asano), y Fandral (Josh Dallas) a Jottunheim en busca de respuestas. Previsiblemente, su pequeña excursión termina por convertirse en una batalla, en la cual Thor hace gala de su habilidad como guerrero, pero también de su irresponsabilidad y abandono al calor de la batalla.
Rota la tregua con los gigantes de hielo, Thor encara a Odín reclamándole su falta de fortaleza. Odín retira a Thor todos sus títulos y poderes, y lo destierra de Asgard. Su caída a la Tierra en medio de una tormenta energética sobre el desierto de Nuevo México es presenciada por los físicos Jane Foster (Natalie Portman) y Erik Selvig (Stellan Skarsgård), junto con su asistente Darcy (Kat Dennings), quienes tras arrollarlo con su vehículo lo llevan a un hospital.
Thor intenta lidiar con la realidad de que, varado en la Tierra, sus poderes han desaparecido y su presencia no es bienvenida en Asgard, al tiempo que empieza a sentir una fuerte atracción hacia Jane e intenta recuperar su martillo de manos de SHIELD. Y todo ello mientras las intrigas y traiciones se suceden en Asgard, requiriendo la presencia del campeón del Reino.
Por necesidad Thor es una película fastuosa y ruidosa. Los diseños de Asgard y Jottunheim son hermosos y espectaculares, las batallas épicas y escandalosas, lo que sin duda representaría un obstáculo para darle credibilidad a la historia en el mismo mundo que hemos visto desarrollarse en Iron Man y The Incredible Hulk. Y ahí es precisamente donde haber elegido a Branagh para encabezar el proyecto paga dividendos.
En vez de permitir que sus escenarios y conflictos sean los que marquen el ritmo de la película, el veterano director británico se centra en el desarrollo de personajes, permitiendo que las intrigas familiares y la posibilidad de un romance sean la fuerza motora detrás de sus personajes.
El mismo sólido manejo de personajes es lo que permite que la película pueda incorporar un liviano sentido del humor sin por ello perder coherencia, demostrando además que una buena forma de evitar caer en los extremos es no tomándose uno mismo tan en serio. La película mantiene un ritmo narrativo constante, que permite avanzar la historia y desarrollar los personajes, y a pesar de que se trata de una historia de origen, consigue establecerse como parte de la continuidad que eventualmente nos llevará el próximo año a la esperadísima The Avengers, de Joss Whedon.
El elenco de la película es simplemente excelente, desde los previamente desconocidos Hemsworth y Hiddleston hasta los veteranos Hopkins, Skarsgård y Renee Russo, pasando por los no tan conocidos pero sólidos Colm Feore y Ray Stevenson. Había dudas sobre si Hemsworth estaría a la altura de los requerimientos del protagónico, pero consigue convencer tanto como el arrogante guerrero como en su papel de hijo arrepentido y compasivo. Y definitivamente posee la clase de carisma necesario para poder interpretar adecuadamente a un héroe como el Dios del Trueno.
Mención aparte se merece Tom Hiddleston, quien se roba buena parte de la película con su destacada interpretación de Loki, un personaje atormentado por sus traumas e inseguridades y quien por momentos es merecedor a partes iguales tanto de desprecio como de simpatía. Creo que se trata de un actor a quien habrá que seguir de cerca, pues su incorporación al Universo fílmico de Marvel Comics puede ser el comienzo de una brillante carrera.
Resumiendo, Thor es una película sumamente entretenida que resultará del agrado de todo el mundo sin importar si están familiarizados o no con los comics del personaje y sin importar que tanto sepan de su mitología, aún con la inclusión de algunos cameos y guiños argumentales que sin duda harán las delicias de muchos aficionados. Tuve oportunidad de verla este fin de semana tanto en su versión 3D como en una sala normal, y debo decir que aún cuando se disfruta de cualquiera de las dos formas, lo bien logrado de las secuencias de acción y lo espectacular de algunos de los escenarios hacen que valga la pena pagar extra por verla en 3D.
Peleas espectaculares, personajes interesantes, romance, conflictos familiares y buenas actuaciones. Ojalá que todos los blockbusters veraniegos pudieran ser tan completos, inteligentes y entretenidos como este. Altamente recomendada.
A lo largo de los años había habido varias tentativas de llevar al personaje a la pantalla, pero estas no se solidificaron hasta que Marvel hizo patente su intención de trasladar a la pantalla el Universo de los Avengers. En un principio se suponía que Matthew Vaughn (Stardust, Kick-Ass, X-Men First Class) sería el encargado de dirigir Thor, pero conforme el proyecto se iba desarrollando se decidió cambiar de rumbo, hasta que se anunció que la película habría de ser dirigida por Kenneth Branagh.
Branagh es un director mayormente conocido por sus adaptaciones de obras de Shakespeare. El resultado de tan inusual selección ha sido una maravilla digna de contemplar. Thor (Chris Hemworth) es el primogénito de Odín (Anthony Hopkins), Rey de Asgard y señor de los Nueve Reinos. Educado para ser campeón entre los nobles guerreros de Asgard, Thor es una persona altanera e impulsiva, siempre dispuesto a resolver cualquier disputa en combate y con poco tacto para resolver problemas por cualquier otra vía.
