enero 31, 2012

Reseña: Mission Impossible Ghost Protocol

Si hay una estrella de Hollywood a la que le urgía tener un éxito de crítica y taquilla, era a Tom Cruise. Considerado hace unos años como uno de los personajes más influyentes en Hollywood, el carismático actor y productor atravesaba por una crisis que amenazaba con acabar con su carrera. Hace años que había dejado de ser un imán de taquilla, y su elección de proyectos dejaba mucho que desear, pues fuera de las buenas críticas recibidas por su participación en Collateral (2004) y en Tropic Thunder (2008), él mismo se había puesto en una situación incómoda con películas y actuaciones de menor calidad.

Tras recuperar los derechos de la franquicia de Mission: Impossible, Cruise pensaba volver a hacer equipo con J.J. Abrams, el director de la tercera entrega, pero ante la ocupada agenda de éste decidió buscar otro director para intentar revitalizar la franquicia, y el elegido fue Brad Bird.

Bird tiene una larga y reconocida carrera escribiendo y dirigiendo animación, desde algunos episodios de Los Simpson, hasta largometrajes como la excelente The Iron Giant (El Gigante de Hierro) hasta sus proyectos para Pixar, The Incredibles (Los Increíbles) y Ratatouille, lo que hace un poco inusual su contratación para revivir la famosa franquicia de acción y espionaje. Y sin embargo, se trató de un gran acierto.

La película comienza con una misión de las Mission: Impossible Forces (MIF) que sale mal. Tras interceptar a un espía en una estación de trenes, el agente Hanaway recupera unos códigos de lanzamiento para misiles balísticos soviéticos, pero se encuentra a su vez siendo perseguido por un tercer grupo involucrado que parece querer obtener esa información a cualquier precio. Hanaway es asesinado y pierde los códigos.

Mientras tanto, Ethan Hunt (Cruise) está prisionero en una cárcel rusa bajo un nombre falso. Un equipo de MIF lo rescata, pese a que el experimentado agente tenía algún tiempo encerrado sin que a sus superiores pareciera importarles en lo más mínimo. Pronto descubre que la razón de su liberación es enviarlo a recuperar los mencionados códigos, o al menos prevenir que quien los tiene, un terrorista no identificado conocido como Cobalt.

Con el apoyo de su nuevo equipo, integrado por la agente Jane Carter (Paula Patton) y el ahora agente de campo Benji Dunn (Simon Pegg), Hunt se infiltra en el Kremlin. Sin embargo, mientras él y Dunn están dentro, Cobalt sabotea su misión, obligándolos a salir de ahí a toda prisa, solo para ver como la famosa sede del gobierno ruso vuela en pedazos, haciendo parecer que las MIF es responsable del atentado.

Esto pone en efecto el Protocolo Fantasma, mismo que representa la disolución de las MIF y el abandono total y absoluto de cualquiera de sus operativos que estuviese en alguna misión. Identificado Cobalt y sus intenciones de lanzar un ataque nuclear sobre un blanco en los Estados Unidos, los tres agentes se encuentran sin un plan, sin contactos ni soporte alguno, como la única esperanza para evitar una guerra nuclear.

Las pesquisas del equipo los llevan a Dubai, donde se supone que Hendricks (Michael Nyquist), el hombre al que conocían como Cobalt, y su asociado, Wistrom (Samuli Edelmann), realizarán la compra de los códigos arrebatados al agente Hanaway. El equipo improvisa una operación para neutralizar a la asesina de Hanaway y detener a Cobalt antes de que pueda poner en marcha su plan, pero consiguen solo la mitad de su objetivo.

Con el apoyo adicional de William Brandt (Jeremy Renner, un supuesto burócrata parte de la MIF, quien trabajaba directamente con el secretario general (Tom Wilkinson), el equipo se traslada a Mumbai en un último y desesperado intento de infiltrarse en la red de colaboradores de Cobalt para evitar una catástrofe.

