abril 20, 2011

Reseña: Bolt

Debo admitir que desde hace muchos años me he mostrado receloso del trabajo surgido de Disney Animation, pues me parece que sus estándares de producción están bastante por debajo de los de Pixar, y esa es una de las razones por las que no había visto Bolt. La última producción del estudio que vi en cine fue Treasure Planet (El Planeta del Tesoro), y la impresión fue tan pobre que decidí no volver a hacerlo.

Hace un par de días pasaron la película en Disney Channel mientras me disponía a cenar, así que decidí aprovechar y verla de una buena vez. El resultado me sorprendió un poco, pues a pesar de que, tal como temía, la película tiene una historia bastante genérica y hasta cierto punto predecible, resulta bastante entretenida.

Bolt es un cachorro de pastor alemán blanco que estelariza una exitosa serie de tv. En la serie Bolt cuenta con toda clase de superpoderes: superfuerza, visión calorífica y claro, un superladrido, mismos que utiliza para pelear contra el malvado Doctor Calico al lado de Penny, una niña que es su dueña y mejor amiga delante y detrás de cámaras. Bolt ha pasado toda su vida en el set de tv y para él no existe tal cosa como "el mundo real", pues vive convencido de que sus poderes y aventuras son completamente ciertos. Esta situación se complica cuando el agente del estudio responsable del programa decide poner en marcha una historia épica en varios episodios y cierra uno de ellos con un cliffhanger: Penny es secuestrada por los esbirros del Dr. Calico mientras Bolt solo observa, impotente para ayudar a su amiga.

Al finalizar el programa el agente se rehusa a permitir que Penny tenga algún contacto con Bolt a fin de mantener el "realismo" en las actuaciones, provocando un elevado nivel de angustia y stress al cachorro. Lo que nadie había previsto era la determinación de Bolt por encontrar y salvar a la niña, llevándolo a abandonar las instalaciones del estudio y terminar perdido en Nueva York.

Lo que sigue podría resultar de lo más genérico. Bolt conoce a Mittens, una gata callejera, quien intenta convencerlo de que sus superpoderes no existen, y convencido de que trabaja para el Doctor Calico la amenaza para que lo leve hasta su guarida. Mientras empiezan a viajar encuentran a Rhino, un hamster encerrado en una esfera de plástico y quien es el más grande fan de Bolt. Juntos recorren el país en busca del Doctor Calico y Penny, y en el proceso Bolt se convence de que sus poderes no son reales, pero también descubre que lo que define a un héroe son sus acciones y no sus poderes.

Lo que salva a la película de pasar a engrosar las filas del material genérico, predecible y totalmente intercambiable que llena las bodegas de Disney Animation son los personajes. Bolt fue la primera película de Disney Animation que cayó bajo la supervisión de John Lasseter, nuevo Oficial Creativo en Jefe de la popular casa de animación.

Bajo su gestión el proyecto sufrió múltiples cambios, comenzando por la salida de Chris Sanders, quien sería el director de la película tras el éxito obtenido por Lilo & Stitch, quien abandonó el proyecto cuando Lasseter comenzó a hacer sugerencias para cambios. Bolt no alcance los niveles de emotividad que se han convertido en la marca distintiva de las producciones de Pixar, pero la animación, filmada originalmente en 3D, está bastante bien lograda, y los cambios en la historia permiten a la audiencia involucrarse con los personajes, cosa que hacía años no ocurría con las películas del estudio.

Bolt sería la última incursión de Disney Animation en la animación por computadora, pues Lasseter decidió evitar el duplicar funciones, limitando la producción de animación CGI a los proyectos de Pixar y regresando a Disney Animation a sus raíces en animación 2D, gozando de buena aceptación hasta ahora con cintas como The Princess and the Frog o Tangled.

