mayo 27, 2011

Reseña: Priest

Una película estrenada el año pasado que terminé por no ver, aún a pesar de que generaba bastante curiosidad fue Legion (Legión de Ángeles). Mayormente mi interés era por el aspecto visual, pues los temas que presentaban en la sinopsis y en los distintos trailers y clips promocionales sonaban demasiado similares a los ya explorados de gran manera en The Prophecy/Army of God (La Armada de Dios), de Gregory Widen, hace varios años.

Tan solo unos meses más tarde, se empezó a promocionar la nueva película del director de Legion, Scott Stewart, tratándose en esta ocasión de una película inspirada en el manhwa (comic coreano) del mismo título: Priest. El protagonista es, al igual que en Legion, Paul Bettany, quien interpreta al Priest (sacerdote) sin nombre en torno a quien gira la historia.

Los vampiros y la humanidad han estado en guerra durante siglos, y cuando parecía que la humanidad estaba condenada a la extinción, apareció un grupo de guerreros con habilidades superhumanas que inviertió la balanza: los priests. En unos cuantos años consiguieron dominar a los vampiros y obligarlos a rendirse, permitiendo que se les recluyese en reservaciones especialmente acondicionadas para contenerlos. Una vez que ya no hubo necesidad de guardianes, la Iglesia desbandó a los priests, ordenándoles que se se reintegrasen a una sociedad a la que ya no pertenecían.

Años después del fin de la guerra, se registra un vicioso ataque en un asentamiento humano en medio del desierto. Las víctimas son la poca familia que le queda a Priest (Bettany), falleciendo su cuñada, quedando malherido su hermano (Stephen Moyer), y desaparecida su sobrina, Lucy (Lilly Collins). Priest solicita a la Iglesia que se reinstale su condición de guardián para salir en busca de su sobrina, pero no solo le es rehusado, si no que se ordena no abandonar la ciudad.

Desobediendo esas instrucciones abandona la ciudad y va en busca de pistas al lugar del ataque. Ahí encuentra a su hermano agonizando y tras enterrarlo habla con el sheriff del asentamiento (Cam Gigandet), quien insiste en acompañarlo. Mientras tanto, la Iglesia envía a otro grupo de priests con intenciones precisas de llevar de vuelta al renegado. Estos se separan, y mientras la mujer del grupo (Maggie Q) lo encuentra y le explica su situación, los otros tres priests enfrentan al responsable del secuestro de Lucy, el misterioso Black Hat (Karl Urban).

La película tiene toda clase de problemas desde su concepción. A pesar de tratarse de una adaptación, Stewart y su guionista deciden tomar algunos elementos de la historia original y acomodarlos de una manera diferente. Tan diferente, que la película termina siendo una especie de remake/homenaje de The Searchers (Más Corazón que Odio), un clásico western de John Ford protagonizado por John Wayne, en donde colocan al Priest de Bettany en el papel de Wayne y a los vampiros en el de los comanches.

Esto sirve solo para enriquecer la atmósfera visual de la película, que termina mezclando elementos de western con cyberpunk y goth de una manera bastante peculiar. Lamentablemente la parte narrativa no está a la altura, pues el guión es plano y soso, carece por completo de cualquier intento de desarrollar a los personajes, y cada vez que hay algún diálogo con pretensiones de sonar inteligente o astuto, el resultado es más bien ridículo. La película no es propiamente mala, pero en el mejor de los casos lo deja a uno con la impresión de que un poco de trabajo sobre el guión y en el cuarto de edición pudo haber hecho que fuese mucho mejor.

Tiene algunas secuencias interesantes, las escenas de acción resultan medianamente entretenidas y los visuales en general tienen cierto encanto, pero es imposible evadir esa sensación de que algo le falta. Tomando en cuenta la gran cantidad de veces que se movió la fecha de su estreno, y la insistencia del estudio para convertirla a formato 3D debieran haber sido indicativos de que algo andaba mal con esta película que, por cierto, en México se estrenó única y exclusivamente en 3D.

La mejor parte de la película es la secuencia inicial, que es una animación que resume la guerra contra los vampiros, la aparición y el ocaso de los priests.


Lo que hace tan atractiva esta secuencia es que se trata del primer trabajo realizado por el extraordinario director de animación Genndy Tartakovsky para Sony Pictures, estudio con el que firmase un atractivo contrato hace algunos meses luego de que Warner/Cartoon Network decidiera prescindir de sus servicios. Casi me atrevería a decir que vale el boleto, pero tampoco es para tanto, sobre todo tomando en cuenta que es posible ver la secuencia completa (en 2D, claro) en Youtube.

