Låt Den Rätte Komma In (Let The Right One In como título internacional, Dejame Entrar en México) es una película difícil de describir, pues decir que se trata de una película de vampiros es como decir que Los Siete Samurai es una película de espadachines japoneses. La cinta fue dirigida por Tomas Alfredson y está basada en la novela del mismo título de John Ajvide Lindqvist, quien a su vez tomó el título -más o menos- de una canción de The Smiths, Let the Right One Slip In, y hace referencia a la parte del folklore según la cual los vampiros no pueden entrar a un lugar si no son antes invitados.
La película empieza con Oskar (Kåre Hedebrant), un solitario niño de doce años que fantasea con poder enfrentarse a quienes lo maltratan en la escuela. Oskar es hijo de una pareja recién divorciada y es evidente que ninguno de sus padres se muestra ansioso por pasar tiempo con él, por lo que no es raro verlo deambular solo frente al edificio en que vive, incluso de noche. Asi es como conoce a su nueva vecina, Eli (Lina Leandersson), una niña aparentemente de la misma edad de Oskar, quien solo sale de noche y camina descalza sin importarle la nieve o el frío. Poco ha poco se va desarrollando un lazo entre los dos solitarios niños, que ni siquiera el oscuro secreto de Eli podrá quebrantar.
La zona en que viven está mayormente poblada por gente mayor y sin familia, lo que permite que Eli y Håkan, un hombre maduro que hace las veces de su guardián, puedan buscar el modo de hallarle sustento sin causar tanta conmoción. La relación con Håkan, nunca es explicada tal cual, pero se da a entender que llevan juntos mucho tiempo, y esto se refleja en la forma en que él toma el acercamiento entre Eli y Oskar. Håkan se vuelve distraído y descuidado y poco a poco los cadáveres y desapariciones se van acumulando, por lo que la policía empieza a tomar interés en el asunto. Mientras tanto, animado por Eli, Oskar finalmente enfrenta al grupo de niños que lo molestan, pero el resultado puede ser peor para él una vez que se involucra el hermano mayor de uno de ellos. En esas situaciones es bueno tener como aliado a un vampiro.
Eli tiene muy poco en común con los vampiros a que estamos acostumbrados. Se alimenta de sangre, no puede exponerse al sol, y necesita permiso antes de entrar a casa de alguien más, pero fuera de eso es simplemente una niña solitaria que tiene que hacer cosas desagradables para seguir viviendo, en tanto que Oskar vive en un mundo desagradable al que no sabe como enfrentar, lo que explica la empatía que se da de manera casi inmediata entre ambos.
Jamás había visto nada de la filmografía de Alfredson, pero tengo entendido que tiene una carrera establecida desde hace muchos años dirigiendo tanto cine como TV y que suele trabajar por igual dentro de los géneros de drama y comedia. Imagino que esa experiencia le sirvió al realizar su primer acercamiento al cine de horror, pues la película funciona en tantos niveles que es difícil encasillarla. La relación entre Eli y Oskar es dulce y tentativa a pesar de darse en medio de sangre y violencia, y sus conversaciones suelen ser una extraña mezcla mezcla de angustia adolescente y humor negro. La película no tiene demasiados diálogos, pues Alfredson se apoya fuertemente en la atmósfera que crea y permite que los silencios llenen cualquier vacío que pudiera haber.
El resultado es una película emotiva e inteligente, que a pesar de ser una historia de vampiros también es una historia de amor adolescente. Es una película de horror, pero es también un drama social sobre marginación y soledad. Resumiendo, Låt Den Rätte Komma In es una de las mejores películas de vampiros que se hayan realizado jamás, y la más inteligente y original al menos desde Cronos, de Guillermo del Toro. Recomendada sin reservas de ninguna clase.
La película empieza con Oskar (Kåre Hedebrant), un solitario niño de doce años que fantasea con poder enfrentarse a quienes lo maltratan en la escuela. Oskar es hijo de una pareja recién divorciada y es evidente que ninguno de sus padres se muestra ansioso por pasar tiempo con él, por lo que no es raro verlo deambular solo frente al edificio en que vive, incluso de noche. Asi es como conoce a su nueva vecina, Eli (Lina Leandersson), una niña aparentemente de la misma edad de Oskar, quien solo sale de noche y camina descalza sin importarle la nieve o el frío. Poco ha poco se va desarrollando un lazo entre los dos solitarios niños, que ni siquiera el oscuro secreto de Eli podrá quebrantar.
La zona en que viven está mayormente poblada por gente mayor y sin familia, lo que permite que Eli y Håkan, un hombre maduro que hace las veces de su guardián, puedan buscar el modo de hallarle sustento sin causar tanta conmoción. La relación con Håkan, nunca es explicada tal cual, pero se da a entender que llevan juntos mucho tiempo, y esto se refleja en la forma en que él toma el acercamiento entre Eli y Oskar. Håkan se vuelve distraído y descuidado y poco a poco los cadáveres y desapariciones se van acumulando, por lo que la policía empieza a tomar interés en el asunto. Mientras tanto, animado por Eli, Oskar finalmente enfrenta al grupo de niños que lo molestan, pero el resultado puede ser peor para él una vez que se involucra el hermano mayor de uno de ellos. En esas situaciones es bueno tener como aliado a un vampiro.
Eli tiene muy poco en común con los vampiros a que estamos acostumbrados. Se alimenta de sangre, no puede exponerse al sol, y necesita permiso antes de entrar a casa de alguien más, pero fuera de eso es simplemente una niña solitaria que tiene que hacer cosas desagradables para seguir viviendo, en tanto que Oskar vive en un mundo desagradable al que no sabe como enfrentar, lo que explica la empatía que se da de manera casi inmediata entre ambos.
Jamás había visto nada de la filmografía de Alfredson, pero tengo entendido que tiene una carrera establecida desde hace muchos años dirigiendo tanto cine como TV y que suele trabajar por igual dentro de los géneros de drama y comedia. Imagino que esa experiencia le sirvió al realizar su primer acercamiento al cine de horror, pues la película funciona en tantos niveles que es difícil encasillarla. La relación entre Eli y Oskar es dulce y tentativa a pesar de darse en medio de sangre y violencia, y sus conversaciones suelen ser una extraña mezcla mezcla de angustia adolescente y humor negro. La película no tiene demasiados diálogos, pues Alfredson se apoya fuertemente en la atmósfera que crea y permite que los silencios llenen cualquier vacío que pudiera haber.
El resultado es una película emotiva e inteligente, que a pesar de ser una historia de vampiros también es una historia de amor adolescente. Es una película de horror, pero es también un drama social sobre marginación y soledad. Resumiendo, Låt Den Rätte Komma In es una de las mejores películas de vampiros que se hayan realizado jamás, y la más inteligente y original al menos desde Cronos, de Guillermo del Toro. Recomendada sin reservas de ninguna clase.
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