noviembre 30, 2011

Reseña: Troll Hunter (Trol)

Con esta película pasó algo similar a lo acontecido con Monsters (Monstruos: Zona infectada) en el sentido que se trata de una película independiente que gracias a festivales se hizo de cierto nombre y sobre la cual jamás me hubiese imaginado que alguna distribuidora decidiese echarse el volado de traerla a México. Sé de muchos amigos y conocidos que incluso encargaron el DVD o Blu-ray, y de muchos más que la andaban buscando en versiones... eh, digamos que no precisamente oficiales.

No tengo idea de que pueda estar convenciendo a las distribuidoras de darle una oportunidad a estas películas, pero espero que lo sigan haciendo y que no se limiten solo a las películas de género o a las que empiezan a considerarse como "de culto", si no también a otras películas independientes surgidas del circuito de festivales.

Personalmente me causaba mucha curiosidad la película, misma que la mayoría de las veces encontraba descrita como "la versión nórdica de The Blair Witch Project", misma que me parece bastante acertada una vez que ya he visto la película.

Thomas (Glenn Erland Tosterud), Kalle (Tomas Alf Larsen) y Johanna (Johanna Mørck ) son un grupo de estudiantes universitarios de una pequeña ciudad noruega que realizan un documental sobre caza ilegal como proyecto escolar. La aparición de un oso muerto en una parte inusual del bosque provoca el malestar de los cazadores con permiso, quienes afirman que el oso en cuestión fue matado en otra parte y después abandonado en ese lugar. Ellos mismas ponen a los muchachos tras el rastro de Hans (Otto Jespersen), un presunto cazador furtivo.

El grupo empieza a seguir a Hans e intenta entrevistarlo, pero él se niega. De todos modos continúan siguiendo sus pasos hasta que una noche lo siguen cuando tras estacionar su camioneta se interna en el bosque.

Mientras intentan hallar su rastro perciben flashazos de luz a la distancia entre los árboles, y pronto se encuentran con el cazador, quien sale de entre los árboles a toda prisa gritando una sola advertencia: ¡Trol!

El grupo corre detrás de él sin saber a ciencia cierta que es lo que los persigue, hasta que finalmente detienen su carrera al abandonar la arboleda. Durante la huída Thomas es herido en la espalda, pero tampoco está seguro de que fue lo que lo atacó. Hans promete dejarlos filmarlo cazando con la condición de que sigan todas sus instrucciones al pie de la letra y sin protestar.

Los muchachos, intrigados, aceptan, sin saber que están a punto de embarcarse en una aventura mucho más compleja, reveladora y peligrosa de lo que se hubiesen podido imaginar. Una vez establecido que los troles son reales, el grupo decide cambiar el enfoque de su documental y concentrarse en la conspiración gubernamental que mantiene la verdad sobre estos seres oculta de la población noruega.

La película se mueve indiscriminadamente entre géneros, siendo por momentos horror, comedia y pseudo-documental. Se trata de una película sin muchas pretensiones pero bastante entretenida, sobre todo si son aficionados a los géneros de ciencia ficción, fantasía y horror, mismos que se entremezclan constantemente en esta historia sin preocuparse demasiado por las consecuencias.

El director, André Øvredal, es también el guionista de la película, y hay que reconocer su labor a la hora de montar cada escena, pues aún a pesar de trabajar con la misma técnica de cinema verité, con cámara al hombro y las características que se han vuelto tan populares en los últimos años, el trabajo se ve bien realizado.

Mención aparte merecen los efectos especiales, pues la película no tiene ni de lejos un presupuesto comparable al de las producciones hollywoodenses, y aún así tiene algunas escenas excelentemente logradas. Si bien hay un par de momentos en que es evidente el uso de miniaturas -que personalmente encuentro agradables y nostálgicas-, la gran mayoría de las escenas en que aparecen los monstruos están bastante bien logradas y no hay queja posible al respecto.