Bolt es una entretenida película animada que puede resultar del agrado de toda la familia, gracias a que cuenta con una historia lo suficientemente compleja como para entretener a los adultos sin por ello quedar más allá del entendimiento de los niños. Bastante recomendada.

abril 15, 2011

Reseña: Overclocked - Cory Doctorow

Ya he mencionado antes a Cory Doctorow y sus libros y no me canso de recalcar lo mucho que me gusta su forma de escribir y el desparpajo con que extrapola el presente para hablar del futuro. Con su trabajo me pasó algo curioso, pues cuando intento algún autor nuevo, prefiero leer primero, de ser posible, algunos cuentos o historias cortas antes de probar alguna de sus novelas, pero en su caso empecé con la que entonces era su novela más reciente y después las dos primeras, habiendo leído en el intermedio algunos cuentos sueltos disponibles en algunos sitios en línea.

Overclocked: Stories of the Future Present es una colección aparecida en el 2007 y contiene seis historias previamente publicadas en línea y/o en revistas impresas. Es su segunda colección de historias pero opté por leerla primero porque había un par de historias que me atraían de manera particular. Estas son las seis historias contenidas en este volumen:
  • Printcrime. En un futuro cercano la habilidad de fabricar cualquier objeto en casa con impresoras 3D puede traer severas consecuencias una vez que las marcas decidan presionar legalmente para proteger sus ingresos, y el imprimir en casa las cosas en lugar de comprarlas pudiese llegar a convertirse en un crimen.
  • When Sysadmins Ruled the Earth. Tras una serie de ataques coordinados la civilización humana está al borde del colapso, excepto, claro, por esa clase de personas encargadas de mantener al sistema andando pase lo que pase: los administradores de sistemas.
  • Anda's Game. ¿Qué clase de impacto, si alguno, pueden tener los juegos multijugadores en línea en el mundo real? Es algo que Anda, una adolescente británica, está a punto de descubrir.
  • I, Robot. En un mundo similar al de 1984, de Orwell, un detective americano intenta resolver la desaparición de su hija y el aparente regreso de su ex-esposa, quien huyó del país para unirse al enemigo. Cuando confronte la verdad sobre las mentiras con que opera su gobierno tendrá que decidir entre su país y su familia.
  • I, Row-Boat.Una vez que la existencia de inteligencias artificiales sea cosa de todos los días y el ser humano sea capaz de replicarse virtualmente, ¿cual será el límite al que puedan llegar las consciencias virtuales? Objetos inanimados, plantas, arrecifes de coral... todo es posible.
  • After the Siege. Una ciudad es sitiada y llevada al borde del colapso absoluto, y todo por unos cuantos infringimientos de copyright. Sobrecogedora historia sobre supervivencia en tiempos de guerra.
Cada historia es precedida por una breve introducción en la cual Doctorow explica el origen de cada historia. Así nos enteramos de que Printcrime fue un rápido producto surgido de una conversación de sobremesa, que Anda's Game,  I, Robot y I Row-Boat son parte de su iniciativa por liberar títulos considerados como "sagrados" en la CF -Anda's suena similar a Ender's si se pronuncia con un exagerado acento británico- para recordar que lo importante es la historia y no el nombre, y que su abuela fue sobreviviente del sitio de Leningrado, dándole las bases para su vívida recreación de una ciudad bajo sitio en After the Siege.

Como de costumbre, Cory manifiesta una excelencia en crear mundos creíbles por su cercanía. Su extrapolación de tecnologías y tendencias se da siempre sobre cosas que ya existen y ayudan a crear una sensación de que el futuro que describe no solo es plausible, si no inminente. Mis favoritas de este volumen son When Sysadmins Ruled the Earth y After the Siege, pero todas y cada una de las historias aquí contenidas son lecturas sumamente recomendables.

