marzo 30, 2011

Reseña: Sucker Punch

Alguna vez Jean-Luc Goddard dijo que lo único que hace falta para hacer una película son una chica y una pistola. No lo discuto, pero creo que un poco de sentido común del director y/o guionista pueden hacer toda la diferencia en lo que se refiere al resultado. Y si no, basta con echarle un vistazo a Sucker Punch para convencerse de que simplemente no es tan fácil.

Zack Snyder tiene apenas un puñado de películas en su filmografía, pero le han bastado para hacerse una reputación como alguien que sabe trabajar con efectos visuales y aprovecharlos al máximo para dotar a sus películas de secuencias visualmente espectaculares. A mi juicio su mejor película hasta ahora es la primera que dirigió, un atinado y excitante remake de Dawn of the Dead (El Amanecer de los Muertos). Esa película fue seguida de dos adaptaciones de comic, 300 y Watchmen, cuyos logros visuales no pueden ser discutidos pero cuyo contenido narrativo si pongo en tela de juicio.

Luego hizo una cinta animada, Ga'Hoole: Legend of the Guardians (La Leyenda de los Guardianes) -que no he visto- y se anunció que será el responsable del relanzamiento de la franquicia de Superman para el próximo año. Sucker Punch es su quinto largometraje pero representa su debut como guionista, y después de ver los resultados, uno se pregunta si algún estudio le permitirá intentarlo nuevamente.

Baby Doll (Emily Browning) es una joven de veinte años, quien tras la muerte de su madre se verá obligada a lidiar con su padrastro (Gerard Plunkett), quien no siente la mínima estima por ella o por su hermana menor. Tras una violenta confrontación que termina con la muerte de su hermana, su padrastro consigue recluirla en una institución mental, donde además hace arreglos con un camillero para que se le realice una lobotomía a la brevedad posible. Baby Doll escapa de la única forma que le es posible: dentro de su cabeza.

Para ella, el lugar al que la han llevado tras quedar huérfana es un burdel, administrado por Blue (Oscar Isaac) -quien en realidad es el camillero, y donde Madame Gorski (Carla Gugino) -quien en realidad es la psiquiatra responsable de la clínica-, las prepara para montar el espectáculo de variedad con que reciben a sus clientes.

Pronto hace amistad con un grupo de pacientes: Blondie (Vanessa Hudgens), Amber (Jamie Chung), y las hermanas Rocket (Jena Malone) y Sweet Pea (Abbie Cornish), con quienes comparte su plan para escapar antes de que se cumpla el plazo en que será entregada al Gran Apostador (Jon Hamm), es decir, al médico responsable de realizar la lobotomía.

Pero entonces descubrimos que Baby Doll tiene fantasías dentro de su fantasía -¡Hey! ¡A lo mejor es como Inception!-, donde se ve a si misma y a sus nuevas aliadas como guerreras intentando reunir los objetos que necesitan para llevar a cabo su plan. Lo que parecía anunciar una estructura de búsqueda y conquista se convierte en un cliché básico de videojuego: completa la misión, recoge el premio, avanza al siguiente nivel. El problema con estas fantasías de videojuego es que son típicas fantasías de adolescente masculino, y tomando en cuenta el aparente discurso sobre la fortaleza de uno, choca con la idea de que venga de la mente de una atormentada joven en busca de escapismo.


Los visuales de la película, al menos dentro de las fantasías dentro de una fantasía de Baby Doll, son espectaculares, pero son secuencias que se sienten completamente huecas y sin sentido, además de que a mi juicio pierden fuerza conforme pasamos a la siguiente, resultando las dos primeras las más logradas y espectaculares. La publicidad de la película habla de los peligros de perder el contacto con la realidad y permitir que se entremezcle con la fantasía, y por momentos parece ser que fue el propio Snyder quien perdió el piso y toda noción de lo que estaba haciendo, olvidándose de contar una historia y sumergiéndose en el mundo de empoderamiento adolescente que creo para su protagonista.

Entré al cine con la idea de que iba a disfrutar de una generosa dotación de golosina visual, por lo que mis expectativas eran más bien bajas. Algunas de las secuencias de fantasía resultan espectaculares, pero las encontré cortas y sin mucho desarrollo. Cinco atractivas jóvenes en atrevidos y sexies atuendos, participando en actos de extrema y fantástica violencia gráfica y la película nunca pudo hacer click conmigo. Afortunadamente he podido constatar que no fui el único que se sintió así, por lo cual puedo culpar a Snyder sin ningún remordimiento.

Fui al cine atraído por el eye candy que me prometieron, y aún cuando hubo algunos bocadillos deliciosos, al final descubrí con desencanto que la gran mayoría era aspartamé con saborizantes génericos. Si no les molesta pasar más de hora y media revisando el demo reel de Snyder y sus colaboradores, y si sus expectativas son lo suficientemente bajas, puede ser que puedan disfrutar al menos una parte considerable de la película. Si quieren entretenimiento con un mínimo de historia y desarrollo de personajes, apuesto a que en alguna parte de la cartelera pueden hallar algo más.

Vagamente recomendada y con muchísimas reservas.

marzo 28, 2011

Diana Wynne Jones (1934-2011)

Usualmente cuando decido escribir un obituario de alguien famoso, suelo hacerlo en La Hoguera de Las Necedades. En algunas ocasiones he puesto algunos por aquí cuando se trata de alguien que por su obra o acciones haya tenido algún efecto en mi vida, pero esta vez es algo diferente. Diana Wynne Jones era una escritora británica de quien desde hace años tengo la intención de de empezar a leer su obra, y aún a pesar de que tengo ya un par de sus libros, nunca me decido a ponerlos en la cima de la pila.

Me enteré de su obra gracias a que una de sus novelas, Howl's Moving Castle (El Castillo Vagabundo), fue adaptada al cine hace algunos años por Hayao Miyazaki y Studio Ghibli. Curiosamente, existe otra película de los prestigiados animadores nipones, Castle in the Sky, que casi comparte título con otro libro de Jones, Castle in the Air, mismo que es una secuela a Howl's..., pero la película no tiene ninguna relación con esa novela.