Resumiendo, Priest es una película que resultará decepcionante para la mayoría de los espectadores. No tiene la suficiente acción como para poder excusarse como entretenimiento genérico veraniego sin muchas pretensiones, y los problemas con el guión no le permiten ser considerada como cualquier otra cosa. Recomendada solo si no hay nada más en exhibición y están dispuestos a desembolsar el costo de los boletos 3D por una película que ni siquiera fue concebida para exhibirse en ese formato.

mayo 26, 2011

Reseña - Walking on Glass, Iain Banks

Hace un par de meses comenté aquí el primer libro de Iain Banks, The Wasp Factory, y ahí mismo expliqué como fue que supe de la obra de este autor. Walking on Glass es su segunda novela, y debo decir que después de leerla ya no tengo tan claro cuales son los criterios empleados por sus editores para marcar la separación entre sus obras de ciencia ficción y las de literatura "seria".

Walking on Glass está dividido en tres secciones, cada una de las cuales sigue una narrativa diferente y, aparentemente, independiente de las otras dos. La primera de ellas sigue a Graham Park, un joven estudiante de arte quien está enamorado de Sarah ffitch, una chica que conoció en una fiesta gracias a su amigo homosexual Richard Slater. Sarah está en una relación con Bob Stock, un hombre a quien Graham nunca ha podido ver apropiadamente pero a quien describe como un hombre grande eternamente vestido en cuero negro, y con quien aparentemente Sarah desea terminar.

La segunda sección nos lleva de la mano de Steven Grout, un obrero de una cuadrilla de mantenimiento de carreteras que sufre de paranoia esquizofrénica. Grout está convencido de que en realidad es un almirante en una armada enfrascada en una guerra intergaláctica y que fue castigado a ocupar el cuerpo de un hombre en la Tierra por una falta cometida en servicio. Grout lee mucha ciencia-ficción, pues está convencido de que en ella se encuentran cifradas las claves que le permitirán escapar de su cautiverio y reincorporarse a la guerra.

Finalmente, Quiss y Ajayi son dos criminales de guerra, pertenecientes a bandos opuestos en una guerra intergaláctica. Condenados a permanecer en un castillo montañoso rodeado por una planicie congelada, pasan sus días jugando juegos imposibles para ganar la oportunidad de intentar resolver el acertijo que les permitirá abandonar su prisión: ¿Qué pasa cuando una fuerza irresistible se encuentra con un objeto inamovible? Hacia el final de la historia se van haciendo aparentes los lazos existentes entre las tres historias, llevando hasta una complicada resolución que no resulta del todo inesperada. Debo decir que me decepcionó un poco este libro, pues sin duda es el más flojo de los cuatro que he leído de este autor, y no porque esté mal escrito, pues ese no es el caso, si no porque me deja la impresión de que fue publicado antes de estar listo, sobre todo en el último tercio del libro.

El elaborado desarrollo de una sociedad utópica conocida como La Cultura, y las intricadas relaciones entre las diversas especies que entran en contacto con ella representa uno de los más grandes logros que he leído en la ciencia ficción, en tanto que el sutil horror que impregna las páginas de The Wasp Factory deben haberme llevado a crearme unas expectativas sumamente altas y difíciles de cumplir, así que es muy probable que mi juicio resulte más severo de lo que sería en caso de no haber leído previamente nada del autor.

Sin embargo, mis quejas más fuertes son completamente objetivas. Creo que en caso de que hubiese un mayor desarrollo de los personajes, muchos de los problemas de la historia serían menores. Por otro lado, creo que en algún momento Banks perdió la perspectiva de lo que estaba haciendo y se obsesionó con la astuta estructura en la que estaba trabajando. El problema es que la novela termina por tener más forma que fondo, por parecer un simple pretexto para jugar con una peculiar estructura de ficción que raya en lo meta pero sin dar ese último paso para conseguirlo.

Si nunca han leído a Banks puede ser que encuentren la lectura de Walking on Glass mucho más entretenida e interesante que si conocen algo más de su trabajo. Como mencioné antes, el libro no es malo, pero lamentablemente deja mucho que desear cuando se le puede comparar con otras obras del autor.

Recomendado, pero con reservas.

mayo 24, 2011

Reseña: Pirates of the Caribbean, On Stranger Tides

La franquicia de Pirates of the Caribbean tomó a todo mundo por sorpresa en 2003, cuando descubrimos que se podía crear una historia inteligente y entretenida a partir del concepto de una atracción de parque de diversiones. Sorpresa también descubrir que Johnny Depp no había perdido su capacidad para construir personajes únicos, y que Gore Verbinsky era un director más versátil de lo que creíamos.

Lamentablemente Disney echó por tierra tanto trabajo y destruyó la reputación de la serie al centrar la atención en las estrellas equivocadas. Las secuelas aparecidas en 2006 y 2007 no fueron más que una pálida sombra de la original y muchos dábamos por hecho que ahí terminaría la saga. Demasiado de algo que nos gusta puede llegar a convertirse en algo, si no desagradable, al menos monótono, por lo que sorprende que Disney y Jerry Bruckheimer no decidieran parar ahí y tomarse un respiro.