Resumiendo, Troll Hunter es una buena opción para los aficionados al cine o ficción de género, quienes seguramente saldrán del cine con una sonrisa en la boca. Película recomendada para quienes buscan un simple rato de entretenimiento sin pretensiones.

noviembre 25, 2011

Reseña: Monsters (Monstruos: Zona Infectada)

Algunas veces las distribuidoras de cine en nuestro país nos sorprenden al traer películas que nunca pensamos tendrían una oportunidad en el circuito comercial, donde prefieren saturar las salas con el blockbuster del momento por cuanto tiempo sea necesario para sacarle el mayor provecho posible, dejando pasar de largo gran cantidad de películas interesantes sin importar si se trata de obras de directores reconocidos o de prometedores debutantes.

Por eso me sorprendió descubrir que en varios complejos de la ciudad había posters de Monsters (Monstruos: Zona Infectada) anunciando su próximo estreno. Había leído y escuchado mucho acerca de ella, e incluso un par de amigos me la habían recomendado ampliamente, pero ya me había hecho a la idea de que la única forma de verla sería en algún medio "alternativo". Literalmente estaba listo para verla así, pero decidí esperar algunas semanas más y verla en pantalla grande.

Monsters representa el debut como director de Gareth Edwards, quien anteriormente había realizado un par de cortometrajes y colaborado como parte del crew de filmación en otros proyectos independientes, además de haberse encargado de la dirección y los efectos especiales de una producción televisiva en su natal Gran Bretaña.

La película está situada unos pocos años en el futuro. Según nos enteramos por un texto introductorio, la NASA descubrió rastros de vida en el Sistema Solar y envió sondas a buscar muestras de ADN. De acuerdo con una pantalla de televisión al principio de la película, las muestras proceden de Europa, la Luna de Jupiter que muchos consideran como el único lugar en el Sistema Solar, aparte de la Tierra, claro, que podría albergar vida. Una de las sondas en cuestión se dañó al reingresar a la atmósfera y se estrelló en el norte de México. Ahora, seis años después del accidente, una amplia franja del territorio del norte de México es considerada como una Zona Infectada, por lo que la única forma de trasladarse de un país a otro es por vías marítimas o volando lejos del territorio señalado.

La mencionada franja de terreno es habitada por monstruos gigantes, quienes ocasionan gran destrucción cada vez que entran en contacto con seres humanos. Andrew Kaulder (Scott McNairy) es un fotógrafo freelancer empecinado en conseguir fotografías de un monstruo vivo, pues hasta ahora lo único que ha conseguido es de algunos restos y de la destrucción que dejan tras de si. Cuando su actual empleador lo envía a México a buscar a su hija, Samantha (Whitney Able), quien resultó herida tras un incidente con las criaturas mientras vacacionaba en el país, Kaulder acude con la esperanza de en el proceso conseguir sus tan ansiadas fotografías.

Kaulder encuentra a Sam y se traslada con ella hasta el borde de la zona infectada, donde arregla transportación vía ferry para poder enviarla de regreso a los Estados Unidos. Sin embargo, tras una noche de copas, Kaulder extravía el pasaporte y boleto de Sam, por lo que es necesario hacer arreglos diferentes para poder sacarla del país. Ambos atravesarán la zona infectada, primero cruzando en bote un río y después alcanzando un convoy que los escoltará hasta la frontera con los Estados Unidos.

A pesar del nombre de la película, sería un error entrar a la sala esperando ver una tradicional película de monstruos gigantes, pues ese no es el caso. En realidad se trata de una historia de romance de carretera narrada sobre un trasfondo de ciencia ficción, y tiene mucho más que ver con, por ejemplo, Before Sunrise (Antes del Amanecer), de Richard Linklater, que con Cloverfield (Monstruo) de Matt Reeves, pues el foco narrativo es la pareja de protagonistas, quienes comienzan su relación de una manera antagónica pero durante el transcurso del viaje aprenden mucho sobre si mismos y sobre como ver diferente a otras personas.


Claro que eventualmente vemos a los monstruos, y es de destacar la labor de efectos visuales de Edwards, quien consigue crear criaturas repulsivas pero hermosas, al tiempo que revela la naturaleza de su interacción con los seres humanos. Cabe destacar que McNairy y Able eran los únicos actores en la producción, pues la película se filmó por completo en locaciones y utilizando a la gente del lugar como extras y actores secundarios. Imagino que esto habla muy bien no solo de Edwards, si no también de la joven pareja, quienes deben haber necesitado improvisar y adaptarse de manera constante.