Al paso del tiempo descubrí el cariño y respeto que los aficionados a la fantasía sentían por esta autora y su obra, y fue entonces cuando decidí empezar a buscar sus libros. Neil Gaiman, uno de mis autores favoritos, tenía una cercana amistad con ella, y fue precisamente por él, gracias a sus actualizaciones en Twitter, que me enteré que Diana Wynn Jones había fallecido este sábado, sucumbiendo finalmente tras varios años de lucha contra el cancer pulmonar. El sentimiento que impregna el texto que Gaiman le dedicó en su blog (en inglés) es contagioso, y de una manera que me es difícil explicar me hizo sentir triste por su fallecimiento, pues no puedo evitar pensar que una persona realmente notable dejó este mundo.

Supongo que ahora solo resta dejarme de excusas, empezar a leer sus libros, y descubrir que fue lo que la ayudó a ganarse el cariño y la admiración de tanta gente, pues algunos de los textos y remembranzas que leí este fin de semana son realmente emocionales y sentidos.

Descanse en paz.

marzo 25, 2011

Escasez de actualizaciones

Aquellos infortunados que visitan frecuentemente este blog deben haber notado que en las últimas semanas reduje un poco el ritmo de las actualizaciones. En buena medida esto se debe a que mi presencia en la blogósfera se está dispersando en varios frentes. Hace unas semanas decidí implementar algunos cambios en mi forma de actualizar La Hoguera de las Necedades. Ahora estoy publicando con mucha más frecuencia y me estoy empezando a medir con el largo de los textos, que a veces resultaban aún más extensos que los que publico aquí, y eso me ha ayudado a poder actualizar el blog prácticamente a diario, cosa que hacía mucho tiempo no ocurría.

En lo que se refiere a esfuerzos colectivos, un blog especializado en deportes es el que está recibiendo la gran mayoría de mi atención y tiempo en la blogósfera. Estoy publicando al menos cuatro veces por semana en el. Se llama Deportívoros y es ahí donde están apareciendo los textos dedicados a la NFL y a la UFC que normalmente publicaría en este blog, además de algunos otros sobre boxeo, tenis y NBA.

Para seguir con la especialización temática, esta semana me reincorporé como colaborador activo en Comicverso, blog dedicado al mundo del comic y temas afines en el que hacía meses no publicaba nada y donde hoy reviví una de mis viejas columnas regulares. Espero poder volver a participar de manera activa con al menos un par de textos por semana, sobre todo ahora que parece ser convencí a dos amigos de integrarse al grupo de colaboradores.

La principal razón para publicar este texto fue para que no vayan a creer que le estoy perdiendo el gusto a esto de despotricar en la red. Además, al hacerlo el día de hoy, estoy haciendo algo que no recuerdo haber hecho antes: publicar en cuatro blogs diferentes el mismo día.

Saludos a todos y gracias por su atención y paciencia.

marzo 24, 2011

Reseña: The Wasp Factory - Iain Banks

A Iain Banks lo conocí hace unos veinte años gracias a dos novelas de ciencia ficción, Consider Phlebas (Pensad en Phlebas) y The Player of Games (El Jugador), ambas pertenecientes a la Saga de La Cultura y ambas firmadas como Iain M. Banks, variación del nombre del autor que utiliza para firmar sus obras de ciencia ficción. Aparentemente para la mayoría de la gente la relación con su obra se da en sentido opuesto, pues es solo después de haber leído su aclamado trabajo como escritor de ficción "seria" que deciden darle una oportunidad a sus piezas de género.

The Wasp Factory fue su primera novela, publicada en 1984 y a la fecha es considerada como una de las mejores novelas británicas publicadas en el siglo XX, así como su autor está considerado entre los mejores 50 autores británicos aún vivos. Lo que me recuerda algo que siempre me he preguntado. ¿Se actualizan esas listas? ¿Cuando alguien muere existe una lista de reservas y se elige de ahí un sustituto? Suena estúpido, y personalmente creo que en ocasiones nos tomamos demasiado en serio esa clase de listas autoritativas y definitorias, razón por la que usualmente solo las utilizo como apoyo en cuestión de sugerencias.

The Wasp Factory está narrada en primera persona por su protagonista, Frank Cauldhame, un adolescente de dieciséis años que vive con su padre en una granja alejada de toda la civilización. Frank no asiste a la escuela -su propio padre se ha encargado de educarlo- y solo acude al pueblo más cercano en ocasiones en que desea convivir con su único amigo, Jamie, un enano con quien acostumbra embriagarse en cada visita. Pronto se revela que Frank es un eunuco, habiendo perdido sus genitales en un accidente con el perro de la familia cuando era muy pequeño. Pero los problemas de Frank van más allá de lo físico.

Desde las primeras líneas de la novela Frank confiesa haber matado a tres miembros de su familia, todos ellos niños, en los tres casos de manera premeditada, fría y calculadora, y sin embargo se trata de algo a lo que no da importancia, mencionando que eso fue hace unos años y solo fue "una fase por la que estaba atravesando". La propiedad de su familia se encuentra en una isla, la cual Frank considera su domino y vigila con una rudeza y propósito reminiscente de los ñiños en Lord of the Flies.

Tiene varas de sacrificio y acostumbra poner en ellas las cabezas de animales sacrificados o bien objetos a los que por diferentes razones les atribuye propiedades shamanísticas. La "fábrica de avispas" a que hace mención el título es un complejo montaje que Frank construyó en su ático. Tiene la carátula de un viejo reloj de la torre del pueblo que él rescató del basurero local colocada en una caja de vidrio, en la cual construyó túneles que van del centro a los doce numerales, y detrás de cada número existe una trampa mortal, donde las avispas que introduce en el centro de la caja encuentran la muerte de diferentes formas: quemadas, aplastadas, ahogadas en la orina de Frank, etc. Frank tiene la idea de que la muerte que cada avispa "elige", ofrece una predicción sobre un evento futuro.

