
Quiero aclarar que la sola idea de que decidieran intentar "recrear" la historia de un personaje tan icónico y arraigado dentro de la cultura popular como Freddy Krueger me molestó desde que se hizo el anuncio. Cuando se reveló que Jackie Earle Haley sería el encargado de dar vida a Freddy para esta nuevas versión, pensé que la película tal vez tenía una oportunidad de al menos resultar entretenida al tener a un buen actor en el papel protagónico, además de contar con los avances tecnológicos suficientes como para hacerla visualmente espectacular, así que empecé a considerar la idea de darle una oportunidad. Craso error de consideración de mi parte.
Curiosamente la distribuidora decidió no utilizar el nombre en español de la versión original, optando por traducir de una manera más fiel y estrenándola como Pesadilla en la Calle Elm. Nancy (Rooney Mara), Kris (Katie Cassidy), Quentin (Kyle Gallner), Jesse (Thomas Dekker) and Dean (Kellan Lutz) son un grupo de adolescentes de la misma edad que viven en la calle Elm y asisten a la misma escuela. Dean y Kris son pareja, y durante una cita en una cafetería, él se queda dormido en la mesa. En su sueño ve a un hombre que viste un maltratado suéter de franjas rojas y verdes y utiliza un sombrero fedora que oculta a medias un rostro desfigurado por el fuego. El hombre en cuestión porta también un guante de jardinero que termina en cuatro afiladas navajas, mismas que utiliza para cortarle el cuello a Dean, aunque para Kris y para Nancy, quien trabaja como mesera en el lugar, da la impresión de que él mismo se cortó.


Haley hace un buen trabajo recreando a Freddy, pero el guión no le da mucho con que trabajar. Los productores decidieron que Freddy no debía tener un sentido del humor tan marcado como en la versión de Robert Englund, pues todo mundo sabe que un asesino que cuenta chistes mientras tortura y asesina gente no espanta a nadie, claro. Luego viene la cuestión de la voz, pues aparentemente lo que hizo Haley con ella remitía inmediatamente a su papel de Rorschach en Watchmen, por lo que se decidió procesarla digitalmente para darle una reverberancia adicional, aunque el resultado deja mucho que desear. Tras todos esos esfuerzos de la producción por anular al principal atractivo de la franquicia, solo restaban las requeridas víctimas.

Un amigo me preguntó porque perdía mi tiempo y dinero viendo esta clase de películas cuando estaba seguro de que no serían buenas. He de confesar que me ganó un poco el morbo y que, como mencioné antes, creí que podría llegar al menos a ser entretenida. Para lo que sirvió fue para demostrar una vez más que el cine no es cuestión de presupuestos o de efectos especiales, si no de historias, de narradores -guionistas y directores- y de actores capaces de dar vida a esas historias. Además, puede considerársele como un servicio a la comunidad: yo las sufro para que ustedes ahorren y ocupen su tiempo en asuntos más satisfactorios.
Evítenla en la medida de lo posible.