Apenas dos años después de la tercera entrega se anunció que la serie continuaría y que aún cuando Orlando Bloom y Keira Knightley ya no formarían parte del elenco, Johnny Depp seguiría interpretando al Capitán Jack Sparrow y que Ted Elliot y Terry Rossio, los guionistas de la trilogía original, regresarían para tratar de revitalizar la serie que ayudaron a lanzar.

La gran sorpresa fue el anuncio del director, pues Rob Marshall no es precisamente la clase de director en quien uno piensa cuando se habla de acción y aventuras, ya que películas como Chicago, Memoirs of a Geisha (Memorias de una Geisha)o Nine (Nueve), que son la parte más conocida de su filmografía, tienen poco en común con el entretenimiento veraniego al que pertenece la serie de Pirates of the Caribbean.

Aún así, me sentía inclinado a otorgar a esta cuarta entrega, subtitulada On Stranger Tides (Navegando Aguas Misteriosas) el beneficio de la duda. Si Verbinsky demostró que podía hacer bien más de un género, ¿quién era yo para asegurar que Marshall no podría hacer lo mismo? Lamentablemente, todo mi recelo estaba justificado.

Tras una medianamente divertida secuencia inicial en que el Capitán Sparrow suplanta a un juez y después se evade de la justicia en una entretenida persecusión, había razones para sentirse optimista respecto a la película, el ritmo se torna disparejo y nos deja en claro que si algo hizo falta para que esta aventura zarpase exitosamente rumbo a su destino, era un navegante capaz de hallar el camino, porque definitivamente Marshall no era el indicado para este proyecto.

Jack Sparrow se reencuentra con Angélica (Penelope Cruz), una antigua conquista con quien, como es habitual, las cosas no acabaron bien y quien está trabajando al lado del legendario pirata Barbanegra (Ian McShane) con las intención de partir en busca de la Fuente de la Juventud.

Angélica está buscando una tripulación y con engaños logra llevar a Jack a bordo del Queen Anne's Revenge, el barco de Barbanegra, sabiendo que Jack posee información sobre la ubicación del mítico lugar. Sin embargo, la búsqueda se convierte en una carrera hacia lo desconocido cuando una pequeña flota española y un buque inglés se lanzan en la misma dirección, todos con la idea de encontrar la fuente antes que los demás.

Los ingleses son comandados por el Capitán Barbossa (Geoffrey Rush), quien se ha convertido en un corsario al servicio de la corona británica. Aparentemente Barbossa tiene razones personales para buscar detener a Barbanegra antes de éste pueda llegar hasta la fuente, y para encontrarla utiliza los servicios del Sr. Gibbs (Kevin McNally), el viejo contramaestre del Perla Negra.

La película tiene sus momentos, pero éstos no son los suficientes ni tampoco son tan memorables como para salvar la nave. El desgaste de la franquicia que era evidente desde la entrega anterior sigue ahí, y ahora hay que sumarle el evidente desencanto de Depp con la saga y/o con su personaje. Y no hay como culparlo. Casi diez horas en pantalla dando vida a un personaje cuando ni los guionistas ni el director parecen tener una idea clara de lo que están haciendo debe dejar de ser divertido bastante pronto.

Y sin embargo, es precisamente la actuación de Depp, además de la inyección de vitalidad que representó la inclusión de Cruz en el reparto, lo que impide que Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides, sea una película tan aburrida e insufrible como su predecesora.

Ian McShane y Geoffrey Rush no recibieron mucho material con el cual trabajar, pues son usados simplemente como contrapunto para las excentricidades de Jack, y se limitan a desplegar su presencia escénica, recitar sus líneas sin mucho convencimiento pero con suficiente profesionalismo, y a dejar que la historia fluya a su alrededor El resto de los personajes de reparto no recibe el más mínimo desarrollo, lo cual para estas alturas ya no debiera sorprender a nadie.

Resumiendo, aún a pesar de que Pirates of the Caribbean: On Stranger Tides consigue evitar muchos de los problemas que plagaron a la película anterior, no logra resolverlos todos. Por fortuna tiene un ritmo más o menos constante, así que termina por ser complacientemente entretenida para casi todo público. Si esperaban ver esta serie retomar el nivel de calidad y entretenimiento de la primera película, olvídenlo. Lo más que van a obtener será un poco de entretenimiento escapista medianamente logrado y perfectamente olvidable.