Sorprendentemente, Frank no es el loco de la familia. Eric, su hermano mayor, fue recluido en un hospital psiquiátrico luego de que, tras presenciar un traumatizante acto de negligencia en el hospital donde realizaba sus prácticas previo a graduarse como médico, éste quedara tan dañado psicológicamente que lo único que hacía en el pueblo era quemar perros y fastidiar niños. Frank rehuye el contacto con el mundo exterior porque considera que este fue la causa de lo que ocurrió a su hermano. Al principio de la novela Frank y su padre son informados de que Eric escapó del psiquiátrico y puede pretender volver a casa.

Hacia el final del libro aparece Eric, y la confrontación familiar revela el secreto tras muchas de las excentricidades de Frank, el oscuro pasado que su padre intentaba ocultar. Las revelaciones ofrecidas tras el reencuentro alteran el resto de la novela de una manera profundamente perturbadora, sobre todo tomando en consideración la habilidad con que Banks construye la historia y da vida a sus personajes.

Tal vez el mayor crédito se lo merece por conseguir que el lector simpatice con la monstruosa figura de Frank, quien para todo fin es un peligroso sociópata capaz de los actos más perturbadores. Las muertes descritas en el libro no son detalladas al extremo de volverse gore, pero la forma ausente y despreocupada con que Frank recuerda los asesinatos que cometió o describe los sacrificios que realiza rayan en una mórbida y oscura historia de horror con tintes de humor negro.

Tal vez no sea la clase de lectura que pueda resultar del agrado de cualquiera, pero es innegable que se trata de una gran novela de ficción que danza habilidosamente sobre la línea que separa la ficción natural de la de horror, y que pertenece a esa rara clase de historias capaces de provocar toda clase de sentimientos y emociones en el lector. Altamente recomendada.

marzo 23, 2011

Reseña: Rango

Si hay algo que admiro de Gore Verbinski es su versatilidad como director. Su filmografía salta de un género a otro, y con cada película sucede lo mismo: adopta algunas convenciones del género en cuestión, le añade un par de toques inusuales y termina por entregar una película apta para todo público y que sin importar lo que se diga de ellas rara vez se les puede calificar como aburridas. Mousehunt (Un Ratoncito Duro de Cazar), The Mexican (La Mexicana), The Ring (El Aro), The Weather Man (El Sol de Cada Mañana) y la trilogía de Pirates of the Caribbean (Los Piratas del Caribe) conforman su inusual curriculum, al cual ahora hay que sumar Rango.

Rango es una película difícil de clasificar. Es una animación -lo que para muchos significa que es "infantil"-, es un western, es una comedia, es una película de aventuras, un homenaje a los westerns clásicos, a los spaghetti westerns y hasta a los comedy westerns.

Y sin embargo, es una película con identidad propia. En una era en que las películas de animación parecen más preocupadas por tener animación computarizada de punta y filmada con la más reciente interpretación de la tecnología 3D y donde el desarrollo de personajes -Pixar aparte- es cosa que pasa a segundo término o es ignorada por completo, resulta refrescante ver esta clase de esfuerzos.

Rango (Johnny Depp) es una lagartija doméstica que por accidente se encuentra en medio del desierto, en un pequeño pueblo estilo viejo Oeste llamado Dirt, donde la civilización es una promesa olvidada y el agua se está convirtiendo en un escaso tesoro. También por accidente Rango se convierte en el sheriff del pueblo, y con ello en la última esperanza que sus habitantes tienen de llegar a sobrevivir.

El problema es que él no es lo que ellos creen que es, o peor aún, lo que él les ha hecho creer que es.

El resto de los personajes parecen llenar los requerimientos genéricos para cualquier western, aunque ese no es el caso: Beans (Isla Fisher) es la damisela en peligro y posible interés romántico, hay un alcalde corrupto (Ned Beatty), un maloso local (Ray Winstone), un legendario y despiadado forajido (Bill Nighy), además de una mezcla de mineros, granjeros y demás habitantes del pueblo cuyo admiración por Rango los hace seguirlo casi a ciegas. Toques adicionales como el armadillo gurú (Alfred Molina), o la niña/zarigüeya (Abigail Breslin) que menosprecia y molesta a Rango casi tanto como desea admirarlo, son parte de lo que separa a Rango de la gran mayoría de las películas animadas que se producen en la actualidad.

La historia está llena de guiños visuales y argumentales a toda clase de westerns, lo que quiere decir que entre más películas de ese género hayan visto, sus posibilidades de disfrutar la película crecen proporcionalmente, pero de ningún modo es un requerimiento estar familiarizado con el género para divertirse con esta inteligente cinta animada.

El soundtrack es una colaboración entre Hans Zimmer y Los Lobos, y es el complemento ideal para los visuales de la película, desarrollados por Industrial Light & Magic, que con esta película realiza su primera incursión en el terreno de los largometrajes animados y en donde por momentos me pareció notar detalles reminiscentes del diseño y modelado de su viejo y popular videojuego Grim Fandango.

Con todo lo anterior, no puedo dejar de comentar sobre lo que considero un atrevido movimiento de parte de los realizadores al presentar como protagonista de una película supuestamente infantil a un héroe imperfecto a grado tal que él mismo podría personificar a la vez los tres aspectos de un viejo clásico: el bueno, el malo, y el feo. Por ese lado la película se convierte también en una historia de búsqueda interior y auto-descubrimiento que funciona en varios niveles.

A pesar de que arriba hago énfasis en el estelar elenco de voces que participa en la película (a quienes habría que añadir al menos a Harry Dean Stanton y Timothy Olyphant), es muy difícil poder ver esta película en nuestro país con las voces originales.

Y si no difícil, al menos caro, porque hasta donde pude constatar la versión subtitulada solo se proyectó en las salas tipo VIP de una de las grandes cadenas de complejos de nuestro país, razón por la que -al menos yo- prefiero esperar hasta que aparezca en DVD para disfrutar de su versión original. El doblaje no es malo, pues afortunadamente prescindieron de utilizar estrellitas y celebridades de Televisa, pero el exagerado uso de acentos extranjeros para algunos personajes puede llegar a convertirse en una distracción.

