Steven Soderbergh es un director que parece haber descifrado la forma ideal de trabajar en Hollywood, alternando proyectos de alto perfil comercial, como Contagion (Contagio) o la trilogía de Ocean's Eleven, con proyectos más personales, como Full Frontal, The Girlfriend's Experience, The Informant! (El Desinformante) o su más reciente trabajo, Haywire (Agentes Secretos). El éxito de los primeros le da la libertad para trabajar a sus anchas en los segundos, resultando en una filmografía que resalta por su solidez y calidad.
Un efecto secundario de esa manera de trabajar es la posibilidad de poder incluir en sus proyectos más modestos a una gran cantidad de actores de nombre y peso en la industria, y Haywire no es la excepción, pues entre otros podemos señalar a Michael Douglas, Ewan McGregor, Antonio Banderas, Michael Fassbender, Bill Paxton o Channing Tatum.
Sin embargo, la película tiene como protagonista a Gina Carano, una peleadora de artes marciales mixtas cuyo trabajo actoral estaba limitado a partes secundarias en un videojuego y un par de b-movies y quien tiene en esta película su primer papel protagónico interpretando a Mallory Kane.
Mallory es una ex-marine que trabaja como agente de campo para una empresa privada que alquila sus servicios a gobiernos y agencias gubernamentales para realizar trabajos con los que no desean o no pueden permitirse ser asociados. Reconocida como una de las mejores en el negocio, Mallory está pensando en alejarse de la compañía y de su jefe, Kenneth (McGregor), con quien tuvo una relación en el pasado.
Accede a colaborar en una última misión antes de hacer oficial su salida de la compañía y participa en una misión para liberar a un periodista chino secuestrado en Barcelona. Kenneth la convence de hacer un viaje a Irlanda para contactar a un posible remplazo para ella en la compañía y ella accede, sin saber que se trata de una trampa.
Ahora necesitará hacer uso de todo su entrenamiento y habilidades si espera sobrevivir a la persecusión de asesinos profesionales y mercenarios que tienen como único objetivo borrarla del mapa y evitar que se filtre lo que sabe acerca de las operaciones encubiertas de que fue parte. Perseguida por sus antiguos asociados y empleadores, ¿podrá Mallory Kane evadir la muerte, limpiar su nombre y vengarse de quienes la traicionaron?
Soderbergh jamás se ha caracterizado por ser un director de acción, aunque eso no quiere decir que no pueda hacer películas con elementos de ese género. Más importante aún, creo que habría que mencionar que Haywire no es un simple blockbuster que busque ofrecer entretenimiento fácil y violento. En realidad se trata de un inteligente y atmosférico thriller que busca recapturar el misterio que solía ser parte del género de espías, y se trata de una película bastante bien realizada.
Carano colaboró estrechamente con Soderbergh en el desarrollo de las secuencias de pelea y realizó personalmente todas sus escenas de acción, y el resultado es espectacular, pues no solo se trata de coreografías dinámicas y creíbles, si no que resultan claras ante la cámara, algo que se agradece en una época donde muchos directores prefieren realizar cortes rápidos en sucesión para oscurecer lo que está ocurriendo en pantalla.
El director hace un gran trabajo protegiendo las limitadas habilidades actorales de su estrella al reducir al mínimo posible los diálogos, contribuyendo a crear una ominosa atmósfera que, matizada por una banda sonora compuesta casi exclusivamente de jazz, recuerda poderosamente a las películas de espías de los 1960s.
Absolutamente recomendada.
Un efecto secundario de esa manera de trabajar es la posibilidad de poder incluir en sus proyectos más modestos a una gran cantidad de actores de nombre y peso en la industria, y Haywire no es la excepción, pues entre otros podemos señalar a Michael Douglas, Ewan McGregor, Antonio Banderas, Michael Fassbender, Bill Paxton o Channing Tatum.
Sin embargo, la película tiene como protagonista a Gina Carano, una peleadora de artes marciales mixtas cuyo trabajo actoral estaba limitado a partes secundarias en un videojuego y un par de b-movies y quien tiene en esta película su primer papel protagónico interpretando a Mallory Kane.
Mallory es una ex-marine que trabaja como agente de campo para una empresa privada que alquila sus servicios a gobiernos y agencias gubernamentales para realizar trabajos con los que no desean o no pueden permitirse ser asociados. Reconocida como una de las mejores en el negocio, Mallory está pensando en alejarse de la compañía y de su jefe, Kenneth (McGregor), con quien tuvo una relación en el pasado.
Accede a colaborar en una última misión antes de hacer oficial su salida de la compañía y participa en una misión para liberar a un periodista chino secuestrado en Barcelona. Kenneth la convence de hacer un viaje a Irlanda para contactar a un posible remplazo para ella en la compañía y ella accede, sin saber que se trata de una trampa.
Ahora necesitará hacer uso de todo su entrenamiento y habilidades si espera sobrevivir a la persecusión de asesinos profesionales y mercenarios que tienen como único objetivo borrarla del mapa y evitar que se filtre lo que sabe acerca de las operaciones encubiertas de que fue parte. Perseguida por sus antiguos asociados y empleadores, ¿podrá Mallory Kane evadir la muerte, limpiar su nombre y vengarse de quienes la traicionaron?
Soderbergh jamás se ha caracterizado por ser un director de acción, aunque eso no quiere decir que no pueda hacer películas con elementos de ese género. Más importante aún, creo que habría que mencionar que Haywire no es un simple blockbuster que busque ofrecer entretenimiento fácil y violento. En realidad se trata de un inteligente y atmosférico thriller que busca recapturar el misterio que solía ser parte del género de espías, y se trata de una película bastante bien realizada.
Carano colaboró estrechamente con Soderbergh en el desarrollo de las secuencias de pelea y realizó personalmente todas sus escenas de acción, y el resultado es espectacular, pues no solo se trata de coreografías dinámicas y creíbles, si no que resultan claras ante la cámara, algo que se agradece en una época donde muchos directores prefieren realizar cortes rápidos en sucesión para oscurecer lo que está ocurriendo en pantalla.
El director hace un gran trabajo protegiendo las limitadas habilidades actorales de su estrella al reducir al mínimo posible los diálogos, contribuyendo a crear una ominosa atmósfera que, matizada por una banda sonora compuesta casi exclusivamente de jazz, recuerda poderosamente a las películas de espías de los 1960s.
Absolutamente recomendada.
Por cierto, y esto es algo que debiera haber incluido en el texto, el término Haywire se utiliza en inglés como una forma de expresar algo que se encuentra descompuesto o desarreglado, o bien que se ha salido de control, por lo que en el caso del título de esta película está haciendo una clara referencia a la situación de Mallory Kane.
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