No sé que tantos lectores hayan tenido la mala fortuna de ver alguna vez la adaptación previa de las aventuras de Judge Dredd a la pantalla grande, realizada en 1995 y protagonizada por Sylvester Stallone, pero creo que sería bueno empezar haciendo una aclaración para quienes estén en esa situación y no conozcan al personaje en su versión original, que es la de los comics.
Dredd es una creación de John Wagner y Carlos Ezquerra. El personaje ha aparecido en las páginas de la revista británica de comics 2000 AD de manera constante desde su creación, hace ya treinta y cinco años, y la única similitud entre el personaje y la interpretación realizada por Stallone son el nombre y el diseño del uniforme. El tono es diferente, las historias no tienen nada que ver, y no hay nada remotamente tan estúpido como el comic relief realizado por Rob Schneider.
Afortunadamente la nueva película es completamente diferente a aquel bodrio estrenado hace más de quince años, y puede satisfacer los deseos de cualquier fan del personaje sin problema alguno. Además, ofrece toda la información necesaria para entender al personaje o al mundo en que vive, por lo que puede ser también del agrado de cualquier persona que no tenga conocimiento previo del personaje.
En un futuro distópico no tan lejano, Norteamérica es un territorio desolado por la guerra nuclear. En lo que alguna vez fue la costa Este de los Estados Unidos se encuentra Mega City One, una vasta ciudad compuesta de enormes bloques habitacionales, edificios gigantescos autosuficientes que albergan a decenas (y en ocasiones cientos) de miles de personas en condiciones que distan mucho de ser las óptimas.
El tamaño de estos bloques y de la ciudad misma favorecen el caos y el crecimiento desmedido del elemento criminal, haciendo necesaria una clase especial de procuración de justicia. Es ahí donde entran los Jueces. Policías urbanos equipados con armadura corporal y armamento paramilitar, los Jueces están facultados para funcionar como policía, juez, jurado y, de ser necesario, verdugo. Dredd (Karl Urban) es uno de estos jueces, uno con una especial reputación debido a su extraño sentido del honor y al recelo con que cumple con su deber.
Tras detener a unos criminales en la calle, Dredd es llamado al Palacio de Justicia, donde la Juez Jefe le informa que por el resto del día sera acompañado por una Juez novata, Cassandra Anderson (Olivia Thirlby). Anderson es una candidata a Juez que no debió aprobar los cursos, pero cuyas habilidades telepáticas pueden compensar sus carencias en otras áreas. Dredd accede a evaluarla durante un día para ver si es apta para fungir como Juez y le permite elegir el primer crimen a investigar.
El caso en cuestión es un triple homicidio al interior de un bloque, con probables nexos a una red de distribución de una nueva droga, conocida como Slo-Mo (corto para "slow motion", cámara lenta), misma que produce la sensación en sus usuarios de que el tiempo transcurre a una fracción de su velocidad normal.
Lamentablemente, al realizar un arresto atraen la atención de Ma-Ma (Lena Headey), líder de la organización que controla la producción y distribución de la droga desde el interior de ese mismo bloque. Ma-Ma procede a cerrar todos los accesos del bloque, encerrando a ambos jueces en su interior, y procede a solicitar su ejecución inmediata, advirtiendo a cualquiera que les preste refugio o asistencia que también serán eliminados, iniciando así una mini-guerra entre los dos jueces y todos los criminales del bloque.
Lo que sigue es poco más de una hora de acción y violencia de alta manufactura, ofrecida desde el excelente trabajo de lente del cinematógrafo Dod Mantle, quien tuvo con esta película su primer trabajo en 3D, y quien obtuvo resultados impresionantes. El director de la película es Pete Travis, de quien solo había visto la horriblemente mal concebida y peor realizada Vantage Point, misma que en su momento comenté en este mismo espacio, pero es evidente que ha crecido como director en este puñado de años y que ahora si contaba con un guión bien escrito.
El guión es obra de Alex Garland, exitoso novelista (The Beach, Tesseract) convertido en guionista de cine (The 25th Hour, Sunshine, 28 Days Later, Never Let Me Go) de quien he hablado en otras ocasiones en este blog. Garland es aficionado al personaje desde hace muchos años, y se nota, pues a pesar de no tomar como base ninguna historia existente del personaje para construir su guión, logra capturar la esencia tanto del protagonista como de la Juez Anderson, al tiempo que ofrece un primer vistazo a lo que es Mega City One.
La película es sumamente violenta, lo que puede molestar a gente de alta sensibilidad (me consta, pues una amiga de un amigo no aguantó más de media hora de película y abandonó la sala), pero sin duda esa es otra característica que puede resultar atractiva para los fans del personaje. Por otro lado, el gran trabajo de fotografía hace que la violencia se vea preciosa o, como dijo mi buen amigo Spike, el gore nunca había lucido tan bien. Mención aparte merece el 3D, que está compuesto de una manera más efectiva que efectista, y el cual saca todo el jugo posible a las secuencias de cámara lenta, creando una experiencia impresionante en ese formato.
Dredd es una violenta y entretenida película de acción que debiera ser un deleite para los aficionados al género, y es una adaptación de comic bastante diferente a lo que nos ha acostumbrado Hollywood. Si les gustan las películas de acción y la violencia extrema no les revuelve el estómago, Dredd es una gran opción para una tarde de esparcimiento.