Rango es una película de animación que pueden disfrutar por igual niños y adultos y representa una de las ofertas más interesantes e inteligentes en la cartelera en estos días. Altamente recomendada.

marzo 18, 2011

Telenovelas como herramienta educativa ¿en Televisa?

Las declaraciones hechas por Alonso Lujambio, Secretario de Educación Pública en el sentido de que las telenovelas pueden ayudar a combatir el rezago educativo y convertirse en una herramienta de apoyo para la enseñanza causaron toda clase de reacciones y críticas tanto en medios como en las redes sociales. Y con justa razón.

Aún cuando coincido con un comentario vertido por mi buen amigo Francisco Espinosa sobre lo incorrecto que resulta condenar y señalar a un medio o genero completo, descalificándolo de manera automática y nada más porque si, creo que en este caso y producto de los ejemplos utilizados por el Secretario Lujambio resultan más que merecidas.

Las expresiones del titular de la SEP están totalmente fuera de lugar, pues si bien es cierto que las telenovelas pueden ser un medio tan válido como cualquier otro para ayudar a difundir material educativo y cultural, también es un hecho que hace mucho tiempo que el contenido de las telenovelas mexicanas, y en especial el de las producidas por Televisa o, más concretamente el de las producidas por Juan Osorio, a quien Lujambio mencionó, dista mucho de aspirar a esos objetivos.

Gracias a un enlace proporcionado por el buen BEF, me encontré con un ejemplo más de lo que fácil que resulta estereotipar las producciones realizadas por la televisora de Emilio Azcárraga en el rubro de las telenovelas. En su blog Tediosfera, Eduardo Huchín se pregunta ¿Qué tal si Televisa decidiese adaptar El Quijote a formato de telenovela? y nos ofrece una mordaz y divertida respuesta que pudiese no estar lejana de la realidad.

Les recomiendo le echen una leída, pues resulta bastante divertido y, quizá tristemente, suena como una versión bastante plausible de las consideraciones que existen durante el proceso de conceptualización y pre-producción de los radiodramas que dominan la producción televisiva nacional.

Ojalá las autoridades de este país se dejaran de payasadas ante los medios y se pusieran a trabajar, especialmente en lo concerniente a la educación, donde tenemos un enorme rezago, pues sería deseable que se crearan programas de difusión cultural  y que se hiciera algo más por el fomento a la lectura que la vacua campaña publicitaria de Leer es Divertido, que honestamente me parece bienintencionada pero totalmente inutil e insuficiente.

marzo 15, 2011

The King's Speech

Una de las películas nominadas al Oscar por Mejor Película que me faltaba ver era precisamente la que terminó ganando la estatuilla: The King's Speech. Se trata de una modesta -al menos para los estándares de la industria hollywoodense- producción británica que por momentos se siente como un buddy film, un drama costumbrista, una película de época, o una simple feel-good movie, y sin embargo no es ninguna de esas cosas y precisamente ahí es donde radica su éxito.

The King's Speech está basada en la historia del Rey George VI, quien antes de ser monarca del Imperio Británico era conocido en su país por su notable tartamudeo, y la película se enfoca en el periodo que va desde su primera y traumatizante experiencia en un acto público hasta el momento en que tiene que dirigirse a su pueblo al inicio de la Segunda Guerra Mundial cuando apenas iniciaba su reinado.

Albert (Colin Firth), el Duque de York, era el segundo hijo de George V (Michael Gambon), rey que se hiciera notar por ser el primero en hacer uso constante de la radio para emitir mensajes a sus súbditos en eventos y ocasiones especiales. El tartamudeo de Albert nunca impidió que su padre le ordenase emitir algunos discursos o participar en eventos donde se le requería hablar en público, lo que representaba para él una constante fuente de frustraciones.

Cansado de lidiar con pomposos médicos y arcaicos e ineficientes tratamientos en busca de resolver su problema, el príncipe estaba listo a olvidarse definitivamente del asunto cuando su esposa (Helena Bonham Carter) contactó a un recomendado aunque inusual especialista en problemas de lenguaje de nombre Lionel Logue (Geoffrey Rush) y convenció a su marido de darle una oportunidad.

Logue tiene una aproximación más personal al problema del Duque de York, tratando al príncipe con una familiaridad y desparpajo que seguramente hubiesen horrorizado a la aristocracia inglesa de haber sido hecho públicos en su momento. A diferencia de los médicos y especialistas que habían tratado al Duque a lo largo de los años, Logue se enfocó en la raíz del problema, en el aspecto psicológico que era la causa de los problemas del futuro monarca para poder expresarse correctamente. En el proceso Logue se fue poco a poco convirtiendo en algo más que un sirviente para el príncipe, desarrollándose entre ellos una curiosa amistad.

Un presupuesto que no alcanzaría siquiera para pagar el salario de alguna de las estrellas norteamericanas vigentes en la actualidad le bastó a Tom Hooper para completar este joyita de película, contratando los servicios de un excelente y veterano guionista y rodeándose de buenos actores para representar a algunas de las figuras históricas más reconocidas y prominentes de la Gran Bretaña de mediados del siglo pasado.

Además de la extraordinaria actuación de Colin Firth en el papel del Príncipe Albert/George VI, y de las sobrias pero no menos sobresalientes interpretaciones de Geoffrey Rush y Helena Bonham Carter, me gustaría destacar a Guy Pierce y Timothy Spall de entre el resto del elenco. Pierce interpreta al Príncipe Edward, cuya desparpajada actitud y vida al borde del escándalo constante lo llevaron a abdicar al trono al poco tiempo de haber sido coronado, en tanto que Spall, a quien personalmente ubico solo por sus papeles de comedia, hace una inusual pero interesante interpretación de Winston Churchill.