La película está muy bien construída, desde el desarrollo de personajes hasta las espectaculares secuencias de acción, con gran manejo del suspenso y buen uso del humor, creando un perfecto ejemplo de lo que un blockbuster veraniego debiera ser, y sin necesidad de sacrificar cualquier intento de contar una historia interesante. Resalto sobre todo lo de los personajes, pues me parece que es algo que faltaba en las entregas anteriores de la serie, donde era Ethan Hunt y los cartones que lo rodeaban.

Importante para ello resulta el elenco, pues todos los miembros del equipo tienen una química personal bastante efectiva, y esta se refleja muy bien en la pantalla. A pesar de que esta clase de películas no requiere de un gran nivel interpretativo, destacaría el trabajo de Cruise, Pegg, Renner y Patton, quienes consiguen involucrar emocionalmente al espectador.


Y ni que decir de las secuencias de acción, indispensables para que la película funcione. La escalada a rapel en el exterior del Califa Burj Dubai es sin duda ya un clásico del género, en tanto que las peleas y persecuciones están uniformemente bien logradas.

Si algo deja en claro esta película, es que Tom Cruise todavía puede ser una gran figura en la industria, que Brad Bird puede dirigir tan bien a actores en locación como a dibujos en acetato o construcciones virtuales en la computadora -ojalá que en unos meses le vaya igual de bien a Andrew Staton con John Carter of Mars-, y que la franquicia de Mission: Impossible todavía tiene mucho que dar en la pantalla grande.

Entretenimiento de altos vuelos con una historia entretenida, personajes interesantes y emociones al por mayor. No se puede pedir nada más. Recomendada ampliamente para todos los gustos.

enero 26, 2012

Reseña: The Night Eternal, de Del Toro y Hogan

Hace casi dos años comenté por aquí The Strain, primera novela de la trilogía del mismo título, donde Guillermo del Toro colaboró con el exitoso novelista Chuck Hogan en lo que sería su primera incursión en la prosa narrativa, y lo hizo para crear una historia de vampiros en un entorno contemporáneo tan ambiciosa como satisfactoria, a grado tal que me volví fan instantáneo del mundo creado por estos dos visionarios.

Por eso me sorprende descubrir ahora que nunca escribí nada acerca de The Fall, segunda novela de la serie, la cual debo haber leído hace más de un año, probablemente a finales del mismo 2010. Sería tramposo e irresponsable de mi parte ignorar el hecho o intentar escribir algo ahora a la distancia, sobre todo considerando que mis impresiones del final de la trilogía podrían interferir con mi juicio y opinión de la parte intermedia. Por tanto, no queda más que disculparme y dar vuelta a la página.

Hace un par de meses recibí mi copia del tercer y último libro de la serie, The Night Eternal, mismo que compré en pre-venta desde la aparición de The Fall. Si no mal recuerdo, la edición nacional de la novela debe haber aparecido simultáneamente, en el último trimestre del año pasado, con el título de EternaThe Night Eternal comienza unos meses después del desenlace de The Fall. El plan de The Master, el antiguo vampiro que decidió usar la Ciudad de Nueva York como base para apoderarse del mundo, fue un éxito.

El resto de los antiguos fueron destruídos, la Tierra está sumida en un invierno nuclear donde en el mejor de los casos se tiene una hora de sol al día, y los strigoi o vampiros dominan el planeta salvo por algunos escasos puntos de resistencia. La humanidad fue purgada de todo líder o figura de autoridad que pudiese intentar organizar una resistencia, perdiéndose alrededor de un tercio de la población mundial. Los sobrevivientes están divididos entre aquellos que optaron por adaptarse al nuevo régimen y sirven a los vampiros en cualquier capacidad que les es posible, y los que mantienen una cierta normalidad de su rutina, salvo por los obligatorios sangrados a que necesitan someterse de manera periódica, mientras que los viejos y enfermos son despachados en granjas de sangre de manera expedita e inmisericorde. El ser humano ha sido reemplazado en la cima de la cadena alimenticia.