Recomendada con muchas reservas, y solo si van a verla con bajas expectativas.

mayo 17, 2011

Reseña: Fast Five

Fast and Furious es un claro ejemplo de lo que suele ser una franquicia hollywoodense: películas de considerable éxito económico pero dudosa calidad narrativa. Tras una primera entrega con una historia más que decente y que sirvió para afianzar las carreras de Vin Diesel y Paul Walker, la serie se había convertido en un simple pretexto para filmar carreras clandestinas con secuencias medianamente espectaculares y poner algunas chicas guapas en el fondo. Para la cuarta entrega se trajo de vuelta a las estrellas de la primera cinta, pero el resultado, a pesar del éxito obtenido en taquillas, dista mucho de poder considerarse una buena película. El director, Justin Lin, recibió un voto de confianza de parte del estudio y para esta nueva entrega, titulada Fast Five (Rápidos y Furiosos Sin Control) no solo recurrió nuevamente a las estrellas originales de la serie, si no que decidió incluir a personajes de las otras entregas para crear un superequipo de ladrones motorizados.

Tras evadir a Dominic Toretto (Diesel) cuando es trasladado hacia la penitenciaria, O'Conner (Walker) y Mia (Jordana Brewster) deciden refugiarse en Sudamérica y se van abriendo camino hasta Rio de Janeiro, donde se encuentran con Vince (Matt Schulze), quien los invita a participar en el robo de un par de autos deportivos en lo que se supone es un trabajo fácil y sin riesgos. Los autos viajan a bordo de un tren y cuando están a punto de sustraerlos aparece el resto del equipo que participará en la operación, incluyendo a Dom.

Las cosas no salen de acuerdo al plan y el trió de fugitivos se encuentra no solo escapando del capo brasileño con quien se acaban de enemistar, si no también de la agencia federal estadunidense que era responsable del transporte de los vehículos, quienes están responsabilizando a O'Conner y los Toretto de la muerte de los agentes que viajaban en el tren.

Demasiada presión, que sumada a otro asunto de índole familiar los lleva a una única conclusión. Es hora de retirarse y desaparecer del mapa. Obviamente hacer algo así requiere fondos, por lo cual el trío decide hacer algunas llamadas y reunir a viejos asociados para dar el golpe de sus vidas, el que les permita a todos empezar una nueva vida.

De ese modo, Tyrese Gibson, Chris "Ludacris" Bridges, Sun Kang, Gal Gadot, Tego Calderón y Don Omar retoman sus partes de entregas anteriores para unirse a O'Conner y los Toretto en la planeación de un robo que les permitirá a todos retirarse con toda comodidad, al tiempo que les quitará de las espaldas a Hernan Reyes (Joaquim de Almeida), la cabeza del bajo mundo brasileño. Ahora, si tan solo fuese tan fácil deshacerse del agente Hobbs (Dwayne "The Rock" Johnson) y su equipo, todo sería miel sobre hojuelas.

Creo que lo que sorprende un poco de esta entrega es el hecho de que las carreras de autos pasen declaradamente a segundo plano. Para fines prácticos Fast Five es una Heist Movie, con un grupo de delincuentes planeando un atrevido robo de acuerdo a lo que sus peculiares habilidades les permite intentar. Lin parece poco a poco ir ganando confianza en sus habilidades como director y ahora se concentra en sus puntos fuertes: acción y comedia, y minimizando lo más posible los momentos de drama o suspenso, con los que no trabaja tan bien.

Como es de esperarse, las leyes de la física son frecuentemente ignoradas o en el mejor de los casos tomadas únicamente como sugerencias, los diálogos son solo una excusa para que los protagonistas derrochen testosterona y actitud y las actuaciones están justo a la altura de las circunstancias.

Y sin embargo, contra todo pronóstico, la película funciona.

Tal vez era simplemente una cuestión de hallar su identidad, de dejar de pretender ser algo que esta franquicia nunca podía ser o no sabía como llegar a ser. Tenía que asumir su papel de entretenimiento escapista veraniego, de asumir que su única obligación era proporcionar a la audiencia dos horas de entretenimiento con algunas emociones y risas. Y eso es precisamente lo que consigue Fast Five. No es una película que pretenda dejar una enseñanza moral o cambiarle la vida a nadie, pero son dos horas de entretenimiento garantizado.

Recomendada para todo aquel que quiera ver una película sin mayores pretensiones que pasar un rato de esparcimiento en el cine.

mayo 10, 2011

Reseña: Limitless

Neil Burger es un director a quien no encuentro forma alguna de describir que no termine resumiéndose como "gris". La primera vez que vi una película suya fue hace cinco años, cuando se estrenó The Illusionist (El Ilusionista) drama romántico de época estelarizado por Edward Norton, Jessica Biel, Paul Giamatti y Rufus Sewell, misma que resulta entretenida y cumplidora, mayormente debido a la combinación de su talentoso elenco y sus escasas pretensiones narrativas.

Poco después de ver esa película alguien me recomendó Interview with the Assassin, un trabajo anterior de Burger, en el que cuenta la historia de un camarógrafo desempleado que se topa con la historia de su vida cuando su desahuciado vecino le confiesa que él es el segundo tirador involucrado en el asesinato de Kennedy y le pide documentar su historia.

