julio 27, 2011

Reseña: The Conan Chronicles

Conan es uno de los personajes más representativos de la ficción popular de la primera mitad del siglo XX, normalmente asociada a los pulps. Creado por Robert E. Howard en 1932, Conan fue protagonista de una veintena de historias escritas por su creador, aún cuando no todas fueron publicadas mientras aún vivía. El personaje es un bárbaro proveniente de Cimmeria, territorio ubicado al norte de Europa en un mundo ficticio durante una época post-diluviana creada por Howard y compartido por algunos otros de sus personajes.

A través de sus aventuras descubrimos que Conan era un guerrero huérfano cuya sed de aventura lo lleva a recorrer el mundo, donde consigue ganarse la vida como mercenario, ladrón, pirata y soldado en diferentes etapas de su vida. Dotado de un peculiar sentido del honor que lo hace respetuoso de las mujeres, desconfiado de los hombres y temeroso de lo sobrenatural, Conan acumula aliados y enemigos a lo largo de los años.

Este libro en realidad es una edición compacta de tres libros publicados con anterioridad por las editoriales Lancer y Ace entre 1966 y 1967, con Ace completando la serie ante la quiebra y desaparición de la primera. Los tres volúmenes incluidos en The Conan Chronicles son Conan, Conan of Cimmeria, y Conan The Freebooter. Se trata del primer esfuerzo comprehensivo por publicar las historias en estricto orden cronológico, mismo que fue determinado a partir de notas del propio Howard y de cronologías preparadas por Clark Ashton-Smith y otros.

Howard dejó algunas historias inconclusas, así como sinopsis de otras historias y notas encaminadas a la creación de algunas más. L. Sprague de Camp y Lin Carter, dos escritores norteamericanos, se dieron a la tarea de recoger todo el material y prepararlo para su publicación luego de casi dos décadas de que las historias de Howard permanecieran fuera de prensa. En los casos en que fue necesario, ambos autores completaron, corrigieron e incluso re-escribieron el material de Howard, razón por la cual aparecen como co-autores de algunas de las historias. Entre las peculiaridades incluídas en este volumen se incluyen un par de cartas de Howard a un escolar aficionado y estudioso de su trabajo, a quien comenta sobre la cronología preparada por él junto a Ashton-Smith, donde reconoce la certeza de la misma y comenta sobre algunos aspectos detrás de la creación del personaje.

Además, y quizás aún más importante, contiene la primera parte de un ensayo, The Hyborian Age, donde explica la historia del mundo donde ocurren las historias del personaje. Por si a alguien le interesa, la versión completa de The Hyborian Age está disponible (en inglés) en Wikisource, pues se trata de una obra que desde hace algunos años se encuentra en el dominio público.

A continuación enumero las historias incluidas en las tres partes de este volumen, así como la autoría de las mismas.

Conan
  • Letter from Robert E. Howard to P. Schuyler Miller
  • The Hyborian Age, Part 1 (Robert E. Howard)
  • The Thing in the Crypt (L. Sprague de Camp y Lin Carter)
  • The Tower of the Elephant (Robert E. Howard)
  • The Hall of the Dead (Robert E. Howard y L. Sprague de Camp)
  • The God in the Bowl (Robert E. Howard)
  • Rogues in the House (Robert E. Howard)
  • The Hand of Nergal (Robert E. Howard y Lin Carter)
  • The City of Skulls (L. Sprague de Camp y Lin Carter)

Conan of Cimmeria
  • The Curse of the Monolith (L. Sprague de Camp y Lin Carter)
  • The Blood-Stained God (Robert E. Howard y L. Sprague de Camp)
  • The Frost Giant's Daughter (Robert E. Howard, editada por L. Sprague de Camp)
  • The Lair of the Ice Worm (L. Sprague de Camp y Lin Carter)
  • Queen of the Black Coast (Robert E. Howard)
  • The Vale of Lost Women (Robert E. Howard)
  • The Castle of Terror (L. Sprague de Camp y Lin Carter)
  • The Snout in the Dark (Robert E. Howard, L. Sprague de Camp y Lin Carter)

Conan the Freebooter
  • Hawks over Shem (Robert E. Howard y L. Sprague de Camp)
  • Black Colossus (Robert E. Howard)
  • Shadows in the Moonlight (Robert E. Howard)
  • The Road of the Eagles (Robert E. Howard y L. Sprague de Camp)
  • A Witch Shall be Born (Robert E. Howard)
Recuerdo haber leído traducciones de algunas historias sueltas en mi temprana adolescencia, además de una buena cantidad de comics tanto en inglés como en español, de los publicados por Marvel Comics en los 1970s y de los de la revista Savage Sword of Conan, tanto en su versión original como en su reducida versión mexicana, y desde entonces me gustaba mucho el personaje, aunque he de confesar que mis recuerdos de esas historias eran bastante vagos.