La película me gustó mucho, pero no estoy seguro de que me atrevería a afirmar categóricamente que se trata de la mejor de entre todo lo producido el año pasado. Personalmente mantengo la creencia de que The Social Network es una película que con el paso de los años -sobre todo una vez que se deje de pensar en ella como "la película sobre el origen de Facebook"- será cada vez más apreciada por todo lo que es y lo que representa.

Aún así, The King's Speech es una excelente película que debiera ser del agrado de toda clase de audiencias.Altamente recomendada.

marzo 10, 2011

Credo Ballardiano

Normalmente publico algún texto que de algún modo relaciono con a mi cumpleaños, y este año pensaba hacerlo nuevamente pero se me complicó debido a una sobrecarga de trabajo. En principio iba a hacer una especie de credo personal, pero me ganó el tiempo y no lo acabé. Hace unos días me encontré con un enlace a un texto de JG Ballard y descubrí de donde me había venido la idea.

De todos modos, no creo que el mío hubiese quedado mejor que el Ballard. Eventalmente intentaré completarlo y moverle un poco al contenido para que no sea simplemente una mala imitación, pero por lo pronto decidí publicar una versión traducida por mi del original de Ballard. Disfrutenlo.
Creo en el poder de la imaginación para recrear el mundo, para liberar la verdad que hay dentro de nosotros, para aplazar la noche, para trascender la muerte, para hechizar carreteras, para congraciarnos con los pájaros y para ganarnos la confianza de los locos.
Creo en mis propias obsesiones, en la belleza de un choque de autos, en la paz de un bosque sumergido, en las emociones de una playa vacacional desierta, en la elegancia de los cementerios de automóviles, en el misterio de los estacionamientos de varios pisos y en la poesía de los hoteles abandonados.
Creo en las pistas olvidadas de Wake Island , que apuntan hacia los Pacíficos de nuestra imaginación.
Creo en la misteriosa belleza de Margaret Thatcher, en el arco de sus fosas nasales y en el brillo de su labio inferior; en la melancolía de los heridos conscriptos argentinos, en las sonrisas embrujadas del personal de las gasolineras; en my sueño de Margaret Thatcher acariciada por aquel joven soldado argentino en un motel olvidado vigilado por un tuberculoso dependiente de gasolinera.
Creo en la belleza de todas las mujeres, en la perfidia de sus imaginaciones, tan cercanas a mi corazón; en la unión de sus cuerpos desencantados con los encantados rieles cromados de los mostradores del supermercado; en su afectuosa tolerancia de mis perversiones.
Creo en la muerte del mañana, en la extenuación del tiempo, en nuestra búsqueda de un nuevo tiempo dentro de las sonrisas de las meseras de auto-ruta y los cansados ojos de los controladores de tráfico aéreo en los aeropuertos fuera de temporada.
Creo en los órganos genitales de grandes hombres y mujeres, en la postura corporal de Ronald Reagan, Margaret Thatcher y la Princesa Di, en los dulces aromas que emanan de sus labios mientras contemplan las cámaras del mundo entero.
Creo en la locura, en la verdad de lo inexplicable, en el sentido común de las piedras, en la locura de las flores y en la enfermedad guardada para la raza humana por los astronautas Apolo.
Creo en nada.
Creo en Max Ernst, Delvaux, Dali, Titian, Goya, Leonardo, Vermeer, Chirico, Magritte, Redon, Duerer, Tanguy, el Facteur Cheval, las Watts Towers, Boecklin, Francis Bacon y en todos los artistas invisibles dentro de las instituciones psiquiátricas del planeta.
Creo en la imposibilidad de la existencia, en el humor de las montañas, en el absurdo del electromagnetismo, en la farsa de la geometría, en la crueldad de la aritmética y en la intención asesina de la lógica.
Creo en las mujeres adolescentes, en su corrupción por la postura de sus piernas, en la pureza de sus desaliñados cuerpos y en las huellas de sus partes pudendas abandonadas en los baños de andrajosos moteles.
Creo en el vuelo, en la belleza de las alas y en la belleza de todo lo que alguna vez ha volado, en la roca arrojada por un pequeño niño que lleva con ella la sabiduría de estadistas y parteras.
Creo en la gentileza del bisturí del cirujano, en la geometría ilimitada de la pantalla de cine, en el universo escondido dentro de los supermercados, en la soledad del sol, en la locuacidad de los planetas, en nuestra propia repititividad, en la inexistencia del universo y el aburrimiento del átomo.
Creo en la luz emitida por las videocámaras de los aparadores, en las mesiánicas revelaciones de las parrillas del radiador de los autos de exhibición, en la elegancia de las manchas de aceite en las góndolas de los motores de los 747s estacionados en las pistas de los aeropuertos.
Creo en la no existencia del pasado, en la muerte del futuro y en infinitas posibilidades del presente.
Creo en el trastorno de los sentidos: en Rimbaud, William Burroughs, Huysmans, Genet, Celine, Swift, Defoe, Carroll, Coleridge, Kafka.
Creo en los diseñadores de las Pirámides, del edificio Empire State, del Berlin Fuehrerbunker, y de las pistas de Wake Island.
Creo en los humores corporales de la Princesa Di.
Creo en los próximos cinco minutos.
Creo en la historia de mis pies.
Creo en las migrañas, en el aburrimiento de las tardes, el miedo de los calendarios, y la falsedad de los relojes.
Creo en la ansiedad, psicosis y desesperación.
Creo en las perversiones, en los enamoramientos con árboles, princesas, primeros ministros, gasolineras abandonadas (más hermosas que el Taj Mahal), nubes y pájaros.
Creo en la muerte de las emociones y en el triunfo de la imaginación.
Creo en Tokio, Benidorm, La Grande Motte, Wake Island, Eniwetok, Dealey Plaza.
Creo en el alcoholismo, enfermedades venéreas, fiebre y cansancio. Creo en el dolor. Creo en la desesperanza. Creo en todos los niños.
Creo en los mapas, diagramas, códigos, juegos de ajedrez, rompecabezas, horarios aeroportuarios y señalamientos de aeropuerto. Creo en todas las excusas.
Creo en todas las razones.
Creo en todas las alucinaciones.
Creo en toda la ira.
Creo en todas las mitologías, memorias, mentiras, fantasías y evasiones.
Creo en el misterio y melancolía de una mano, en la amabilidad de los árboles y en la sabiduría de la luz.
Y ustedes, ¿en qué creen?