Esa película es una especie de mezcla entre JFK y The Blair Witch Project, y es más una buena idea que una buena película, por lo que me dejó con la misma pregunta que The Illusionist. ¿Qué pudo haber resultado de ese proyecto en caso de haber caído en manos de otro guionista y otro director?

El más reciente trabajo de Burger es Limitless (Sin Límite), cinta que cuenta la historia de Eddie Morra (Bradley Cooper), un aspirante a escritor quien a pesar de tener un contrato para trabajar en su primera novela sufre de un severo caso de bloqueo y no ha avanzado nada. Su descuidada apariencia y falta de capacidad para resolver su situación termina por alienar a su novia, Lindy (Abbie Cornish), quien aspira a convertirse en editora en una importante casa editorial neoyorquina.

Sin rumbo y sin un plan, Eddie se encuentra con su ex-cuñado, a quien el recordaba como un distribuidor de droga de poca monta. Éste le dice que tiene la solución a su problema y le regala una pastilla. La droga, llamada NZT, se supone es un medicamento ya aprobado y a punto de salir al mercado, y de acuerdo con lo que le dicen, le permitirá ordenar sus ideas, pensar con claridad y alcanzar su potencial. No del todo convencido, Eddie se lleva la pastilla a casa y se la toma mientras sube las escaleras hacia su apartamento. Antes de llegar a este se topa con la esposa de su casero y empiezan a discutir cuando la píldora hace efecto. Horas después de seducir a la mujer, Eddie ha puesto en orden su cuarto, se ha aseado y cortado el pelo e incluso ha avanzado una considerable parte de su libro. Lamentablemente, con el amanecer de un nuevo día llega la realización de que los efectos del NZT han pasado y él es el mismo mediocre Eddie de hace un par de días.

Desesperado, Eddie busca a su ex-cuñado, pero lo encuentra asesinado. Tras llamar a la policía, Eddie se convence de que debe haber más píldoras ocultas en el departamento y lo revisa antes de que lleguen las autoridades. Encuentra un paquete y consigue ocultarlo, asegurándose el suministro de NZT para varios meses. Tras días jugando con las posibilidades -aprendiendo idiomas, terminando su libro, divirtiéndose- Eddie decide llevar sus nuevas capacidades al lucrativo y riesgoso mundo de la bolsa de valores.

En unos cuantos días amasa una pequeña fortuna y atrae la atención del exitoso magnate Carl van Loon (Robert De Niro), quien desea integrarlo a su equipo. Lamentablemente para él, no solo ha atraído la atención de Van Loon, y pronto se encuentra lidiando con investigaciones policiacas, gangsters, y toda clase de gente dispuesta a todo con tal de arrebatarle el NZT. Por si fuera poco, enfrenta el descubrimiento de lo que pasará con él una vez que agote su reserva.

Se trata de la primera vez que Burger trabaja con el guión y/o historia de alguien más, y he de decir que la diferencia es notoria. La historia tiene varios huecos y el desarrollo de personajes pudo ser mejor, pero la habilidad técnica de Burger y un guión que en ningún momento pierde su frenético ritmo, se combinan para hacer de Limitless el trabajo más logrado hasta ahora de la todavía corta carrera de Burger.

Destacaría también las actuaciones, en especial la de Cooper, quien poco ha poco se ha consolidado como un buen actor protagónico, y la de Cornish, quien a pesar de no tener demasiado tiempo en pantalla cumple con lo que su papel necesita. De Niro parece haber hecho las paces con la idea de que sus mejores días han quedado en el pasado y se convierte en un agradable soporte adicional al elenco.

Tal vez la historia hubiera mejorado mucho con un poco de trabajo en los personajes y con un guión más atrevido, uno que se hubiese arriesgado a llevar la historia hasta sus últimas consecuencias y no hubiese tenido una conclusión tan... complaciente. Aún así, me parece que Limitless es un entretenido thriller con elementos de acción y ciencia ficción que debiera resultar del agrado de quienquiera que busque un par de horas de entretenimiento de calidad pero sin consecuencias.

Bastante recomendada.

mayo 06, 2011

Reseña: Postsingular - Rudy Rucker

Rudy Rucker es otro autor de ciencia ficción a quien tenía como asignatura pendiente desde hace algunos años, y aún cuando lo que más ganas tengo de leer de su trabajo es la Ware Tetralogy -misma que se puede descargar de manera legal y gratuita desde ManyBooks.net- decidí comenzar con Postsingular, una novela que el autor puso disponible para descargar desde su sitio hace unos años y que actualmente todavía se puede bajar desde ahí mismo, o bien desde ManyBooks.

La razón para decidir leer primero Postsingular no es otra que la simple fijación que me quedó con la idea de que la bajé primero (hace más de tres años, de hecho) y no la había leído todavía. Y como no está ligada o depende de la Ware Tetralogy, no había problema alguno.. Tan simple como eso, pero así soy yo: retorcidamente simple.