Pueden descargar las historias una por una desde el minisitio dedicado a la colección en la página web de Cory de manera legal y gratuita, o bien acudir a su librería en línea favorita y ordenarlos en sus anticuadas pero entrañables versiones impresas. No cabe duda que con cada texto suyo que leo, más se afianza Cory como uno de mis escritores favoritos de ciencia ficción. Colección altamente recomendada.

abril 13, 2011

Reseña: Superman Returns

Seguramente tomará por sorpresa a muchos que publique este texto ahora, pues han pasado casi cinco años desde que Superman Returns se estrenó en cines. La verdad es que comencé a escribir la reseña luego de ver la película en el cine, pero por diferentes razones nunca terminé el texto y jamás publiqué ningún otro comentario sobre la película. Hace algunos días la volví a ver, así que decidí desempolvar el borrador de mi comentario y retrabajarlo para su publicación.

Además, aprovecho para empezar con algo que quería hacer desde hace mucho, que es comentar películas que vaya viendo en televisión o de mi creciente colección de DVDs (más de 1200 películas y contando) además de las que veo en cine. Tomando en cuenta que WB está trabajando a marchas forzadas para tener lista una nueva versión de Superman en cines antes de que el 2013 se les venga encima, creo que es un buen punto de partida.

Resulta curioso que la última línea de Superman IV (1986), fuera Superman diciendo "Nos vemos en 20 años", mientras dejaba a Lex Luthor en prisión, pues ese fue precisamente el tiempo transcurrido antes de que ambos personajes se vieran nuevamente las caras en una película. Después de años de espera, de disputas entre productores, de directores contratados y despedidos, de rumores no confirmados y de varios guiones no aprobados, finalmente tuvimos a Superman de regreso en la pantalla grande cinematográficas.

Atrás quedó el proyecto de Tim Burton que presuntamente protagonizaría Nicholas Cage. Atrás quedó también la aberración -misma que incluía a un Lex Luthor kriptoniano, un Kal-El heredero al trono de Krypton y una invasión a la Tierra comandada por el tío tirano de Supermán- de J.J. Abrams que Brett Ratner primero, y McG más tarde, pretendían llevar a la pantalla.

Tras haber ofrecido el control del proyecto a directores como Oliver Stone, Michael Bay, Robert Rodriguez, Martin Campbell,  y Stephen Norrington, Warner decidió aprovecharse de la serie de errores y malas decisiones que llevaron al distanciamiento entre Fox y Bryan Singer, desligándolo de X-Men 3 y/o cualquier otro proyecto en desarrollo con ellos para ofrecer al joven director la oportunidad de una vida: tomar el control del proyecto que colocaría otra vez a Superman en los cines de todo el mundo. Singer brincó ante la oportunidad y se llevó consigo a la mayor parte del equipo de producción responsable de hacer de X-Men y X-Men 2 un ejemplo de que una película basada en comics podía ser un exito tanto de crítica como de taquilla, convirtiendo a esa saga en una de las franquicias más exitosas de Hollywood.

Con la presión de sacar adelante un proyecto que llevaba gastados más de 70 millones de dólares antes de su llegada, Singer optó por hacer una película que rindiese homenaje tanto a las raíces comiqueras del personaje como a su anterior encarnación cinematográfica, creando una especie de Superman 2.5 que bien pudiese haber servido como puente entre las películas de Richard Donner y Richard Lester y una eventual secuela que marcase el reinicio de la franquicia.

La película no es perfecta, pero me parece que los aciertos superan a los fallos. El guión de Michael Dougherty y Dan Harris, desarrollado en estrecha colaboración con Singer, consigue relacionar a Superman Returns con las dos cintas antes mencionadas, respetando la caracterización de los personajes principales y evocando con reverencia ese aire de ingenuidad e inocencia que caracterizaba a las películas de aquella época. La admiración y respeto de Singer por el trabajo de Donner es evidente y por momentos exagerada, lo que provoca que la película se sienta, por momentos, anacrónica e incluso aburrida. Diera la impresión de que Singer se estaba conteniendo, y en el proceso también a sus actores.