El estilo narrativo de Howard es bastante dinámico y no se complica demasiado con la estructura. Sin embargo, y para mi sorpresa, maneja un vocabulario bastante extenso, cosa que no me esperaba de una obra tan largamente asociada con un género y formato largamente despreciados como sub-cultura o literatura de segunda.

Las descripciones son detalladas sin caer en un exceso de meticulosidad, y en general se trata de una lectura bastante entretenida. Si nunca han leído a Howard, o sus historias de Conan, les recomendaría darles una oportunidad. La gran mayoría de su trabajo ya se encuentra en el dominio público, así que no es difícil encontrarse con ellas en línea en sitios como el Proyecto Gutenberg, el Archivo de Internet, o la misma Wikisource mencionada más arriba. (De hecho, aquí les dejo el enlace a los textos de Howard ahí alojados).

Lectura bastante recomendada.

julio 20, 2011

Reseña: The Girl Next Door

La verdad es que no recuerdo quien fue quien me recomendó que en cuanto tuviese una oportunidad viera The Girl Next Door (La Chica de al Lado), porque en realidad era una película poco valorada. Y la verdad es que es una lástima que no recuerde quien fue, porque en estos momentos habría ya pasado a ser parte de ese selecto grupo en cuyos gustos decidí jamás volver a confiar... y si, esto va para ustedes que me sugirieron ver el Director's Cut de Daredevil y quienes me decían que LXG era bastante divertida y mucho más apegada a los comics de lo que yo creía.

Lo único bueno es que no pagué por verla, pero de ahora en adelante ante la duda tendré que recurrir si no a reseñas, si a algunos antecedentes sobre director, guionistas o trailers, pues ahora que ya la vi descubro que los trailers parecían orientados a atraer al público que hizo de American Pie una franquicia tan exitosa

Y también que Luke Greenfield, el director de la película, solo tenía en su filmografía The Animal (no la vi, pero recuerdo los trailers y parecía comedia genérica de Rob Schneider), y que desde el 2004, cuando hizo esta cinta, hasta este año, solo había trabajado dirigiendo películas para TV, lo que no es una buena señal de su reputación en los estudios. Actualmente tiene en cartelera Something Borrowed (No Me Quites a mi Novio), otra comedia con aspecto genérico y poco atractivo.

Matthew Kidman (Emile Hirsch) es un destacado estudiante de preparatoria con sueños de estudiar en la Universidad de Georgetown y embarcarse en una carrera en la política. Su obsesiva dedicación a los estudios le impide relajarse y disfrutar de su último año en la escuela, situación que cambia dramáticamente una vez que descubre que tiene una nueva vecina.

Danielle (Elisha Cuthbert) es una bellísima y desinhibida rubia de 19 años que se muda a la casa de al lado y pronto se convierte en una distracción para Matthew, quien no puede dejar de observarla desde su ventana, sobre todo cuando por las noches ella se olvida de cerrar sus persianas y se desnuda con la luz encendida antes de irse a la cama. Tras tomar una ridícula venganza por ese acto de voyeurismo, Danielle y Matthew inician una relación.

Su idílico romance toma un extraño giro cuando los amigos de Matthew descubren porque Danielle les resultaba familiar: hasta hace muy poco tiempo, era una exitosa estrella porno. Matthew no sabe como reaccinar ante esta revelación y su relación se tambalea. Para empeorar las cosas aparece Kelly (Timothy Olyphant), el ex-novio, representante y productor de Danielle, quien no está dispuesto a permitir que su estrella se retire del negocio tan fácilmente.

Hasta ahí la película no iba nada mal, pues a pesar de moverse en el seguro territorio de fórmulas y clichés, contaba con buenas actuaciones de un joven y carismático elenco. Lamentablemente la segunda mitad de la película es un desastre, pues al parecer nadie decidió que rumbo iba a tener la película, que naufraga intentando combinar elementos de comedia romántica con sátira, crítica social, y comedia adolescente de mal gusto, eligiendo lo peor de cada cosa y ejecutándolo mal en pantalla.

