El Tour de Cine Francés suele ofrecer una buena selección de películas, aunque este año sus horarios resultaron poco amigables para mi agenda y no pude ver ninguna de las películas agendadas para esta emisión del tour. Sin embargo, para mi sorpresa, la semana pasada apareció en algunos cines de esta ciudad La Fille de Monaco, identificada en cartelera como parte del mencionado Tour aún a pesar de no encontrarse en la programación oficial del mismo. De hecho, me parece que todas las fechas programadas para la ciudad de México ya se han cumplido y solo resta proyectar esas películas en otras ciudades del país en las próximas semanas.
Como sea, ante la pobre oferta de estrenos interesantes en cartelera, La Fille de Monaco (La Chica de Mónaco) se convirtió en la opción más atractiva de entre lo que había disponible ese fin de semana y por tanto fue lo que terminamos viendo.
Bertrand Beauvois (Fabrice Luchini) es un exitoso abogado criminalista de Paris quien se encuentra en Mónaco trabajando en la defensa de una acaudalada mujer acusada de homicidio. Sin embargo, su concentración es puesta a prueba cuando descubre que el hijo de la defendida le ha asignado un guardaespaldas de tiempo completo. Christophe (Roschdy Zem), el guardaespaldas, es extremadamente serio y meticuloso en su trabajo, siguiendo a Bertrand como una sombra a todas partes y provocando la irritación del abogado.
Cuando apenas empieza a hacerse a la idea de tener siempre atrás a Christophe, Bertrand encuentra una nueva y poderosa distracción en la figura de Audrey (Louise Bourgoin), una joven y atractiva chica que se encarga de dar el reporte del clima en la televisora local. Tras dar una entrevista en la televisora, Bertrand tiene oportunidad de conocer a Audrey en persona y queda fascinado por la exuberante sensualidad de la joven.
Christophe, quien años atrás salió un tiempo con Audrey, le advierte a Bertrand que lo mejor es que intente mantenerse alejado de ella, pues tarde o temprano ella hará algo que lo meterá en problemas, además de representar una distracción que puede resultar especialmente inoportuna durante el juicio. Bertrand se molesta con Christophe atribuyendo su reacción a que está celoso y pronto se involucra en una relación puramente sexual con Audrey.
Bertrand se obsesiona con Audrey al grado de pasar con ella cada momento que no necesita estar en la corte, descuidando su caso y sufriendo al ver que Audrey carece de cualquier clase de pudor o seriedad, llevando una vida promiscua donde lo único que importa son las fiestas y pasarla bien sin importar con quien.
Destacaría de la película las excelentes actuaciones de Luchini y Zem, quienes logran una impresionante química en pantalla y mantienen a flote la película aún a pesar de lo disparejo del guión, mismo que fue co-escrito por la directora de la película, Anne Fontaine. Fontaine tiene una larga y reconocida carrera escribiendo y dirigiendo drama, pero aquí me parece que le ganó la indecisión. La película funciona mejor cuando parece al borde de convertirse en una comedia de tintes oscuros, pues aprovecha al máximo la química existente entre los tres protagonistas. Sin embargo, hay momentos en que el humor se siente demasiado forzado y la película amenaza con convertirse en una farsa.
A pesar de todo se trata de una película bastante entretenida, con un montaje visualmente muy atractivo y unas soberbias actuaciones, lo que hace necesario destacar que se trata del debut fílmico de Louise Bourgoin. En realidad mi único problema con la película es que me dejó esa sensación de oportunidades desperdiciadas, pues hay algunas escenas en que parece que la película está a punto de convertirse en algo extraordinario pero nunca sucede.
Recomendada para casi todos los gustos.
Como sea, ante la pobre oferta de estrenos interesantes en cartelera, La Fille de Monaco (La Chica de Mónaco) se convirtió en la opción más atractiva de entre lo que había disponible ese fin de semana y por tanto fue lo que terminamos viendo.
Bertrand Beauvois (Fabrice Luchini) es un exitoso abogado criminalista de Paris quien se encuentra en Mónaco trabajando en la defensa de una acaudalada mujer acusada de homicidio. Sin embargo, su concentración es puesta a prueba cuando descubre que el hijo de la defendida le ha asignado un guardaespaldas de tiempo completo. Christophe (Roschdy Zem), el guardaespaldas, es extremadamente serio y meticuloso en su trabajo, siguiendo a Bertrand como una sombra a todas partes y provocando la irritación del abogado.
Cuando apenas empieza a hacerse a la idea de tener siempre atrás a Christophe, Bertrand encuentra una nueva y poderosa distracción en la figura de Audrey (Louise Bourgoin), una joven y atractiva chica que se encarga de dar el reporte del clima en la televisora local. Tras dar una entrevista en la televisora, Bertrand tiene oportunidad de conocer a Audrey en persona y queda fascinado por la exuberante sensualidad de la joven.
Christophe, quien años atrás salió un tiempo con Audrey, le advierte a Bertrand que lo mejor es que intente mantenerse alejado de ella, pues tarde o temprano ella hará algo que lo meterá en problemas, además de representar una distracción que puede resultar especialmente inoportuna durante el juicio. Bertrand se molesta con Christophe atribuyendo su reacción a que está celoso y pronto se involucra en una relación puramente sexual con Audrey.
Bertrand se obsesiona con Audrey al grado de pasar con ella cada momento que no necesita estar en la corte, descuidando su caso y sufriendo al ver que Audrey carece de cualquier clase de pudor o seriedad, llevando una vida promiscua donde lo único que importa son las fiestas y pasarla bien sin importar con quien.
Destacaría de la película las excelentes actuaciones de Luchini y Zem, quienes logran una impresionante química en pantalla y mantienen a flote la película aún a pesar de lo disparejo del guión, mismo que fue co-escrito por la directora de la película, Anne Fontaine. Fontaine tiene una larga y reconocida carrera escribiendo y dirigiendo drama, pero aquí me parece que le ganó la indecisión. La película funciona mejor cuando parece al borde de convertirse en una comedia de tintes oscuros, pues aprovecha al máximo la química existente entre los tres protagonistas. Sin embargo, hay momentos en que el humor se siente demasiado forzado y la película amenaza con convertirse en una farsa.
A pesar de todo se trata de una película bastante entretenida, con un montaje visualmente muy atractivo y unas soberbias actuaciones, lo que hace necesario destacar que se trata del debut fílmico de Louise Bourgoin. En realidad mi único problema con la película es que me dejó esa sensación de oportunidades desperdiciadas, pues hay algunas escenas en que parece que la película está a punto de convertirse en algo extraordinario pero nunca sucede.
Recomendada para casi todos los gustos.
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