El Dr. Ephraim Goodweather no es más el líder de la resistencia neoyorquina. Desde la aparente pérdida de Zack, su hijo adolescente, Goodweather se ha convertido en un adicto que pelea contra los vampiros casi en automático, sin tener una motivación real, convirtiéndose en un riesgo de seguridad para sus amigos.

La obligación de mantener en pie la resistencia ha caído mayormente en los hombros de Vasilyi Fet, el antiguo exterminador, y la Dra. Nora Martínez, ex-compañera profesional y sentimental de Goodweather. Fet ha intentado infructuosamente descifrar el contenido del Occido Lumen, el libro dejado atrás por Abraham Setrakian, donde supuestamente reside la clave para destruir a The Master. Cuando todo parece perdido, reaparece el misterioso Mr. Quinlan, un vampiro con su propia vendetta, y quien puede tener la clave para descifrar los misterios del libro y hallar la forma de acabar con el reinado de los vampiros.

La novela mantiene el vertiginoso ritmo narrativo de las dos entregas anteriores, manteniendo el enfoque narrativo en la odisea personal de cada uno de sus personajes principales y permitiendo que la relación padre - hijo entre Ephraim y Zack Goodweather se convierta en el punto central de la historia.

La trilogía completa funciona muy bien como un todo, y sin duda puede considerársele ya como un nuevo clásico de la literatura de vampiros, y una de las mejores series fantásticas de los últimos tiempos.

Absolutamente recomendable.

enero 25, 2012

Reseña: Immortals (Inmortales)

Tarsem Singh es un director inusual en muchos aspectos. Su primera película, The Cell (La Célula) se estrenó hace más de diez años, y desde entonces solo ha dirigido The Fall (El Sueño de Alexandria) e Immortals (Inmortales). Considerado por muchos como un estilista capaz de crear impresionantes visuales, es innegable que es capaz de crear películas bonitas, pero vacías.

Cuando vi The Cell recuerdo haber pensado que si hubiese habido una historia interesante que justificase la exploración del mundo onírico donde se desarrolla buena parte de la película, esta se hubiese sentido menos vacía y al menos habría habido una justificación para su existencia, y si bien The Fall funciona mejor, esto se debe a la simpleza con que se aborda la narrativa.

Luego de que trabajase como director de segunda unidad en The Curious Case of Benjamin Button ( El Extraño Caso de Benjamin Button) pensé que era posible que aprendiese algo de la estructurada manera de trabajar de David Fincher, pero parece ser que ese no es el caso.

Immortals cuenta la historia de Hyperion (Mickey Rourke), un despiadado rey y guerrero, quien decepcionado de los dioses busca conquistar Grecia para después, con ayuda del mítico Arco de Epirus, destronar a los dioses del Olimpo y convertirse en el amo del mundo. Pero para localizar el arco, Hyperion necesita la ayuda de Phaedra (Freida Pinto), la Oráculo de Sybelline.

Durante su huída de las fuerzas del conquistador, Phaedra conoce a Teseo (Henry Cavill), un joven albañil originario de una aldea destruída por las fuerzas de Hyperion. Teseo parece haber abandonado todo deseo de vivir luego de que su madre fuese asesinada por el propio Hyperion, pero Phaedra lo convence de que tiene un importante papel que jugar si es que el mundo tiene alguna esperanza de prevalecer ante la amenaza de Hyperion.

Mientras tanto, los dioses del Olimpo simplemente contemplan como se desarrollan los hechos sin intervenir. Muchos de ellos desean responder a las plegarias de sus fieles y ayudarles a enfrentar a las tropas de Hyperion, pero Zeus (Luke Evans), les ha prohibido intervenir de cualquier forma, aún pese a las súplicas de Atena (Isabel Lucas), quien no quiere dejar desamparados a los humanos.