A fin de cuentas es una película complicada por la naturaleza de los temas que explora, ya sea consciente o inconscientemente. Es posible hallar en la historia gran cantidad de alegorías a distintos problemas socio-políticos, tales como la inmigración, la guerra contra el narcotráfico, las políticas ostricistas y de aislamiento de los Estados Unidos e incluso su tendencia a enfrentarse en conflictos armados a enemigos invisibles. Y creo que ese es uno de los fuertes de la película, pues en vez de tratar de forzar un punto de vista permite a la audiencia interpretarla de la manera que ésta prefiera, dejando que cada quien saque sus propias conclusiones.

Bastante recomendada, aunque con las reservas derivadas del párrafo anterior.

noviembre 24, 2011

Reseña: Life, The Universe and Everything, de Douglas Adams

Si no saben quien es Douglas Adams o nunca han leído The Hitchhiker's Guide to the Galaxy, es muy probable que no haya razón alguna para que sigan leyendo este post, pues es acerca de la tercera parte de la inmortal saga humorística de ciencia ficción del popular autor británico. Si les interesa saber de que estoy hablando, el año pasado dediqué entradas en este blog tanto a la novela original, como a The Restaurant at the End of the Universe, la segunda novela de la serie. Life, The Universe and Everything completaba la que en su momento había sido concebida como una trilogía, y finalmente me pude hacer el tiempo para leerla.

Seguramente sorprenderá a muchos saber que en principio la historia en este libro fue escrita para ser usada en la serie de ciencia ficción más popular en la Gran Bretaña y tal vez la más longeva en todo el mundo: Doctor Who.

Originalmente Adams delineó la historia como una propuesta para la popular serie de TV estelarizada en aquel entonces por Tom Baker (el Cuarto Doctor) que habría de llamarse Doctor Who and the Krikketmen y abarcaría seis episodios. Una vez que le rechazaron la propuesta en la BBC, Adams retrabajó la historia como una secuela de su trabajo más popular y eventualmente escribió la novela.

El libro retoma los eventos del final de The Restaurant..., con Arthur atrapado en la prehistoria de la Tierra. Ahí es encontrado por Ford Prefect, su amigo extraterrestre, quien le informa que ha detectado una anomalía en el espacio-tiempo que les puede permitir escapar del pasado. La anomalía en cuestión toma la forma de un viejo y anacrónico sofá. Tras perseguirlo un poco logran subirse a él y aparecen en Inglaterra, justo dos días antes de la destrucción del planeta.

Aparecen, más concretamente, a mitad de un partido de cricket. Ahí son sorprendidos por la aparición de un grupo de robots que ataca a la multitud y roba la urna de cenizas usada como trofeo en el juego. Otra nave aparece, ésta tripulada por Slartibartfast, quien recluta a Ford y Arthur para que le acompañen a salvar el Universo. Pronto se reencuentran con Zaphod y Trillian, y descubren que enfrentan a los Krikkit, una antigua raza que busca la destrucción del Universo y cuyos robots están buscando los componentes de la llave que les permitirá salir del campo de contención en que se les puso milenios atrás.

El grupo decide acompañar a Slartibartfast y tratar de ayudarlo a impedir que los Krikkit puedan armar y activar su megabomba, misma que diseñaron y construyeron con un único propósito en mente: la total y absoluta destrucción del Universo. A diferencia de las dos novelas anteriores, en que buena parte de la acción se da en The Heart of Gold, la nave que Zaphod hizo de su propiedad, aquí la mayoría de las situaciones suceden en la nave de Slartibartfast, la Bistromath, que tiene la peculiaridad de parecer un bistro italiano y realizar complejos cálculos matemáticos utilizando el restaurant.