Si me quisiera poner mi traje de defensor de la moral -¡je! ni siquiera tengo uno- podría argumentar muchas otras cosas en contra de la película - como el hecho de que Danielle tiene 19 años, pero tuvo tiempo para crearse una exitosa carrera en el entretenimiento para adultos, terminar con su novio, permitirle que se convirtiera primero en su representante y después en su productor, con quien además firmó un contrato de exclusividad, y renunciar a todo ello para intentar llevar una vida normal. O que el personaje que termine por salvar la situación sea un magnate de la industria (James Remar), quien se asocia con Matthew para fastidiar a Kelly.

La película en realidad no es tan mala, pero es una de esas que dejan un amargo sabor de boca por la sensación de que estuvo realmente cerca de ser buena antes de que alguien errara el rumbo de la historia, intentando ser demasiadas cosas y perdiendo cualquier posible esbozo de identidad propia que los minutos iniciales parecían prometer.

Destacaría especialmente la actuación de Timothy Olyphant, quien hace maravillas con lo poco que le da el guión para trabajar, y de Elisha Cuthbert, quien además de verse preciosa hace un gran trabajo durante la primera mitad de la película, pero enfrenta el problema de que su personaje fue escrito como dos personas totalmente distintas que intercambian lugar en escena de acuerdo a los requerimientos del mal planeado guión.

The Girl Next Door pretendía ser una comedia romántica sobre la sexualidad y la dificultad de pasar de la adolescencia a la edad adulta, pero errores con el guión y la dirección terminaron por condenarla a convertirse en una más de las vacuas y casi vulgares comedias adolescentes de la década pasada.

Al final me queda la sensación de que los realizadores de esta comedia estaban intentando realizar una versión contemoránea de Risky Bussiness (Negocios Riesgosos), aquela cinta de principios de los 80s protagonizada por Tom Cruise y Rebecca de Mornay que contaba la historia de un adolescente que tras chocar el Porsche de su padre decide asociarse con una escolta profesional para administrar un burdel instalado en su casa y así reunir los fondos necesarios para pagar los daños. El problema es que su intento de homenaje se queda corto y la obviedad los deja mal parados ante la inevitable comparación. Tal vez incluso el apellido de Matthew (Kidman) haya sido parte del intento de emular a Cruise.

Solo para quien no tenga nada mejor que hacer con dos horas de su vida o para fans del género.

julio 14, 2011

Reseña: Zodiac

Puede sonar un tanto difícil de creer que no haya escrito aquí nada acerca de Zodiac, pues no solo se trata de una película de David Fincher, uno de mis directores favoritos en la actualidad, si no también de una de mis películas favoritas de los últimos años. Tiempo de corregir semejante omisión.

David Fincher es uno de los directores más importantes y reconocidos en la actualidad, y fue Se7en que en 1995 se hizo acreedor a toda clase de elogios. Su primera incursión en el tema de los asesinos seriales sigue siendo una de las películas más imitadas y emuladas en la actualidad, aunque con resultados pobres y superficiales (coff, coff, Saw, coff). Doce años después de tan importante película, Fincher decidió revisitar el tema que lo lanzó a la fama contando la historia de uno de los asesinos seriales más famosos de la vida real, el Asesino del Zodiaco.

Además de coincidir en el tema de los asesinos seriales, no existen muchas similitudes entre Se7en y Zodiac. Se7en era un ejercicio/homenaje al film noir con un particular énfasis en el drama que representaba para un par de policías la investigación de una serie de homicidios temáticos, en tanto que Zodiac es la reconstrucción de una historia de obsesión y frustración, tanto para los policías a cargo de la investigación, como para los medios y la gente de la época. En tanto Se7en llevó el tema del asesino serial hasta el límite y exagerndo las horrendas posibilidades del género, Zodiac es un sobrio ejercicio cuasi documental donde queda nuevamente de manifiesto el gran talento técnico de David Fincher, así como su atención al detalle y su casi obsesivo perfeccionismo.