Brandon Routh resulta peculiarmente interesante. Para bien o para mal, Superman es más un ícono que un personaje, y su construcción es tan estereotípica que en ocasiones llega a ser más importante su apariencia que la habilidad actoral del encargado de interpretarlo. Superman nunca ha sido interpretado por actores de particular talento, siendo tal vez Christopher Reeve la única excepción. Routh no rompe con esa "tradición", pues resulta evidente que no posee una habilidad actoral sobresaliente, pero tiene la suficiente presencia escénica como para convencer en el papel dual de Superman y Clark Kent.

Kate Bosworth, Frank Langhella, James Marsden y Parker Possey son un elenco secundario bastante respetable y cumplidor, pero me parece que lo que sucedió con Kevin Spacey es un absoluto desperdicio. No es Kevin Spacey interpretando a Lex Luthor, si no Kevin Spacey interpretando a Gene Hackman como Lex Luthor. El resultado no es malo, pero creo que hubiese sido mejor darle espacio para crear su propio personaje.

La música corre por cuenta de John Ottman -quien también es el editor- y resulta impresionante la facilidad con que integró el soundtrack clásico de John Williams a su trabajo. El resultado final es una película medianamente entretenida que guarda un gran respeto por su material de origen y por las interpretaciones anteriores del personaje principal, pero que como resultado de lo mismo termina por sentirse un tanto anticuada y fuera de época. No es una mala película, pero en una época en que las películas de superhéroes representan casi una garantía de acción y aventura, se queda corta. Prefiero no meterme demasiado en el tema de subtextos y simbolismos, porque ahí si me parece que el texto se volvería excesivamente largo, aunque no puedo dejar de comentar que se les fue completamente la mano con lo del mesianismo. Lástima, tan contenidos que se habían mostrado.

Recomendada pero con algunas reservas.

abril 08, 2011

Reseña: The Adjustment Bureau

Philip K. Dick es desde hace mucho tiempo el autor de ciencia ficción con más trabajos adaptados al cine. La verdad es algo que me sorprende un poco, pues a mi parecer Robert A. Henlein tiene un gran volumen de obra que sería más compatible con los esquemas e ideologías hollywoodenses. En todo caso, las adaptaciones de las historias de Dick suelen ser más "inspiradas por" que "basadas en", y ese es el caso de The Adjustment Bureau (Los Agentes del Destino).

El responsable de llevar el cuento de 1954, The Adjustment Team, del polémico autor californiano a la pantalla grande es George Nolfi, quien con esta película hizo su debut como director. Nolfi había escrito los guiones para Timeline (Rescate en el Tiempo), Ocean's Twelve (Ahora son Doce), The Sentinel (El Centinela) y The Bourne Ultimatum.

David Norris (Matt Damon) es un joven político neoyorquino que está buscando un lugar en el Senado de los Estados Unidos. Carismático y de origen humilde, Norris ha hecho una exitosa campaña que lo tiene al borde de ganar la elección, pero un error de último momento que provoca un escándalo mediático hace que su popularidad se desmorone en la víspera de las elecciones. Mientras empieza a trabajar en su discurso de concesión, David conoce a Ellise (Emily Blunt), una atractiva mujer que está intentando burlar a la seguridad del hotel.

Existe una química instantánea entre ambos, quienes se besan sin pensarlo, pero son interrumpidos por los guardias de seguridad. Ellise sale corriendo sin que tengan oportunidad de intercambiar información de contacto, dejando a David frustrado ante la situación. Sin embargo, su encuentro lo inspira a dar esa misma noche un sentido y honesto discurso que lo vuelve a poner en la lista de contendientes para las próximas elecciones.

Días después se reencuentra con Ellise en el autobús rumbo a su trabajo, y en esta ocasión se asegura de obtener su número telefónico. Para estas alturas notamos que un grupo de hombres en trajes y sombreros conservadores siguen de cerca todas las actividades de David y parecían convencidos de que necesitaban hacerlo perder ese autobús. Cuando David llega a su trabajo descubre que todos en el edificio están congelados y que varios hombres están haciendo algo con sus compañeros de trabajo utilizando equipo de aspecto extraño.

