
Discworld, el mundo donde se desarrollan esas novelas, es un mosaico compuesto de imágenes mitológicas y fantásticas inspiradas por toda clase de fuentes. El mundo es redondo y plano (de ahí su nombre) y reposa sobre los lomos de cuatro elefantes que a su vez se encuentran parados sobre el caparazón de una tortuga, Great A'tuin, quien surca el espacio con el mundo a cuestas, pero sin quejarse jamás (al menos nadie la ha escuchado nunca).
Discworld es una serie de novelas de fantasía escritas mayormente en tono de sátira o parodia, contando ya con más de treinta títulos, de los que debo haber leído poco más de una docena. Afortunadamente la existencia de sitios como Amazon o Book Depository significa que ya no dependo de lo que pueda encontrar en el mercado local ni preocuparme sobre la calidad de la traducción cada vez que encuentro uno de estos libros.

Ankh-Morpork es una de las ciudades más importantes del Discworld y en ella se desarrollan -o por lo menos empiezan- la mayoría de las novelas de la serie. Ahí es que llega Twoflower, el primer turista en la historia del mundo. Proveniente de la capital del Imperio Agateo, Twoflower viaja con la única compañía de un baúl mágico donde carga su equipaje y el oro necesario para solventar sus vacaciones. Los niveles inflacionarios son muy distintos entre el Imperio y Ankh-Morpork, pues lo que Twoflower considera suficiente para sobrevivir un par de meses es una fortuna que podría comprar una buena parte de Ankh-Morpork, por lo que pronto el despistado turista se encuentra en la mira de toda clase de personajes.

Dioses enfrascados en juegos y apuestas, una Muerte frustrada pero celosa de su trabajo, bárbaros, dragones, temibles y hermosas guerreras, montañas de cabeza, dragones, continentes perdidos, y una expedición hasta el fin del mundo, son solo algunos de los elementos presentes en este libro que va más allá de simplemente dedicarse a hacer referencias y parodias del género fantástico. Aunque claro que también las hay.
De entre los homenajes o referencias que aparecen en esta novela destacaría los que hace a la obra de algunos autores clásicos de fantasía como Fritz Leiber, Robert E. Howard o Anne McCaffrey, que se dan en forma de la aparición de personajes de soporte claramente basados en Fahfrd y el Ratonero Gris, Conan, y los dragoneros de Pern, respectivamente.
Más allá de tomar estos estereotipos del género y hacer mofa de ellos, Pratchett los convierte en una manera de enriquecer un mundo mágico lleno de detalles curiosos que sin duda harán las delicias de los aficionados al género. Incluso me atrevería a recomendar esta lectura a gente que no gusta del mismo, pues me parece que la historia y caracterización se mantienen por si mismas.
Altamente recomendado.
Lo cierto es que es una buena parodia-homenaje de toda la literatura fantástico-épica en general. También hablo sobre este libro en mi blog, visítalo si quieres:
ResponderBorrarhttp://zonapsicopata.blogspot.com/2011/09/el-color-de-la-magia-terry-pratchet.html
Tengo la impresión de que el mayor fuerte de los textos de Pratchett es su capacidad para escribir comedia sin depender por completo de la parodia, aunque sin duda esta última contribuyó a que fuese rápidamente aceptado por los aficionados a la fantasía.
ResponderBorrarBastante curioso tu blog.
¡Saludos!