La película está mayormente basada en el libro de Robert Graysmith del mismo título, y sigue las investigaciones del caso a partir de la noche del 4 de julio de 1969, fecha del segundo ataque del asesino del Zodiaco, tanto de parte de la policía de San Francisco y los condados aledaños, como de la prensa, especialmente en el diario San Francisco Chronicle, donde llegó la primera carta del asesino algunas semanas después del hecho.

Originalmente la redacción del periódico puso a Paul Avery (Robert Downey Jr) a cargo de analizar las cartas y buscar información del caso. A pesar del interés de Graysmith (Jake Gyllenhaal) por el caso, su posición de caricaturista editorial no le daba la credibilidad suficiente como para que su opinión fuese tomada en cuenta. Aficionado a la criptología, Graysmith descifró el código en las cartas del asesino y realizó un análisis de sus acciones, impresionando lo suficiente a Avery como para que éste accediese a compartir con él sus notas del caso.

Los primeros ataques se dieron en los condados de Vallejo y Napa, pero el cuarto ataque ocurre en la ciudad de San Francisco, donde los detectives Dave Toschi (Mark Ruffalo) y Bill Armstrong (Anthony Edwards) son asignados al caso. Las investigaciones involucran a la policía de los diferentes condados, quienes tienen un posible sospechoso a quien apunta toda clase de evidencia circunstancial, pero análisis de caligrafía, así como la investigación forense y huellas digitales parecen exonerarlo de toda culpa.

Graysmith y Avery reciben amenazas telefónicas y postales, llevando al segundo a refugiarse en el alcohol y las drogas, abandonando su trabajo en el Chronicle en 1975, en tanto que el detective Armstrong renuncia a la División de Homicidios para evitar la continua presión a causa del caso.

El detective Toschi es separado del caso por supuesta conducta impropia, por lo que Graysmith es prácticamente la única persona que sigue investigando el caso. Su obsesión con el mismo lo lleva a perder su trabajo, provocando que su esposa lo abandone tomando a sus hijos con ella. Su constante asedio hacia el detective Toschi finalmente le permite poder contactar a los detectives encargados de la investigación en otros condados.

Graysmith está convencido de haber hallado al culpable, pero nunca consigue reunir suficiente información y evidencia como para presentar un caso sólido, por lo que eventualmente el caso va siendo relegado como un caso sin resolver.

Uno de los más grandes talentos de David Fincher es su asombrosa capacidad para lograr reunir al mejor elenco posible, contratando a actores de gran talento para interpretar partes en las que encajan a la perfección, y Zodiac no es la excepción. No solo extrae grandes interpretaciones de Downey, Gyllenhaal, Ruffalo y Edwards, si no que cuenta con un reparto secundario que incluye a Elias Koteas, Donal Logue, Brian Cox, John Carroll Lynch, Philip Baker Hall, Chloë Sevigny y Dermot Mulroney.

La impecable dirección de Fincher mantiene siempre el enfoque en la historia, sin buscar florituras innecesarias o dramatismo truculento. No hay escenas de acción y el suspenso es sustituido con tensión, demostrando de una manera magistral que no es necesario hacer un aburrido docudrama televisivo o una exagerada versión ficcionalizada para poder contar de una manera inteligente e interesante una historia basada en hechos reales.

Altísimanente recomendada.

julio 06, 2011

Reseña: The Colour of Magic, de Terry Pratchett

Hace un par de años dediqué por primera y única ocasión un texto al Discworld, o Mundo Disco, como se le conoce en español al Universo fantástico creado por el autor británico Terry Pratchett. Tomando en cuenta que son una de mis series literarias y uno de mis autores favoritos, me parece inaceptable que no tengan una mayor presencia en este blog, pero eso es algo que debiera irse corrigiendo en los próximos meses, pues me he hecho la intención de encontrar y leer todos los libros de la serie que no he leído.

Discworld, el mundo donde se desarrollan esas novelas, es un mosaico compuesto de imágenes mitológicas y fantásticas inspiradas por toda clase de fuentes. El mundo es redondo y plano (de ahí su nombre) y reposa sobre los lomos de cuatro elefantes que a su vez se encuentran parados sobre el caparazón de una tortuga, Great A'tuin, quien surca el espacio con el mundo a cuestas, pero sin quejarse jamás (al menos nadie la ha escuchado nunca).