Asistidos por un monje del templo y por Stavros (Stephen Dorff), un ladrón que decide unirse a su causa, Teseo y Phaedra escapan de sus captores y vuelven a la aldea de Teseo. Mientras éste realiza el ritual funerario para su madre, descubre accidentalmente el paradero del arco de Epirus, mismo que piensa utilizar para tratar de detener a Hyperion. Emboscados por los hombres de Hyperion, Teseo pierde el arco y solo sobrevive gracias a la intervención de Atena y Poseidón.

Furioso, Zeus destruye a Poseidón e informa a los humanos que los dioses no volverán a asistirlos y que ellos solos deben hallar el modo de detener a HyperionTeseo y Phaedra logran llegar hasta la ciudad amurallada que donde está el último reducto de la resistencia de los helenos. Lamentablemente sus súplicas y explicaciones no logran convencer al consejo de tomar acciones, pues éstos están convencidos de que el arco es un mito y que es posible negociar con Hyperion.

Usando el arco, Hyperion destruye el muro que protege a la ciudad, que solo se salva de caer por la oportuna resistencia que Teseo logra organizar. En la confusión del combate Hyperion aprovecha para llegar hasta la cámara subterránea donde los dioses aprisionaron a los Titanes siglos atrás y consigue liberarlos.

Teseo lo alcanza pero no logra detenerlo, y ni el ni Stavros pueden hacer frente a los poderosos Titanes. Esto obliga a Zeus y los dioses a intervenir, combatiendo ellos contra los siniestros inmortales recién liberados mientras los griegos intentan contener los embates de las fuerzas conquistadoras, en tanto que Teseo enfrenta personalmente a Hyperion, en una épica batalla que decidirá el futuro mismo de Grecia y toda la humanidad.

Visualmente la película es un deleite, lo que no es ninguna sorpresa dados los antecedentes de Tarsem. Lamentablemente la historia no está bien contada, sufriendo de un ritmo narrativo irregular y un guión lleno de huecos argumentales y diálogos acartonados.

Las actuaciones del elenco principal son mayormente cumplidoras, sobre todo considerando que ninguno de los actores tenía mucho con que trabajar. Esperaba poder ver algo más de Henry Cavill, pues aún cuando me gusta su trabajo en la serie de TV The Tudors no sé realmente que tan buen actor sea en realidad. Por ahora sigue siendo mayormente desconocido, pero una vez que se estrene el reboot de Superman de Zack Snyder, donde él llevará el papel principal, eso va a cambiar.

A fin de cuentas Immortals resulta una película medianamente entretenida, con actuaciones decentes y visualmente muy atractiva, pero carente de sustancia o de una historia atractiva. Los esfuerzos de Tarsem y sus protagonistas hacen que sea apenas mejor que la reciente versión de Clash of the Titans, pero no por mucho.

Recomendada solo si no tienen nada mejor en que invertir dos horas de su vida.

enero 20, 2012

Reseña: The Amber Spyglass, de Philip Pullman

Prácticamente dos años transcurrieron entre mi lectura de la primera parte de His Dark Materials y el terminar la saga. Si gustan, pueden leer en este mismo blog mis comentarios del primer libro, The Golden Compass, y del segundo, The Subtle Knife, antes de esta reseña, a fin de hacerse una idea de mi impresión de la serie en conjunto. Según parece existe una fuerte división de opiniones respecto a esta serie a causa de la forma en que trata algunos temas religiosos, y eso ha provocado discusiones sin sentido que nada tienen que ver con los libros o la historia que buscan contar.

Parece ser que hay a quienes molesta que un autor ateo, o al menos con una visión poco favorable de la iglesia, decida reflejar su ideología en los libros que escribe, y me parece un tanto hipócrita que esas mismas quejas no sean expresadas cuando algún autor decide hacer lo mismo con ideas a favor de una u otra religión.