David intenta huir, pero no hay forma de escapar de los hombres en sombrero. Estos le explican que pertenecen a una agencia con "órdenes de arriba", encargada de supervisar que las vidas de la gente transcurran de acuerdo al plan.

Aparentemente el hombre que debía encargarse de que David perdiera el autobús y llegase diez minutos tarde al trabajo falló, por lo cual le piden siga con su vida como si nunca hubiese visto nada anormal.

Le advierten que en caso de que revele su existencia o lo que vio, un "equipo de ajuste" se encargará de resetearle el cerebro, borrando todo cuanto haya en su cabeza. Sin embargo, lo que más estresa a David es la revelación de que no tolerarán, bajo ninguna circunstancia, que vuelva a ver a Ellise.

Así pasan tres años más y David se encuentra nuevamente en campaña rumbo al senado. Más centrado y maduro, en esta ocasión lleva un margen de ventaja tan grande que solo una catástrofe le impediría convertirse en senador. Hasta que una mañana encuentra a Ellise y consigue hablar con ella. Los agentes del Buró de Ajustes intentan sabotear sus itinerarios a fin de separarlos, pero la determinación de David es demasiado grande como para permitir que lo detengan. Los agentes deciden pasar el caso a sus superiores y estos envían a Thompson (Terence Stamp), un agente más rudo y experimentado, para que sea el quien se encargue de convencer a David de que todo lo que hacen es por el bien mayor.

Si bien la historia no deja prácticamente nada del cuento original de Dick (en Estados Unidos está en el dominio público y pueden leerlo aquí -en inglés- en una versión escaneada), las ideas centrales de la historia son exploradas de una manera similar. La experiencia como guionista de Nolfi lo lleva a darle su espacio a los personajes, permitiendo que la historia crezca alrededor de ellos sin forzar sus ideas en ningún momento, lo que permite que la película fluya ágilmente.

A mi parecer la historia pudo haber explorado sus ideas de una manera más profunda y atrevida en vez de contentarse con ajustarse al molde de una historia romántica, pero ésta está tan bien construida y ejecutada que realmente no me puedo quejar demasiado. Alguna vez ya lo dijo Peter Parker: "las mejores historias, en el fondo, siempre son acerca de una chica".

Por ese lado creo que el casting fue un gran acierto. Damon y Blunt son buenos intérpretes y normalmente se puede contar con ellos para sacar adelante casi cualquier proyecto, pero en este caso lo sobresaliente es la notoria química que existe entre ambos, misma que se traslada a la audiencia de inmediato y permite al espectador preocuparse por el destino de la joven pareja de protagonistas. Habrá a quien no le agrade la última parte de la película, y quizás de manera más específica el final, pero a mi me parece que este coincide con el planteamiento de la película y cierra la historia de una manera congruente y coherente, aún si a muchos les parece blandengue o tibia.

Altamente recomendada.

abril 07, 2011

Reseña: Keeper - Greg Rucka

Greg Rucka es un escritor a quien descubrí a través de los comics. La primera vez que vi su nombre fue en un catálogo, donde aparecía con crédito de guionista de un tomo que recopilaba una serie titulada Whiteout, sobre la cual escribí un comentario hace un par de años, justo antes de que apareciera la película que se hizo vagamente inspirada en ella.

La sola descripción de la historia me bastó para encargar el tomo en cuestión aún cuando no sabía nada más acerca de su autor. Por una cuestión más de coincidencia que de otra cosa, cuando recibí el libro este venía autografiado tanto por Rucka como por Steve Lieber, el ilustrador de la historia. Poco sabía yo al hacerme con ese libro autografiado que Greg Rucka iba a convertirse rápidamente en uno de mis escritores favoritos.