Pueden leer el original en inglés en este blog.

marzo 09, 2011

Cascade Point

Timothy Zahn se convirtió en poco tiempo en uno de mis escritores favoritos de ciencia ficción y ya en su momento le dediqué un texto a hablar de su carrera y como fue que me encontré con su obra. También hace ya varios meses escribí mis impresiones sobre Time Bomb and Zahndry Others, una colección de cuentos que conseguí junto con la que comentaré en esta ocasión, Cascade Point.

La verdad no recuerdo como fue que decidí leer primero Time Bomb..., pues no solo se trata de una colección publicada después de Cascade Point, si no que también se compone de historias publicadas, en su mayoría, antes que las que aparecen en este volumen. Me imagino que dada la reputación de la novela corta que da título a esta compilación -y a las altas expectativas que me había hecho antes de leerla, pues con tanto tiempo búscándola infructuosamente se me empezaba a convertir en una obsesión-, opté por empezar con otras historias antes de llegar a ella.

No sé si hice bien o no, pero habiendo leído ya esta otra colección supongo que no tiene importancia. El contenido de esta colección es el siguiente:

  • The Giftie Gie Us. El título es un poco complicado pues hace referencia a un poema. En un futuro post-apocalíptico, un veterano de la Tercera Guerra Mundial conoce a una mujer ciega y se enamora de ella, solo para descubrir que hay mucho que desconocía de ella.
  • The Dreamsender. ¿Qué nuevas profesiones se crearían de confirmarse la existencia de humanos con habilidades psíquicas?
  • The Energy Crisis of 2215. ¿Sería posible controlar un agujero negro para utilizarlo como fuente de energía?
  • Return to the Fold. Modificaciones genéticas. ¿Sería ético modificar los patrones de comportamiento de gente preseleccionada para realizar una actividad?
  • The Shadows of Evening. Una colonia en un lejano planeta enfrenta un problema: toda construcción tecnológica atrae a unos peligrosos entes.
  • Not Always to the Strong. Secuela directa de la historia anterior, en la cual se enfrentan las dos escuelas de exterminadores de sombras.
  • The Challenge. Cuando eres el mejor en lo que haces siempre hacen falta nuevos retos, y el mejor videojugador del mundo no es una excepción.
  • The Cassandra. La capacidad de vislumbrar el futuro se convierte en una maldición cuando solo permite ver catástrofes.
  • Dragon Pax. ¿Pueden los dragones tener cabida en una historia de ciencia ficción? Si, y aquí hay un gran ejemplo.
  • Job Inaction. Un programador se queda desempleado por un error en el sistema. ¿Podrá recuperarlo pese a la burocracia automatizada?
  • Teamwork. Una misión para prevenir una posible invasión alienígena requiere a un grupo especial de operativos, por lo que Charles Bissey es perfecto para el trabajo.
  • The Final Report on the Lifeline Experiment. Un telépata intenta determinar el momento exacto en que empieza una vida humana para acabar con los debates acerca del aborto, pero su tarea no será nada sencilla.
  • Cascade Point. El viaje interestelar es posible utilizando equipo que permite a una nave salir por unos momentos de nuestro plano de realidad. El efecto secundario para los pasajeros es la visualización de imágenes fantasma proyectadas en cascada de si mismos como serían en realidades paralelas. ¿Puede una nave hallar el camino de regreso tras perderse en un punto de cascada?
Como ya es costumbre, las historias de Zahn están llenas de ideas que parten de un concepto científico, el cual no siempre es completamente nuevo, pero lo que lo separa de la mayoría de escritores del género es su capacidad para explorar cada idea desde un ángulo poco esperado, y más aún, evitando toda clase de lugares comunes en su desarrollo y desenlace.

Su estilo narrativo es a la vez accesible y detallado, ocupando siempre la primera parte de cada historia para construir sus personajes a fin de que el lector se identifique con alguno de ellos. Sus descripciones suelen ser detalladas sin llegar jamás a convertirse en un lastre para la historia, y a pesar de que las bases de su trabajo suelen ser sólidamente fundamentadas en su preparación académica y científica, nunca utiliza un lenguaje demasiado elaborado o rebuscado.

No necesitaba ningún pretexto para ello, pero ahora, además de comenzar a leer las sagas que ya tengo, me siento con más deseos de conseguir las que me faltan y las otras colecciones de cuentos que tiene publicadas. Colección altamente recomendada.

marzo 04, 2011

Reseña: 127 Hours

 Danny Boyle es un director bastante inusual para los estándares de Hollywood. Luego de un inicio irregular en su relación con los estudios norteamericanos que resultó en The Beach (La Playa) y A Life Less Ordinary (Vida sin Reglas), sus dos películas más flojas a la fecha, el realizador británico decidió dar un paso atrás y regresar a las bases que tan bien le funcionaron en sus primeras dos películas, Shallow Grave (Tumba al Ras de la Tierra) y Trainspotting (La Vida en el Abismo): historias que le atraen personalmente y en las que los personajes son lo más importante.

Así fue como dirigió cintas como Millions (Millones), 28 Days Later (Exterminio), Sunshine (Alerta Solar) o Slumdog Millionaire (¿Quién Quiere Ser Millonario?), esta última la que terminó de ubicarlo en el mapa luego de que se convirtiera en la gran ganadora de los Premios de la Academia hace un par de años, llevándose, entre otras, las estatuillas a Mejor Director y Mejor Película.

Su más reciente trabajo es 127 Hours (127 Horas), basada en el libro autobiográfico de Aron Ralston Between a Rock and a Hard Place. Ralston (James Franco) es un aficionado al montañismo y a la exploración de cañones, quien gustaba de pasar sus fines de semana explorando de manera solitaria algún cañón o formación rocosa. En abril de 2003 Ralston se internó solo en el Parque Nacional Canyonlands, en el estado de Utah, con la intención de explorar el Cañón Blue John.