Siempre he pensado que el arte es un reflejo de su entorno, y como tal debe mostrar las creencias y filosofía de sus creadores. Tampoco creo que el tema tenga que ver con que se trate de una serie de libros dirigidos, en principio, a un público infantil, porque bien se podría plantear el caso de las Crónicas de Narnia, de C.S. Lewis, como material de adoctrinamiento religioso de la iglesia católica. De hecho, mi buen amigo Rodro Vidal Tamayo suele referirse a His Dark Materials como Las Anti-crónicas de Narnia, y en muchos sentidos me parece que tiene razón. Pero independientemente de la postura de los autores respecto a la religión, creo que debieramos ser capaces de juzgar y valorar un libro por su historia o contenido sin reducirlo a una mera cuestión ideológica.

The Amber Spyglass comienza donde se quedó The Subtle Knife. Mrs. Coulter está escondida en una cueva con Lyra, a quien mantiene inconsciente gracias a un brebaje especial que le administra de manera regular. Aparentemente Mrs. Coulter ha decidido renegar de su lealtad a la Autoridad y la Iglesia a cambio de poder proteger a su hija. Mientras tanto, Will, Iorek Byrnison y las brujas están decididos a hallar y rescatar a Lyra sin permitir que nada se interponga en su camino. Lord Asriel prepara los últimos detalles de su ejército para enfrentar al Magisterium, y despacha a un par de ángeles para que escorten a Will y el cuchillo hasta su fortaleza. Los ángeles alcanzan en Cittagazze a Will y le informan de su encomienda, pero éste se rehúsa a acompañarlos hasta no haber rescatado a Lyra, obligándolos a ayudarle a encontrarla.

La Dra. Mary Malone también se encuentra en una búsqueda propia. Tras descubrir que puede usar el I Ching de una manera similar a como Lyra utiliza el aletiómetro, la doctora se lanza a buscar ventanas entre mundos con la esperanza de encontrar a la niña, pues está convencida de que tiene que ayudarla en lo que sea que está intentando. En su viaje encuentra un mundo habitado por una especie de mamíferos rumiantes, con quienes se establece y aprende más sobre la naturaleza del mundo y la conexión entre los seres vivos.

Tras rescatar a Lyra, ella y Will deciden no ir en busca de Lord Asriel hasta que ella pueda cumplir su promesa de ayudar a Roger, por lo que los dos jóvenes deciden usar el cuchillo para ir a la tierra de los Muertos.. Ahí descubren a muchos fantasmas de diferentes mundos y encuentran el modo de ayudarlos a ser libres. Algunos de ellos deciden quedarse al lado de ellos para ayudarlos a enfrentar a los espectros en la batalla que están seguros está a punto de ocurrir. Lord Asriel y Mrs. Coulter resuelven sus diferencias y deciden colaborar para asegurarse de que su hija sobreviva y pueda cumplir con su destino.

Lyra y Will aprenden mucho sobre si mismos y sobre el otro, y pronto se hace evidente que existe un fuerte lazo entre ambos que va mucho más allá de la amistad. Será ese lazo el que les de la fuerza para hacer lo que necesitan hacer, y finalmente será también la causa del mayor sufrimiento que cualquiera de los dos podría haber imaginado.

Pullman empezó esta trilogía como si se tratase de libros infantiles, pero en el mejor de los casos las dos entregas siguientes están dirigidas a un público adolescente o de jóvenes adultos, y la profundidad con que trata muchos de los temas me hacen pensar que se trata de una saga de fantasía que puede ser disfrutada sin mayor problema por la mayoría de los adultos. Siempre y cuando, claro, éstos no tengan una férrea inclinación religiosa que los cierre a la experiencia. Perdonaran que no ahonde más en los temas y desarrollo de personajes del libro, pero me parece que de hacerlo podría arruinar la experiencia a quienquiera que se decida a probar leer esta saga.