Discworld es una serie de novelas de fantasía escritas mayormente en tono de sátira o parodia, contando ya con más de treinta títulos, de los que debo haber leído poco más de una docena. Afortunadamente la existencia de sitios como Amazon o Book Depository significa que ya no dependo de lo que pueda encontrar en el mercado local ni preocuparme sobre la calidad de la traducción cada vez que encuentro uno de estos libros.

Y para empezar, el primero de la serie, The Colour of Magic (El Color de la Magia). Tal vez se pregunten como puedo ser fan de una serie de la que no había leído el principio, y he de decir que es una duda que yo mismo tenía antes de empezar a leer The Light Fantastic (La Luz Fantástica), segundo volumen de la serie y primero que conseguí hace ya muchos años en una tienda departamental ya desaparecida. Los libros se dejan leer bastante bien de manera individual e independiente, aunque no sugeriría empezar con alguno más avanzado en la serie, pues las referencias a eventos pasados se empiezan a acumular, y aún cuando no son esenciales para seguir la historia, si ayudan a disfrutar mejor este bien construido mundo fantástico.

Ankh-Morpork es una de las ciudades más importantes del Discworld y en ella se desarrollan -o por lo menos empiezan- la mayoría de las novelas de la serie. Ahí es que llega Twoflower, el primer turista en la historia del mundo. Proveniente de la capital del Imperio Agateo, Twoflower viaja con la única compañía de un baúl mágico donde carga su equipaje y el oro necesario para solventar sus vacaciones. Los niveles inflacionarios son muy distintos entre el Imperio y Ankh-Morpork, pues lo que Twoflower considera suficiente para sobrevivir un par de meses es una fortuna que podría comprar una buena parte de Ankh-Morpork, por lo que pronto el despistado turista se encuentra en la mira de toda clase de personajes.

Uno de esos personajes es un mago cínico e incompetente de nombre Rincewind. Expulsado de la Unseen University antes de poder convertirse en un mago capacitado, Rincewind hace uso de su peculiar instinto de supervivencia y talento para los idiomas para ganarse la vida. Al encontrar a Twoflower y su oro ve una oportunidad y se ofrece a servirle como guía e intérprete, embarcándose inesperadamente en la aventura de su vida.

Dioses enfrascados en juegos y apuestas, una Muerte frustrada pero celosa de su trabajo, bárbaros, dragones, temibles y hermosas guerreras, montañas de cabeza, dragones, continentes perdidos, y una expedición hasta el fin del mundo, son solo algunos de los elementos presentes en este libro que va más allá de simplemente dedicarse a hacer referencias y parodias del género fantástico. Aunque claro que también las hay.

De entre los homenajes o referencias que aparecen en esta novela destacaría los que hace a la obra de algunos autores clásicos de fantasía como Fritz Leiber, Robert E. Howard o Anne McCaffrey, que se dan en forma de la aparición de personajes de soporte claramente basados en Fahfrd y el Ratonero Gris, Conan, y los dragoneros de Pern, respectivamente.

Más allá de tomar estos estereotipos del género y hacer mofa de ellos, Pratchett los convierte en una manera de enriquecer un mundo mágico lleno de detalles curiosos que sin duda harán las delicias de los aficionados al género. Incluso me atrevería a recomendar esta lectura a gente que no gusta del mismo, pues me parece que la historia y caracterización se mantienen por si mismas.

Altamente recomendado.

julio 05, 2011

Reseña: Source Code

Duncan Jones dirigió Moon (Luna: 1095 Días) -aquí pueden leer mi comentario acerca de esa película-, una de mis películas favoritas del año pasado (aunque en realidad sea del 2009) y parece ser que este año piensa repetir en mi lista con su segunda película, Source Code (estrenada en México bajo el horrendo título de 8 Minutos Antes de Morir - gracias, distribuidoras, nunca cambien).

Supongo que siendo hijo de David Bowie no debería sorprender a nadie que Jones parezca haber decidido hacer de la ciencia ficción su género de elección, al menos para realizar en él sus primeras películas, ni tampoco que se trate de una persona talentosa y capaz de hacer las cosas a su manera aún si eso significa no contar con el apoyo de los grandes estudios de Hollywood.

Colter Stevens (Jake Gyllenhaal) es un piloto de helicóptero parte de un destacamento estacionado en Afganistán, así que cuando despierta para encontrarse a bordo de un tren camino a Chicago es comprensible que se encuentre confundido. Y más aún luego de descubrir que se encuentra ocupando el cuerpo de alguien más y que unos minutos después el tren explota matando a todos sus ocupantes. Por si eso no fuese suficientemente estresante, Stevens se ve forzado a repetirlo una y otra vez.