El libro maneja el mismo sentido del humor que las entregas anteriores, así que la recomendación es simple: o les gusta o no les gusta. Además, aún cuando cada libro cuenta una historia completa, el leer las diferentes partes en sucesión si creas la sensación de que son parte de una historia más grande, por lo cual no tiene sentido intentar leer alguna de las secuelas de forma independiente a la novela original.

Altamente recomendado, pero con las reservas arriba mencionadas.

noviembre 18, 2011

Reseña: Contagion (Contagio)

Hace un par de años pudimos vivir en carne propia los resultados de la paranoia que creo la aparición de una epidemia viral desconocida, la influenza A H1N1, también conocida como gripe porcina. Afortunada, o desafortunadamente, según su punto de vista, no se dio el Aporkalipsis y la humanidad pudo sobrevivir para continuar con su sistemática e implacable explotación y destrucción del mundo, y lo único dañado fue la economía de las principales ciudades afectadas por la epidemia, entre ellas la Ciudad de México.

A fin de cuentas las medidas de prevención y control tomadas por las autoridades resultaron exageradas e innecesarias, y aún cuando comparto la filosofía de "mejor seguro que arrepentido", creo que la experiencia sirvió para evidenciar lo mal que estamos en cuestiones de educación, pues los incidentes ligados a la ignorancia estaban a la orden del día y en algunos casos resultaron más peligrosos que los mismos brotes de la enfermedad.

Todo esto viene a colación por el tema de la más reciente película de Steven Soderbergh, Contagion (Contagio), misma que, si hemos de creer a Matt Damon, pudiese ser la penúltima que realice el talentoso director antes de retirarse definitivamente del cine, al menos como director. Si es capaz de seguir produciendo material de tan alta calidad como esta película, espero que ese no sea el caso.

Beth Emhoff (Gwyneth Paltrow) regresa de un viaje de negocios a Hong Kong sintiéndose mal de salud. Los síntomas de lo que parece una simple gripe o alguna infección similar se complican y Beth muere de forma repentina, seguida casi de inmediato por su hijo de seis años. Sin embargo, su esposo Mitch (Matt Damon) no manifiesta ningún síntoma y tras pasar unos días en cuarentena es dado de alta, habiéndose determinado que es inmune a lo que sea que mató a su esposa e hijastro.

Reportes de casos similares se empiezan a dar en varias ciudades del mundo mientras la Organización Mundial de la Salud y el Centro de Control de enfermedades de los Estados Unidos trabajan a marchas forzadas intentando rastrear el origen de la infección y en desarrollar una vacuna. La tasa de infección es muy alta y en unas cuantas semanas hay millones de casos reportados alrededor del mundo con miles de personas falleciendo todos los días. El caos reina por todos lados y el pánico se apodera de la sociedad, llevando a la civilización al borde del colapso.

Soderbergh tiene un talento especial para construir películas con elencos extendidos e historias que se desarrollan en varios frentes paralelos, y lo ha dejado de manifiesto con películas como Traffic o Syrianna. En Contagion cuenta su historia desde el punto de vista de médicos, oficiales de gobierno, autoridades civiles y militares, media whores y oportunistas, y civiles comunes intentando lidiar con una situación que rebasa cualquier grado de preparación y posibilidad de respuesta.

Tal vez lo que más me sorprendió de esta película es el uso de los silencios para avanzar la historia en momentos en que más diálogos podrían volverla confusa sin realmente aportar información necesaria para la trama. El hecho de poder conjuntar a un elenco tan talentoso como el que puede presumir esta producción también es una gran ayuda, pues probablemente sea el único director capaz de competir con Woody Allen cuando se trata de armar elencos multiestelares.

En adición a los actores antes mencionados participan en Contagion Laurence Fishburne, John Hawkes, Jude Law, Marion Cotillard, Kate Winslet, Elliott GouldBryan Cranston. La película consigue contar una historia interesante y entretenida, a la vez que invita a la audiencia a reflexionar sobre nuestra sociedad, así como a cuestionarnos si estamos listos para lidiar con una crisis como la aquí planteada.

Basándome en la experiencia de lo que vi y viví cuando se dio la alerta sanitaria mencionada al principio de este texto, me inclino a pensar que no.