Para aquellos interesados en la ciencia ficción o en temas de vanguardia científica y/o tecnológica, debe resultar familiar el termino Singularity. El término hace referencia a una singularidad tecnológica, nombre con el que se conoce al teórico momento el que el avance tecnológico y el desarrollo de las inteligencias artificiales se dará de una manera tan rápida y repentina que podrá ser identificado como un momento específico, y cuyas consecuencias resulta prácticamente imposible prever. En Postsingular, Rucker intenta imaginar como sería el mundo justo después de la singularidad.

Cuando Jeff Luty, un científico con muchos traumas en su pasado, decide que la vida es demasiado difícil y la muerte no debería tener lugar en el esquema de las cosas. Desarrolla un plan que le permitiría crear una recreación virtual de la Tierra con todos sus habitantes y en la cual no habría ninguna necesidad de envejecer o morir. El único problema con su plan es que para llevarlo a cabo, necesita que el mundo entero y todos sus habitantes sean devorados por nants, un ejército de nanorobots inteligentes, quienes serán los encargados de construir el reemplazo virtual.

Ond Lutter, un científico que trabajaba para Lutty, se da cuenta de lo que su jefe pretende y desarrolla un plan para neutralizar a las nants, y para ejecutarlo utiliza a su hijo autista Chu. Lamentablemente, Lutter no está tan convencido de que las nanomáquinas representen un peligro para la humanidad, así que desarrolla una variedad diferente, a la que denomina orphids, y la libera sin esperar autorización o pruebas.

Los orphids se reproducen utilizando las partículas sólidad suspendidas en el aire y en unas cuantas horas cubren el planeta entero y a todos sus habitantes creando una intrincada red con uno o dos orphids por milímetro cuadrado. El resultado es la creación de una red virtual superior a lo que el internet pudiese jamás llegar a ser. Todo mundo está en línea todo el tiempo y a la vista de todo el mundo.

Se acabaron los secretos y los imposibles, pues uno puede visitar cualquier lugar o a cualquier persona, acceder a cualquier biblioteca o base de datos en el mundo sin mayor problema. Además, pronto empiezan a aparecer inteligencias artificiales que se al combinarse se convierten en una especie de supermente planetaria, creando una inteligencia compartida que puede ser compartida por cualquier usuario.

La contra de estas supermentes es que producen una fuerte adicción, y que nada de lo hecho o aprendido durante el tiempo que uno se integra a ellas permanece una vez que se rompe la conexión. JayJay y Thuy son una joven pareja de amantes que experimentan de primera mano lo mejor y lo peor de este nuevo mundo. La fuerte adicción de Jayjay a permanecer conectado a una de estas supermentes amenaza con separarlos, pues Thuy decide dejar su adicción y concentrarse en la creación de una metanovela, una forma narrativa que utiliza todos los recursos a su disposición para crear historias.

Tanta información y recursos eventualmente lleva al descubrimiento de otro plano de existencia, una especie de mundo paralelo al que se denomina como Hibrane. Los habitantes del Hibrane están recelosos de lo que pudiera pasar si los orphids tuviesen acceso a su mundo, por lo que hay un conflicto constante entre aquellos hibraners que gustarían de tener una convivencia más cercana con nosotros los lowbraners, y aquellos que consideran que lo mejor que podría pasar sería aislar ambos planos para impedir cualquier riesgo de contaminación.

La novela está llena de ideas innovadoras y Rucker hace un gran trabajo explorándolas con desparpajo, jugando con las consecuencias de los eventos sin detenerse a pontificar sobre los pros y contras que podría llegar a tener el vivir en un mundo así. Se trata de una novela entretenida que atrapa al lector casi de inmediato, y a la cual solo le puedo poner un pequeño pero significativo pero.

Conforme la historia avanza hacia su climax, siento que Rucker empezó a contenerse un poco al tiempo que pensaba en nuevas consecuencias y extrapolaba más posibilidades, pero demasiadas como para integrarlas al libro. Al final se da una buena resolución, pero personalmente me dejó con el agridulce sabor de boca de pensar que hacia el final decidió guardarse mucho para la secuela. Tal vez no sea tan malo, pues en vez de una enorme novela tenemos dos, pero en su momento me molestó un poco.

Resumiendo, tras leer esta novela entiendo y comparto los elogios y admiración existentes hacia Rucker tanto de los lectores como de sus colegas. Postsingular es una inteligente y entretenida historia sobre el futuro que debiera resultar del agrado de cualquier aficionado a la ciencia ficción o incluso de muchos neófitos en el género. Altamente recomendada.

mayo 04, 2011

Reseña: Scream 4

Wes Craven es un director cuya carrera tiene ciclos muy marcados. Pasó de ser joven promesa del género de horror gracias a películas como Last House on the Left (La Última Casa a la Izquierda) y The Hills Have Eyes (La Colina del Terror) a finales de los 1970s, a ser uno de los máximos exponentes del género en los 1980s, siendo responsable de películas como Nightmare on Elm Street (Pesadilla en la Calle del Infierno) y The Serpent and The Rainbow (La Serpiente y el Arcoiris), dándose incluso tiempo para participar dirigiendo varios episodios de The Twilight Zone (Dimensión Desconocida) durante la primera temporada de su relanzamiento en esa década..