En el camino conoce a dos excursionistas (Kate Mara y Amber Tamblyn), aparentemente perdidas, a quienes ayuda a encontrar el sendero que buscaban. Al momento de separarse las dos chicas lo invitan a una fiesta, aunque ninguna de ellas parece convencida de que Aron asista. Tras separarse de ellas Aron busca un camino para acceder al cañón que pretende alcanzar, que sea rápido y que a la vez esté alejado de las rutas más usuales para los visitantes de la zona.

Mientras descendía hacia una hendidura que le permitiría alcanzar su objetivo por una ruta alternativa, Aron perdió el equilibrio al apoyarse en una piedra suelta, provocando un pequeño derrumbe. Al caer, una de las rocas más grandes dejó su brazo aprisionado contra una de las paredes de la estrecha hondonada en que cayó. El resto de la película narra la odisea de cinco días que Ralston vivió atrapado en una estrecha grieta alejada de la civilización. La mayor parte de la película tiene lugar en el punto donde Aron queda atrapado, lo que seguramente representó todo un reto narrativo.

Danny Boyle y su colaborador y co-guionista Simon Beaufoy, tuvieron que hallar el modo de mantener la historia fluyendo a pesar de las limitaciones que la situación les imponía. En alguna entrevista Danny Boyle comentó que tenía años queriendo llevar al cine la historia de Ralston, y que además la veía como su versión de hacer una película similar a The Wrestler, donde la cámara sigue permanente a un solo personaje, lo que además contrastaba con lo que hizo en Slumdog Millionaire.

Fiel a su costumbre, Boyle decide concentrarse en explorar la mente de su protagonista y dejar que sea el personaje quien dicte el ritmo narrativo de la historia. El hecho de que consiguiera hacerlo y en el proceso hiciera además una película bastante entretenida es testimonio de su habilidad, técnica y talento para contar historias, pues la película, a pesar de su tono dramático, nunca decae en ritmo o emoción. Como el mismo Boyle lo dijo, "es una película de acción cuyo protagonista está inmovilizado". A destacar, además del trabajo de Boyle y de sus cinematógrafos, Anthony Dod Mantle y Enrique Chediak, la gran actuación de James Franco, misma que le valió su primera nominación al Oscar.

127 Hours es una entretenida película que gracias al talento de los involucrados trasciende lo que bien pudo haber sido un insípido docudrama televisivo. Muy recomendada.

marzo 03, 2011

Reseña: On Stranger Tides - Tim Powers

A Tim Powers lo descubrí durante mi adolescencia, cuando leí Dinner at Deviant's Palace (Cena en el Palacio de la Discordia), aparecida en español bajo la Colección Super Ficción de Editorial Martínez-Roca. La verdad no recuerdo muy bien la trama, aunque algo tenía que ver con un vampiro psíquico en un mundo futuro. Lo que si recuerdo es que la traducción castellana era bastante pesadita en modismos y tal vez haya contribuido a que el libro no me dejase precisamente un buen recuerdo, pues dudo que sea malo si ganó un Philip K. Dick y estuvo nominado al Nebula.

Hace varios años que tenía ganas de leer un par de novelas de Powers, The Anubis Gates y On Stranger Tides, aunque mi cada vez mayor desconfianza hacia las traducciones españolas me hizo omitir la compra de la primera la única vez que me la he encontrado en alguna librería. Finalmente hace poco me pude hacer con las dos en inglés y decidí leer primero On Stranger Tides a fin de evitar que cualquier elemento de la novela que pudiese aparecer en la próxima película de la serie Pirates of the Caribbean se pudiese convertir en un spoiler más adelante.

On Stranger Tides cuenta las aventuras de John Chandagnac, un titiritero europeo que viaja al Nuevo Mundo en busca de su tío, quien aparentemente se apropió ilegalmente de una herencia perteneciente por derecho a su padre, recientemente fallecido. El barco en que viaja es interceptado por piratas, y con la colaboración de algunos pasajeros es tomado prisionero. Muerto el capitán y liberados los sobrevivientes, John es forzado a unirse a los piratas y viajar con ellos rumbo a una isla caribeña.

Rebautizado por los piratas como Jack Shandy, John aprende rápidamente mucho sobre navegación marítima, esgrima, y las actividades propias de alguien que pasa la mayor parte del tiempo en el mar. Preocupado por la situación de la joven Beth Hurwood, a quien conoció en el viaje a América y quien parece ser parte central de un descabellado plan de su padre, Benjamin Hurwood, un ex-profesor de Oxford quien parece haber perdido la cabeza y quien está decidido a utilizar cualquier medio posible para recuperar a su esposa muerta.

Hurwood se alía con un joven hechicero europeo y con el legendario pirata Barbanegra, quien accede a ayudarlo en parte de su descabellado plan a cambio de que lo ayuden a llegar hasta la mítica Fuente de la Juventud. Superado su recelo y escepticismo respecto a la magia y eventos sobrenaturales que parecen formar parte de la vida cotidiana de los piratas, Jack reconoce el peligro en que se encuentra Beth e intentará hacer todo lo posible por salvarla.

El estilo narrativo de Powers es increíblemente ágil y ameno, y mezcla con gran facilidad elementos históricos con fantasía, creando un vívido retrato de la vida de los forajidos en el Caribe colonial a la vez que teje una entretenida historia de fantasía y aventuras con uno que otro toque de ciencia ficción. Sobra decir que además de sentirme profundamente sorprendido e impresionado, puedo declararme fan de esta novela, además de encontrarme ansioso por leer algo más del autor.

Piratas, batallas navales, esgrima, intriga, misterio, magia, traiciones, zombies y vudú son solo algunos de los elementos utilizados por Powers para construir el fascinante mundo en que Jack Shandy encuentra su destino y vive las aventuras más increíbles que pudo haber soñado jamás. No es una sorpresa que alguien en Hollywood le haya echado ojo a este libro, aunque debo confesar que encuentro un tanto decepcionante que no haya sido para realizar una adaptación de la novela propiamente dicha.