Altamente recomendada.

noviembre 15, 2011

Reseña: The Three Musketeers (Los Tres Mosqueteros)

Pocas historias surgidas de la literatura son tan conocidas como Los Tres Mosqueteros, aún si la mayoría de la gente nunca ha leído el libro de Alejandro Dumas. Adaptado en múltiples ocasiones al cine, televisión, teatro, animaciones, etc., sigue siendo uno de los referentes principales cuando se habla de novelas de capa y espada.

A pesar de la gran cantidad de veces que ha sido llevada al cine, la calidad de las adaptaciones siempre ha dejado mucho que desear. Las más recientes antes de la que da pie a esta reseña son The Musketeer (El Mosquetero), un intento de imitar las películas de acción de Hong Kong que solo toma los nombres de los personajes principales; y la versión de Disney de hace un par de décadas con Kieffer Sutherland, Charlie Sheen, Oliver Platt, Chris O'Donnell, Rebecca de Mornay y Tim Curry, y ninguna de las dos es buena. De hecho, la primera es bastante mala.

Para hallar una buena versión tendría que remitirme a las producciones de los 1970s estelarizadas por Michael York y Richard Chamberlain, cuando la historia se adaptó en dos partes, titulándolas The Three Musketeers (Los Tres Mosqueteros) y The Four Musketeers (Los Cuatro Mosqueteros). Habría que hacer una mención especial a The Man in the Iron Mask (El Hombre de la Máscara de Hierro), que reúne al mejor elenco que jamás haya interpretado a los mosqueteros. Lástima que nadie los haya reunido diez años antes para adaptar la novela original.

Sabiendo que esta nueva versión sería dirigida por Paul W.S. Anderson (Resident Evil, Death Race), habiendo visto los avances, y con los antecedentes arriba mencionados, mis expectativas para esta película eran realmente bajas, y lo único que esperaba, sobre todo tras haber sufrido en una sala de cine con The Musketeer, es que la película estuviese, por lo menos, divertida, y que tuviese algunas buenas secuencias de esgrima. En ambos casos cumplió a medias.

La secuencia inicial de la película nos presenta a los personajes principales, Athos (Matthew Macfadyen), Aramis (Luke Evans) y Porthos (Ray Stevenson), convertidos en superespías al servicio de la corona francesa. Ayudados por Milady de Winter (Milla Jovovich), realizan una misión digna de cualquier equipo de Mission: Impossible para robar de una bóveda italiana los planos de una asombrosa máquina de guerra diseñada por Leonardo Da Vinci. Cumplida su misión, los aventureros son traicionados y los planos caen en manos del Duque de Buckingham, enemigo de la corona de Francia, y los Mosqueteros caen en desgracia, siendo prácticamente desbandados.

Un año después, un joven de nombre D'Artagnan deja su pueblo con la bendición de sus padres y parte rumbo a París, donde espera poder convertirse en un Mosquetero, tal como alguna vez lo fue su padre. En el camino se encuentra con Rochefort (Mads Mikkelsen), líder de la guardia del Cardenal Richelieu (Christopher Waltz), y tras ser ofendido por éste lo reta a duelo, solo para descubrir que no todo mundo tiene ideales o sentido del honor, sin importar el cargo o puesto que ocupen en la sociedad.

Cuando arriba a París, D'Artagnan está molesto por el incidente y con ganas de pelear, por lo que reta a duelo por cualquier tontería a quienquiera que se cruza en su camino. Sin saber quienes son reta de manera consecutiva a Athos, Porthos y Aramis. Nunca llega a batirse con ellos, pues la guardia del Cardenal los interrumpe y luchan juntos para escapar de la plaza. La experiencia los une contra su enemigo común y el grupo adopta al joven como uno de ellos.

Pronto se les presenta la oportunidad de servir a sus reyes y restablecerse como los guardianes del reino -además de granjearse la simpatía de algunas doncellas-, pues descubren un plan del Cardenal Richelieu para utilizar a Milady de Winter y a Buckingham para desatar una guerra, durante la cual piensa aprovechar el caos para arrebatar a los reyes el control de Francia y erigirse como regente del reino.