Sin duda la trilogía de His Dar Materials es ya una de mis sagas fantásticas favoritas, y la recomiendo ampliamente a cualquier lector de amplio criterio.

enero 17, 2012

Reseña: The Thing (La Cosa del Otro Mundo)

John Carpenter es uno de los directores que cambiaron la cara del cine de terror de manera definitiva, y sin duda su trabajo se ha convertido en un referente para el cine fantástico y para la cultura popular del siglo XX en general. Una de mis películas favoritas de este director es The Thing (La Cosa), adaptación de la novela corta Who Goes There?, de John W. Campbell, misma que ya había sido llevada al cine tres décadas antes por Howard Hawks bajo el título de The Thing From Another World (La Cosa del Otro Mundo).

The Thing sigue la historia de un grupo de investigadores estadounidenses estacionados en la Antártica, quienes tienen un encuentro con un ser extraterrestre capaz de duplicar la apariencia de cualquier ser vivo al que ha matado. Incomunicados y atrapados en la helada desolación, los investigadores intentan destruir a la cosa antes de que pueda alcanzar la civilización.

La película fue un fracaso de taquilla cuando se estrenó en 1982, pero con el paso de los tiempos se fue convirtiendo en una película de culto y hoy día es apreciada como una joya del cine de horror y ciencia ficción. John Carpenter comentó en diversas ocasiones que tenía una historia para producir una secuela, pero que no creía posible convencer al estudio de aprobarle el presupuesto para producirla. Durante años se había hablado a de la posibilidad de producir un remake de la película, tal y como se ha hecho con muchas otras de las películas de John Carpenter, pero afortunadamente nunca pasó de discusiones y rumores.


Hace un par de años Strike Entertainment contrató a Matthijs van Heijningen Jr. para dirigir el remake, pero el director, quien hasta entonces solo tenía experiencia en comerciales y cortometrajes, los convenció de hacer una precuela en lugar de un remake .Tras conseguir un guión que dejase satisfechos a todos, van Heijningen inició la filmación de su película, misma que conservó el nombre de The Thing al no hallarse una alternativa o subtítulo que fuese del agrado del estudio.

Kate Lloyd (Mary Elizabeth Winstead) es una exitosa paleontóloga norteamericana. Cuando un afamado investigador noruego (Ulrich Thomsen) le solicita se una a una investigación en la Antártida, de manera inmediata y con absoluta discreción, Kate se siente lo suficientemente intrigada como para aceptar sin pensarlo demasiado. Al llegar al campamento noruego, Kate es informada que ha sido recuperado un espécimen de lo que aparentemente es un verhículo extraterrestre.

Tras cortar el bloque de hielo que contiene al ser y trasladarlo a la base, comienza la planeación para empezar a hacer pruebas con él. Sin embargo, la falta de cautela y suficiente preparación provoca que el hielo se empiece a descongelar, liberando a un horror que ninguno de ellos está listo para enfrentar. Atrapados junto con los noruegos se encuentran dos norteamericanos, Jameson (Adewale Akinnuoye-Agbaje) y Carter (Joel Edgerton), quienes son los responsables del helicóptero con el cual se realizan los traslados entre diferentes bases en el gélido continente. Todos deberán unir esfuerzos si pretenden sobrevivir al horror que los acompaña, pero ¿cómo confiar en los demás cuando sabes que cualquiera de ellos podría ser la criatura?

The Thing tiene en contra el hecho de que pase lo que pase, y sin importar si es un remake, precuela o secuela, siempre será comparada con el clásico de Carpenter, y esa es una comparación en la que nunca saldrá bien parada. La historia es lo bastante entretenida como para sostenerse por si misma, al tiempo que contiene suficiente información y detalles para establecerla como preludio a la versión de 1982. De hecho, la película inicia tres días antes que su predecesora y termina poco antes del comienzo de aquella.