Disney compró los derechos, pero lo hizo con la finalidad de utilizar el título y algunos elementos de la historia en la próxima entrega de su exitosa aunque alicaída serie Pirates of the Caribbean. Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides será la cuarta película en la serie y será estrenada este verano. Obviamente no podemos esperar una simple sustitución de personajes, pues las similitudes entre Jack Shandy y Jack Sparrow comienzan y terminan con el nombre, pero los anuncios de que aparecerán en la película Barbanegra y su hija, y que la trama incluye la búsqueda de La Fuente, me llevan a pensar que si pudieran utilizarse algunas partes de la novela.

Sea como sea, On Stranger Tides es una muy recomendable novela de aventuras que sin duda será del agrado de quienquiera que guste de leer como una forma de diversión, además de resultar una adecuada recomendación para los fans de piratas, o del género de fantasía. Altamente recomendada.

marzo 02, 2011

Breves impresiones de los Oscar 2011

El pasado domingo se celebró la 83a entrega de los Premios de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas y, como de costumbre, fue un fastuoso y glamoroso espectáculo, aunque creo que adoleció de una severa falta de ritmo y coherencia durante toda la ceremonia. Cada vez resulta más obvio que el espectáculo necesita ofrecer algo diferente, porque pareciera que cada año cambian los protagonistas y presentadores, pero cada entrega termina por ser muy similar a las anteriores, con el problema adicional de que los intentos por mantener una exagerada corrección política terminan por matar todos los intentos de humor de anfitriones y presentadores.

Mucho se especuló en los últimos días sobre la posibilidad de que Banksy hiciese acto de presencia aún a pesar de que la Academia y los responsables de la organización y logística de la ceremonia hicieron todo lo posible por asegurarse de que no lo hiciera. No he visto el documental que ganó el premio, aunque se que trata sobre los crímenes económicos en Wall Street que llevaron a la dura recesión económica que afectó a todo el mundo hace un par de años. Supongo que en el fondo muchos nos quedaremos con la duda de que hubiese hecho Banksy en caso de que su Exit Through the Gift Shop hubiese ganado, y apuesto a que incluso habrán quienes consideren que la Academia dio línea para evitar cualquier posibilidad de participación en la ceremonia por el amo de las intervenciones.

Parece ser que este año se dio una tendencia a repartir los premios de una manera más o menos equitativa entre las principales nominadas, lo que sin duda fue la mayor causa de descontento entre algunos sectores de la audiencia. Aún no veo The King's Speech así que no estoy preparado para opinar sobre sus méritos para ser considerada como la Mejor Película.

Honestamente pensé que sería finalmente el año de David Fincher, pues además considero que The Social Network es mucho más que una película acerca del origen de Facebook. Pocas películas han realizado un retrato tan claro de la sociedad actual como esta película, y desde el extraordinario guión de Aaron Sorkin hasta el atmosférico y eficiente soundtrack de Reznor y Ross merecían un reconocimiento.

Inception se llevó a casa cuatro premios, todos ellos por aspectos técnicos (efectos visuales, mezcla y edición de audio, cinematografía), lo que me parece justo pues es lo único bien hecho en la película, mismo caso de Alice in Wonderland, que  se llevó los premios por Diseño de Producción y Diseño de Vestuario. Toy Story 3 se llevó la estatuilla como Mejor Largometraje Animado además del de Mejor Canción Original para Randy Newman por We Belong Together, mismo que me alegra pero he de mencionar que me pareció el grupo más flojo de canciones originales en mucho tiempo.


The Wolfman resultó una sorpresa para muchos al llevarse el Oscar por Maquillaje, pero me parece que este suele ser un problema -compartido muchas veces por Efectos Visuales- de la categoría: es más fácil premiar a quien logra que algo fantástico se vea real, que a quien consigue que algo real se vea fantásticamente bien. De todos modos, es difícil molestarse porque Rick Baker reciba premios por su trabajo.

Black Swan solo consiguió un premio, merecidísimo reconocimiento a la extraordinaria interpretación de Natalie Portman. Finalmente, The Fighter consiguió dos premios para sus actores de soporte, Melissa Leo y Christian Bale. Tampoco he visto todavía esa película, así como tampoco Winter's Bone, que se fue con las manos vacias, justo como True Grit, lo que me sorprendió un poco considerando lo mucho que los Coen suelen ser apreciados por la Academia, pero hay que reconocer que tenía competencia más que digna en todas las categorías en que fue nominada.

Creo que con los anfitriones hubo un problema de química. Ambos estaban en tonos completamente diferentes, además de que a James Franco se le veía un tanto tenso y quizás incluso nervioso. Anne Hathaway trató de sacarle el máximo posible a su belleza y carisma, pero también se quedó corta. Tal vez con un compañero diferente que le hubiese seguido el juego en algunos momentos los resultados hubiesen sido mejores, pero no estoy tan seguro. Sin duda algo habrá de cambiar para el próximo año, pues los ratings de la ceremonia siguen cayendo año tras año. En fin, habrá que esperar a ver que películas aparecen este año para pensar en quienes podrían ser las protagonistas en la entrega número 84 de estos premios. Para concluir, algunas menciones de lo que me pareció lo mejor de la noche.
  • Mejores discursos de aceptación de la noche: Aaron Sorkin y David Siedler. Tenían que ser escritores. Aplauso adicional para Sorkin por mencionar a Paddy Chayefsky, y una mención especial para Natalie Portman por agradecer a Luc Besson por darle su primer papel. 
  • Mejores presentadores: Kirk Douglas, Robert Downey Jr y Jude Law, Kevin Spacey, y Billy Crystal
  • Mejor frase: "Si encuentras algo que te guste hacer y te dedicas a ello, cosas buenas suceden. Lo difícil es conocer a alguien como Fincher". Kirk Baxter, uno de los editores de The Social Network.