Fue por la breve semblanza de Rucka que aparecía en ese tomo de Whiteout que me enteré que era autor de un par de best-sellers. Obviamente me picó la curiosidad averiguar más sobre su trabajo y durante años intenté localizar las novelas en cuestión, tarea nada fácil porque Rucka está firmado con una editorial relativamente pequeña, lo que complica el conseguir sus libros en un país donde se habla un idioma diferente. Hace unos años tuve la fortuna de encontrar Finder, su segunda novela, en una librería de viejo. Dado que no había ninguna garantía de poder encontrar en el corto plazo el primer libro, lo compré y lo leí. Así conocí a Atticus Kodiak, guardaespaldas profesional y principal personaje de las novelas de Greg Rucka.

Keeper es su primera novela como escritor profesional y marca el inicio de la serie de Atticus Kodiak, misma que a la fecha suma ya siete volúmenes. La historia abre con Atticus escoltando a su novia a una clínica de natalidad, donde piensa realizar un aborto. El ingreso a la clínica es complicado por la presencia de un grupo de manifestantes anti-aborto, quienes intentan hostigarlos y bloquearles el acceso a la clínica, pero sin éxito.

Mientras su novia es atendida Atticus conoce a Katie, una adolescente con síndrome de Down y platica con ella mientras por la ventana ve el arribo de un auto, cuyo pasajero convierte la manifestación en un mitín. Por comentarios de KatieAtticus logra deducir que es hija de Felice Romero, la principal doctora de la clínica, y que el hombre que realizó el mitín frente a la misma lo ha hecho antes, arengando a la gente reunida en contra de su madre.

Mientras piensa sobre lo que acabe de aprender Atticus es llamado a la oficina de la doctora, donde para su sorpresa descubre que ella desea contratarlo. La doctora piensa atender a un evento donde dará un par de conferencias, pero está preocupada por su seguridad y la de su hija debido a que ha recibido varias amenazas y la actividad de grupos pro-vida frente a la clínica se ha incrementado. Dudoso sobre aceptar el trabajo, sobre todo después de descubrir la pésima seguridad que habrá en el evento en cuestión, Atticus accede a tomar el trabajo y reúne a su equipo.

Su equipo está compuesto por Natalie Trent, hija del dueño y fundador de una de las firmas de seguridad personal más reconocidas, Rubin, el compañero de cuarto de Atticus y su mejor amigo, además de novio de Natalie, y Dale, viejo conocido suyo desde sus tiempos en el ejército, donde ambos fueron parte del grupo especializado en protección de personal. Más adelante se integra a su grupo Bridget Logan, una investigadora privada que gusta de los porsches y las pastillas de menta. La trama se va volviendo más compleja conforme avanza la historia y se siguen introduciendo variantes y personajes secundarios.

Rucka hace un gran trabajo entremezclando la estructura de una novela policiaca con elementos del polémico tema del aborto, ofreciendo sin compromisos una clara exposición de lo que ambos lados del debate piensan al respecto. La idea de utilizar un guardaespaldas como protagonista en lugar de un policía o detective le da además a la novela un aire de frescura que para estas alturas sorprende en un género donde pareciera que ya no hay forma de hacer nada original o diferente.

Keeper es una lectura ágil, muy dinámica y completamente absorbente. Recomendada para todo mundo.

abril 05, 2011

Reseña: Fair Game

Hollywood suele ser de reacción lenta cuando se trata de retratar eventos en la historia reciente de los Estados Unidos. No vaya a ser que alguien acuse a los grandes estudios de intentar hacer pensar a su audiencia. Les llevó más de cinco años hacer películas sobre el 11 de septiembre y las Torres Gemelas, y un poco más de eso el iniciar una crítica abierta a las intervenciones militares en Afganistán e Irak durante la administración de George W. Bush, pero parece ser que finalmente se han sobrepuesto a su autoimpuesto tabú.

Una de las películas más recientes en sumarse a la discusión es Fair Game (Juego de Traiciones), la más reciente cinta del director Doug Liman, más conocido por éxitos de taquilla como The Bourne Identity (La Identidad de Bourne) o Mr and Mrs Smith (Sr y Sra Smith) que por dramas cerebrales como éste, que por otro lado permite a Liman reivindicarse luego del fiasco que resultó Jumper.