Problemas tiene, sobre todo debido a la inexperiencia del director, quien por momentos no parece tomar las mejores decisiones para mantener el suspenso. Sin embargo, creo que pese a lo mal recibida que fue por la critica y taquillas alrededor del mundo, se trata de una película sólida y razonablemente lograda, que en el peor de los casos puede servir como el pretexto perfecto para hacerse con una copia de la versión de Carpenter y volver a disfrutar de esa joya.

Recomendada, pero con algunas reservas.

enero 13, 2012

Reseña: Los Pasos de López, de Jorge Ibargüengoitia

Hace un par de años comenté por aquí el libro Los Relámpagos de Agosto, de Jorge Ibargüengoitia, a mi juicio uno de los mejores escritores mexicanos de todos los tiempos. En aquel libro el autor, haciendo gala de su peculiar estilo de humor, creaba un retrato de la sociedad mexicana en tiempos post-revolucionarios, concentrándose en los grupos de poder creados alrededor de los generales retirados convertidos en caudillos políticos en la primera mitad del siglo XX.

De cierta forma se podría considerar a Los Pasos de López como una obra complementaria a Los Relámpagos de Agosto, pues hace una reconstrucción del movimiento insurgente de 1810 ficcionalizando a las principales figuras del mismo, es decir, los llamados padres de la patria, y lo hace con la acidez y cinismo propias de su estilo. Los nombres y lugares son diferentes, pero es fácil para el lector hacer las sustituciones pertinentes.

Matías Chandón es un joven oficial del ejército, quien se muda a Cañada con la intención de convertirse en el teniente de artilleros de la plaza. Previo a las pruebas que determinarán al candidato elegido de entre los aspirantes, Chandón conoce a un grupo de notables personajes de la ciudad: El Padre Periñón, el corregidor y su esposa, y algunos militares, como Aldaco y Ontananza, quienes forman parte de la Junta de Cañada, grupo al que lo invitan a unirse.

Gracias a su relación con los miembros de la junta, Chandón obtiene el puesto deseado, luego de lo cual es informado del verdadero propósito de la Junta: promover la independencia de la Nueva España, a fin de que el país sea gobernado por los criollos y no por los representantes españoles. Chandón procede entonces a relatar lo ocurrido en el movimiento insurgente, desde el grito y arengas del Padre Periñón en el atrio de la iglesia de Ajetreo, hasta la toma de Cuévano y la marcha hacia la ciudad de México. El libro termina poco después de la retirada del ejército insurgente y la captura de Periñón y algunos de sus más cercanos colaboradores.

Ibargüengoitia es un satirista consumado, pero sería un error considerarlo un simple humorista, pues antes que eso es un escritor serio y ordenado. Es importante resaltar lo profundo de sus conocimientos de historia y/o de su investigación, resultando en un retrato de las distintas inflexiones de la sociedad mexicana en otras épocas y devolviendo a la historia el contexto humano, ideológico y sociopolítico que normalmente no se encuentra en los libros de historia.

Su vívida representación de la sociedad novohispana, donde los criollos son tan clasistas y soberbios como los españoles mismos, y en donde los héroes mitificados a lo largo de los siglos son seres humanos de carne y hueso con defectos y debilidades como cualquier otra persona, donde el heroísmo o voluntad de sacrificio poco o nada tienen que ver con las decisiones tomadas en momentos clave de la historia de este país, lo dejan a uno preguntándose cual de las versiones de estos personajes es más ficticia, si la que nos hicieron conocer en la escuela, o la que encontramos en las páginas de Los Pasos de López.

Lectura sumamente recomendada.

enero 11, 2012

Reseña: Warrior (La Última Pelea)

Cuando se combinan historias de deporte con temas humanos, el resultado suele ser bastante bueno, sobre todo si se trata de deportes de contacto. Ejemplos abundan: Rocky, The Wrestler (El Luchador), Million Dollar Baby (Golpes del Destino), The Champ (El Campeón), The Fighter (El Peleador), o incluso Real Steel (Gigantes de Acero). Ahora podemos sumar Warrior (La Última Pelea) a esa lista.

