
La película finalmente fue desarrollada por Lionsgate, quienes tomaron la mala decisión de seleccionar a Marcus Nispel como director del proyecto. Nispel es un director con poca experiencia, siendo ésta apenas su cuarta película para cine.
De sus anteriores tres proyectos dos fueron remakes y fueron bastante malos, habiendo sido responsable de las re-versiones de The Texas Chainsaw Massacre (La Masacre de Texas) y Friday the 13th (Viernes 13). Considerando que su no-remake, Pathfinder (Conquistadores), cinta de Vikingos que en su momento comenté aquí, tampoco es buena, no queda más que concluir que no se trata de un buen director.

Conan es originario de las planicies de Cimeria, tierra ubicada al norte de lo que un día será Europa. Nacido durante una batalla, Conan es un guerrero nato, destacado por su bravura desde temprana edad. Cuando su aldea es arrasada por las fuerzas de Khalar Singh (Stephen Lang), un conquistador con aspiraciones de encontrar las piezas de una mítica máscara que le dará el poder de un Dios, Conan, entonces un adolescente, es el único sobreviviente. Desde entonces se ha dedicado a recorrer el mundo, sobreviviendo como mercenario, soldado y pirata, en busca de pistas que lo llevan a encontrar al asesino de su padre y destructor de su aldea.

La película tiene un muy buen comienzo, pero en la parte intermedia cae en un bache narrativo que la hace lenta y sin dirección, pero lo peor es el último tercio de la película, pues recurre a un cliché tras otro, deteniéndose de cuando en cuando para ofrecer una secuencia de acción, las cuales son bastante disparejas, aunque mayormente salen bien libradas pese a no haber una sola que llegue a ser memorable. Lástima de guión y dirección, porque el diseño de producción y vestuarios, además de las actuaciones, hacen pensar que un poco de trabajo en el guión y un director más capaz pudieron haber hecho algo mucho mejor con el material.

Al final, Conan the Barbarian no es tan mala película como se pudiera pensar, pero se trata de una película perfectamente olvidable pese al buen trabajo y dedicación de algunos de los involucrados. Creo que esa sensación de que un poco más de esfuerzo, sobre todo en el guión y en la edición, hubiese bastado para hacerla mejor es lo que deja tan mal sabor de boca. Solo para quienes no tengan nada mejor que hacer en una tarde de domingo.
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