Fair Game cuenta la historia de Valerie Plame (Naomi Watts), una agente de la CIA especializada en operaciones encubiertas en otros países, y cuya identidad como agente fue revelada en 2003, aparentemente como un intento de silenciar a su esposo, el ex-embajador Joseph Wilson (Sean Penn), quien mediante un artículo en el New York Times y varias pláticas y entrevistas a medios, intentó concientizar a la gente sobre el hecho de que su gobierno había manipulado la información recabada por la CIA a fin de tener un pretexto para intervenir militarmente en el Medio Oriente.

Obviamente se trata de información más o menos conocida -sobre todo fuera de los Estados Unidos-, pues uno de los primeros cuestionamientos que recibió el gobierno norteamericano una vez derrocado el régimen de Saddam Hussein fue ¿dónde están las armas de destrucción masiva? La identidad de Plame fue filtrada a los medios unos días después de que Wilson publicase un artículo en el que afirmaba haber sido parte del esfuerzo de recolección de inteligencia y datos, confirmando que Irak no había adquirido Uranio africano, tal y como afirmaba la Casa Blanca.

La película tiene un gran acierto al evitar convertirse en una película biográfica centrada en las fechas y datos obtenidos mediante una investigación de los hechos que rodearon el incidente. En vez de ello el enfoque de la película se centra en el impacto que la filtración tiene en la vida familiar de la pareja, pues a pesar de la forma en que sus empleadores se comportaron con ella, Valerie deseaba mantenerse al margen de las investigaciones y no emitir ninguna declaración, en tanto que Joseph se rehusaba a quedarse callado y permitir que sus derechos fuesen ignorados.

Esa diferencia de opinión estuvo a punto de acabar con su matrimonio y ese es el conflicto que la película explora: dos individuos cuya relación personal se ve afectada por hechos que afectaron la vida de miles de personas más de una manera diferente. Y es ahí donde se convierte en un gran acierto su elección de actores, pues Watts y Penn hacen un trabajo extraordinario representando a una pareja creíble, a dos individuos comprometidos con sus ideales y principios y quienes tienen que enfrentar una crisis personal en medio de una crisis internacional.

Independientemente de si les interesa o no el incidir de los eventos políticos que llevaron a la más reciente Guerra del Golfo, o de la opinión que pudiesen tener de la gestión Bush/Cheney en el gobierno de los Estados Unidos, me parece que Fair Game es una buena película que debiera resultar satisfactoria para casi cualquier público. Bastante recomendada.

abril 01, 2011

Reseña: The Subtle Knife - Philip Pullman

Casi año y medio ha pasado desde que leí The Golden Compass, el primer volumen de la saga de His Dark Materials, de Philip Pullman, así que creo que ya me había tardado en leer y comentar la segunda parte de la serie, The Subtle Knife (La Daga). La principal razón para dejar tanto tiempo entre la lectura de uno y otro libros viene de una conversación que tuve con Santiago un par de meses después de leer el primero.

Aparentemente a él le molestó tanto este segundo libro que simplemente decidió abandonar por completo la serie y ni siquiera buscar hacerse del tercer volumen de la saga. Dado que siempre he respetado mucho su opinión decidí tomar su advertencia con seriedad pero sin permitir que se convirtiera en la razón para ni siquiera darle una oportunidad al libro. Opté entonces por dejar que el libro aguardase un tiempo para que los comentarios de Santiago no estuviesen tan frescos y presentes durante su lectura y por ello es que demoré tanto en llegar a leerlo.