Contra todo pronóstico la adaptación respeta suficientes elementos de la novela original como para que la historia no resulte irreconocible, como sucedió con The Musketeer, y todos los cambios apuntan a intentar hacerla atractiva a una audiencia adolescente contemporánea, a lo Piratas del Caribe, con énfasis en la acción y humor fáciles y sin preocuparse por el desarrollo de personajes o la congruencia narrativa

La primera mitad de la película resulta bastante entretenida siempre y cuando uno esté dispuesto a dejar pasar la gran cantidad de incongruencias y sinsentidos que hay en la historia, el diseño de vestuario y escenarios es bastante agradable y las peleas de esgrima están decentemente coreografiadas. Lamentablemente conforme avanza la historia las exageraciones alcanzan tintes de ridículo y el humor se vuelve repetitivo, a grado tal que a pesar de durar apenas una hora con cuarenta minutos, queda la impresión de que a la película le sobran quince o veinte de ellos.

Al final se trata de una película cien por ciento palomera, recomendada solo para matar tiempo o si no tienen a mano una mejor opción. Lo triste del asunto es que con todos sus problemas sigue siendo mejor que las dos versiones que comenté al principio de este texto.

Vagamente recomendada, pero con muchas reservas.

noviembre 11, 2011

Reseña: The Princess Bride, de William Goldman

Pocas películas marcaron tanto a una generación como The Princess Bride, conocida en español como La Princesa Prometida o simplemente La Prometida. Fantasía, humor, acción, romance y aventura hacen de esta cinta de Rob Reiner un clásico instantáneo, legando a la cultura popular personajes tan entrañables como Iñigo Montoya, el Temible Pirata Roberts, Miracle Max, Fezzik o Buttercup. Si no saben de que estoy hablando, háganse un favor y busquen la película, disponible en región 4 bajo el nombre de La Prometida. La encuentran muy barata y vale mucho la pena.

Si saben de que estoy hablando, no necesito decir nada más de las película, pues no hay forma de que pueda capturar en algunas líneas todo lo que representa y consigue esa maravillosa producción. Lo que puede que les sorprenda, es saber que la película está basada en una novela del mismo nombre escrita por William Goldman y publicada en 1973. Goldman es un talentoso y exitoso guionista de cine, y fue él mismo el responsable de adaptar su libro al cine.

The Princess Bride no fue la primera novela de Goldman, pero si fue la primera en representar un éxito importante en el terreno de la prosa para un guionista que ya gozaba de una muy buena reputación en cine gracias a su trabajo en películas como Harper y Butch Cassidy and The Sundance Kid. La novela está escrita como si se tratase de una edición hecha por Goldman sobre la obra de otro escritor, S. Morgenstern, figura ficticia creada por Goldman que le permite involucrar elementos de sátira en la novela sin afectar su narrativa principal.

De hecho, el título completo de la novela es The Princess Bride: S. Morgenstern's Classic Tale of True Love and High Adventure (La Princesa Prometida: La Clásica Historia de Amor Verdadero y Gran Aventura de S. Morgenstern), y es complementado por el subtítulo The "Good Parts" Version (La Versión de "las Partes Buenas"), y afirma que se trata de una abreviación realizada por Goldman. La introducción del libro cuenta como fue que el autor decidió embarcarse en el proyecto de editar y abreviar el libro favorito de su infancia.

Según cuenta, la idea surgió durante un evento de escritores, donde decidió encargar el libro para hacerlo llegar a su hijo en su cumpleaños, pues él todavía no estaría en casa. Fue una odisea conseguir el libro y enviarlo a tiempo, lo que hizo duro descubrir días después que su hijo botó el libro porque lo encontró muy aburrido. Tras revisar el libro descubre con horror que su hijo tiene razón, el libro es muy aburrido.

¿Cómo podía haber sido su libro favorito de la infancia? Fácilmente. Él nunca leyó el libro, pero se convirtió en su favorito porque su padre, que apenas sabía inglés, se lo leía por las noches al llevarlo a la cama. Así que no puede haber otra explicación, su padre se saltaba las partes aburridas del libro, contándole una versión mejorada del mismo.