Gavin O'Connor no es un director con una gran trayectoria en cine, aún cuando tiene a su nombre varios créditos como escritor, productor y actor en una carrera que abarca casi dos décadas. Basándome en su trabajo como director, creo que podríamos decir que ha encontrado su nicho en historias que mezclan drama familiar y acción. Miracle (El Milagro), y Pride and Glory (Cuestión de Honor) son sus trabajos más recientes y resultan películas bastante recomendables.

The Miracle está basada en una historia verídica sobre un ex-jugador de hockey convertido en entrenador del equipo olímpico de 1980, en tanto que Pride and Glory explora las relaciones de una familia de policías en la ciudad de Nueva York y como un caso de corrupción amenaza con alterar sus vidas. En Warrior regresa un poco al tema deportivo, pero la familia es nuevamente el punto central de su historia.

Tommy Conlon (Tom Hardy) es un ex-marine con un secreto que lo atormenta. Tras catorce años de ausencia, Tommy regresa a Pittsburgh, donde se reencuentra con su padre (Nick Nolte), a quien él y su madre abandonaron huyendo de su violento alcoholismo. Tommy no tiene intención de restablecer lazos familiares con su padre, pero cuando se le presenta la oportunidad de participar en un torneo de artes marciales mixtas con una bolsa millonaria, le pide que lo entrene.

Tommy fue un prodigio de la lucha olímpica cuando estudiaba en la secundaria, y con su entrenamiento militar cree tener serias posibilidades de ganar el torneo. Mientras se prepara, Tommy hace todo lo posible por limitar su trato con su padre e ignora por completo el hecho de que no ha visitado a su hermano.

Brendan Conolly (Joel Edgerton) tuvo una breve y poco exitosa carrera como peleador de artes marciales mixtas, misma que abandonó a petición de su esposa (Jennifer Morrison) cuando nació su primera hija. Dedicado de lleno a su carrera como profesor de secundaria, Brendan y su familia atraviesan por una dura crisis económica que amenaza con quitarles su casa y patrimonio. Obligado por las circunstancias, Brendan necesita volver a pelear.

Decidido a no tomar riesgos innecesarios, contacta a su antiguo entrenador profesional, Frank Campana (Frank Grillo), y pronto se encuentra entrenando al lado de un joven peleador considerado como uno de los favoritos para llevarse el lucrativo torneo del que todos están hablando. Por azares del destino se le presenta la oportunidad de presentarse al torneo en reemplazo de otro peleador, y pronto se convierte en la historia del mismo al avanzar rondas pese a tener los pronósticos en contra.

Por su parte Tommy está arrasando con sus rivales, y pronto los dos hermanos se tienen que enfrentar en la final del torneo, con la posibilidad de que uno de los dos se lleve a casa una bolsa millonaria. Sin embargo, la pelea es por algo más que dinero, pues el pasado y el futuro de su familia está ligado a lo que pase dentro de la jaula de combate, donde los dos hermanos tendrán que lidiar con los fantasmas de su pasado y enfrentar aquello que los separó.

El guión y dirección de O'Connor tienen una fuerza que va más allá del impacto visual de las bien logradas escenas de pelea que contiene la película. Las actuaciones son fenomenales y, a pesar del gran trabajo de Edgerton y Nolte, es un hecho que quien se roba cada escena en que aparece es Tom Hardy, actor con varias buenas interpretaciones en su filmografía, pero todavía desconocido para la mayoría del público.

Si tienen oportunidad de ver esta película, háganlo no se arrepentirán, pues sin duda se trata de una de las joyas ignoradas del año pasado. Altísimamente recomendada.