Tras algunos proyectos menos exitosos, Craven optó por recurrir al revisionismo como una manera de revitalizar su carrera, primero con Wes Craven's New Nightmare (La Nueva Pesadilla), y después con Scream (Grita), ambas a mediados de la década de los 1990s.

Hay quienes afirman que con esa última película no revivió solo su carrera, si no también el género de horror, o por lo menos el sub-género de slashers. Lamentablemente empezó a desgastar la fórmula y luego de una más o menos exitosa secuela, Scream 2 (Grita Otra Vez) empezó a caer nuevamente en repeticiones y a involucrarse en proyectos menos exitosos, participando incluso como productor en los remakes de algunas de sus películas. Ahora, a quince años de iniciar la franquicia de Scream y a más de diez de la última entrega, Craven decide intentarlo de nuevo con Scream 4 bajo el slogan de "Nueva Década, nuevas reglas".

Diez años después de los eventos de la última entrega, Sidney Prescott (Neve Campbell) regresa a Woodsboro, ahora convertida en la exitosa autora de un libro de auto-ayuda.

Ahí se reencuentra con el Sheriff Dewey Riley (David Arquette) y su ahora esposa Gale (Courtney Cox-Arquette), justo a tiempo para presenciar el regreso de Ghostface, quien parece decidido a reinventar su reinado de terror en Woodsboro, utilizando a Jill (Emma Roberts), la prima de Sidney, y a sus amigos y compañeros de escuela como blanco, con la intención, además, de eliminar todos los cabos sueltos del pasado.

Obviamente la historia en general no tiene ni necesita más, pues se apega a la fórmula ya establecida: pueblo pequeño, fuerza policial incompetente e insuficiente, adolescentes irresponsables representan el coto de casa ideal para un asesino en serie. Dentro de lo predecible de la trama, hay que reconocer que Craven y Kevin Williamson, el guionista responsable por la creación de la saga, consiguen hallar la forma de añadir algunos giros novedosos y relativamente inesperados a esta nueva entrega, jugando con su acostumbrado humor referencial y dándole una dimensión meta al comenzar a utilizar como fuente adicional la primera entrega de la saga.

Mentiría si dijera que se trata de una buena película o que está al nivel de la que empezó la franquicia, pero lo que si les puedo asegurar es que está al menos al nivel de la segunda y muy por encima de la tercera. Mucho se ha hablado de la intención del estudio de que esta entrega sirva como punto de partida para una nueva trilogía, pero la verdad es que no le veo razón y, para el caso, tampoco siento que el desenlace de la película sea precisamente de los que siembran oportunidades para secuelas.

Personalmente, creo que lo mejor sería dejar que ésta fuese la última entrega de la saga.

Scream 4 es una película que solo será del agrado de los aficionados al género y/o a esta serie en particular, y aún a pesar de sus defectos y problemas, considero que sería un justo cierre para la saga, aunque es de sobra conocido que los estudios nunca saben decir basta. Recomendada con reservas.

mayo 02, 2011

Thor

Si existía una película basada en comics que resultase especialmente complicada, era Thor. No solo se trataba de un proyecto con toda la problemática que representa llevar a la pantalla las aventuras de un personaje con casi cincuenta años de historias impresas, si no también con la percepción -errónea, pero muy común- de que se trata exactamente del mismo personaje que aparece en la mitología nórdica.

A lo largo de los años había habido varias tentativas de llevar al personaje a la pantalla, pero estas no se solidificaron hasta que Marvel hizo patente su intención de trasladar a la pantalla el Universo de los Avengers. En un principio se suponía que Matthew Vaughn (Stardust, Kick-Ass, X-Men First Class) sería el encargado de dirigir Thor, pero conforme el proyecto se iba desarrollando se decidió cambiar de rumbo, hasta que se anunció que la película habría de ser dirigida por Kenneth Branagh.

Branagh es un director mayormente conocido por sus adaptaciones de obras de Shakespeare. El resultado de tan inusual selección ha sido una maravilla digna de contemplar. Thor (Chris Hemworth) es el primogénito de Odín (Anthony Hopkins), Rey de Asgard y señor de los Nueve Reinos. Educado para ser campeón entre los nobles guerreros de Asgard, Thor es una persona altanera e impulsiva, siempre dispuesto a resolver cualquier disputa en combate y con poco tacto para resolver problemas por cualquier otra vía.