El Capitán Stevens es parte de un revolucionario programa experimental designado Source Code (Código Fuente) operado por una rama militar del gobierno de los Estados Unidos. El programa permite a un operativo ocupar el cuerpo de otra persona durante los últimos ocho minutos de su vida, y es utilizado para intentar determinar causas y/o culpables detrás de ataques terroristas y atentados a fin de evitar su repetición.

En este caso, la explosión del tren en cuestión fue seguida de una amenaza de ataque nuclear en el centro de Chicago, por lo que Stevens tiene que intentar descubrir al responsable del ataque a fin de prevenir ese segundo atentado.

A bordo del tren conoce a Christina Warren (Michelle Monaghan), una amiga del dueño del cuerpo que está ocupando y hacia quien empieza a desarrollar una atracción conforme repite las regresiones, al punto que decide consultar con su supervisora de misión, Colleen Goodwin (Vera Farmiga) y con el creador del Source Code, el Dr. Rutledge (Jeffrey Wright) sobre la posibilidad de intentar salvarla, junto al resto de los pasajeros del tren, algo que, aparentemente, es imposible.

Jones cuenta su historia con un ritmo rápido pero fácil de seguir y muestra gran habilidad para trabajar dentro del reducido espacio que representa el interior del tren sin que su película se vea encerrada u obscura. La historia es lo suficientemente sencilla como para que cualquiera la siga sin esfuerzo pero lo suficientemente inteligente y bien planteada como para satisfacer a quienes buscan algo más que un blockbuster veraniego.

Source Code es una entretenida película de ciencia ficción que toma elementos de películas y series tan dispares como Groundhog Day (Hechizo de Tiempo), Quantum Leap (Viajeros en el Tiempo), o Inception (El Origen), y les da una sensibilidad reminiscente de las series producidas por Rod Serling en los 1950s y 60s. Sin embargo, cuenta su historia en un entorno contemporáneo y completamente creíble.

Las actuaciones de su compacto pero talentoso elenco son esenciales para el desarrollo de la historia, y destacan particularmente Gyllenhaal y Monaghan, quienes tienen una gran química como pareja y se convierten en el motor emocional de la película. Gyllenhaal posee el carisma suficiente para ser un héroe al que la audiencia quiera ver triunfar y me parece que su trabajo es clave para que la película resulte tan disfrutable. Además, la breve participación de Scott Bakula debería ser disfrutada por los fans de Quantum Leap.

Source Code es una adición más a la reciente oleada de películas de ciencia ficción que buscan integrarse al mainstream disfrazando de manera inteligente los elementos más obvios del género, evitando así caer en el terreno de material discriminado por aquellos espectadores que escuchan ciencia ficción e inmediatamente asocian el término con pistolas laser y platillos voladores o algunos otros elementos igualmente predecibles.

La película aún se encuentra en exhibición en varias salas de la Ciudad de México, por lo que les sugiero verla ahora que aún tienen la oportunidad.

Absolutamente recomendada.

julio 01, 2011

Reseña: Perdido Street Station

tHace algunos meses comenté aquí King Rat, la primera novela de China Miéville, misma que disfruté bastante. Había conseguido también The Scar, pero descubrí que era la segunda de tres novelas situadas en el mundo de Bas Lag, y aún cuando no son historias seriadas o relacionadas, decidí encargar la primera de ellas, Perdido Street Station, para leerlas en el orden en que fueron publicadas. Y vaya si me llevé una agradable sorpresa.

Aún cuando me gustó mucho King Rat, he de reconocer que su estructura narrativa es bastante simple, lo cual no tiene nada de malo, sobre todo considerando el gran trabajo que hace Miéville con el desarrollo de personajes, dotándolos de vida propia y dando a su novela un aire de realismo y autenticidad dignos de resaltar, sobre todo tratándose de una pieza de fantasía.

Perdido Street Station tiene la misma calidad de trabajo de caracterización, pero complementado por una compleja narrativa que parece cambiar de dirección constantemente. Y si eso no fuera suficiente para elogiar, Miéville abandona las familiares calles londinenses y crea New Crobuzon, una fascinante ciudad fantástica rica en detalles, parte de un mundo llamado Bas-Lag, donde magia y tecnología conviven como cosa cotidiana.