En ese momento decidió que tenía que rescatar su memoria del libro, e inició los trámites necesarios para poder editar el libro y publicarlo en una versión similar a la que su padre le enseñó a amar. Esta peculiaridad del libro fue adaptada al cine de una manera muy ingeniosa, pero no la mencionaré por respeto a quienes no hayan visto la película.

El libro cuenta la historia de Buttercup, una hermosa chica del campo, hija de un granjero, y su romance con Westley, el mozo de la granja, a quien ella desprecia y humilla constantemente. Buttercup no es la mujer más hermosa del mundo, pero se está convirtiendo en ella, lo que atrae la atención de la mayoría de los jóvenes del pueblo y también de algunos aristócratas en palacio. Ella no presta atención, al menos hasta que se da cuenta de que el único hombre que no la admira y adula constantemente es el único que le interesa: Westley. Cuando se vuelve imperativo que el príncipe Humperdinck, heredero al trono de Florin, encuentre esposa y engendre a su propio heredero, empieza una búsqueda entre la nobleza del reino. Cuando esta no da frutos, la corte amplia la búsqueda, y el Conde Rutgen, mano derecha del príncipe, sugiere visitar la granja de los padres de Buttercup.

La víspera a la visita del príncipe Buttercup recibe la noticia de que Westley, quien partió hacia América en busca de fortuna tras revelar a Buttercup su amor por ella, murió cuando su barco fue atacado por el Temible Pirata Roberts, famoso por no dejar nunca sobrevivientes. Buttercup está destrozada y, convencida de que jamás volverá a amar a nadie, hace un trato con el príncipe. Mientras él no le exija que lo ame, ella está dispuesta a casarse con él y darle un heredero. El príncipe acepta con gusto.

Antes de la boda se ponen en marcha intrigas políticas y Buttercup es secuestrada por un grupo de mercenarios. Mientras éstos intentan llevarla a la frontera con Guilder, reino vecino y constante rival de Florin, un misterioso hombre de negro los persigue, a la vez que todos ellos son seguidos por el Príncipe Humperdinck y su grupo de rescate. Peleas, duelos e intriga se entremezclan antes de revelar la verdad tras las múltiples intrigas y traiciones.

Si ya vieron la película y les gustó, les aseguro que el libro les va a gustar todavía más, pues la historia es la misma, el tono es el mismo, y los personajes son los mismos, pero tienen una historia más rica y completa. Si nunca han visto la película y tienen la posibilidad de leer primero el libro, tampoco se arrepentirán. Se trata de una historia de fantasía  totalmente humana, donde la fortaleza personal depende de los valores y el amor y la amistad lo superan todo, contada con un estilo atractivo y llena de humor apto para todas las edades. Creo que es esa clase de historias que es imposible no dejar con una sonrisa en la cara.

La versión que compré es una edición de bolsillo de la Edición del 30 Aniversario de la novela, e incluye una nueva introducción, y el primer capítulo de la secuela del libro, Buttercup's Baby. La nueva introducción y un texto que antecede al capítulo de la secuela ahondan más en la supuesta vida de Goldman y sus tribulaciones al trabajar con los herederos de Morgenstern, y es una verdadera delicia. Si pueden echarle mano a una copia, háganlo, les garantizo que no se arrepentirán.

Absolutamente recomendado.

noviembre 09, 2011

Reseña: Real Steel (Gigantes de Acero)

Debo confesar que cuando escuché por primera vez acerca de esta película, me interesó muy poco. Primero que nada, el director no me inspiraba la más mínima confianza, teniendo en su filmografía joyas como Just Married (Recién Casados), Big Fat Liar (Gordo Merntiroso), Cheaper by the Dozen (Más Barato por Docena) 1 y 2, A Night at the Museum (Una Noche en el Museo) 1 y 2, además del remake de The Pink Panther (La Pantera Rosa), así que creo que nadie me puede acusar de recelo injustificado.

Cierto, dirigió también Date Night (Una Noche Fuera de Serie), pero hubiese hecho una clase de talento negativo realmente especial para estropear una comedia con una pareja de actores (y escritores) tan talentosos como Tina Fey y Steve Carrell. El caso es que temí que la adaptación fuese a ser en tono de comedia.