Una incursión de los gigantes de hielo de Jottunheim al corazón de Asgard durante una ceremonia desata la ira del orgulloso guerrero, quien considera que semejante atrevimiento es un acto de guerra y merece una respuesta acorde a esa naturaleza. Odín se opone a ir a la guerra y, para irritación de us impulsivo hijo, terminantemente le ordena dejar el asunto en paz y respetar la tregua existente desde hace muchos años entre Asgard y Jottunheim.

Contraviniendo las instrucciones específicas de su padre, Thor decide ir junto con su hermano, Loki (Tom Hiddleston), y sus mejores amigos, Lady Sif (Jamie Alexander), Volstagg (Ray Stevenson), Hogun (Tadanobu Asano), y Fandral (Josh Dallas) a Jottunheim en busca de respuestas. Previsiblemente, su pequeña excursión termina por convertirse en una batalla, en la cual Thor hace gala de su habilidad como guerrero, pero también de su irresponsabilidad y abandono al calor de la batalla.

Rota la tregua con los gigantes de hielo, Thor encara a Odín reclamándole su falta de fortaleza. Odín retira a Thor todos sus títulos y poderes, y lo destierra de Asgard. Su caída a la Tierra en medio de una tormenta energética sobre el desierto de Nuevo México es presenciada por los físicos Jane Foster (Natalie Portman) y Erik Selvig (Stellan Skarsgård), junto con su asistente Darcy (Kat Dennings), quienes tras arrollarlo con su vehículo lo llevan a un hospital.

Thor intenta lidiar con la realidad de que, varado en la Tierra, sus poderes han desaparecido y su presencia no es bienvenida en Asgard, al tiempo que empieza a sentir una fuerte atracción hacia Jane e intenta recuperar su martillo de manos de SHIELD. Y todo ello mientras las intrigas y traiciones se suceden en Asgard, requiriendo la presencia del campeón del Reino.

Por necesidad Thor es una película fastuosa y ruidosa. Los diseños de Asgard y Jottunheim son hermosos y espectaculares, las batallas épicas y escandalosas, lo que sin duda representaría un obstáculo para darle credibilidad a la historia en el mismo mundo que hemos visto desarrollarse en Iron Man y The Incredible Hulk. Y ahí es precisamente donde haber elegido a Branagh para encabezar el proyecto paga dividendos.

En vez de permitir que sus escenarios y conflictos sean los que marquen el ritmo de la película, el veterano director británico se centra en el desarrollo de personajes, permitiendo que las intrigas familiares y la posibilidad de un romance sean la fuerza motora detrás de sus personajes.

El mismo sólido manejo de personajes es lo que permite que la película pueda incorporar un liviano sentido del humor sin por ello perder coherencia, demostrando además que una buena forma de evitar caer en los extremos es no tomándose uno mismo tan en serio. La película mantiene un ritmo narrativo constante, que permite avanzar la historia y desarrollar los personajes, y a pesar de que se trata de una historia de origen, consigue establecerse como parte de la continuidad que eventualmente nos llevará el próximo año a la esperadísima The Avengers, de Joss Whedon.

El elenco de la película es simplemente excelente, desde los previamente desconocidos Hemsworth y Hiddleston hasta los veteranos HopkinsSkarsgård y Renee Russo, pasando por los no tan conocidos pero sólidos Colm Feore y Ray Stevenson. Había dudas sobre si Hemsworth estaría a la altura de los requerimientos del protagónico, pero consigue convencer tanto como el arrogante guerrero como en su papel de hijo arrepentido y compasivo. Y definitivamente posee la clase de carisma necesario para poder interpretar adecuadamente a un héroe como el Dios del Trueno.

Mención aparte se merece Tom Hiddleston, quien se roba buena parte de la película con su destacada interpretación de Loki, un personaje atormentado por sus traumas e inseguridades y quien por momentos es merecedor a partes iguales tanto de desprecio como de simpatía. Creo que se trata de un actor a quien habrá que seguir de cerca, pues su incorporación al Universo fílmico de Marvel Comics puede ser el comienzo de una brillante carrera.

Resumiendo, Thor es una película sumamente entretenida que resultará del agrado de todo el mundo sin importar si están familiarizados o no con los comics del personaje y sin importar que tanto sepan de su mitología, aún con la inclusión de algunos cameos y guiños argumentales que sin duda harán las delicias de muchos aficionados. Tuve oportunidad de verla este fin de semana tanto en su versión 3D como en una sala normal, y debo decir que aún cuando se disfruta de cualquiera de las dos formas, lo bien logrado de las secuencias de acción y lo espectacular de algunos de los escenarios hacen que valga la pena pagar extra por verla en 3D.

Peleas espectaculares, personajes interesantes, romance, conflictos familiares y buenas actuaciones. Ojalá que todos los blockbusters veraniegos pudieran ser tan completos, inteligentes y entretenidos como este. Altamente recomendada.