El estado de avance tecnológico de este mundo es similar al de la era victoriana, pero avanzado en maneras muy diferentes a las que conocemos, lo cual permite ubicar a la novela también dentro del subgénero del steampunk. Robots propulsados por gas y programados con tarjetas perforadas y extensas líneas de trenes elevados que cruzan la ciudad son los principales elementos de esta tecnología, pero no son los únicos.

El protagonista de la novela es Isaac Dan der Grimnebulin, un excéntrico científico conocido por su tendencia a desafiar constantemente a la autoridad, lo que lo llevó un par de años atrás a perder su puesto como catedrático en la Universidad de New Crobuzon. Isaac está en una relación con Lin, una chica khepri -los khepri son una especie donde los machos son escarabajos y las hembras tienen un cuerpo humano con un escarabajo por cabeza- que se dedica al arte, utilizando secreciones propias de su especie para construir esculturas.

Isaac es contratado para enfrentar un gran reto. Yagharek, un garuda -espigadas aves humanoides- cuyas alas fueron removidas como castigo por un horrendo crimen que no desea detallar, lo contacta para pedirle que lo ayude a volar de nuevo. Intrigado ante el reto, Isaac acepta y reúne toda clase de criaturas voladoras con la intención de estudiarlas en busca de hallar el mejor método para volver a poner a Yagharek en los cielos. Entre los animales que recibe para su estudio se encuentra una extraña oruga multicolor que se rehúsa a alimentarse. Una vez que Isaac concluye su análisis de los animales voladores y busca otras avenidas de investigación, conserva a la oruga por pura curiosidad.

Accidentalmente descubre que la oruga acepta como alimento una extraña droga, conocida en las calles como dreamshit. Tras algunos días alimentándola, la oruga crece exponencialmente, por lo que Isaac decide dejar de alimentarla. Pronto la oruga crea un capullo, mismo que se abre una noche mientras Isaac no se encuentra en el laboratorio. Lo que emerge es una horrenda criatura, similar a una polilla gigante pero cuyas alas poseen capacidades hipnóticas para inmovilizar a sus víctimas. Aparentemente se alimenta de sueños, por lo que una vez saciada deja a sus víctimas catatónicas, en un estado vegetal vacante de mente.

Una vez libre, la polilla empieza a alimentarse en la ciudad hasta que descubre que existen cuatro más como ella, mismas que se encuentran prisioneras en una torre propiedad de Mr. Motley, peligroso líder del bajo mundo, quien las utiliza para crear el dreamshit, que es un derivado de una de sus secreciones. La polilla libera a sus hermanas, que son aún más grandes y monstruosas, e inician un reinado de terror en las noches de New Crobuzon. Ahora corresponde a Issac y su inesperado grupo de aliados encontrar el modo de contener o destruir a las criaturas.

Obviamente eso es un vago resumen de la parte central de la trama, pues el libro incluye varias tramas secundarias y casi una docena de personajes medianamente explorados. Algunos otros de los elementos fantásticos que quisiera resaltar son los siguientes: New Crobuzon está construída sobre los restos de alguna extraña y gigantesca criatura, pues el centro de la ciudad se encuentra en medio del costillar, gigantescas columnas que se curvan hacia el cielo.

Además de humanos, garuda y khepri, otras especies cohabitan en la ciudad. Seres hechos de agua, cactus animados, etc. ¿inteligencias artificiales? ¿intrigas políticas? ¿un dios araña multidimensional y aparentemente loco? Si, todo eso y mucho más forma parte del fascinante mundo creado por este joven y talentoso autor británico. La novela, por cierto, toma su nombre de la más grande estación del tren elevado, misma que se encuentra en el centro de la ciudad y6 es la locación de uno de los eventos climácticos de la novela.

Perdido Street Sation fue nominada al Nebula y al Hugo como Mejor Novela, además de haber ganado el August Derleth Award de la British Fantasy Society y el Arthur C. Clarke Award. Desde la aparición de esta novela en el 2001, prácticamente todos los trabajos publicados por Miéville han ganado algún premio o recibido alguna clase de reconocimiento. Tras haber leído sus primeras dos novelas puedo entender por qué, y apenas puedo esperar para leer el siguiente en la lista.

Altamente recomendado.