La otra razón por la que no me atraía mucho la idea era porque se supone que está basada en la historia corta de Richard Matheson, Steel, misma que fue adaptada en los 1960s para un episodio de The Twilight Zone, y por muy fan que sea de Matheson y de esa historia/episodio en particular, seré de los primeros en admitir que no se trata de una historia que se traslade fácilmente al presente, y menos si se pretende hacer un largometraje con ella.

La historia original tiene lugar en los 1970s (¡el futuro!), y trata sobre un ex-boxeador y su socio, quienes manejan robots peleadores desde que estos sustituyeron al boxeo humano. Tras una mala racha reciben una oportunidad de regresar al circuito de peleas, pero su robot está averiado, así que el ex-boxeador -me parece que su nombre era Steel- decide disfrazarse como su androide para pelear, consiguiendo que casi lo maten en el cuadrilátero.

Obviamente la película tiene poco o nada que ver con la historia original, excepto porque trata de peleas de robots tras la prohibición del combate deportivo entre humanos. Charlie Kenton (Hugh Jackman) es un ex-boxeador que desde la prohibición se dedica a manejar robots, pero hace años que se encuentra en una mala racha. Endeudado y condenado a trabajar en el circuito independiente, Charlie está a punto de abandonarlo todo.

Para complicar más las cosas, Charlie es informado de la muerte de una antigua ex-novia, y de que por ley le corresponde la custodia del hijo que tuvo con ella. Sin interés alguno en agregar el cuidado de un hijo a los múltiples problemas en su vida, Charlie hace un trato con el esposo de su cuñada, accediendo a ceder de manera incondicional la custodia del niño a cambio de una fuerte suma de dinero.

La única condición es que tiene que quedarse con el niño todo el verano, mientras su cuñada y el marido pasan sus vacaciones en Europa. Cuando Max (Dakota Goyo) le es entregado, el plan original de Charlie es dejarlo al cuidado de Bailey (Evangeline Lilly), la hija de su antiguo y difunto entrenador. Bailey y Charlie tuvieron una relación tiempo atrás, y aún cuando ésta no funcionó, siguen siendo amigos, e incluso Bailey se ha asociado ocasionalmente con Charlie para comprar robots y refacciones, lo que la coloca entre sus múltiples acreedores. Sin embargo, Max parece ser tan testarudo como su padre, y ambos terminan pasando juntos todo el verano.

Una excursión en busca de piezas casi termina en desastre, y como resultado Max se hace con un viejo robot de primera generación que muy probablemente era usado como sparring. Charlie no está convencido de que se pueda rescatar algo del viejo robot, pero Max está empeñado en hacer algo con él, más aún cuando descubren que todavía funciona, así que Charlie, a regañadientes, accede a ayudarlo a convertir al viejo cacharro en un robot de pelea.

Conforme el robot va ganando peleas, Charlie y Max se van involucrando uno con el otro de una manera que ninguno de los dos esperaba, resolviendo la mayoría de sus diferencias y empezando a formar auténticos lazos familiares al tiempo que Charlie puede ir saldando sus deudas y poniendo en orden su vida. La película logra un adecuado balance entre acción y desarrollo de personajes, y aún cuando por momentos puede sentirse demasiado simple, es efectiva y funciona a distintos niveles emocionales.

Más que a la dirección, atribuyo el éxito de la mezcla de elementos a un guión inteligente de John Gatins, quien supo robarse las partes adecuadas de Rocky o The Champ (El Campeón) y usar su experiencia con historias sobre deportes (Varsity Blues, Hardball, Coach Carter) para hacerlas funcionar dentro de una historia de acción y robots.

El último tercio de la película parece literalmente calcado de Rocky, pero hay que reconocer a los responsables de la película que entendieron que cuando no vas a hacer algo original, lo menos que puedes hacer es imitar a los mejores. Tal vez por decisión dividida, pero Real Steel es una muy recomendable película tanto familiar como para los amantes del cine de acción.

Altamente recomendada.