Película altamente recomendada, aunque con las reservas mencionadas anteriormente.
Dredd es una creación de John Wagner y Carlos Ezquerra. El personaje ha aparecido en las páginas de la revista británica de comics 2000 AD de manera constante desde su creación, hace ya treinta y cinco años, y la única similitud entre el personaje y la interpretación realizada por Stallone son el nombre y el diseño del uniforme. El tono es diferente, las historias no tienen nada que ver, y no hay nada remotamente tan estúpido como el comic relief realizado por Rob Schneider.
Afortunadamente la nueva película es completamente diferente a aquel bodrio estrenado hace más de quince años, y puede satisfacer los deseos de cualquier fan del personaje sin problema alguno. Además, ofrece toda la información necesaria para entender al personaje o al mundo en que vive, por lo que puede ser también del agrado de cualquier persona que no tenga conocimiento previo del personaje.
En un futuro distópico no tan lejano, Norteamérica es un territorio desolado por la guerra nuclear. En lo que alguna vez fue la costa Este de los Estados Unidos se encuentra Mega City One, una vasta ciudad compuesta de enormes bloques habitacionales, edificios gigantescos autosuficientes que albergan a decenas (y en ocasiones cientos) de miles de personas en condiciones que distan mucho de ser las óptimas.
El tamaño de estos bloques y de la ciudad misma favorecen el caos y el crecimiento desmedido del elemento criminal, haciendo necesaria una clase especial de procuración de justicia. Es ahí donde entran los Jueces. Policías urbanos equipados con armadura corporal y armamento paramilitar, los Jueces están facultados para funcionar como policía, juez, jurado y, de ser necesario, verdugo. Dredd (Karl Urban) es uno de estos jueces, uno con una especial reputación debido a su extraño sentido del honor y al recelo con que cumple con su deber.
Tras detener a unos criminales en la calle, Dredd es llamado al Palacio de Justicia, donde la Juez Jefe le informa que por el resto del día sera acompañado por una Juez novata, Cassandra Anderson (Olivia Thirlby). Anderson es una candidata a Juez que no debió aprobar los cursos, pero cuyas habilidades telepáticas pueden compensar sus carencias en otras áreas. Dredd accede a evaluarla durante un día para ver si es apta para fungir como Juez y le permite elegir el primer crimen a investigar.
El caso en cuestión es un triple homicidio al interior de un bloque, con probables nexos a una red de distribución de una nueva droga, conocida como Slo-Mo (corto para "slow motion", cámara lenta), misma que produce la sensación en sus usuarios de que el tiempo transcurre a una fracción de su velocidad normal.
Lamentablemente, al realizar un arresto atraen la atención de Ma-Ma (Lena Headey), líder de la organización que controla la producción y distribución de la droga desde el interior de ese mismo bloque. Ma-Ma procede a cerrar todos los accesos del bloque, encerrando a ambos jueces en su interior, y procede a solicitar su ejecución inmediata, advirtiendo a cualquiera que les preste refugio o asistencia que también serán eliminados, iniciando así una mini-guerra entre los dos jueces y todos los criminales del bloque.
Lo que sigue es poco más de una hora de acción y violencia de alta manufactura, ofrecida desde el excelente trabajo de lente del cinematógrafo Dod Mantle, quien tuvo con esta película su primer trabajo en 3D, y quien obtuvo resultados impresionantes. El director de la película es Pete Travis, de quien solo había visto la horriblemente mal concebida y peor realizada Vantage Point, misma que en su momento comenté en este mismo espacio, pero es evidente que ha crecido como director en este puñado de años y que ahora si contaba con un guión bien escrito.
El guión es obra de Alex Garland, exitoso novelista (The Beach, Tesseract) convertido en guionista de cine (The 25th Hour, Sunshine, 28 Days Later, Never Let Me Go) de quien he hablado en otras ocasiones en este blog. Garland es aficionado al personaje desde hace muchos años, y se nota, pues a pesar de no tomar como base ninguna historia existente del personaje para construir su guión, logra capturar la esencia tanto del protagonista como de la Juez Anderson, al tiempo que ofrece un primer vistazo a lo que es Mega City One.
La película es sumamente violenta, lo que puede molestar a gente de alta sensibilidad (me consta, pues una amiga de un amigo no aguantó más de media hora de película y abandonó la sala), pero sin duda esa es otra característica que puede resultar atractiva para los fans del personaje. Por otro lado, el gran trabajo de fotografía hace que la violencia se vea preciosa o, como dijo mi buen amigo Spike, el gore nunca había lucido tan bien. Mención aparte merece el 3D, que está compuesto de una manera más efectiva que efectista, y el cual saca todo el jugo posible a las secuencias de cámara lenta, creando una experiencia impresionante en ese formato.
Dredd es una violenta y entretenida película de acción que debiera ser un deleite para los aficionados al género, y es una adaptación de comic bastante diferente a lo que nos ha acostumbrado Hollywood. Si les gustan las películas de acción y la violencia extrema no les revuelve el estómago, Dredd es una gran opción para una tarde de esparcimiento.
Película altamente recomendada, aunque con las reservas mencionadas anteriormente.
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