Will Parry es un niño de doce años con demasiadas preocupaciones para su edad. Su padre desapareció cuando él apenas era un bebé y desde entonces vive solo con su madre, aunque en los últimos años parecen haberse invertido un poco los papeles y ser él quien cuida de ella, quien aparentemente sufre de alguna enfermedad nerviosa. Luego de que un par de extraños les han estado acosando e incluso parecen haber entrado en al menos una ocasión a su casa en busca de algo, Will decide que no es seguro permanecer ahí. Tras dejar a su madre bajo el cuidado de su vieja maestra de piano, Will regresa a su casa a tratar de averiguar que puede ser lo que esos hombres entén buscando.

Una vez localizado el objeto de su interés, Will se dispone a abandonar el departamento y volver con su madre, pero en ese momento los dos hombres regresan. Will decide esconderse e intentar escabullirse a la primera oportunidad, pero es descubierto por uno de los hombres y en su intento de escapar accidentalmente lo tira por las escaleras. Convencido de que ahora la policía lo buscará por homicidio, Will decide no volver con su madre, quien seguramente estará a salvo donde la dejó, e intentar resolver el problema por su cuenta.

Mientras busca un lugar para esconderse, Will descubre un pasaje a otro mundo, a una ciudad aparentemente abandonada. Mientras explora las tiendas y locales en busca de comida, Will encuentra a Lyra, la protagonista de The Golden Compass, quien aparentemente llegó allí junto con su inseparable daemon Pantalaimon tras cruzar el portal creado por su padre, Lord Asriel, al final del volumen anterior.

Lyra y Will descubren que proceden de versiones paralelas de Oxford, por lo que Lyra decide buscar información sobre su padre o su trabajo en el mundo de Will. Will se siente renuente a ayudarla pero terminan convirtiéndose en aliados, sobre todo luego de que el Aletiómetro le indica a Lyra que debe ayudar a Will a encontrar a su propio padre.

Mientras tanto, en el mundo de Lyra, Serafina Pekkala busca a la niña, a quien cree perdida. Tras descubrir que Mrs. Coulter desea averiguar que dicen las profecías sobre el destino de Lyra decide abandonar temporalmente su búsqueda para convocar al Consejo de las Brujas, donde se decide que ayudarán a Lord Asriel en su lucha contra el Magisterio y la Iglesia.

A diferencia del primer volumen, este libro no se centra solo en Lyra y su búsqueda o en las acciones de Lord Asriel, siguiendo en cambio varias secuencias paralelas y confiriendo mayor importancia a personajes como Serafina y las brujas, o el explorador Lee Scoresby, además, claro, de Will. Entre eso y el tono más oscuro y ominoso que tiene la historia, las cada vez más incisivas críticas hacia la religión organizada como mecanismo de poder, y la cimentación cuasi-metafísica del fondo de la historia (el Polvo y la materia oscura parecen ser uno y lo mismo) creo entender de donde viene el recelo que algunos lectores, incluido Santiago, sienten por este libro, pues sienten que se aleja demasiado del tono fantástico e historia de aventuras tan marcados en el primero de la serie.

Y sin embargo, a mi me gustó bastante. Nunca he tenido problemas con libros que trivialicen el canon religioso para incorporarlo a su mitología ni me ha molestado que se lancen críticas a las religiones como establecimiento, pues mayormente son ideas que comparto. Y si bien el tono del libro varía considerablemente en relación al anterior, encuentro que las diferencias no son tantas como para pensar que la historia no de dirija al mismo desenlace.

De hecho, encuentro admirable que un autor esté dispuesto a escribir lo que siente y piensa sin preocuparse por mantener la fórmula que lo lanzó al éxito o por cuidarse de no ofender a sus fans. No hay nada más valioso que la honestidad con uno mismo y creo que así se asegura que el final de la saga sea lo que su creador concibió y no lo que los fans hubiesen querido, independientemente del resultado.

De ningún modo pretendo dejar pasar tanto tiempo para leer la tercera y última parte de la serie, por lo que muy probablemente en un par de meses estaré comentando mis impresiones del mismo y de la saga en su conjunto.

Altamente recomendado, aunque con algunas reservas en el caso de gente demasiado quisquillosa en temas religiosos