Una incursión de los gigantes de hielo de Jottunheim al corazón de Asgard durante una ceremonia desata la ira del orgulloso guerrero, quien considera que semejante atrevimiento es un acto de guerra y merece una respuesta acorde a esa naturaleza. Odín se opone a ir a la guerra y, para irritación de us impulsivo hijo, terminantemente le ordena dejar el asunto en paz y respetar la tregua existente desde hace muchos años entre Asgard y Jottunheim.
Contraviniendo las instrucciones específicas de su padre, Thor decide ir junto con su hermano, Loki (Tom Hiddleston), y sus mejores amigos, Lady Sif (Jamie Alexander), Volstagg (Ray Stevenson), Hogun (Tadanobu Asano), y Fandral (Josh Dallas) a Jottunheim en busca de respuestas. Previsiblemente, su pequeña excursión termina por convertirse en una batalla, en la cual Thor hace gala de su habilidad como guerrero, pero también de su irresponsabilidad y abandono al calor de la batalla.
Rota la tregua con los gigantes de hielo, Thor encara a Odín reclamándole su falta de fortaleza. Odín retira a Thor todos sus títulos y poderes, y lo destierra de Asgard. Su caída a la Tierra en medio de una tormenta energética sobre el desierto de Nuevo México es presenciada por los físicos Jane Foster (Natalie Portman) y Erik Selvig (Stellan Skarsgård), junto con su asistente Darcy (Kat Dennings), quienes tras arrollarlo con su vehículo lo llevan a un hospital.
Thor intenta lidiar con la realidad de que, varado en la Tierra, sus poderes han desaparecido y su presencia no es bienvenida en Asgard, al tiempo que empieza a sentir una fuerte atracción hacia Jane e intenta recuperar su martillo de manos de SHIELD. Y todo ello mientras las intrigas y traiciones se suceden en Asgard, requiriendo la presencia del campeón del Reino.
Por necesidad Thor es una película fastuosa y ruidosa. Los diseños de Asgard y Jottunheim son hermosos y espectaculares, las batallas épicas y escandalosas, lo que sin duda representaría un obstáculo para darle credibilidad a la historia en el mismo mundo que hemos visto desarrollarse en Iron Man y The Incredible Hulk. Y ahí es precisamente donde haber elegido a Branagh para encabezar el proyecto paga dividendos.
En vez de permitir que sus escenarios y conflictos sean los que marquen el ritmo de la película, el veterano director británico se centra en el desarrollo de personajes, permitiendo que las intrigas familiares y la posibilidad de un romance sean la fuerza motora detrás de sus personajes.
El mismo sólido manejo de personajes es lo que permite que la película pueda incorporar un liviano sentido del humor sin por ello perder coherencia, demostrando además que una buena forma de evitar caer en los extremos es no tomándose uno mismo tan en serio. La película mantiene un ritmo narrativo constante, que permite avanzar la historia y desarrollar los personajes, y a pesar de que se trata de una historia de origen, consigue establecerse como parte de la continuidad que eventualmente nos llevará el próximo año a la esperadísima The Avengers, de Joss Whedon.
El elenco de la película es simplemente excelente, desde los previamente desconocidos Hemsworth y Hiddleston hasta los veteranos Hopkins, Skarsgård y Renee Russo, pasando por los no tan conocidos pero sólidos Colm Feore y Ray Stevenson. Había dudas sobre si Hemsworth estaría a la altura de los requerimientos del protagónico, pero consigue convencer tanto como el arrogante guerrero como en su papel de hijo arrepentido y compasivo. Y definitivamente posee la clase de carisma necesario para poder interpretar adecuadamente a un héroe como el Dios del Trueno.
Mención aparte se merece Tom Hiddleston, quien se roba buena parte de la película con su destacada interpretación de Loki, un personaje atormentado por sus traumas e inseguridades y quien por momentos es merecedor a partes iguales tanto de desprecio como de simpatía. Creo que se trata de un actor a quien habrá que seguir de cerca, pues su incorporación al Universo fílmico de Marvel Comics puede ser el comienzo de una brillante carrera.
Resumiendo, Thor es una película sumamente entretenida que resultará del agrado de todo el mundo sin importar si están familiarizados o no con los comics del personaje y sin importar que tanto sepan de su mitología, aún con la inclusión de algunos cameos y guiños argumentales que sin duda harán las delicias de muchos aficionados. Tuve oportunidad de verla este fin de semana tanto en su versión 3D como en una sala normal, y debo decir que aún cuando se disfruta de cualquiera de las dos formas, lo bien logrado de las secuencias de acción y lo espectacular de algunos de los escenarios hacen que valga la pena pagar extra por verla en 3D.
Peleas espectaculares, personajes interesantes, romance, conflictos familiares y buenas actuaciones. Ojalá que todos los blockbusters veraniegos pudieran ser tan completos, inteligentes y entretenidos como este. Altamente recomendada.
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